Traducción para Rebelión de Susana Merino
Hace alrededor de un año llamó la atención mundial la naciente fuerza expresiva de la multitud en la red, primero fue la batalla de Wikileaks e inmediatamente a partir de Túnez, en las revoluciones de aquella gran área y en los movimientos 15 M y Occupy.
Luego de un año clave, denso en amenazas y promesas nacidas estas últimas de un movimiento mundial totalmente nuevo, la gobernanza financiarizada, consciente de la gran amenaza que la autocomunicación horizontal de las multitudes pesa sobre su dominio, busca retomar con fuerza su ataque a la libertad sobre la red.
Llegó entonces la tentativa , tal vez fracasado de tratar de hacer aprobar la Stop Piracy Online Act (SOPA) y el proyecto IP Act (PIPA) y la efectiva clausura de Megaupload en los EE.UU.
Ahora estamos convocados a otra gran batalla mundial contra el ACTA (Anti-Counterfeitig Trade Agreement) el tratado liberticida de defensa del copyright y de la penalización de la falsificación. Preparado en secreto por una cuarentena de países y sin ningún debate público ni parlamentario el ACTA cuyo relator ha dado un portazo y se ha retirado diciendo «Yo no participaré de esta mascarada» ya ha sido firmado por la UE, por Obama, que rechazó avalar la SOPA. Por el momento en Europa no es vinculante hasta que sea aprobado por el parlamento europeo, razón por la cual el movimiento se está movilizando fuertemente en Polonia y mucho más ampliamente que antes.
El fortalecimiento del copyright pone en evidencia una paradoja: por un lado le es indispensable al capital para mantener y acrecentar su capacidad rentística y por otro obstaculiza la cooperación social que es muy productiva y no se basa en la división del trabajo sino que se halla construida alrededor del valor producido por la circulación de los flujos de creencias/deseos, de la captación y de la monetización de la atención, que construye sedimentaciones de sentido estructuradas a través de procesos de transindividuación.
Dentro de esta contradicción puede advertirse la batalla interna que se produce entre las dos alas del capitalismo: la definida como «incumbent» (detentadores) de Yochai Benkler, conformada por los aglomerados consolidados del entretenimiento para los que el copyright es vital y la que Mackenzie Wark ha llamado «clase vectorial» que se alimenta propiamente de la producción común. De donde sucede que SOPA y PIPA son defendidas por los grandes y por las cariátides de los medios verticales como Murdoch y compañía (1) y por el otro lado combatidas por Google, Facebook, Ebay. Amazon y hasta del converso de última hora Microsoft… se trata sin embargo de falsos impolutos caballeros cuyo objetivo no es tanto la libertad de expresión en la red sino la construcción de enormes redes «recintos vigilados» como lo han señalado los compañeros de Infofreeflow (2) No podemos por lo tanto de acuerdo con Manuel Castells cuando en una entrevista /3) dice que Google es «más un aliado que un enemigo» porque se trata simplemente de «un business y no de una ideología» Una contradicción en sus términos ya que se habla de uno de los primeros capitales mundiales; y ¿qué decir además de la estratificación étnica llevada a cabo en su famoso campus Googleplex donde los trabajadores tienen distintivos de colores diferentes, diferentes accesos y prohibición de socializar?
En general el debate instalado en la red luego de la clausura `pr el FBI del sitio Megaupload y mientras escribimos reforzado por la decisión de Twiter de plantearse una autocensura que le hace el juego a los poderes constituidos, ha sido encarado prevalentemente desde dos extremos: por un lado los entusiastas de la red que ven en esta un instrumento salvífico gracias a su horizontalidad y su libertad de intercambio de informaciones, por el otro aquellos que critican a un capitalismo específicamente digital a partir del reconocimiento de la nueva captación capitalista del intercambio de datos y por lo tanto en la valoración de los flujos de metadatos. En este caso el concepto de «capitalismo digital» afirmaría la separación entre un capitalismo en red y uno real, en donde el primero es hallaría caracterizado por el desencuentro dialéctico entre lo parasitario y la cooperación social, mientras que el segundo por la figura del empresario y el obrero. Las posiciones asumidas en este debate nos recuerdan en tal sentido al de la acumulación originaria descripta por Marx en el capítulo 24 de El Capital. Como sugiere Gigi Roggero en el libro «La misteriosa curva de la línea recta» de Lenin según la valuación que se hace de la acumulación no cambia solo sustancialmente la individualización por lo que el trabajador es separado sino que lo que cambia, sobre todo, es la estrategia política.
Capitol Hill, Seattle, diciembre 2011: sobre la pared de un edificio ocupado – y desalojado luego violentamente por la policía – se lee la frase pronunciada sobre la tortura de Thomas Müntzer, el líder de la revuelta campesina alemana del 1500, antes de ser decapitado:»Todas las cosas son en común»
La producción material y la inmaterial no son aspectos separados de la producción capitalista. El capitalismo digital no es un espacio en sí mismo para retomar la crítica tradicional al capitalismo cognitivo como definición que excluye la dimensión material de la producción y de su disfrute , tesis sostenida por el famoso artículo de Wu Ming sobre el fetichismo de la mercadería digital y de su escondido aprovechamiento: los casos de Amazon y de Apple (4) El aumento del sufrimiento de los trabajadores en las corporaciones digitales con sus vidas colmadas de estrés y depresión y la creciente cantidad de suicidios muestran claramente que cuanto sucede en los negocios de Amazon y en las fabricas de smartphones de la china Foxcom no es diferente de la despiadada dictadura up or out que espolea la competitividad hasta la última gota de sangre en las acolchadas oficinas de France Telecom.
Asistimos también, en el sector de la tecnologías digitales de la información y de la comunicación, a grandes inversiones que van desde las escondidas y antiecológicas server farms de Google y en general del Cloud Computing hasta la puesta en funcionamiento de nuevas redes (4G) mientras que en el trabajo remunerado se utilizan todas las reducciones de costos y de discriminación posibles. Lo demuestra: el creciente y masivo uso del offshore hacia la India o hacia otros países con bajos salarios o con recientes leyes como la francesa que precariza y vuelve expulsables a los jóvenes extra europeos apenas egresados de la Escuela de ingenieros, de alto costo.
El capitalismo financiarizado opera por lo tanto en una continuidad de producción y de circulación que intensifica los ritmos de ganancia y de proletarización del trabajo asalariado mientras vampiriza una enorme cantidad de trabajo independiente producido con dispositivos (smartphones y tablets) adquiridos a través de mecanismos de crédito y de financiamiento que obligan a la utilización de medios de pago financieros privados y compulsivos (Itunes, Ebay/Paypal, amazon, OneClick, etc).
La incesante repetición de los recintos materiales e inmateriales sugiere más bien una forma de producción capitalista contemporánea tout court para la que la producción de información valedera (5) es el elemento fundante mientras que la captación de valor se basa en la ganancia. No se quiere negar con esto la existencia de la ganancia en la producción material y de esta ganancia en las fábricas pero se quiere individualizar la existencia de un atractivo que cataliza y reorganiza toda las configuraciones productivas más allá de cualquier división ficticia entre lo material y lo inmaterial, real o virtual, o viejos y nuevos medios. La red no se halla constituía en efecto solamente por flujos de datos, de programación y del desarrollo del software sino también de infraestructuras, de servidores, de laptops, de smarthphones, de tablets, etc. y de las implícitas consecuencias de la invasión de estos dispositivos.
En la medida en que no asistimos a un enfrentamiento entre dos capitalismos, sino a un proceso de reconfiguración realizado en torno la hegemonía de las finanzas, de la información y de la circulación , parece claro que la única manera de cambiar la situación actual pasa por la autoorganización del trabajo vivo multitudinario y en red sobre el territorio.
Entre los ejemplos de autoorganización multitudinaria en red que está emergiendo en estos últimos años parece absolutamente crucial la experiencia de Anonymous. Se hañña este último en el centro de la gran reacción que respondió al cierre de Megaupload. Sin querer reescribir toda la historia en pocas líneas, Anonymous nace prácticamente con la campaña contra la secta de los cientólogos y la de apoyo a Wikileaks dirigida hacia las plataformas neurálgicas de pago como VISA, Mastercard, Paypal culpables de haber bloqueado las donaciones al sitio por propia iniciativa y sin ninguna justificación jurídica.
Le siguieron OPTúnez de apoyo económico a la revolución, en respuesta a la detención del hacker George Hotz, el importante operativo contra Sony que ha permitido el acceso público al catálogo de la multinacional. La campaña actual que ha seguido al cierre de Megaupload inicia la era de aquella Netwar que hace diez años fue señalada por los cerebros de la RAND como la guerra de las «redes contra las redes», una guerra mundial teniendo en cuenta la capilaridad y la extensión del target global y local.
Resulta interesante hacer notar la manera en que los Anonymous y el accionar de los hackers en internet intervienen de modo siempre más complementario e integrado al movimiento Occupy y 15M y alternativo al mismo tiempo de las plataformas de comunicación social corporativa como Facebook o Twiter. Más allá de la osmosis y de las obvias diferencias de contexto y de acción entre estas grandes instancias del movimiento global surgen grandes semejanzas entre sus principios y sus formas organizativas.
El funcionamiento de la infraestructura técnica que hospeda al debate político de Anonymous se basa alrededor del Internet Relay Chat (IRC), la primera forma de comunicación instantánea (chat) en internet y que permite dialogar contemporáneamente a grupos de personas en esoacios de discusión llamados canales. La topología de la red IRC, como ha subrayado Dmytri Kleiner, remite a una network pre social, preservando los principios de la comunicación entre iguales (peer to peer) respecto a la actual configuración cliente/servidor de las plataformas de las redes sociales basadas en la web.
Los Anonymus han creado y utilizado muchos Canales autónomos como espacios de debates políticos y de otras actividades con fondos más lúdicos o humorísticos o que reflejan discusiones sociales. Los canales de debate tienen una función similar a la de las Asambleas del movimienyo Occupy & 15M en ambos casos la coordinación de estas instancias de discusión es leve y no jerárquico.
Como se ha visto en un reciente artículo (6) existe un código ético de funcionamiento de los Anonymous segín el cual al celebridad o el liderazgo no son en ningún caso un fin en sí mismos. «Los Anonymous ofrecen lo que Mike Wesch define como una crítica virulenta al culto post moderno de la celebridad, del individualismo y del concepto de identidad…» que se expresa en primer término en el rechazo a la identificación forzosa con el nombre y el apelllido propios que define el modelo político económico de las plataformas como facebook. El anonimato en este caso permite ejercer en la forma electrónica el estrecho control adoptado por las asambleas del 15M para evitar ese tipo de conducta así como la obstinada búsqueda de consenso.
Los canales IRC que constituyen las distintas caras de los Anonymous están abiertos al público pero requieren un mínimo de experiencia técnica y de conocimiento del contexto para acceder o ser administrador (ops) Los «ops» son los encargados de mantener el orden y por lo tanto tienen la posibilidad de excluír a personas que transgredan las normas culturales y reglamentarias en vigor: en el canal Anonops, por ejemplo está prohibido hacer apología de la violencia o tomársela con los medios. Los «ops» pueden participar en el debate pero no deciden sobre el plan de acción o de operaciones de los Anonymous.
Como en los movimientos de los indignados también en Anonymous, las personas que más se involucran en la tarea poseen una autoridad natural pero no por eso son más influyentes. Las reglas son más rígidas cuando se refieren a las relaciones con el exterior: un Anon que no se haya implicado en acciones del tipo DdoS (7) y que se permita hablar con un periodista corre el riesgo de expulsión. En los Indignados todos pueden expresarse sobre el movimiento a título personal en los medios masivos verticales, pero ninguno puede erigirse en representante o portavoz.
A partir de esta real convergencia se puede imaginar que en el futuro estas barreras técnicas que separan alas grandes instancias de los movimientos se reducirán, la afirmación de la bio-hipermedia (8) entendida como interacción contínua, a través del complejo de dispositivos móviles, de las aplicaciones y de las infraestructuras reticulares, permitirá integrar aun más significativamente las acciones y la fuerza de la calle y de la red.
Notas
[1]http://uninomade.org/murdoch-berlusconi-il-crollo-di-due-imperi-mediatici-e-la-moltitudine-in-rete/
[3] http://www.democraziakmzero.org/2012/01/27/auto-comunicazione-di-massa/
[4] http://www.wumingfoundation.com/giap/?p=5241
[5] http://uninomade.org/capitalismo-macchinico/
[6] http://mediacommons.futureofthebook.org/tne/pieces/anonymous-lulz-collective-action
[7] DDoS, cartas de denegación de servicio, denegación de servicio, literalmente. Se trata de un ataque cibernético en el que un intento de hacer que el funcionamiento de un sistema informático que proporciona un servicio, como por ejemplo un sitio web, hasta el límite de la actuación hasta que ya no es capaz de prestar el servicio.
[8] http://savoirscommuns.org/reseaux-et-bio-hypermedia/t-bio-hypermedia/
Fuente Traducción: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=7030
Fuente Original: http://uninomade.org/verso-una-convergenza-della-calle-e-della-rete/