No llegan noticias nada alegres de Iraq. La guerra sectaria se asienta día a día, el nuevo primer ministro iraquí todavía no ha conseguido encontrar a sus ministros de Interior y Defensa seis meses después de que se celebrasen las elecciones [1], los horrores de las matanzas de Hadiza [2] y al-Ishaqui que han abierto […]
No llegan noticias nada alegres de Iraq. La guerra sectaria se asienta día a día, el nuevo primer ministro iraquí todavía no ha conseguido encontrar a sus ministros de Interior y Defensa seis meses después de que se celebrasen las elecciones [1], los horrores de las matanzas de Hadiza [2] y al-Ishaqui que han abierto los ojos y colocado al descubierto los crímenes cometidos por las tropas estadounidenses que vinieron bajo la bandera de la liberación de Iraq.
Las agencias de noticias extranjeras no llevan el cómputo de los muertos iraquíes, ni de los heridos. Son números terroríficos que siguen aumentando cada hora, quizá cada minuto, pero el alma de los iraquíes no es importante. Los ocupantes estadounidenses solo se molestan en documentar sus propios muertos.
[…] En el nuevo Iraq no se sabe de dónde viene la bala asesina: de las milicias sectarias, de los estadounidenses, de quien ha cortado el camino, o de las bandas armadas; todos matan sin distinción. Por si esto no fuera suficiente, el gobierno estadounidense, que tiene toda la responsabilidad de esta desastrosa situación de Iraq, trae a sus tropas, que se supone tenían que encarnar el principio de disciplina y orden militar, de la que se proclama como la primera potencia del mundo libre, para cometer asesinatos a sangre fría en las ciudades de Hadiza y al-Ishaqui, mandando al otro mundo a familias enteras.
[…] Nada avanza en el nuevo Iraq excepto la corrupción, la muerte y la dilapidación del dinero público a plena luz del día. Iraq es testigo hoy de la mayor operación de robo de la Historia.
Milicias y ‘sharia’
Las milicias que han llegado a Iraq subidas a los tanques estadounidenses enarbolan la bandera del Islam para matar en Basora [3]. No discuten sobre cómo aplicar la sharia o combatir la ocupación, sino sobre robar petróleo, quién roba más, quién vende más, quién controla un mayor número de pozos y de producción. Nadie sabe cuánto petróleo exporta Iraq, ni dónde van a parar sus beneficios [4]. Nadie quiere saberlo, tampoco los británicos o los estadounidenses porque el saberlo sería rebasar la línea roja que podría desencadenar enfrentamientos y bombas en los arcenes contra las fuerzas de ocupación.
[…] El número de exiliados iraquíes aumenta, se multiplica. Los antiguos exiliados se han quedado en sus cuarteles europeos escribiendo poesía y maldiciendo al antiguo régimen, negando lo que ocurre actualmente o mirando al futuro. Pero los que se escapan ahora del infierno de la falsa democracia y de la liberación, se amontonan en Jordania, Siria o cualquier país árabe que les acoja; son pocos los que logran llegar a Europa o EEUU porque las puertas del exilio han echado el cerrojo. Ya no cuentan con el pretexto de Sadam Huseín que les sirva de salvoconducto para Suecia, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda o EEUU, donde se les garantiza una casa y una asignación mensual.
No hay clase media en el nuevo Iraq. Solo hay dos clases: los que pertenecen a la Zona Verde y los que son de la zona maltratada, es decir, todos los habitantes de Iraq. Los que pertenecen a la primera clase son los antiguos opositores, los que se han enriquecido con la guerra, los que le chupan la sangre al pueblo iraquí, los que se prestan al proyecto de fractura, muerte y destrucción de EEUU.
Iraq, sin presente
El nuevo gobierno no va a poder mejorar la situación de seguridad, sino todo lo contrario. Su formación sufre los efectos de un nuevo enfrentamiento, esta vez entre los miembros de la Alianza que está en el poder, por el reparto de las carteras ministeriales [5]. El resultado es que no ha dejado de ser sectario, ni se ha convertido en nacional, sino que parece un cuervo que quiere parecerse a un jilguero y que, al final, no es ni un cuervo ni un jilguero.
Los que más esperanzas tienen son el presidente Bush y su aliado Tony Blair, que esperan mucho de este gobierno para que mejore la situación de seguridad y así poder retirar sus tropas de Iraq. Pero la realidad sobre el terreno deja claro que al-Maliki no es mejor que Yaafari y que la situación no mejoraría ni aunque el mismísimo [gran ayatolá] Ali as-Sistani presidiese el gobierno.
[…] Sabemos bien -y lo decimos con pleno convencimiento- que son demasiado cobardes para reconocer sus errores y sus crímenes porque siguen siendo prisioneros del pasado y no quieren ver el presente, o saltar hacia el futuro, porque el Iraq de hoy no tiene presente aunque el futuro no es nada halagüeño.
Notas de IraqSolidaridad:
1. Ya designados en la actualidad: la cartera de Interior ha sido otorgada al chií Jawad al-Bulani, y la de Defensa, al general Abd al-Qadir Jasim al-Ubaidi, un sunní muy criticado por haber participado con las fuerzas estadounidenses en los brutales operativos militarse en la provincia de al-Anbar, en concreto contra Faluya. 2. Véase en IraqSolidaridad: Hadiza: Crimen de Guerra. Cronología, nombres de las víctimas y antecedentes de la matanza 3. Véase en IraqSolidaridad: Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está jugando Irán a la ‘resistencia’ en Basora? 4. Véase en IraqSolidaridad: ¿Cuánto petróleo ha exportado Iraq? (BTC News) – El vicepresidente de Iraq marca el compromiso de las nuevas autoridades con la liberalización de la economía 5. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Nuevo gobierno en Iraq: inestable reparto sectario – La lista del nuevo gobierno y referencia en nota 3.
Traducido del árabe para IraqSolidaridad y Boletín de Prensa Árabe por Pedro Rojo.