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Naranjas con «derechos de autor»

Fuentes: Aporrea

La naranja Nadorcott ha sido objeto recientemente de un litigio entre la Federación de Cooperativas Agrícolas de la Comunidad Valenciana y los poseedores de la «propiedad intelectual» de esta variedad. La protección de este cítrico, que se da especialmente en Sevilla, Valencia y Murcia, llega a hacer necesaria la posesión de una licencia en las parcelas donde se cultiva

La cruzada de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) contra la piratería de CDs, DVDs y software informático tiene su equivalente agrario con la protección de variedades vegetales. Aunque no se trata de ir a la caza y captura del «top manta» de las semillas, sí crece el celo ente las empresas por guardar lo mejor posible la integridad de sus simientes ante las variaciones incontroladas de las mismas.

Recientemente, la Federación de Cooperativas Agrícolas de la Comunidad Valenciana (Fecoav) vio rechazado un recurso para que se retirara la protección existente sobre la variedad Nadorcott, un tipo de naranja que se cultiva especialmente en Sevilla, Valencia y Murcia. En esta ocasión, la Cámara de Recursos de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV) consideró que la mencionada variedad presentaba «todos los requisitos necesarios para su protección».

De hecho, desde octubre de 2004, la empresa Geslive, que representa a la sociedad francesa Nadorcott Protection, tiene la obligación de regularizar las plantaciones no autorizadas y concederles licencias para que puedan explotar este tipo de naranja. Más allá, la resolución judicial legitimó a los propietarios de la variedad a velar por la trazabilidad y conservación de la calidad mediante la exigencia de dichas licencias.

Tras esta maniobra y ante las posibles sanciones que se pudieran derivar de la no utilización de las semillas en la forma establecida por la marca, el 80% de las plantas solicitaron la regularización. Para solventar el trámite -primordial para poder explotar y comercializar naranjas de este tipo-, ha sido necesario realizar numerosas auditorías en las explotaciones. Desde Geslive indican que de 1.785.793 plantas declaradas, el 80% (1.425.536) ya han sido auditadas y, de ellas, el 63% (1.123.772) ya han obtenido la licencia. En total, 362 productores y 17 envasadores disponen ya de la licencia adecuada.

Y, ¿qué ocurre con aquellos que han optado por no regularizar su situación? La empresa afirma que «para evitar la competencia desleal Geslive, en colaboración con la empresa Grupotec Inspección y Medio Ambiente (GIMA), ha establecido un sistema de identificación y trazabilidad en el mercado de toda la fruta producida bajo licencia». En definitiva, todas las naranjas que tengan el visto bueno de Geslive deberán ir debidamente identificadas y etiquetadas, «en los términos de su licencia de explotación o del acuerdo de adhesión al sistema de identificación por parte de los comercializadores».

Al igual que en el mundo de los contenidos audiovisuales, las infracciones por «reproducción, venta, oferta en venta, venta u otro tipo de comercialización, exportación, importación o almacenamiento» -parece la apertura de cualquier DVD alquilado en un videoclub- se consideran una «violación de los derechos del titular, por lo que se ejercen todas las acciones legales que procedan para hacer cesar tales actos y reclamar las indemnizaciones pertinentes por los daños y perjuicios causados», afirman desde Geslive.

La protección de variedades vegetales está regulada internacionalmente por la UPOV (Unión para la Protección de las Obtenciones Vegetales), organismo creado en 1961 para velar por la integridad y los derechos asociados a estas semillas. Actualmente está compuesto por 44 países entre los que se encuentran destacadas potencias agrarias como la Unión Europea y Estados Unidos.