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Refugiados en el Líbano

Menores iraquíes en zona de riesgo

Fuentes: IPS

La gran afluencia de refugiados iraquíes a Líbano supera los recursos y la capacidad de atención de las organizaciones humanitarias, en especial en materia de educación. Gran cantidad de niñas y niños no están escolarizados. El acceso de los menores refugiados es limitado en las superpobladas escuelas estatales libanesas, y las privadas son muy costosas […]

La gran afluencia de refugiados iraquíes a Líbano supera los recursos y la capacidad de atención de las organizaciones humanitarias, en especial en materia de educación. Gran cantidad de niñas y niños no están escolarizados.

El acceso de los menores refugiados es limitado en las superpobladas escuelas estatales libanesas, y las privadas son muy costosas para la mayoría de ellos. Los que ya están matriculados corren el riesgo de abandonar por defasajes en los planes de estudio.

«Inglés es por lejos la materia más difícil para mis hijos», relató Fatima, madre de cinco niños llegó de Basora, en el sur de Iraq. «Cuando llegamos a Líbano, antes de la guerra de 2003, hacía dos años que no iban a la escuela».

«El transporte es muy caro aquí y no puedo pagarlo», se lamentó Haifa, madre de tres niños, llegada desde Bagdad. «Preferiría no comer ni beber si así mis hijos pudieran ir a la escuela. Es como volver al pasado».

Alí, de 14 años, hace dos años que llegó a Líbano. Sus padres y cinco hermanos huyeron de Bagdad porque sus vidas estaban en peligro. «La situación era terrible. Asesinaban personas delante de nuestro», recordó..

Este adolescente, que reside en un suburbio de mayoría chiita de Beirut, es uno de los pocos iraquíes escolarizado. «Aprendemos a leer, escribir y ahora a usar la computadora», contó.

Pero son los menos. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que hay unos 540.000 niños y niñas iraquíes en edad escolar refugiados en países árabes.

Esa agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) lanzó la semana pasada una campaña para recaudar 220 millones de dólares para 2010, destinados a la educación de nueve millones de niños y niñas refugiados.

La iniciativa contó con apoyo de la embajadora de buena voluntad de Acnur, Angelina Jolie, y la fundación creada por el ex presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001).

«El programa llamado nueve millones es una forma de garantizar que se respete el derecho a la educación de esos menores en situación vulnerable», reza la declaración del alto comisionado, el portugués Antonio Guterres.

La campaña se propone satisfacer las necesidades educativas de niños y niñas en edad escolar centrada en refugiados de Colombia, Iraq y Sudán cubriendo diversos aspectos, desde maestros, material didáctico hasta transporte, agua y formación profesional.

Casi 2.000 iraquíes se ven obligados a abandonar sus hogares y dejar sus vidas atrás. La mitad de los 40.000 iraquíes que se estima viven en Líbano son niños o adolescentes, según Acnur.

Dada la gran afluencia de refugiados iraquíes a Líbano desde comienzos de 2006, Acnur dejó de darles 300 dólares al año por menor. Al no tener posibilidad de acceder a un empleo ni poder enviar a los niños a la escuela, las familias se sienten agobiadas.

«Hay grandes carencias en el suministro de asistencia a los iraquíes de Líbano, en especial en materia de educación», señaló Robert Beer, coordinador del proyecto educativo del Consejo Noruego para los Refugiados. «La enseñanza es muy costosa para las familias».

Un estudio del Consejo Danés para los Refugiados revela que sólo 40 por ciento de los niños y niñas iraquíes en Líbano prosiguen sus estudios después de la primaria. Más de la mitad de los hogares no mandan a sus hijos a la escuela.

«No se los puede introducir en un ambiente educativo estructurado en este momento», remarcó Beer. «Estos niños necesitan un programa intensivo de cinco o seis días a la semana».

«Evaluamos el nivel académico y de comportamiento de los niños. En base a ello creamos un archivo individual y la idea es elaborar un plan para eliminar las lagunas en su formación para que puedan integrarse al sistema escolar libanés», explicó Beer.

El Consejo Noruego para los Refugiados abrió un Centro de Recursos Educativos de apoyo a la comunidad iraquí en Líbano que brinda cursos intensivos a los menores e incluye atención psicológica.

Organizaciones humanitarias como World Vision consideran que la atención psicológica es de vital importancia para los niños iraquíes refugiados.

«Sin estatus legal, tratamiento psicológico, educación adecuada ni atención médica, esta devastada y desparramada generación tiene pocas perspectivas de futuro, a menos que la comunidad internacional brinde asistencia significativa», señala World Vision.

«Los niños iraquíes padecen numerosos problemas a causa de la violencia», señaló el director de la Asociación Insan en Líbano, Charles Nasrallah. «Aquí, además, tienen problemas de adaptación».

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, urgió a los países que ocupan Iraq a asumir de inmediato la grave crisis que padecen los refugiados.