Elena Fortún escribió antes de la guerra una serie de libros infantiles-juveniles que sólo pasada la transición volvieron a editarse: «Celia, lo que dice», «Celia en el colegio»,…, hasta seis títulos. Elena Fortún era el seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo; dejó una obra sin terminar, el libro que se editó en 1987 por la Editorial […]
- Elena Fortún escribió antes de la guerra una serie de libros infantiles-juveniles que sólo pasada la transición volvieron a editarse: «Celia, lo que dice», «Celia en el colegio»,…, hasta seis títulos. Elena Fortún era el seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo; dejó una obra sin terminar, el libro que se editó en 1987 por la Editorial Aguilar, es un borrador de 1943, su titulo por si sólo nos invita a conocer de la mano de Celia, su personaje, lo acontecido de principio a fin en la guerra del 36: «Celia en la revolución». Resulta curiosa la labor desarrollada en un tema tan arduo por una escritora que podía pasar por escribir para niños y niñas que viven de sus fantasías, con alguna frustración, pero en general un mundo más o menos completo. Su personaje vive el momento histórico, no se aleja de lo real y trágico, pero además lo transmite con la frescura y la visión clara de la mirada de una niña. «Celia en la revolución» presenta un problema, salvable, y es que la autora no pudo terminarlo en todas sus partes, y en algún momento encontramos frases que no se entienden bien, están faltas de algo que las explique. Aun así resulta una narración que nos sitúa en el Madrid en guerra, nos introduce en los acontecimientos más relevantes y, finalmente, el personaje, Celia, se planta ante la Aduana, en Valencia, para salir de España, como cientos de miles de españoles ante la victoria de la injusticia social y el crimen. En Madrid ha visto cómo los fascistas tiran desde los aviones, pan envuelto en papel de seda, y cómo la gente no lo come, se lo da a los perros, nadie quiere su pan, se prefiere pasar hambre. Ha vivido bajo los bombardeos, ha visto a la gente trabajadora que voluntariosa y sin medios se ha dispuesto al combate y confía, como el padre de Celia, en la defensa de Madrid: «…esta noche debemos luchar todos» «vamos a ganar la guerra».
- En el adiós a su casa de Madrid escucha a sus amigos decir que aún creen que cuando entren las tropas de Franco no va a pasar nada. Tiene que dejar sus cosas más queridas, entre ellas un Quijote con ilustraciones de Moreno Carbonero. Se despide de sus juguetes, de la familia que la ha recogido, del jardín a la puerta de casa, y teme que las circunstancias le impidan volver a ver todo lo que allí se queda. Va a reunirse con su padre en Francia, confía en dar con él para luego marcharse a América.
- Elena Fortún creó un personaje que con muy poquitos años nos va mostrando sus vivencias en tales circunstancias de un modo que nos llega; Celia no es ninguna revolucionaria, pertenece a una familia de cierta posición económica, su padre defiende la República, son católicos pero abiertos de pensamiento y respetuosos de las reformas que la República ha puesto en marcha pues saben de la necesidad de cambiar un sistema injusto. Celia y su familia son el símbolo de la gente en principio menos comprometida, pero a los que también la persecución les alcanzó porque los golpistas querían exterminar de raíz todo pensamiento diferente al suyo.
- Puede ocurrir que «Celia en la revolución» se la encuentre nada más que en Bibliotecas Públicas y librerías de viejo, pero vale la pena leerlo, añade un plus a la lectura infantil y juvenil, la información histórica da para la conversación sobre lo que se ha negado en los libros de texto dedicados a la Historia, permite informar sobre aquello que es preciso que sepan los niños y jóvenes, no hay más que ver los títulos de los capítulos: «Madrid, 25 de Julio», «El Hospital Militar de Carabanchel», «Evacuación», «Noviembre 1936», «Febrero 1937″. Hambre y bombas», «La evacuación de Madrid», «Valencia. Septiembre 1937», «Albacete», «Barcelona. Navidad», «Enero 1938», «La guerra totalitaria», «La vuelta», «Primavera en Madrid», «Hambre», «Se ha perdido la guerra», «Valencia», «Adiós».