Colores, figuras y formas juegan sobre los ladrillos y bloques de las paredes. A veces se deslizan divertidos sobre la madera o el playwood, y muy pocas veces se mueven sobre la tela que sirve de soporte para la pintura en caballete. La Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y la Cultura (ASTAC), ha trabajado, […]
Colores, figuras y formas juegan sobre los ladrillos y bloques de las paredes. A veces se deslizan divertidos sobre la madera o el playwood, y muy pocas veces se mueven sobre la tela que sirve de soporte para la pintura en caballete. La Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y la Cultura (ASTAC), ha trabajado, de la mano con muchas comunidades en el país, para plasmar el arte popular a través de murales, los cuales buscan recrear y expresar las necesidades de algunas grupos o asentamientos dentro y fuera de la capital.
ASTAC es una organización no gubernamental que busca, desde su formación en 1982, unir el elemento creativo con el teórico, desde la visión de los diferentes momentos de la cultura popular salvadoreña. Para ello trabajan con los sectores más desamparados, o «alejados de Dios» como dicen sus miembros, comunidades de la periferia de San Salvador, para rescatar el arte y utilizarlo como un ente facilitador del trabajo comunitario.
Según Óscar Vásquez, encargado del área de promoción cultual y trabajo de campo, desde sus inicios ASTAC tiene como práctica el trabajo de campo como proyección sociocultural. Busca así rescatar las expresiones culturales de la población de las comunidades, y de esa manera apuntar a la proyección del desarrollo humano. De esta manera se busca impulsar procesos donde participen los jóvenes de una manera organizada y de la mano con el resto de la comunidad. Para ello han desarrollado un diplomado en promoción sociocultural, el cual busca dar herramientas a los jóvenes para que sepan qué es el trabajo cultural, cómo hacerlo y cómo motivar a los habitantes en sus grupos. «Los jóvenes en las comunidades necesitan un proceso organizativo, un acercamiento con la expresión artística cultural; ahí es donde se incide generando procesos de capacitacón en diferentes disciplinas y los murales son uno de ellos», asegura Mario Mata, director de ASTAC.
El mural como expresión colectiva Recientemente, la organización ha finalizado cuatro de ellos, los cuales fueron pintados por el muralista Isaías Mata. Estos trabajos plásticos se encuentran en cuatro puntos visibles de la ciudad: El centro escolar Cocha Viuda de Escalón, San Jacinto, Mercado San Miguelito y el Teatro de Cámara. En todos se busca representar a la mujer como ser integral e importante dentro de la sociedad.
ASTAC ha realizado otros doce trabajos en diferentes comunidades de San Salvador y otros departamentos del país. «Buscamos llegar a lugares donde no es fácil llevar cultura. Por ello trabajamos en comunidades olvidadas por las gestiones culturales y por las organizaciones encargadas de llevar conocimiento», dice Isaías Mata, muralista. Por ello los plásticos han incursionado en comunidades dentro de Mejicanos, el centro de la capital y otros polos donde se ha capacitado a los lugareños en los conocimientos básicos de el dibujo, la combinación de la pintura, etc. «No cualquiera agarra un pincel y se pone a pintar algo. Se les explica en qué consiste el trabajo y cómo nosotros podemos trabajar con ellos», agrega Mario Mata.
Según la organización, no son ellos los que proponen los temas. Buscan que esto lo hagan los pobladores y miembros de comunidades, ya que cada mural que se elabora es un reflejo de las necesidades y aspiraciones de las personas de cada lugar.
En la elaboración de las pinturas participan niños, mujeres, ancianos, pandilleros. «Todos se identifican y como algunos han combinado lo colores, otro han hecho dibujos, otros han pintado, otros han limpiado pinceles, todos deciden conservar y respetar los murales, pues además de reflejar la identidad sirve para llevar arte a estos lugares», explica Isaías Mata. Es aquí donde se va construyendo un mundo de expresión artística social. La necesidad de educación, la falta de espiritualidad, Monseñor Romero, la escasez del agua, la violencia intrafamiliar, las pandillas y la muerte son temas que se repiten en las paredes de las diferentes comunidades visitadas. «Cada mural refleja el rescate de la imagen socio espiritual colectiva. No se puede decir que estos murales rescatan como una unidad, sino que depende de la comunidad y de la gente que lo propone», dice Mario Mata.
Otras expresiones del arte ASTAC no sólo busca rescatar el mural como forma de expresión colectiva. Además de las artes plásticas, la asociación busca apoyar a las comunidades con talleres de expresión plástica, teatro, poesía, danza folclórica y música.
«Muchas veces la gente cree que solo los universitarios se interesan en el arte, pero hay muchos niños en las comunidades que despiertan con estos talleres la inquietud por pintar, escribir o bailar. El problema es que siempre se ve al deporte como alternativa para el esparcimiento juvenil y se cierra el espacio para que ellos puedan expresarse», concluye Mario Mata.
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