Recomiendo:
0

La compañía estaba gestionada por un estadounidense que murió en una emboscada cerca de Bagdad el pasado mes de febrero

Los prisioneros de Abu Ghraib consumieron alimentos podridos suministrados por una empresa privada entre finales de 2003 y principios de 2004

Fuentes: Rebelión

Los prisioneros iraquíes en poder de las fuerzas estadounidenses en el centro de detención de Abu Ghraib (al oeste de Bagdad) fueron obligados a consumir regularmente alimentos escasos y en pésimo estado de conservación, con las consiguientes intoxicaciones y diarreas, suministrados entre finales de 2003 y principios de este año por un contratista privado, según […]

Los prisioneros iraquíes en poder de las fuerzas estadounidenses en el centro de detención de Abu Ghraib (al oeste de Bagdad) fueron obligados a consumir regularmente alimentos escasos y en pésimo estado de conservación, con las consiguientes intoxicaciones y diarreas, suministrados entre finales de 2003 y principios de este año por un contratista privado, según denunció ayer la organización no gubernamental californiana CorpWatch en un comunicado.

Según la organización, aparte del estado lamentable de los alimentos, que solían estar podridos, sucios y con rastros de bichos y de ratas, los víveres eran escasos, ya que la empresa encargada del suministro –controlada por un civil estadounidense, Ray Parks, asesinado el pasado mes de febrero en una emboscada cuando se dirigía a Bagdad– apenas cubría unos cientos de raciones para la creciente población carcelaria de Abu Ghraib.

La prisión, que sirvió de centro de torturas bajo el régimen de Sadam Husein y que fue reabierta por los militares estadounidenses después la ocupación de abril de 2003, fue conocida en todo el mundo a mediados de este año cuando se revelaron las torturas y abusos perpetrados por los soldados norteamericanos contra los prisioneros de guerra, muchos de ellos menores de edad, encarcelados en su interior.

Con objeto de controlar a los prisioneros, los militares estadounidenses reclutaron a numerosos mercenarios, tanto traductores privados de una empresa californiana, Titán, como interrogadores de otra empresa de contratas militares de Virginia, CACI. Asimismo, llegaron a un acuerdo con un pequeño contratista prácticamente desconocido de Qatar con la misión de proporcionar alimentos a los internos.

DENUNCIAS DEL COMANDANTE DINENNA

Un comandante del Ejército, David Dinenna, del 320 Batallón de la Policía Militar, fue el primero en advertir el lamentable estado de los alimentos y en denunciarlo mediante una frenética secuencia de correos electrónicos a sus superiores, entre octubre y noviembre de 2003.

El 27 de octubre, su correo electrónico decía: «Los alimentos contratados son un desastre». «Esta es la mejor forma de describir el problema. La tensión aumenta entre la población carcelaria cada día», continuó. «En los dos últimos días, los prisioneros han estado vomitando después de comer», añadió.

Según CorpWatch, el mal estado de los alimentos fue, en buena parte, la causa de que el 24 de noviembre de 2003 estallara un motín tras el cual varios guardias del Ejército estadounidense dispararon contra cuatro presos después de que éstos se negaran a cumplir la orden de poner término a la revuelta. En un primer intento, los militares arguyeron que los prisioneros habían intentado una fuga «en masa», pero una posterior investigación subsecuente del Pentágono desmintió esta versión.

«Todas las pruebas indican que los prisioneros simplemente protestaban contra el estado lamentable de los alimentos y de las condiciones de vida», concluía el informe del Pentágono, que admitió que un motín que estalló justo un mes después, el 24 de diciembre, se debió a los mismos motivos.

Los mensajes del comandante Dinenna y las investigaciones sobre los disturbios forman parte de los documentos adjuntados al informe secreto del general Antonio Taguba sobre las condiciones de Abu Ghraib, que fue filtrado a la prensa la pasada primavera junto a las ya célebres fotografías que revelaron las torturas y malos tratos.

Torin Nelson, un interrogador contratado que llegó a Abu Ghraib poco después de los disturbios de noviembre –trabajó en la prisión entre noviembre de 2003 y febrero de 2004– y que ayudó en la investigación de Taguba en calidad de testigo, afirmó que ninguno de los guardias había sido informado de los problemas relacionados con los alimentos. «Como los guardias no sabían árabe, no conocían las quejas de los prisioneros sobre la comida», aseguró.

ASC Y RAY PARKS

Mientras que el Departamento de Justicia de Estados Unidos está investigando a seis contratistas privados de Titán y CACI que trabajaron como traductores e interrogadores por su implicación en las torturas y malos tratos, la empresa que suministró los alimentos permanece en el olvido en las numerosas investigaciones abiertas por el Pentágono sobre las condiciones de vida de la prisión.

El nombre de la empresa es Centro Americano de Servicios (ASC), con sede en Qatar, tal como pudo conocer CorpWatch el pasado mes de noviembre gracias a una serie de indagaciones hechas con funcionarios del Pentágono y militares destinados en Irak.

ASC se presenta en su página de Internet como una simple empresa que suministra servicios tales como alojamiento, mobiliario, alquileres de vehículos y servicios telefónicos y de Internet. La empresa afirma que trabaja para el Ejército estadounidense en Qatar y para otras empresas privadas con contratos con el Pentágono, como ITT y Dyncorp.

No hace ninguna mención a sus actividades en Abu Ghraib. Su propietario y director ejecutivo, Ali Hadi, ha asegurado a CorpWatch que desconoce estas informaciones. «Soy el empresario de la compañía, no el encargado», respondió a la pregunta de si ASC había sido subcontratada para el suministro de alimentos en la prisión iraquí.

Hadi aseguró que toda la información sobre los posibles contratos en Abu Ghrain desaparecieron con el asesinato de su gerente, Ray Parks, un veterano de la guerra de Vietnam, nacido en Virginia Occidental, que murió el pasado 16 de febrero, a los 56 años de edad, en una emboscada camino de Bagdad, tendida por tres pistoleros que vestían uniformes negros.

Los miembros de familia de Parks exigieron inmediatamente una investigación rigurosa de las circunstancias de su asesinato. Según su hermana, Millie Mercer, un investigador el Ejército se puso en contacto con la familia, pero no volvieron a saber nada más de él. Ray Parks había mantenido relaciones contractuales con el Gobierno desde hacía muchos años para misiones fuera de Estados Unidos y se trasladó a Irak para «ayudar a la gente», según su hermana. En junio de 2003 entró en ASC como experto informático.

«URGENTE URGENTE URGENTE»

En uno de sus correos electrónicos, el del 27 de octubre, el comandante Dinenna afirmaba que «Parks está lleno de mierda y no merece la más mínima confianza». El correo estaba titulado en el apartado de ‘asunto’ con el mensaje: «URGENTE URGENTE URGENTE».

En este correo, Dinenna respondía a un mensaje anterior enviado por otro comandante del Ejército, de apellido Green, quien desacreditó en parte las acusaciones de Dinenna sobre la calidad de los alimentos y de otros servicios aportados por ASC.

«¿Quién está haciendo las acusaciones de que hay suciedad y bichos, o sobre lo que pasa con los alimentos?», preguntaba Green. «Si son los prisioneros, yo las consideraría con muchas reservas», añadió. En respuesta, Dinenna respondió: «Nuestros policías militares, médicos y cirujano de campaña podían fácilmente identificar bichos, ratas y suciedad, y lo hicieron».