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Los ataques sobre Faluya y Basora

Fuentes: Sleepwalkings

Para muchas familias de Irak, la guerra y el sufrimiento jamás han terminado. Es hasta el día de hoy que sufren las consecuencias de los ataques con fósforo blanco y uranio que contenían las armas utilizadas por Gran Bretaña y Estados Unidos en el devastador ataque sobre las ciudades iraquíes de Faluya y Basora durante […]

Para muchas familias de Irak, la guerra y el sufrimiento jamás han terminado. Es hasta el día de hoy que sufren las consecuencias de los ataques con fósforo blanco y uranio que contenían las armas utilizadas por Gran Bretaña y Estados Unidos en el devastador ataque sobre las ciudades iraquíes de Faluya y Basora durante el año 2003.

Se han redactado varios informes médico/científicos que demuestran los graves daños en la salud de miles de habitantes de las zonas en cuestión. Las afecciones van desde malformaciones en en niños recién nacidos hasta el cáncer en personas mayores, a tal punto que, de cada 1.000 bebés nacidos en el Hospital de Al Basrah, 23 nacen con patologías relacionadas a la malformación de sus cuerpos [1], provocadas por la exposición de sus progenitores al armamento occidental.

El estudio que se encargó de documentar toda la información relacionada a los ataques fue publicado en el Boletín de Contaminación y Toxicología Ambiental, que incluye impactantes imágenes de niños con malformaciones por todo su cuerpo, y que son de alto contenido gráfico, por lo que se invita al lector a chequear las notas al final del artículo en el caso de querer mirar las mismas. Por una cuestión de lógica, las imágenes no son publicadas aquí.

El estudio expone diferentes tipos de análisis de los niveles de metales tóxicos en el aire de Irak, y los relaciona con un crecimiento notable en trastornos físicos como la Hidrocefalia, Onfanocele [2], Anenfefalia [3] y múltiples defectos de nacimiento en los pequeños iraquíes.

Jawad al-Ali ha trabajado como especialista en Cáncer en el Hospital Universitario Sadr desde 1991, época en la que la Guerra del Golfo aún resonaba por todo Medio Oriente. Desde su experiencia como médico y actor principal de todas las emergencias médicas que ha tratado, Jawad habla de «Cánceres Dobles» o triples en pacientes tratados allí. Lo explica a Der Spiegel [4] de la siguiente manera:

» No se trata sólo de que el número de casos de cáncer aumentó repentinamente. También tuvimos cánceres dobles y triples, es decir, pacientes con tumores en ambos riñones y en el estómago. Y había también grupos familiares, es decir, familias enteras que se vieron afectadas. »

Ante los estudios y las pruebas que demuestran las dificultades a las que se enfrentan miles de familias de Irak en materia de enfermedades y deformaciones de nacimiento, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha salido a defenderse por todas las acusaciones que surgen en su contra, y ha dicho que las pruebas existentes no corresponden a informes oficiales [5], mientras que un portavoz del gobierno británico ha dicho que no hay «evidencia científica o médica confiable para confirmar un vínculo entre la munición convencional y los defectos de nacimiento en Basora. Todas las municiones utilizadas por las fuerzas armadas del Reino Unido están dentro del derecho internacional humanitario y están en consonancia con la Convención de Ginebra». [6]

Además de la falta de cordura demostrada por los mandatarios bélicos de Occidente, primero para atacar a un país inocente, y luego para desestimar informes con pruebas concretas que demuestran la veracidad de los ataques y posteriores efectos negativos para los niños de Basora y Faluya, los que se han sumado, desde el vamos, a la negación de lo innegable han sido los medios masivos de comunicación alineados al conglomerado de países de la OTAN que apoyan estos delitos de lesa humanidad. No se han visto informes detallados, reportes periodísticos o análisis televisivos que hablen honestamente sobre esta problemática, lo que los transforma, una vez más, en cómplices de los ataques contra tales ciudadanos de Medio Oriente.

A pesar de que el foco informativo ahora está puesto sobre Siria e Irán, la guerra en Irak continúa para cientos de familias que se ven impotentes al no poder hacer nada para mejorar la calidad de vida de sus pequeños. No disponen de las facilidades en materia de salud que son comunes en otras partes del mundo, carecen del dinero suficiente como para emprender un tratamiento en el extranjero que les de alguna solución y mucho menos poseen la esperanza de algún día poder ver a sus hijos sanos y sin ningún tipo de afección o dolor.

Buscar la verdad detrás de la masacres en Faluya y Basora debería ser algo común para todos, pero el mal del dinero, la ambición y el imperialismo ha pisoteado a la moral una vez más, en otra nefasta hoja de la historia de la humanidad.

Una vez, Leandro N. Alem supo decir que «El desaliento, el quebranto, la inmoralidad, no surgen de los bajos fondos sociales. Vienen de las alturas. Hoy se sacrifica todo, el honor, la palabra, la fe jurada ante los hijos y la patria, para descender luego a los goces materiales, por gustar con fruición de sibaritas los placeres de la sensualidad y el de gobierno. Hoy no se busca la posición política para poner a su servicio talento, carácter, patriotismo, sino para que aquella sirva a los fugaces caprichos de oscuros bienes, de miserables sueños…»

Lamentablemente, hoy nos vemos víctimas de esos Miserables Sueños.

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Notas

[1] M. Al-Sabbak, S. Sadik Ali, O. Savabi, G. Savabi, S. Dastgiri, M. Savabieasfahani » Metal Contamination and the Epidemic of Congenital Birth Defects in Iraqi Cities» Bull Environ Contam Toxicol (2012) 89:937-944
[2] Wikipedia, Onafalocele .
[3] Wikipedia, Anenfefalia .
[4] Alexander Smoltczyk » Researchers Studying High Rates of Cancer and Birth Defects in Iraq » Der Spiegel , Diciembre 12, 2012
[5] RT » Municiones de EE.UU. y el Reino Unido ‘causan defectos de nacimiento en Irak ‘» Russia Today , Octubre 14, 2012
[6] Bis

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.