Jorge Mariscal es profesor del Departamento de Estudios Chicanos y Latinos de la Universidad de California en San Diego
La inmensa mayoría de los jóvenes hispanos en Usamérica tiene la posibilidad de abrir tres puertas hacia sus futuros.
Una es la de los empleos de poca monta, mal pagados, donde serán discriminados continuamente.
La segunda puerta que pueden abrir es la de la cárcel.
La última los lleva de frente con el reclutador. Llenan los formularios mientras escuchan promesas sobre la tierra de las oportunidades. Sólo tienen que «defender su patria» en Irak.
«Muy pocos latinos que viven en los Estados Unidos llegan a la universidad. El 40% no termina el nivel de escuela secundaria. El crecimiento demográfico de la comunidad hispana en este país es muy alto, pero por otro lado, las oportunidades de mejores empleos son cada vez menores. La verdad es que algunos, pero muy pocos, logran terminar sus estudios, gracias a haberse alistado en el ejercito y muchos pierden la vida en lugares como Iraq.
En 20 años tendremos en los estados del sur de la Unión un verdadero «Apartheid», como el que sufrió Sudáfrica.» Jorge Mariscal
Cuéntanos cómo es un día de reclutamiento en una escuela de San Diego. ¿Qué factores psicológicos, económicos, sociales y políticos entrar en juego para que los reclutadores del ejército llenen sus planillas con jóvenes hispanos?
Primero, permíteme decirte que trabajo para una organización cuyas siglas en ingles son «Project YANO» (Proyecto de Oportunidades No-militares para Jóvenes). Este proyecto ha venido haciendo trabajo de contra reclutamiento mediante la concientización, a los mismos jóvenes que son blancos de los reclutadores, de lo que significa alistarse en el ejército de los Estados Unidos y también charlas y talleres con sus familias.
Ya en 1980 nos dimos cuenta que el gobierno no concedía prestamos para estudios a los que no se alistaban. Esto nos dio la pauta que, desde el vamos, la guerra y todo su aparato tiene un componente de discriminación de clase social y económica. La guerra es una herramienta de perpetuación y profundización de las diferencias económicas.
Durante la administración Clinton, esta se dio cuenta de la poca representación en el ejército de nuestra comunidad y a su vez de las pocas oportunidades de mejoría económica y social que tienen los hispanos en los Estados Unidos.
Un porcentaje muy bajo de nuestros jóvenes llega a la universidad, más del 40 % no termina la escuela secundaria.
Entonces se presenta todo un nuevo esfuerzo, por parte del gobierno, en mostrar al ejército como una oportunidad de ascenso económico y social para nuestros jóvenes.
Los programas de reclutamiento son en español, los reclutadores comienzan a manejar los signos y símbolos de los jóvenes hispanos, penetran su cultura, para poder convencerlos de los beneficios de alistarse en el ejército.
La escuela se convierte en el lugar ideal para los reclutadores. Ellos comparten con los jóvenes el almuerzo, los recreos jugando al baloncesto y las charlas sobre los beneficios de alistarse, pero también existen programas de estudio, como por ejemplo «la versión militar de la Historia», «valores patrióticos» y demás. El mismo manual de los reclutadores dice que estos deben «tomar control» de la escuela.
En San Diego tenemos escuelas donde los maestros llevan a los estudiantes a las bases militares o a una graduación del Cuerpo de Marines. A veces los mismos militares llegan a las aulas con afiches y diapositivas para hablar de la vida militar.
¿Cuáles son las tres principales razones que llevan a los jóvenes latinos a decir «Pero yo necesito hacer esto ahora «, alistarse como Infante de Marina?
J. M. La razón principal es «Quiero estudiar y mi familia no puede pagar por mi educación.» Es decir, se alistan para poder estudiar en el futuro (otra versión del deseo postergado y desviado, típico de la clase trabajadora en EEUU). La verdad es que algunos, pero muy pocos, logran terminar sus estudios, gracias a haberse alistado en el ejercito y muchos pierden la vida en lugares como Iraq.
Segundo, los jóvenes dicen «Quiero ser alguien» o «Quiero hacer orgullosos a mis padres,» o «Quiero hacer una diferencia,» lo cual es el resultado de la alineación creada en las comunidades pobres y minoritarias dentro del sistema capitalista en EEUU. Puesto que a los jóvenes les falta un sentido de pertenencia o voluntad personal, para poder tener un impacto en el mundo como individuo buscan la pertenencia ofrecida por los militares (otra ilusión, desde luego).
Y tercero hay que admitir que muchos jóvenes hispanos operan dentro de un patriotismo o nacionalismo ciego, producto de un lavado de cerebro, en el cual reproducen las ideologías de la clase dirigente diciendo bobadas como «EEUU, somos el número uno» y cosas por el estilo.
¿Qué respuesta tiene la campaña anti-reclutamiento del Proyecto YANO? ¿Cómo responden los jóvenes latinos a esta campaña?
J. M. Proyecto YANO provee información a los jóvenes sobre las realidades de la vida militar. La guerra en Irak va a acabar algún día. Nosotros tratamos de parar la próxima guerra, por medio de un movimiento de base contra el militarismo, sobre todo contra la militarización del sistema escolar en EEUU. El hecho de que los Infantes de Marina tienen un programa para los niños de ocho años indica hasta qué nivel ha llegado la militarización en este país. Pero no cabe duda, de que lo que necesitamos es una agenda sobre las prioridades nacionales totalmente diferente a la actual. Si las cuestiones de educación, salud y justicia económica no se resuelven, las masas de los hispanos y otros grupos no privilegiados van a estar empujados hacia las fuerzas armadas, los trabajos menos deseables o la cárcel.
Muchos jóvenes hispanos se dan cuenta de que su futuro está en juego y responden muy positivamente a nuestra campaña. Sobre todo las familias inmigrantes recién llegadas nos han apoyado.
La emigración de un determinado país implica una negación y la inmigración a otro un reconocimiento a valores culturales. ¿Cómo es afectado, inclusive el joven de segunda generación usamericano (latino) en este proceso de transculturación?
J. M. Depende mucho de donde está ubicado el individuo. Hay algunos jóvenes hispanos que se asimilan totalmente a la cultura dominante. Es decir, se identifican a-críticamente con los valores del sistema, del poder, del establecimiento.
Algunos de ellos llegan a alto niveles de poder como el fiscal Alberto González (hijo de campesinos mexicanos del sur de Texas) «comprobando» el mito de «Horatio Alger» o de la movilidad vertical para todos. Estos funcionan como ejemplos no significativos pero si justificadores de la agenda de la clase dirigente.
Hay otros que reconocen que hay que hacer cambios para que se logre algún avance en lo que respecta a justicia social y democracia. Estos de origen mexicano se conocen como chicanos y chicanas.
La imagen colonialista del «buen salvaje» (el indio Tonto de la serie «El Llanero Solitario») es quizás la que mejor encaja en figuras representativas de la vida política usamericana como Alberto González (Fiscal General) y militar como Ricardo Sánchez (Teniente General y Jefe Máximo de Operaciones en Iraq entre el 03-04). Los dos son hispanos, a los dos el establishment los presenta como modelos, paradigmas, ejemplos. Sin embargo son todo lo contrario. ¿Por qué?
J. M. Son todo lo contrario para nosotros que queremos promover una sociedad más justa, no para unos «elegidos» sino para todos. Para otros, Gonzáles, Sánchez y Rice son modelos positivos. Sobre este tema hay que regresar a los estudios clásicos del colonialismo (Memmi, Fanon) que explican como el colonialismo fabrica «unos individuos ejemplares» sacados del grupo oprimido para demostrar las buenas intenciones de sus amos. De verdad Bush ha sido brillante en su cooptación de una política basada en «la raza» y la demanda por los grupos minoritarios de que haya más gente de color en el gobierno. Los casos de González y Sánchez son fascinantes, no solo porque los dos han subido a rangos altos del gobierno de Bush, pero también porque sus familias empezaron como campesinos en los campos del sur de Texas. Ahora bien el choque se hace evidente cuando sabemos que los dos han apoyado las prácticas más reaccionarias y más crueles de Bush y los suyos, la tortura, los ataques contra la protección de los derechos constitucionales, etc. Para mi el hecho de que Sánchez autorizó el uso de perros contra los prisioneros iraquíes (igual como lo hicieron los españoles contra los antiguos mexicanos en el siglo 16) es un dato impresionantemente repugnante.
E. M. La sociedad americana en su conjunto es una gran maquinaria de adoctrinamiento. Uno de los más promocionados dogmas en la actualidad es la «lucha contra el terrorismo» y la defensa de la «patria». ¿Qué papel ha jugado y lo sigue haciendo la prensa corporativa en el alistamiento de jóvenes para la guerra de las corporaciones?
J. M. Los medios juegan un papel importante en la militarización de la cultura-Hollywood de este país. La presencia de los militares en todos los eventos deportivos, los juegos electrónicos (el más popular actualmente fue diseñado por el Ejército), etc., todo contribuye a una inclinación pro-militar entre los jóvenes y mucho más a partir del 11 de septiembre 2001. En términos del reclutamiento más abierto, el Pentágono tiene un presupuesto de billones de dólares para la propaganda y estrategias complejas para infiltrar el ambiente escolar empezando con los jóvenes de 8 a 18 años.
E. M. Explícanos la diferencia semántica y socio-antropológica de los términos latino, hispano, chicano e «hispanic».
J. M. «Latino» es un término genérico que se usa para poder incluir a todos los grupos en EEUU de origen latinoamericano desde los México-americanos con orígenes en el suroeste del país, empezando desde los que llegaron en siglos anteriores hasta los inmigrantes más recientes. «Hispanic» es otro término genérico inventado por el gobierno federal en los años 70s y promulgado por las corporaciones a través del los 80 hasta hoy. De ahí que ha tenido significados negativos para mucha gente porque se asocia con posiciones políticas conservadoras. «Hispano» es el termino preferido por los inmigrantes recientes de habla española y no conlleva ninguna de las connotaciones de «Hispanic.» «Chicano» nació en los años 60s como producto del Movimiento Chicano, una insurgencia en pro de los derechos civiles y un internacionalismo en solidaridad con los movimientos anticoloniales en Cuba, Vietnam, Puerto Rico y otros lugares. Actualmente conlleva connotaciones de una política militante y progresista (con la excepción de algunos grupos xicanos (con ‘x’) que promueven una especie de nacionalismo estrecho basado en las identidades indígenas).
E. M. ¿Cuáles son los síndromes psico-traumáticos para un veterano de origen hispano de Iraq o, bajo tu experiencia, de Vietnam, a diferencia de los que puede sufrir un anglo?
J. M. Los efectos psicológicos impactan a cualquier veterano según su red de apoyo, o sea, los recursos que le son disponibles según su clase económica. Los veteranos de la guerra de Vietnam que viven en las calles de las grandes ciudades, por ejemplo, son de todos los grupos étnicos. Hasta cierto punto los estudios sugieren que los veteranos hispanos de Vietnam sufrieron menos que los anglos por la mayor contención y fuerza de lazos familiares y comunitarios que existe en nuestra cultura. Se me hace que vamos a ver los mismos fenómenos con los jóvenes que regresarán de Iraq y Afganistán.
E. M. ¿Aun sobreviviendo a la guerra y superando el síndrome de stress postraumático, haberse enlistado te abre oportunidades de futuro si eres latino o aun un blanco pobre?
J. M. En algunos casos sí. El servicio militar ha servido a los hispanos de EEUU como vía hacia la clase media, desde que los primeros mexicanos se alistaron después de la conquista del Suroeste en 1848. Esto pasó sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. La ausencia de opciones, hace que el servicio militar sea una de las pocas puertas abiertas para una comunidad que está considerada por la clase gobernante como mano de obra barata. Para muchos veteranos, sin embargo, las oportunidades no se incrementan después del servicio y para muchos disminuyen. Muchos de los hombres que viven en las calles de EEUU sin domicilio son veteranos de guerra.
E. M. Si desde el año 1991 más de 11 mil veteranos de la Guerra del Golfo han muerto de enfermedades desconocidas o poco claras (uranio empobrecido) y más de 160 mil sufren postrados o en forma crónica, como ves tú la repercusión que tendrá en la sociedad usamericana en general y en las comunidades latinas en particular el retorno de los veteranos de esta guerra?
J. M. Ya estamos viendo el impacto de la guerra con los veteranos, física y psicológicamente enfermos, los muchos que han perdido un brazo o una pierna, los que están llenos de resentimiento y odio y los que ya se han suicidado.
Para las comunidades latinas es una trágica pérdida de talento, que necesitamos tanto o más que otras comunidades más privilegiadas. En cuanto a los efectos a largo plazo del uranio empobrecido y las vacunas experimentales vamos a ver consecuencias similares a las que vimos después de Vietnam, así como las enfermedades causadas por armas químicas como el Agente Naranja.
E. M. En el caso del alistamiento de la mujer latina, existen tres niveles de subestimación y racismo por parte de la sociedad militar dominante usamericana. A los factores de inmigrante y latina se le agrega el factor de género. ¿Qué es lo que sufre una mujer latina con el alistamiento militar? Tomemos como ejemplo una mujer boricua y una mexicana pobre.
J. M. Primeramente hay que reconocer que todas las mujeres experimentan altos grados de acoso y hostigamiento en las fuerzas armadas estadounidenses. Los estudios recientes indican que más de un 80% de las mujeres han recibido comentarios insultantes y hasta actos de violación. Ahora bien, la mujer de color siempre es más vulnerable a este tipo de conducta.
En cuanto a las razones por las cuales las mujeres latinas se enrolan son las mismas razones que dan los hombres, aunque a veces la mujer está buscando salida a una situación doméstica negativa. Las boricuas tanto como las mexicanas se alistan por razones económicas, con la diferencia de que algunas boricuas de la Isla heredan las tradiciones anticolonialistas, de modo que su presencia en las fuerzas armadas de EEUU es dolorosamente irónica. Por otro lado, una mexicana pobre está más vulnerable a las ideologías de Horatio Alger y del nacionalismo ciego.
E. M. ¿El deseo de ser reconocido, deseado y necesitado por la «cultura hegemónica del poder» es mas fuerte en las mujeres latinas que en los hombres?
J. M. En mi experiencia no es así. Todos los jóvenes a los que les falta una conciencia crítica frente a los mitos dominantes van a querer asimilarse. De hecho, los hombres muchas veces son más agresivos en su patriotismo a-crítico, por ejemplo del colonizado que se identifica con el colonizador.
E. M. ¿No te parece que hay mucha hipocresía en el movimiento anti-guerra usamericano? Ahora que están cayendo «sus muchachos» es que quieren que la guerra se termine. ¿Qué diferencias, a tu criterio, existen entre este movimiento anti-guerra y el de Vietnam?
J. M. El movimiento anti-guerra en EEUU está compuesto de muchos sectores distintos. Algunos sectores son pacifistas con orígenes en las iglesias norteamericanas, otros son liberales o socialistas de tipo anti-imperialista, otros incluso son conservadores pero pro-aislamiento en la política extranjera. No veo ninguna hipocresía en estos sectores. De hecho, estos grupos formaban un movimiento anti-guerra impresionante antes de la invasión de Irak. El problema es que para la gran mayoría de la gente esta guerra es distante precisamente porque
«sus muchachos» no están afectados, sino los muchachos y las muchachas de la clase media baja o trabajadora. La gran diferencia entre hoy y la guerra de Vietnam es el hecho de que actualmente no tenemos la conscripción o el servicio militar obligatorio. La «draft» siempre es capaz de movilizar millones de jóvenes que se ven amenazados por las guerras imperialistas.
E. M. ¿Por qué el movimiento anti-guerra usamericano no hace mas hincapié en reforzar el concepto de Fuerzas Patriotas, Guerreros Heroicos y Pueblo Mártir a todos los iraquíes que dan sus vidas en defensa de su país, de su cultura, soberanía y libertad?
J. M. Sería difícil reforzar este tipo de solidaridad puesto que en EEUU no sabemos los detalles de la resistencia iraquí. Suponemos que hay un sector de la resistencia que sea socialista y secular, pero ¿quiénes son? Los medios en EEUU no dicen ni una palabra sobre ellos, pero hablan constantemente sobre los islamistas fundamentalistas, los restos del Partido Baath, etc. Mientras que durante la guerra de EEUU en Vietnam era bastante fácil promover la solidaridad con el campesino vietnamita. Ahora la complejidad de la situación en Irak hace esto más problemático.
E. M. El «núcleo duro» de la oligarquía yanqui (las 500 familias) está librando dos encarnizadas guerras en la actualidad, una tiene un frente externo, en Iraq y la otra uno interno, contra las minorías, los inmigrantes y los pobres en general que viven en Usamérica. ¿Qué papel juegan los jóvenes latinos en estas guerras?
J. M. Claro, la oligarquía en EEUU no funciona de manera monolítica. Por ejemplo, en el caso de los inmigrantes hay nativistas racistas tipo Ku Klux Klan, por ejemplo, los llamados Minutemen (cazadores de inmigrantes ilegales en la frontera Mexico-EEUU), apoyados por intelectuales conservadores de alto rango como Samuel Huntington de la Universidad de Harvard, que dicen que el inmigrante hispano es la amenaza más grave a la cultura, las tradiciones y la identidad usamericanos.
Ahora bien, hay otro sector más corporativo representado por Bush y los suyos que se dan cuenta que el inmigrante es una necesidad económica que hay que manejarlo para poder explotarlo mejor.
Actualmente, los jóvenes hispanos forman la vanguardia de la resistencia a las nuevas olas anti-inmigrantes y el resurgimiento del racismo. Sobre las guerras imperialistas la comunidad hispana todavía no ha dicho lo suficiente. Históricamente, nuestra comunidad siempre ha llegado tarde a una política internacionalista a causa del miedo creado por las presiones racistas (ejemplo, la guerra usamericana en Vietnam).
E. M. La política fascista de Bush tiene una gran resistencia por parte de grupos de jóvenes latinos. ¿Cómo son reprimidos estos grupos?
J. M. Desafortunadamente no existe hoy en día un movimiento coordinado de jóvenes latinos y latinas aunque en todas las regiones del país hay grupitos de activistas que siguen agendas locales como reacción defensiva a los efectos de la política reaccionaria de Bush y Cia. Estos grupos se forman alrededor de cuestiones de la oportunidad educativa, la migración, la solidaridad con los Zapatistas y con
Venezuela, etc. Sin embargo faltan, tanto una resistencia coherente a
Bush, como líderes hispanos a nivel nacional que no estén comprados por el sistema.
E. M. Para la sociedad usamericana en general y posiblemente para los jóvenes en particular y más especialmente para los jóvenes latinos, es muy difícil «ver», interpretar la sociedad en términos dialécticos. Bueno, esto no es casual. El Proyecto Yano explica en sus campañas anti-reclutamiento que los ejércitos imperialistas, como el usamericano, tiene como único objetivo proteger los intereses económicos y por lo tanto políticos de la oligarquía usamericana?
J. M. En nuestras campañas tenemos que pensar estratégicamente para el largo plazo. Si queremos entrar en las escuelas públicas para debatir la propaganda de los reclutadores militares, no podemos incluir un análisis anti-imperialista en nuestra presentación o en nuestra literatura.
Al hacerlo nos hacemos inútiles porque perdemos acceso a los grandes agrupamientos de jóvenes. Sin embargo, en nuestros escritos mediáticos y en los foros comunitarios sí podemos entrar más en cuestiones de este tipo, tratando de vincular la cuestión del servicio militar con la totalidad del contexto político en una era del neo-imperialismo.
E. M. La cultura retardataria del poder ha tratado de pintar una figura del chicano más folclórica que política. ¿Cómo ha sido la lucha de los chicanos contra la guerra de Vietnam y contra la de Iraq?
J. M. Los chicanos y las chicanas montaron su propio movimiento anti-guerra en el 69. Muchos fueron inspirados por el ejemplo de la Revolución Cubana, el movimiento estudiantil en México y por la lucha del pueblo vietnamita. Había importantes manifestaciones anti-guerra de chicanos y puertorriqueños durante esa época y en la más grande del 29 de agosto de 1970 en Los Angeles, California, la policía mató a tres personas incluyendo el reportero méxico-americano Rubén Salazar. Las fuerzas reaccionarias, sobre todo, durante el gobierno de Ronald Reagan han tratado de borrar esta historia y han tenido éxito. Muchos jóvenes hispanos, sobre todo los que llegaron como inmigrantes en la última década, no conocen esta herencia de militancia y resistencia. Actualmente no tenemos un movimiento hispano contra el neo-imperialismo. Sin embargo, es importante notar que algunos de los objetores de conciencia más destacados son latinos como el ex-sargento Camilo Mejía de origen nicaragüense. Mejía luchó en Irak, regresó y se negó a volver a la zona de combate. Fue sentenciado a nueve meses en la cárcel y ahora habla contra la guerra. No es nada fácil tomar una posición radical como hispano hoy en día cuando el ambiente anti-hispano y racista en EEUU está creciendo cada día más.
E. M. La doctrina del Destino Manifiesto no sólo tiene un frente imperial, más allá de las fronteras de Usamérica, sino también un frente interno que es el Destino Manifiesto de los Anglosajones, Blancos y Protestantes sobre el resto de la población. ¿Cuál es el análisis que hacen las minorías sobre este frente interno de control y dominación y si este análisis se basa en principios revolucionarios.
J. M. Claro está que el primer caso del Destino Manifiesto fue la invasión y ocupación del norte de México por parte de EEUU durante los 1840s.
Así es que los ciudadanos usamericanos de ascendencia mexicana y con conciencia «chicana» sabemos muy bien que esta ideología sigue vigente a principios del siglo 21. Para darse cuenta de esto se pueden leer unos estudios recientes del Pentágono que reproducen los mismos estereotipos raciales sobre «el latino» inventados en el siglo 19. El análisis de la gran mayoría de los hispanos, sin embargo, se ubica dentro del pluralismo de la democracia liberal, es decir, dentro de la demanda por los derechos civiles, igual acceso a la educación y otros recursos, etc. Con la excepción de algunos grupos de la izquierda revolucionaria, no hay ningún análisis revolucionario por parte de los hispanos. Pero al pensar con los ojos abiertos hay que admitir que no existen las condiciones objetivas en EEUU para un movimiento revolucionario. Según le dijo el Che a un estudiante usamericano en el año 63, su libro sobre la guerra de guerrillas no fue diseñado para usarse en las Montañas Rocallosas.
E. M. ¿Cuál es tu apreciación sobre el pasado militar y la entrega patriótica de George W. Bush?
J. M. Eso es muy tragicómico y si no hubieran tantas muertes y tanto dolor de por medio, sería para desternillarse de la risa. Como todo el mundo sabe, ni Bush, ni la gente que está a su alrededor, comenzando por el vicepresidente Cheney sirvieron en el servicio militar. Debido a que todos ellos provienen de familias ricas e influyentes, con conexiones y enchufes lograron «salvarse» de cumplir con la patria. Se escondieron los muy valientes durante su guerra de Vietnam.
Lo más hipócrita de todo esto es que son estos señores los que mandan a Iraq a nuestros jóvenes para matar y morir, en una guerra que beneficia sólo a sus empresas petroleras.
Tal vez Cheney, ahora, luego del día de caza de perdices y del escopetazo al amigo, haya experimentado algo de la vida militar.
¿Quién sabe?
Con esta administración todo es posible.
* Productor de medios radiales alternativos en la Provincia de Ontario, Canadá.