Recomiendo:
0

Al-Jazzera difunde un video producido por Il Manifiesto sobre la periodista italiana secuestrada en Iraq

«Me llamo Giuliana Sgrena: escribo para un periódico que se opuso a las sanciones y a la guerra contra Iraq»

Fuentes: www.onlinejournal.com

Traducido para Rebelión por Paloma Valverde

En las primeras páginas de los principales periódicos iraquíes en los últimos días, solo un titular: ¡¡¡Liberadla!!!

El secuestro el [pasado] cuatro de febrero de la periodista de Il Manifesto, Giuliana Sgrena, se ha vivido entre la población civil iraquí con angustia por su suerte – ha añadido a la letanía de sus diarias, terribles y cada vez mayores angustias la carga de su desaparición. En su humanidad absolutamente civilizada y casi sin poder, suplican por ella. No creo que sea fácil, incluso para la brutalidad de la ocupación, aplastar tan desinteresada presión de pertinaz humanidad.

Sheik Hussein al Zobey, coordinador sunni del campo de refugiados dentro de la Universidad de Bagdad, lanzó un sereno llamamiento por la liberación de la periodista: «En nombre de la verdad, liberadla. Hago este llamamiento en nombre de aquellos que han venido a ayudarnos. Pido a los secuestradores que liberen a Giuliana, que ha prometido ayudarnos. Ella ha jugado y reído con nuestros niños y ha llorado con nosotros.»


«Verdaderamente emotiva es la implicación del pueblo iraquí en la terrible experiencia de Giuliana Sgrena» escribió el corresponsal en Bagdad de Il Manifesto, Stefano Chiarini. «Sufriendo abusos diarios y violencia a manos de las fuerzas de ocupación o su entorno, estando los propios iraquíes sometidos a la rutina de la toma de rehenes por los ocupantes – si el padre no está en casa detienen a su hijo, hermano u otro familiar; bajo el pretexto de buscar armas, los soldados estadounidenses y los iraquíes que han entrenado buscan joyas y dinero. Y sin embargo, todo el país se ha movilizado por la liberación de Giuliana».

Sheik Abdel Salam al Qubaisi de la Asociación de Expertos en Islam (sunni) denunció el secuestro en términos contundentes: «Esta clase de secuestros distorsiona y difama la resistencia del pueblo iraquí contra la ocupación estadounidense». Sheik Al Qubaisi recordó que el 19 de enero, la Asociación de Expertos en Islam se pronunció explícitamente contra «acciones de ese tipo» afirmando que «no debe producirse el secuestro de periodistas».

En realidad, informa Chiarini, Sheik al Qubaisi sigue siendo escéptico sobre los grupos que reivindican la responsabilidad del secuestro (otro grupo, las Brigadas de los Muyaidines en Iraq, reivindicaron que Sgrena había sido asesinada, pero las pruebas en contra han sido posteriormente confirmadas). «Aún tenemos nuestras dudas. No sabemos si lo que dicen es verdad. Creemos que ninguna organización iraquí organizaría un secuestro de ese tipo, especialmente contra una periodista que intentaba entrevistar a refugiados de Faluya, víctimas de la ocupación estadounidense».

El 10 de febrero, Il Manifesto informó que un miembro de la Asociación de Expertos en Islam había sido detenido por las autoridades de Allawi justo unas horas antes de su esperado llamamiento por la libertad de Giuliana Sgrena. Sheik Ali al Jabouri fue detenido sin ninguna explicación respecto a tan tremenda decisión [la detención] tomada en estos primeros momentos de negociación para la liberación de Sgrena, cuando la intervención de las autoridades religiosas sunnis podría ser crucial.

En realidad, según Il Manifesto, el secuestro de Giuliana Sgrena no podría haber ocurrido en peor momento para los sunnies, puesto que sus representantes están preparando la denuncia del fraude electoral. Rumores de que solo votó el 45 por ciento de los iraquíes que se inscribieron para votar (lo que haría descender significativamente el porcentaje del total de votantes que participaron en las elecciones) cobran cada vez más fuerza por la reticencia de las autoridades a dar porcentajes. El portavoz de la comisión electoral, Faryd Ayar, dijo a la prensa escuetamente el [pasado] 10 de febrero que no podría ofrecer datos sobre los porcentajes de voto.


Lo que resulta evidente para los sunnis y para la Shia que está en contra de la ocupación es que el próximo gobierno iraquí ha sido entregado a las facciones pro-estadounidenses y pro-iraníes mientras que los árabes nacionalistas, shi’is y sunnis han sido excluidos. La creación de una Asamblea Nacional salpicada de representantes pro-iraníes y pro-EEUU no hará sino aumentar la resistencia.

Giuliana Sgrena lo predijo. Según sus colegas de Il Manifesto lo dijo antes de viajar a Bagdad: «Los estadounidenses entregarán Iraq a la facción iraní del Consejo Supremo de la Revolución islámica en Iraq. Pero ¿merece la pena poner del revés Iraq solo para colocar otro Irán en la zona?

Sin presagiar nada bueno, el dirigente radical musulmán Muqtada al Sadr, rompió su silencio recientemente: «No me pronuncié contra las elecciones para no desobedecer a los líderes religiosos, pero no participé en las elecciones porque no quiero convertirme en instrumento de la ocupación». Más recientemente dijo que el próximo gobierno no será legítimo porque será un gobierno en minoría.

Tras el corto período de calma post-electoral, Iraq está nuevamente asolado por la violencia: 33 personas asesinadas el 8 de febrero, 27 el día anterior en Mosul y Baquba; el humo aumenta en los cielos de Bagdad tras las constantes explosiones; la una vez elegante calle Haifa es un campo de batalla permanente; morteros y misiles lanzados con regularidad explosionan fuera de la zona de seguridad [green zone] en las inmediaciones; el director del hotel al Rashid ha sido asesinado; los escuadrones de la muerte kurdos operan con impunidad; hombres siniestros, sin uniformes, pero vestidos de negro, patrullan de noche las orillas del Tigris alumbrados por los vehículos oficiales estadounidenses, después desaparecen.

Con este telón de fondo surrealista, mortal, kafkiano, se representan los interminables actos de una obra de teatro de la crueldad. ¿Quién ha secuestrado a Giuliana Sgrena y por qué?

Entre los italianos, las teorías son: 1. un acto criminal al azar realizado por dinero; 2. una acción planificada por las fuerzas de las resistencia y 3. complicidad y connivencia de las fuerzas de seguridad internacionales con una turbia y dudosa yihad. Estas son las mismas teorías que circularon durante el secuestro de Simona Toretta y Simona Parri – con ellas, tras su liberación, se dio por sentada la tercera opción.


Entre tanto, ¿quién es Giuliana Sgrena y por qué su secuestro ha movilizado a Italia y a Iraq? Simona Torretta y Simona Parri dos miembros de Un ponte per Baghdad, secuestradas en su oficina de Bagdad y liberadas el 28 de septiembre de 2004, conocían bien a Giuliana Sgrena y publicaron una declaración en Il Manifesto tras su secuestro: «Durante la guerra, ella nos enseñó el Iraq que no se ve – el de los civiles sobre los que se lanzan las bombas. Fue una de las primeras periodistas en recoger pruebas de los secuestros entre las mujeres detenidas en Abu Ghraib. Giuliana es muy querida entre los iraquíes. Reconocen su gran humanidad y su pasión por la verdad. Su mirada es la mirada de una mujer… la última vez que la vimos en nuestro local de Bagdad la felicitamos por su nueva exposición de fotografías de Afganistán. Eran retratos de mujer. Nos dejó impresionadas la extremada dignidad en los ojos de esas mujeres».

En realidad, Giuliana Sgrena enfrentaba a sus lectores con la realidad del sufrimiento de las mujeres bajo la ocupación: ella les ponía caras y nombres. En una de sus memorables entrevistas contó la historia de una mujer llamada Mithal al-Hassan. Il Manifesto publicó un magnífico resumen en su web:

«En plena noche, soldados estadounidenses irrumpieron en la casa de Mithal al-Hassan y detuvieron tanto a ella como a su hijo. Después, los soldados revolvieron su piso. Denunciado como parte de una venganza, Mithal fue condenada sin juicio a 80 días de horror en compañía de otras mujeres prisioneras quienes, como ella, fueron sometidas a abusos y torturas. Desde entonces ha difundido sus torturas en Internet».

Sgrena para terminar citó a Mithal al-Hassan: «EEUU ha ocupado nuestro país. Tenemos derecho a defendernos. La resistencia es autodefensa». Como Luciana Casstellina, una de las articulistas de Il Manifesto contó «Giuliana Sgrena, informando sobre países en guerra, siempre ha tratado de dar voz a aquellos que no tenían ni armas ni poder, a aquellos que se convierten en las víctimas de los ‘daños colaterales’ de la guerra – víctimas de las bombas, del hambre de la sed. Se fijó especialmente en las mujeres. Informaba directamente desde Bagdad y vivía entre la gente. Giuliana fue la primera periodista en hablar de la resistencia iraquí, pero nunca a través de portavoces o de grupos organizados, siempre a través de las voces de la gente que, sobre todo, eran voces de mujeres».

Pero Giuliana Sgrena aunque nacida después de la Segunda guerra Mundial sabía de la resistencia. Había vivido su legado a través de la memoria de su familia. Su padre de 79 años, Franco Sgrena, trabajador jubilado del ferrocarril fue un antifascista y combatiente partisano en la resistencia italiana contra el fascismo nazi en la Segunda Guerra Mundial y es aún miembro y dirigente del Partido Comunista. Su familia vive en una casita de dos plantas en el centro de la ciudad de Mesera donde ella nació, en el extremo norte de Italia, cerca de Domodossola [región del Piamonte, nordeste de Italia] , lugar donde se libraron sangrientas luchas de la resistencia, cerca de donde los partisanos detuvieron y ejecutaron a Mussolini en 1945.

Yo conozco la zona, con frecuencia hacía excursiones a pie por los Alpes y normalmente me paraba en algún paraje solitario y salvaje como homenaje buscando algún camafeo empotrado en la roca, en honor de los partisanos caídos. La lucha debió haber sido dura, en realidad, para haber penetrado tanto en estos lugares recónditos -cornisas de apenas un pie de ancho, saltando sobre briosos torrentes, gritando por encima de rocas a un paso de los abismos que se abrían a sus pies.


Todo Masea cuando supo el secuestro de Giuliana se unió a la familia para consolarles y recordarles que Giuliana había continuado su lucha y había honrado el pasado de la resistencia oponiéndose a la guerra, al imperialismo, a la agresión, poniendo su profesión por encima de todo al servicio de la gente.


Pronto [Giuliana] empezó a preocuparse por el mundo en los movimientos estudiantiles de los 60 en Milán, que eran los más importantes en Italia. Se enfrentó a la policía en sentadas protestado contra la instalación de misiles Pershing y Crucero en las bases militares de EEUU en Italia. Entró en Il Manifesto e informó desde algunos de los lugares más peligrosos del mundo escondiendo la realidad de su peligro personal detrás de las palabras que subrayaban el peligro que amenazaba a los demás


Entre los italianos con conciencia hoy, Giuliana es abrazada en este momento de suplicio «como uno de los nuestros, gentes de paz». Hoy la «gente de paz» están decorando el Coliseo y otros lugares de importancia por toda Italia con la foto de Giuliana. Alcalde tras alcalde, consejo regional tras consejo, ciudad tras ciudad están aprobando resoluciones exigiendo que el gobierno utilice todos sus recursos para asegurar su liberación, seguido de la exigencia de sacar a las tropas de Iraq de entre las 3.000 tropas de «coalición» de la Operación «Antigua Babilonia» (un nombre inadecuado, grotesco y pomposo -al tiempo que la gente del actual Iraq no existió o no les importó), el tributo feudal de Berlusconi a su señor en el DC, George Bush.

En el Parlamento italiano, una votación crucial para autorizar fondos para la aventura de Iraq ha sido retrasado para asegurar un esfuerzo unitario en nombre de la liberación de Sgrena. La coalición de centro izquierda se opondrá con su voto a la coalición de la derecha neo-fascista.

La vida de Giuliana Sgrena está en peligro en Iraq, donde el horror ha dejado de ser horrible porque ha sido bárbara e innecesariamente normalizado. La invasión ilegal de Iraq se ha convertido en realidad en ese Tribunal final de crímenes de Nuremberg: el crimen contra la paz. De este crimen primigenio se ha derivado el resto. Bien podríamos reflejar la premonición de Sgrena al inicio de la guerra: «Esta es la más absurda de las guerras y será un baño de sangre». ¡Ojalá no hubiera estado tan acertada!

«Me llamo Giuliana Sgrena: escribo para un periódico que se opuso a las sanciones y a la guerra contra Iraq» es una cita tomada del video producido por Il Manifesto y emitido en el mundo árabe a través de al-Jazeera TV en un llamamiento para la liberación de la periodista, Giuliana Sgrena, secuestrada según se ha informado por la «Organización de la Yihad Islámica», el cuatro de febrero tras la entrevista que realizó a refugiados de Faluya en el campo de refugiados sito en la Universidad de Bagdad.

Luciana Bohne es profesora de cine y literatura de la Universidad de Edimburgo en Pensilvania (EEUU)