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Atentados, atascos, secuestros, cortes de luz...El director de la Biblioteca Nacional iraquí cuenta el día a día del país en un diario en Internet

«M. no viene hoy; dice que una bala perdida mató a su hija»

Fuentes: El País

Saad Eskander dirige la Biblioteca Nacional de Irak, en Bagdad, pero no siempre está ocupado en ordenar archivos y catalogar documentos. Este kurdo-chií, de 44 años, dedica buena parte del tiempo a esquivar las explosiones que asolan a diario la capital iraquí y a evitar que le secuestren, mientras lleva a cabo misiones burocráticas ajenas […]

Saad Eskander dirige la Biblioteca Nacional de Irak, en Bagdad, pero no siempre está ocupado en ordenar archivos y catalogar documentos. Este kurdo-chií, de 44 años, dedica buena parte del tiempo a esquivar las explosiones que asolan a diario la capital iraquí y a evitar que le secuestren, mientras lleva a cabo misiones burocráticas ajenas a su cargo, como paliar los cortes de luz o asegurarse una hora de conexión a Internet.

Gracias a la Red, Eskander puede enviar por correo electrónico un diario a la Biblioteca Británica desde el 31 de diciembre (aunque empezó a escribirlo a mediados de noviembre), que se puede leer en www.bl.uk/iraqdiary.html. Con un lenguaje sencillo, describe con la misma serenidad el horror de los atentados, la visita a un ministro o la charla con un familiar. «Una amiga me propuso escribirlo, para explicar a la gente cómo es la vida diaria aquí», explica Eskander en una entrevista telefónica.

Este bibliotecario está al frente de la Biblioteca Nacional (atacada y quemada por los propios iraquíes durante la invasión) desde final de 2003 para reconstruirla. «Estamos haciendo mucho», dice. Cuando el edificio se quemó, se perdió un 60% del material de archivo y un 95% de los libros raros, según la Biblioteca Británica, que está ayudando a la reconstrucción de la iraquí.

Pese a todo, el doctor quiere quedarse en Irak: «Creo en el futuro democrático de este país; si nos marchamos ganan los violentos». Así es la vida en Bagdad, vista a través del doctor Eskander:

SÁBADO, 3 DE FEBRERO Una jornada sangrienta

Uno de los días más sangrientos de Bagdad. Un camión ha explosionado en el área de Al Sadriya. Más de 150 personas inocentes han muerto y 250 han resultado heridas. Uno de los trabajadores de la biblioteca ha resultado herido; otro ha perdido a su primo.

DOMINGO, DÍA 4 Otro mal día

A las 11.15 una explosión ha hecho temblar nuestro edificio. Hemos tenido que esperar un rato hasta que nos han dado permiso para abandonar la biblioteca. Al irnos, hemos visto una carnicería y algunos coches totalmente destrozados.

LUNES, DÍA 5 Cortes de luz

He ido al Ministerio de Energía para intentar persuadirles de que excluyan a la Biblioteca Nacional del programa de recortes (establece un máximo de entre dos y tres horas de electricidad al día). Me he entrevistado con el director general del departamento de distribución y le he pedido por favor que nos deje seis horas de electricidad al día. Me ha dicho que no puede ser. Bueno, ahora no me queda más remedio que presionar al Ministerio de Cultura para que repare nuestro generador eléctrico…

A media mañana me he enterado de que el hermano del señor K. (del departamento de catalogación) ha muerto. A las 14.00, un grupo de hombres armados ha atacado la zona donde yo vivo. Ha habido muchos heridos y muertos; civiles, inocentes… Más tarde, he visitado a mi primo, que fue disparado hace dos semanas. Ha sido un día triste…

MARTES, DÍA 6 Ni una explosión

No ha habido ninguna explosión ni disparos. He repasado la lista de ausencias de la biblioteca y me he fijado en que el señor M. lleva desaparecido desde la explosión del sábado… Hoy me ha visitado un conocido actor que quiere que le dejemos nuestro teatro para filmar varias obras. Le he prometido que se lo cederé, gratis, porque estamos de acuerdo en que hay que seguir promoviendo las actividades culturales durante estos tiempos difíciles.

MIÉRCOLES, DÍA 7 Sin noticias del señor M.

He ido al Ministerio de Cultura para una reunión. En los alrededores, todas las carreteras y puentes estaban cerrados. A las 14.00 ha terminado el encuentro. Hemos abandonado el edificio rápidamente. Todavía sin noticias del señor M. Empezamos a pensar que puede haber muerto en el atentado del sábado y que su cuerpo ha quedado enterrado bajo los escombros.

JUEVES, DÍA 8 Jornada ‘negra’

Dos de nuestros bibliotecarios (uno suní y otro chií) se han ofrecido a buscar al señor M. He dicho que no de inmediato. Es demasiado peligroso. Desafortunadamente, no me han hecho caso y han abandonado el edificio sin decir nada. Al cabo de una hora, la señora B. ha entrado en mi oficina llorando. Han llamado unos desconocidos para decir que han secuestrado a uno de ellos en la zona del atentado del sábado y han preguntado si era chií.

Al poco tiempo hemos comprobado que el otro bibliotecario estaba con él. El caos se ha apoderado de la biblioteca. Me he criado en esa zona, la de Al Sadriya, y conozco a mucha gente de allí. Así que he llamado a un líder chií del barrio y le he preguntado si sabe algo. Me ha asegurado que sus hombres no les han secuestrado, pero que puede haberlo hecho un grupo suní muy activo en el área. Enseguida he sentido que algo iba mal.

Treinta minutos después ha aparecido uno de los bibliotecarios, el suní. Ha explicado que le liberaron en cuanto comprobaron que era suní, pero que su compañero seguía secuestrado…. No sabía dónde… Enseguida he sabido que no había tiempo suficiente para salvarle la vida. He contactado con gente que tiene influencia en esa zona. Pero en el fondo de mi corazón ya sabía que era demasiado tarde. Una hora más tarde un contacto me informó de que el bibliotecario había sido ejecutado y que su cuerpo había sido abandonado en un callejón.

Esta noche mi hermano me ha llamado desde Londres para preguntar, como siempre, si mi familia y yo estamos bien. Como siempre le he dicho que sí. Él es muy optimista respecto al nuevo plan de seguridad para la ciudad de Bagdad. Yo creo que ese plan supone la última oportunidad para nosotros, y que si falla, será el final de un país y la escalada de una guerra civil sin precedentes.

SÁBADO, DÍA 10 El ser humano perfecto

No hay más noticias sobre la ejecución del bibliotecario ni el otro compañero desaparecido. He decidido poner en marcha un comité especial para investigar el caso. Me doy cuenta, cada vez más, de que hoy en día, en Bagdad, el ser humano perfecto sería aquél capaz de desconectar todos sus sentidos. Estar ciego y sordo ya no es una maldición en este país, sino una bendición.

DOMINGO, DÍA 11 Secuestro y paliza

Hay mucho tráfico, porque la policía, la Guardia Nacional y el Ejército estadounidense han levantado varios controles y han cerrado algunas vías principales. Ha aparecido el bibliotecario perdido, el señor M. pero no ha dado ninguna explicación de dónde ha estado. La señora M. ha llamado para decir que hoy no viene, porque una bala perdida ha matado a su hija. Su marido y dos hijos fueron secuestrados hace dos semanas; fueron liberados poco después, tras recibir una buena paliza. Me reúno con los empleados del departamento de informática. Acordamos desarrollar nuestra web.

LUNES, DÍA 12 Cómo llegar a casa

Antes me costaba cuatro minutos ir de mi casa a la oficina en coche. Ahora, tardo entre 20 y 25 minutos, por los atascos causados por el incremento de los controles, cortes de carreteras y los atentados terroristas. Para llegar a la oficina, hay que pasar cuatro controles. Bagdad se parece cada vez más a un gran cuartel. En cuanto llego a la oficina, reúno al comité especial, que concluye que el bibliotecario suní no tuvo nada que ver con el secuestro del chií.

A las 12.28 una serie de explosiones sacuden el edificio. Por la tarde me encuentro con la señora Ma., que perdió a su hermano hace dos semanas. Me explica que su familia ha decidido abandonar Bagdad de forma permanente para mudarse a Basora, en el sur del país. Le prometo ayudarles en lo que pueda y le deseo mucha suerte. Por la noche, llama mi hermano para ver si todos estamos bien. Siempre me siento culpable por el dolor y ansiedad que mi presencia en Bagdad causa a mi hermano y hermana. Ambos viven en el extranjero, y todos los días me suplican que vuelva a Londres.

MARTES, DÍA 13 Escasea la gasolina

La presencia de las fuerzas armadas estadounidenses se percibe en todas partes en Bagdad. Cada día hay más controles. El tráfico empeora. Y escasea la gasolina. Escucho en las noticias que en el atentado de ayer murieron 88 personas y 155 resultaron heridas.

MIÉRCOLES, DÍA 14 ¡Esto es surrealista!

El tráfico está imposible. Me ha costado 30 minutos llegar al Ministerio de Cultura. Antes llegaba en dos minutos. Llegando al edificio, a sólo 200 metros, decido ir andando. La acera de la izquierda es segura, pero la de la derecha no. ¡Es una situación surrealista! En la reunión con el ministro, hemos hablado de la reconstrucción de la biblioteca y la seguridad. Al salir, he ido directamente a casa y a trabajar desde allí para evitar los atascos.

Cuando llego a casa me doy cuenta de que me he olvidado los periódicos y salgo a buscarlos.

www.bl.uk/iraqdiary.html.