Recomiendo:
0

Mesa redonda celebrada el 16 de octubre en Vigo dentro del simposio "Pobre mundo rico"

Margarita Ledo: «hay que filmar al enemigo: impedir que nos adormezca y que nos haga llorar»

Fuentes: Club Internacional de Prensa

  Manuel García Serrano: «El cine comprometido no llega a la audiencia y el sistema de ayudas es insuficiente.» «En el ámbito educativo se pueden trabajar valores, fomentar la reflexión y el espíritu crítico. Hay que aprovecharse del potencial del audiovisual en las aulas».   Carlos Estévez: «Los medios de comunicación nos vuelven anónimos, silenciosos […]


 

Manuel García Serrano: «El cine comprometido no llega a la audiencia y el sistema de ayudas es insuficiente.» «En el ámbito educativo se pueden trabajar valores, fomentar la reflexión y el espíritu crítico. Hay que aprovecharse del potencial del audiovisual en las aulas».

 

Carlos Estévez: «Los medios de comunicación nos vuelven anónimos, silenciosos y nos impiden escuchar las voces contra la globalización» «En este escenario de supremacía del poder económico desfilan la pobreza y la desigualdad»

El tratamiento de la pobreza y las desigualdades desde el audiovisual, y el papel del mismo en reflejar la problemática y fomentar la reflexión, fueron temas de la mesa redonda «Ver, oír y no callar», que se celebró ayer en Vigo. En la misma intervinieron Margarita Ledo (cineasta, escritora y Catedrática de Ciencias de la Comunicación en la USC), Carlos Estévez (Director y realizador de Cine y TV), y Manuel García Serrano (Director, productor y guionista). La charla se acompañó con fragmentos de obras audiovisuales, como la presentada por Margarita Ledo sobre «La pesadilla de Darwin», «Pobladores» de Manuel García, y una promo que sintetiza los 7 capítulos de ‘Voces contra la globalización: … ¿otro mundo es posible?», de Carlos Estévez.

 

La poca rentabilidad del cine social

 

Manuel García Serrano, director de «El Mundo a cada rato» y responsable de la productora «Tus ojos», encargada de evocar en el cine la realidad social, comenzó relatando, a partir de su experiencia audiovisual, las dificultades económicas a las que se ve condenada el cine comprometido. La demanda de entretenimiento ahoga las posibilidades del cine social, que ni recupera la inversión ni termina de llegar a la audiencia. Recordó sin embargo, que hay cierto futuro, puesto que «la tecnología digital revolucionará el audiovisual, reduciendo los costes de producción sin sacrificar el lenguaje cinematográfico».

 

Referentes

 

Citando a Erice, señaló también cómo estas nuevas tecnologías nos llevan al mismo tiempo al agotamiento del lenguaje cinematográfico de ficción, y a una necesidad de acudir a la realidad. Reivindicó el concepto de cine de Rosellini, como vehículo de transmisión de conocimiento, de cultura, que al poder plasmar las desigualdades era un poderoso motor de reflexión.

 

Las censuras en el cine

Se trataron también los tipos de censura a los que se enfrenta el cine (recogidos de Christian Metz): económica (en cuanto a costosa), de lenguaje (en cuanto necesita someterse a unas reglas básicas de comprensión) y moral (los elementos de responsabilidad que subyacen a la problemática de la pobreza).

 

El tratamiento audiovisual de la pobreza: transmitir conductas positivas. El humanismo en el cine.

 

La problemática del tratamiento audiovisual de la pobreza se presentó de manera clara: «¿Cómo tratar la pobreza para que se pueda digerir? Por un lado «Buscando la sensibilidad» puesto que con ella puedes transmitir una realidad que parece incluso más real».

García Serrano explicó también la necesaria labor de un ‘verdadero’ cine social, que se sitúa entre el cine documental (que ha trabajado la temática social para lucrarse -como el caso de Michael Moore-), y el cine de denuncia. Un espacio para tratar la pobreza y la desigualdad en el audiovisual que habla de conductas positivas. Se trata, comentó- de abordar «el humanismo en el cine».

 

La fuerza del audiovisual: en el ámbito educativo está el futuro

 

» El audiovisual es -a veces- más fuerte que la palabra.» Las limitaciones a las que se enfrenta el cine social, en cuanto a la rentabilidad y a la audiencia, propuso un aprovechamiento de los potenciales del medio aplicándolos al ámbito educativo: «porque desde allí se pueden trabajar bien los valores». El cine aparece así como un envoltorio desde el cual se fomenta la reflexión y se crean espíritus críticos.

 

Cine social y político

 

» La atmósfera está atacando ahora a todos los cielos; es por eso que nos preocupamos ahora de la pobreza, porque nos afecta a todos.» Margarita Ledo por su parte puso de manifiesto la repentina preocupación occidental por las desigualdades. Recordó también el nacimiento de la pobreza como fenómeno mediático en 1984, en lo que fue un llamamiento mundial por los intereses que había en África.

 

En el tratamiento del problema de la pobreza desde lo (audio) visual, citó sus referentes: Sebastián Salgado, ‘fotógrafo del hambre’, que supo retratar el tema para dar a conocer, a pensar, para buscar las causas.

 

Margarita tildó de ‘político’ su cine, porque «represento otro tipo de miseria: la falta de ciudadanía y su capacidad de decisión», y señaló la necesidad de actuar desde el audiovisual para evitar que se acerque Ante el acercamiento del pensamiento y la ideología neoliberal». ¿Cómo hacerlo?: filmando al enemigo.

 

Filmar al enemigo

 

Los ejemplos de Winterbottom en Guantánamo y de Michael Moore con la política de Bush (al margen del cine social de marketing de este último) ponen de manifiesto que hay objetivos que se pueden conseguir.

Otra de las opciones la constituye el filmar el trabajo, a lo que añadió «filmar el trabajo hoy es filmar la pobreza y sus causas», necesidad en la que coincidió Carlos Estévez, director de cine y TV.

 

Desfemeneización de la pobreza

 

En el debate se apuntaron algunos de los temas de desigualdad más sangrantes. Margarita Ledo apuntó la desproporción en la destinación de las ayudas de cooperación a mujeres, indicando que en algunas corporaciones sólo el 0’2% de los proyectos están dedicados a las mismas. El símbolo de la pobreza del mundo rico-señaló- es la mujer inmigrante y cabeza de familia, y son ellas las que tienen más perspectiva de futuro y además invierten en educación para sus hijos.

 

La falta de democratización de los medios

 

Carlos Estévez por su parte, hizo especial hincapié en el papel de los medios de comunicación como responsables del tratamiento de una situación de desigualdad e injusticia alarmantes. Así, señaló cómo «los medios nos impiden tener una buena visión del mundo, nos ofrecen una realidad tergiversada y negativa para generar temor». «Hay una completa manipulación no sólo en lo que se nos dice (información precocinada), si no en lo que dejan de decirnos (estamos sometidos a un silencio): ante ella miramos sin ver, oímos sin escuchar, «estamos sometidos a un silencio», nos impiden escuchar las voces contra la globalización».

 

Abogó por centrarse en el contenido y no en la forma, en lo que dices las voces: voces como la de Ignacio Ramonet, que nos dicen que «más de un tercio de la humanidad vive con menos de un dólar al día», mientras que «una vaca europea recibe cada día cuatro dólares de subvención»: «estamos en un mundo en el que una vaca vive más dignamente que una persona».

 

Supremacía del poder económico

 

» En un escenario en el que se produce una supremacía de poder económico frente al político, desfilan la pobreza y la desigualdad». Señaló así como el gran perdedor de la globalización ha sido el pueblo (algo que hasta ha reconocido Bill Gates, indicó). Citando a José Saramago señaló que «el capitalismo juega a suplantar el poder político y pone en cuestión el propio sistema democrático».

 

En la reivindicación del cambio ‘exigió’ ciertas actitudes necesarias, porque sólo así será posible cambiar la estructura de las cosas: «para ver los hechos deben estar ante la luz pública, no escondidos. Para oír tiene que existir un amplio espacio público donde hablar y escuchar. Para no callar debe existir información, espíritu crítico y saber estar por encima de las convenciones.»