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Los niños y las niñas iraquíes sufren pobreza, violencia y explotación

Fuentes: Al-Monitor

Traducción para Rebelión de Loles Oliván.

«Pregunta por su madre y su padre y dice que quiere ir a la escuela. Todavía no se ha enterado de que sus padres se han ido, lo que inevitablemente le causará una herida incurable». Así es como un abuelo describe la situación de su nieto, ingresado en el hospital tras haber perdido a su familia directa, a excepción de su hermana menor, en una de las explosiones que sacudieron Bagdad en octubre de 2013.

 

Tras más de 10 años de terrorismo continuo en Iraq resulta casi imposible contabilizar el número de niños y niñas con una historia similar. Una búsqueda en YouTube revela cientos de vídeos de menores que han perdido a sus seres queridos gritando de dolor y llorando con amargura como resultado de la miseria en que viven en un país donde se profana la infancia. Los grupos terroristas en Iraq no han excluido a los niños, pues son muchos los ataques dirigidos contra lugares donde es perceptible la presencia de menores. Tal fue el caso del ataque dirigido contra una escuela primaria en una de las aldeas del noroeste de Iraq el 6 de octubre pasado. El ataque causó la muerte de más de una docena de niños y otros 44 heridos por la explosión de dos coches bomba.

Las víctimas infantiles no se limitan a los que mueren en bombardeos o a los que han perdido a sus padres y madres; existen otros tipos de amenazas que padecen los niños y niñas de Iraq. Son el objetivo recurrente de bandas criminales que secuestran menores para obtener un rescate de sus padres. Esos niños y niñas acaban a menudo siendo asesinados si sus padres no pueden proporcionar las cantidades exigidas o debido al temor de los secuestradores a ser capturados por la policía. A ello hay que sumar el aumento de los casos de violación de menores en Iraq, donde en la mayoría de las víctimas son asesinadas después de soportar brutales forzamientos sexuales. Lo que es aún más alarmante es que esos menores, víctimas en algunos casos de violación y asesinato, tienen alrededor de cinco años.

Además, en Iraq aumenta el número de niños y niñas sin hogar. Según las estadísticas, uno de cada ocho niños iraquíes está desplazado. Con frecuencia, son objeto de explotación y se les envía a mendigar en las calles o a trabajar en condiciones duras y a veces incluso se les utiliza en la prostitución. A menudo quedan expuestos a abusos físicos o sexuales, y se ha informado de casos en los que se les ha explotado para llevar a cabo actos terroristas. Cuando se detiene a menores implicados en actos terroristas, la legislación iraquí no tiene en cuenta su especial situación. Se les condena a penas similares a las que se aprueban para los adultos, lo que a menudo implica muchos años de prisión.

Por otro lado, se han registrado en Iraq tasas elevadas de trabajo infantil y algunos estudios han demostrado que unos de 100.000 niños forman parte de la fuerza laboral iraquí. Por otra parte, el 83% de los niños y niñas iraquíes trabajan para sus familias de manera permanente sin recibir ningún salario. Los niños por lo general trabajan en condiciones terribles e insalubres, como en la recolección de basura, en fábricas de ladrillos y acero y en la agricultura. Sin embargo, el artículo 29.b.3 de la Constitución iraquí especifica que «la explotación económica de los menores quedará completamente prohibida. El Estado adoptará las medidas necesarias para protegerlos». Pero las instituciones estatales no combaten eficazmente este fenómeno por muchas razones, incluyendo el recelo prioritario del gobierno por las cuestiones del mantenimiento de la seguridad y la lucha contra el terrorismo. La aparición del trabajo infantil generalizado en Iraq es, además, una cuestión de muy difícil gestión. En muchos casos, los menores son el sostén de hermanos más pequeños y no cuentan con nadie más en quien apoyarse.

La tasa de menores iraquíes víctimas de la violencia doméstica es elevadísima. Un informe publicado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales revelaba que cinco de cada seis niños iraquíes están expuestos a violencia doméstica en todo el país. Por otra parte, el Consejo Judicial Supremo iraquí examinó el proyecto de ley sobre protección contra la violencia doméstica. El examen reveló numerosas lagunas y deficiencias en las leyes iraquíes relacionadas con la protección de los menores contra la violencia. A ello se suma la dificultad de aplicar las leyes existentes en el marco de una estructura tribal que se ha impuesto sobre la mayoría de la sociedad iraquí.

Además de la falta de legislación y de la incapacidad del gobierno iraquí para proteger a los niños y niñas, las tretas de algunos partidos religiosos que participan en el gobierno se suman a la miserable situación de los menores iraquíes. Entre las últimas iniciativas que se han planteado en este tema, el Ministerio de Justicia iraquí ha presentado un proyecto de ley sobre el estatuto personal basado en ciertas consideraciones religiosas y en virtud de las cuales quede legalmente permitido contraer matrimonio con niñas de 9 años de edad y con niños de 15 años. Por otra parte, según dicha ley, los padres pueden casar a sus hijas menores de 9 años y a sus hijos menores de 15 años.

Los expertos entienden que el creciente fenómeno de la violencia contra menores en sus diversas formas dará lugar a problemas concretos en el seno de la sociedad iraquí. Estos incluyen la aparición de generaciones desarticuladas e incapacitadas para asumir un papel positivo en su comunidad, el aumento sostenido de los niveles de analfabetismo e ignorancia y tasas crecientes de delincuencia, violencia y extremismo en el seno de la comunidad.

A la luz de estas circunstancias, el gobierno iraquí, que ha suscrito la Convención Internacional sobre los Derechos de la Infancia, debe tomar medidas serias y globales para combatir este fenómeno en sus diversas formas. Las medidas más importantes que se deben tomar son aplicar la Ley de Educación Obligatoria a todos los niños y niñas, limitar los intentos de legislar leyes religiosas contrarias a los intereses de la infancia, crear una estricta legislación encaminada a que los familiares, los empleadores y otros grupos que estén relacionados con la violencia contra menores no queden impunes; reforzar el papel de la sociedad civil para que ayude al gobierno a proteger a los niños y niñas expuestas a la violencia, así como llevar a cabo otros procedimientos seguidos en otros países.

 

Fuente original: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2013/11/iraq-children-torn-instability.html?utm_source=&utm_medium=email&utm_campaign=8513