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Los refugiados de Fallujah

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Pablo Manuel Rizzo

«Los médicos de Fallujah están denunciando que los pacientes del hospital han sido forzados a salir por los Americanos,» dijo Mehdi Abdulla, conductor de ambulancias del hospital de Baghdad de 33 años de edad, «Algunos doctores me dijeron que estaban realizando una operación de cirugía mayor, cuando los soldados los echaron y dejaron al paciente morir.» Mehdi mira el suelo, luego hacia el horizonte.

La calle del hospital es un caos de autos tocando la bocina mientras en el hospital están recibiendo escritorios nuevos. Las cajas vacías están diseminadas alrededor del hospital. Um Mohammed, una doctora del hospital se sienta detrás de su viejo escritorio de madera. «¿Cómo puedo recibir un escritorio nuevo cuando hay pacientes muriendo debido a la falta de medicinas?» pregunta agitando sus manos en el aire, «Deberían hacer es contruir un ascensor, de modo que los pacientes que no pueden caminar puedan ser llevados a cirugía, y cambio de eso recibimos estos escritorios nuevos!» Sus ojos estaban penetrados de fuego, mientras una nueva capa de frustración se cubre su trabajo.

«Y todavía hay algunos iraquíes que piensan que los americanos vinieron a liberarlos, » agrega mientras mira por la ventana rota. Los vidrios yacen afuera, hechos añicos por un coche bomba que detonó frente al hospital. «Esta gente cambiará de opinión acerca de sus liberadores cuando ellos también tengan un miembro de su familia muerto.»

Mehdi nos lleva entónces a un campo de refugiados de Fallujenses, establecido en el campus de la Universidad de Baghdad. Las carpas rodean una vieja mezquita. Unos chicos corretean entre ellas pateando una pelota de futbol medio desinflada. Algunas mujeres están usando el agua de dos canillas para lavar vasijas y ropa. Alrededor hay bastante gente, caminan como perdidos, esperando.

Nosotros pedimos permiso a un sheikh para conversar con algunas familias. Nos saluda y dice: «Ustedes pueden ver cuánto hemos sufrido. Tenemos 97 familias aquí ahora, 50 más vendrán mañana. Hay gente secuestrando a los chicos refugiados para venderlos.»

Abu Hammad, un comerciante de Fallujah de 35 años, comienza a relatarnos su experiencia, respira con dificultad mientras lo hace debido que está muy furioso.

«Los aviones americanos vinieron contínuamente durante la noche y bombardearon todo Fallujah! No pararon ni un momento! Si no encontraban un objetivo para bombardear, entónces usaban bombas de sonido solo para aterrorizar a la gente y a los chicos. La ciudad estaba aterrorizada; no puedo describirles cuánto pánico había.»

Tiembla de angustia y de furia. «En la mañana encontré a Fallujah vacía, como si no viviera nadie allí. Incluso gases venenosos han usado en Fallujah, usaron de todo, tanques, artillería, infantería, gas venenoso. Fallujah fué bombardeada hasta los cimientos. No queda nada.»

Varios hombres parados junto a nosotros, otros refugiados, asienten con la cabeza confirmando mientras miran hacia donde se pone el sol, en dirección de Fallujah.

Abu Hammad continúa: «La mayoría de la gente inocente permanecía en las mezquitas para estar más cerca de Dios y sentirse seguros. Hasta los heridos fueron asesinados. Ancianas con banderas blancas fueron asesinadas por los Americanos! Los Americanos anunciaron a la gente que viniera a cierta mezquita si querían abandonar Fallujah, e incluso la gente que fué allí con banderas blancas fué asesinada!»

Uno de los hombres que estaba con nosotros, un hombre corpulento llamado Mohammad Ali está llorando, su cuerpo grande temblando con cada nuevo detalle revelado por Abu Hammad.

«No había comida, ni electricidad, ni agua, » continúa Abu Hammad, «ni siquiera podíamos encender una vela porque los Americanos nos hubieran visto y matado.»

Hace una pausa y pregunta: «Este sufrimiento de la gente, quisiera preguntar a todos en el mundo si han visto un sufrimiento así. La gente en Fallujah es solo Fallujenses. Ayad Allawi estaba mintiendo cuando dijo que había combatientes extranjeros allí.»

Y continúa: «Hay cuerpos que los Americanos han arrojado al río. Yo los ví cuando lo hacían! Y todos los que estaban allí pensaron que serían asesinados por los Americanos, de modo que decidieron cruzar el río nadando. Incluso cuando los Americano les disparaban con rifles desde la orilla! Incluso gente que no podía nadar intentaba cruzar el río! Prefirieron ahogarse antes que ser asesinados por los Americanos.»

Mohammad interrumpe para iniciar sus plegarias. Él es del distrito de Julan, en Fallujah, donde ocurrió gran parte de las peleas más duras, y continúan ocurriendo. «Ellos nos llaman terroristas cuando nosotros vivimos en la ciudad. Es nuestra ciudad. Nosotros no fuimos a atacar a los Americanos, ellos vinieron a nuestra ciudad a atacarnos. Los Fallujenses estamos defendiendo nuestra ciudad, nuestras casas, nuestras mezquitas, nuestro honor. Ayad Allawi dice que somos su familia, puede usted atacar a su familia Allawi? Ataca a su propia familia Allawi?»

En ese punto, levanta sus manos hacia el cielo y piden levantando la voz: «Pedimos al Islam, todos los países Islámicos, que tengan una clara conciencia para ver lo que está sucediendo en Fallujah. Nosotros eramos la ciudad más segura con la policía y la Guardia Nacional Iraquí (ING) antes de la presencia de los Americanos. Ahora que hemos venido a Baghdad tenemos miedo de que nuestros autos y todas nuestras pertenencias sean robadas.»

Su cuerpazo sigue temblando mientras habla: «Nosotros no creemos que haya habido Eid después del Ramadan (N.del T.: un festejo de alguna manera comparable a la pascua cristiana, luego del Ramadan que es un período de ayuno Islámico) este año, porque nuestra situación es demasiado mala. Todo lo que tenemos es más ayuno. Ellos dicen que van a recontruír Fallujah, pero yo quisiera preguntar cuándo y cómo? Qué hicieron ellos con Sadr City cuando dejaron de pelear allí? No hicieron nada.»

Veo un hombre con una sola pierna sentado cerca de la mezquita, que asiente con la cabeza fumando su cigarrillo mientras Mohammad continúa: «Quisiera preguntar al mundo por qué sucede esto? Les digo a los presidentes de los países Arabes y Musulmanes que despierten! Despierten por favor! Estamos siendo asesinados, somos refugiados de nuestras propias casas, nuestros chicos no tienen nada, nisiquiera zapatos para ponerse! Despierten! Despierten! No sean traidores! Sean seres humanos y no marionetas de los Americanos!»

Está llorando más aún ahora: «Yo dejé Fallujah ayer y estoy lisiado. Le rogué a Diós que nos salvara, pero ahora nuestra casa fué bombardeada y he perdido todo.»

Como Mohammad ya no habla, un refugiado de 40 años, Khalil, habla ahora: «Cuando los Americanos vinieron a nuestra ciudad nos rehusamos a aceptar que extranjeros vengan a invadirnos. Aceptamos a la Guardia Nacional Iraquí pero no a los Americanos. Nadie ha visto a ningún Zarqawi. Si los Americanos no vinieran a nuestra ciudad, quién atacaríamos los Fallujenses? Los Fallujenses no atacamos a otros iraquíes. Los Fallujenses solo atacamos a las tropas Americanas cuando entras o se acercan a nuestra ciudad.»

En vez de llorar, como muchos otros que entrevisté, Khalil está furioso. Su tristeza se convierte en cólera. «Si tenemos un govierno, el govierno debería solucionar el sufrimiento de la gente. Nuestro govierno no lo hace, en cambio nos atacan constantemente, nuestro govierno es un govierno marioneta. No están aquí para ayudarnos. Los ministros de Defensa y del Interior dicen que somos su familia, entónces por qué demuelen nuestra casa sobre nuestras cabezas? Por qué están matándonos?»

Pero entónces las lágrimas asoman a sus ojos, y mientras señala a varios niños pequeños que están cerca, dice: «Eid ha terminado, Ramadan ha terminado, y los chicos no tienen ni una sonrisa siquiera. No tienen nada ni ningún lugar donde ir. Acostumbrábamos llevarlos a los parques a divertirse, pero ahora no tenemos ni una casa para darles.»

Continúa señalando a los chicos y a algunas mujeres que están cerca: «Qué será de los chicos? qué harán? qué será de las mujeres? No puedo describir la situación en Fallujah y las condiciones de la gente. Fallujah está sufriendo demasiado, todo está perdido ahora.»

Entónces explica: «Obtuvimos algunas provisiones de la buena gnete de Baghdad, y algunos doctores voluntarios vinieron por sus propios medios con algunas medicinas, pero tuvieron que uír cada día porque las condiciones eran demasiado malas. No recibimos nada del Ministerio de Salud, ni medicina, ni doctores, ni nada.»

Continuó diciendo que los que dejaron Fallujah no pensaron que estarían lejos tanto tiempo, de modo que solo llevaron ropa de verano. Ahora está bastante frío por la noche, con temperatuas debajo de los 10 grados centígrados a la noche y casi todo el tiempo ventoso. Khalil añade: «Necesitamos ropa. Estamos viviendo en un desastre aquí en el campo. Estamos viviendo como perros y los niños no tienen suficiente ropa.»

Hoy, un vocero de la Medialuna Roja Iraquí (N. del T.: es una organización benéfica paralela a la Cruz Roja, pero cambian el símbolo de la cruz por una medialuna por que no son cristianos sino musulmanes) me dijo que ninguno de los equipos de socorro ha sido autorizado para entrar en Fallujah, y el ejército dice que pasarán al menos dos semanas antes que los refugiados puedan volver a su ciudad.

Dahr Jamail es periodista norteamericano en Bagdad

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