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Mentiras de la reacción sobre el uso de Internet en Cuba

Fuentes: Rebelión

No es nada difícil coger en las manos cualquier periódico de la reacción y, si estos dedican algún espacio de sus páginas a informar sobre Cuba, observar cómo las noticias son escandalosamente tergiversadas con el único y perverso objetivo de desacreditar su Revolución. Estos días, algunos de ellos han difundido noticias acerca del fenómeno de Internet […]

No es nada difícil coger en las manos cualquier periódico de la reacción y, si estos dedican algún espacio de sus páginas a informar sobre Cuba, observar cómo las noticias son escandalosamente tergiversadas con el único y perverso objetivo de desacreditar su Revolución.

Estos días, algunos de ellos han difundido noticias acerca del fenómeno de Internet en el país revolucionario. Resulta que, a través de la Gaceta de Cuba, se ha anunciado la extensión del servicio de Internet a las oficinas de Correos, y no pocos de los citados medios de comunicación han aprovechado la ocasión para difundir la noticia desde el ángulo tergiversador que a sus dueños -los grandes capitalistas- les interesa. Así, han tenido la desvergüenza de anunciarlo no como un paso más en el empeño de Cuba por acceder a Internet de la manera más amplia posible, sino como «una suavización de las restricciones en Internet que el Gobierno de Cuba impone a sus gobernados», lo que es totalmente falso.

Producto de tan nefastas manipulaciones, existe fuera de la Isla la errónea y generalizada creencia de que la ciudadanía cubana no tiene acceso a Internet -o la tiene muy restringida- como medida represiva del Gobierno, que «no quiere que sus gobernados tengan comunicación directa con el resto del mundo». Nada más ridículo y falso, sin embargo. El gobierno cubano siempre ha procurado justo lo contrario.

Ya en 2004, de las 300.000 computadoras que existían en el país, el 65% estaban conectadas en la red; se contaba con 750 sitios de Internet; 480.000 cuentas de correo electrónico -miles de ellas con acceso a los servicios de Internet-; toda la prensa nacional y local estaban en Internet, incluidas las estaciones de radio y segmentos de televisión. Sobra decir que, de ese tiempo a esta parte, los datos que acabo de aportar han crecido considerablemente -las computadoras existentes, por ejemplo, doblan con creces la cifra arriba anunciada-. Todas las escuelas y universidades cubanas están equipadas con computadoras. Como anécdota diré que, hace cinco años, existían 99 escuelas con un solo niño como alumno. Pues bien, en todas esas escuelas también se contaba con la correspondiente computadora y su respectivo maestro.

Los «Joven Club de Computación y Electrónica -JCCE-» surgieron el 8 de septiembre de 1987. Los más de 600 que con tecnología punta hoy existen repartidos entre los 169 municipios del país, están al alcance de todos sus habitantes, con acceso gratuito a Internet.

Contrariamente a lo que se piensa, el Gobierno cubano siempre se ha esforzado por acceder a estas tecnologías para revertirlas en el desarrollo de la sociedad. Y los impedimentos con que siempre ha contado por parte de los imperialistas yanquis, que son los que deciden quienes acceden al sistema creado por ellos, no han sido pocos.

De rápida expansión, el fenómeno de Internet es todavía reciente y tiene un impacto indiscutible en el desarrollo del mundo actual. Creado en Estados Unidos a la sombra de proyectos militares, fue desarrollado posteriormente con el objetivo de democratizar el conocimiento, la información y las tecnologías del mundo; objetivo que, por supuesto, no ha sido alcanzado, porque sólo algo más del 10% de la población mundial tiene acceso a Internet, siendo cerca del 90% de éstos habitantes del llamado Primer Mundo.

Cuba contaba con recursos humanos para hacerlo, pero llegó tarde a Internet, y no precisamente por antojo de su gobierno. La primera conexión la logró en 1994, y la consiguió a través de un tercer país debido a las trabas impuestas por el bloqueo estadounidense. Y es que en mayo de aquel año, los yanquis, dominadores de la red de redes, liberaron los sitios que estuvieron bloqueados al acceso desde la Isla. Pero no fue hasta 1996 cuando el gobierno estadounidense permitió a Cuba el pleno acceso a la navegación de Internet. Lo cierto del caso es que, inspirado en el Carril II de la Ley Torricelli, Estados Unidos permitió finalmente la conexión porque consideró importante que Cuba la tuviese, para poder utilizarla como herramienta dedicada a subvertir a la Revolución.

La inversión que el país requiere para optimizar el uso de Internet no es precisamente pequeña. Cuba ha tenido que hacer un esfuerzo económico, aún insuficiente, mucho más grande que nadie, porque ante la imposibilidad de adquirir los medios indispensables en Estados Unidos, lo ha tenido que hacer en mercados de otros países más lejanos y caros.

Cuba va avanzando en la medida de sus posibilidades, y la anunciada extensión a las oficinas de Correos es prueba inequívoca de ello. Se debe tener muy en cuenta que, debido al bloqueo que sufre el pueblo de Cuba desde hace ya cinco décadas, el uso de las instalaciones submarinas de cable de fibra óptica que Estados Unidos tiene alrededor de la Isla no están disponibles para el uso de los cubanos. A Cuba no le quedó otra alternativa que conectarse a través de satélites, y eso supuso un coste mayor y unas velocidades de conexión muchísimo más lentas, que se traducen a un uso más limitado y menos eficiente.

Pero sucede que Cuba es un país socialista y, en vez de privilegiar sólo a un puñado de habitantes, se esmera en llevar a cabo un modelo alternativo de desarrollo de Internet completamente alejado del uso individualizado, apostando por el más amplio uso social, como lo demuestra su utilización en la ciencia y la técnica, la salud, la educación, los medios de comunicación, así como en el desarrollo de las más importantes ramas de la economía.

Es el gobierno yanqui, pues, quien restringe deliberadamente el uso de Internet al pueblo cubano, y no la dirigencia que gobierna a éste, como informa de manera tendenciosa la reacción mundial en sus poderosos medios de comunicación.

No obstante, Cuba tiene firmado un convenio con la hermana Venezuela para instalar cable de fibra óptica bajo el mar entre ambos países, operación que se espera finalizar en 2010. Este hecho no supondrá la solución definitiva a los problemas existentes, pero sin duda mejorará la calidad y cantidad de conexión a Internet desde la Isla.

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