Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Pintura del artista iraquí Zamer Al-Nasri
Honestamente, no sé muy bien por qué he titulado este escrito «Nubes Rosas y Rojas…»
Para los recién llegados, el Rosa no es uno de mis colores favoritos. No soy anti-Rosa, sólo que el Rosa me recuerda las muñecas Barbie, los dulces de praliné «à la rose bonbon«, las novelas de romances para chicas… Ya saben a lo que me refiero, ¿verdad? Esas novelas sobre el caballero que rescata a la chica y se enamora perdidamente de ella…, pero siempre olvidan añadir que, nueve de cada diez veces, todo acaba fracasando estrepitosamente…
O quizá lo que pasa es que me recuerda a Nancy Pelosi. Recuerdo haberla visto una vez vestida con un traje rosa. A propósito, oí que había sido hospitalizada en California tras una sobredosis de inyecciones de Botox.
¿Qué no harían las mujeres para seguir siendo atractivas para el sexo opuesto? Sólo deseo que el contrario o el sexo opuesto (dependiendo de donde vivas), invierta la misma energía en seguir siendo agradable a los ojos de las mujeres; la andropausia y esas cosas…
Quizá el rosa me recuerde a Code Pink, otro grupo de mujeres antibelicistas [estadounidenses] que en un momento dado promovieron, en aras de la paz, la venta de pantys femeninos de color rosa o de barniz de uñas de color rosa… para oponerse a los esfuerzos bélicos. ¿Esfuerzos bélicos? ¿Quieren decir ocupación ilegal, verdad?
O puede que sea el recuerdo de otras liberales e izquierdistas del espectro político rojo-naranja-rosa… O quizá las nubes rosas de la denegación, donde muchos de Vds. se cobijan en una sonrosada tierra…
En cualquier caso, pronto averiguaré por mí misma el por qué del rosa y… del rojo.
Una de las cosas buenas de no ser periodista es que realmente nunca sabes realmente hasta dónde un escrito te puede hacer llegar… Esa es una de las ventajas de no tener una agenda privada, como la mayoría de los periodistas. Y, como consecuencia, no tengo que acobardarme ante la autoridad ideológica o política de ningún editor… Supongo que lo llamarán Libertad de Pensamiento.
Libertad de pensamiento. Me encanta esa frase. Es un sentimiento maravilloso pensar sin censuras. Como flotar sobre una nube rosa…
Debe ser maravilloso que se te permita ser una persona libre, tomar decisiones, asumir las responsabilidades que impliquen, desarrollar una identidad personal auténtica, sin obstáculos ni contaminaciones de los dictados de otros…
No me estoy refiriendo aquí a anarquía personal… La anarquía…, la conozco demasiado bien…
Esa no es la clase de espacio a la que me estoy refiriendo. No estoy hablando de caos destructivo… Estoy hablando de libertad personal. Una libertad personal medida, prudente, centrada, bien fundada.
Lejos de la «Autoridad» y, algunas veces, frente a la «Autoridad».
Tomemos, por ejemplo, Iraq.
Lo que solía ser el sexo opuesto se ha convertido en el sexo adversario. En la Autoridad per se, en el Editor, el Censurador, el Controlador, el Vigilante, el Opresor, el Asesino… de las Mujeres.
De ser uno de los países más progresistas en Oriente Medio en materia de género, Iraq se ha convertido en el espacio de cuatro años en uno de los países más opresivos para las mujeres.
De ser un estado laico que permitía y apoyaba que las mujeres se desarrollaran en todos los órdenes de la vida, se ha convertido en un estado-prisión sectario que atenta y asesina a sus mujeres…
De ser un país que respetaba a sus mujeres y valoraba sus contribuciones a la sociedad en el arte, la política, la literatura, la poesía, la música, la ciencia… se ha convertido en un país que tortura, encarcela, viola, mutila a sus mujeres y las envía a la horca.
De lo que era mayoritariamente una sociedad civil emergieron los monstruos de la «Libertad» y la «Democracia», destruyendo a nuestras familias, a nuestros padres, a nuestros niños, a nuestros amantes, a nuestros maridos, a nuestros amigos… y a nosotras mismas.
Observen la atmósfera ideológica actual que reina sobre Iraq. Es un desastre de proporciones monstruosas.
Todas las leyes relativas a la igualdad de género han sido cambiadas. Todo aquello por lo que las mujeres iraquíes lucharon desde la década de los años veinte, todo lo que anteriores gobiernos trataron de establecer en materia de igualdad de género, todo ha sido hecho añicos.
Ahora se dice que la Sharia se ha convertido en el corpus legal del Estado.
¡Y qué clase de Sharia! La interpretación más represiva que de ella podía hacerse.
¿Para qué necesitamos ahora la Sharia? ¿No éramos antes musulmanes? ¿No éramos antes suficientemente religiosos? ¿O quizá piensan que tienen el monopolio de la Verdad, o quizá piensan que tienen el monopolio sobre el mismo Dios?
¿Y por qué un no musulmán tiene que verse obligado a vivir bajo una Sharia importada de Irán?
Me dicen: «No hagas que la barca zozobre». ¿Por qué no debería hacer zozobrar la barca?
Por Dios, que si tuviera algún poder, volcaría esa maldita barca y dejaría que todos los que van en ella se hundieran hasta el fondo insondable del océano.
¿Por qué debemos nosotras, mujeres iraquíes, vernos forzadas a vivir bajo el gobierno de los mullah? ¿Nos ha pedido alguien permiso? Y, en cualquier caso, ¿quiénes son esos mullah?
No creáis que nos vais a engañar con vuestras vestiduras, vuestros turbantes y vuestros anillos de plata de Qum. Sabemos lo que sois y cuáles fueron vuestros orígenes. Sabemos cómo os apresurasteis todos a comprar esas ropas y esos turbantes. Sabemos cuán ansiosos estabais de ver que os crecía la barba y sabemos a qué precio os habéis ganado el anillo masónico de Qum.
Y también conocemos vuestras milicias y vuestros hombres. Sabemos todo lo que se embolsan y lo que hacen después de las oraciones de la tarde. Conocemos sus vicios secretos, sus whiskis y su heroína, preferible en forma de cápsulas… y sus chicas muta’a (1). Sí, los conocemos.
¿Ahora venís a imponernos vuestra visión de la religiosidad? ¿Vosotros? ¿Los proxenetas de Teherán?
Las mujeres son masacradas a diario en plena luz del día en las numerosas ciudades en las que tenéis un control total.
¿Qué crimen han cometido? Vosotros, devotos de estatuas, vosotros, adoradores de ídolos de ayatolás muertos y de seniles corrompidos.
Al infierno con todos vosotros y vuestros ayatolás. Al infierno con vosotros y vuestro Sistani.
¡Al infierno, al abismo ardiente del infierno!
Como media, todos los meses se encuentran unos quince cadáveres de mujer tirados por las calles de Bagdad como si fueran basura eliminada, como si fueran deshechos…, asesinadas… (2).
La una porque no llevaba el velo, la otra porque llevaba pintura de labios y una tercera porque no parecía una tienda de campaña andante…
Cada día, en Bagdad, se cuentan historias de mujeres que han sido secuestradas, violadas, mutiladas en sus genitales por vuestras milicias. Todos y cada uno de los días…
Cada día hay historias de mujeres abrasadas con ácido por no haberse cubierto adecuadamente. Todos y cada uno de los días… Esas son las prácticas que os trajisteis de Irán, ¡bastardos!
Pero, ¿de qué tenéis miedo? ¿Tenéis miedo de que un mechón de cabello o una pizca de lápiz labial os desvíen de la senda del supuesto Dios al que adoráis?
¿Tenéis miedo de que un mechón de cabello o un poco de lápiz labial os aparten de vuestra piedad y os traigan a la memoria vuestra perversión y desviación sexual?
¡Qué depravado, pérfido y perverso montón de mierda sois! ¡Qué horrible pandilla de criminales sois!
En cuanto a esas mujeres, a esas supuestas integrantes del Parlamento. Sois una desgracia para vuestro género. Sois una desgracia para Iraq. Y sois una desgracia para el Islam.
En primer lugar, habéis aceptado trabajar para este gobierno. En segundo lugar, habéis silenciado vuestra voz a favor de vuestras supuestas sectas. En tercer lugar, os habéis embolsado dinero ilegal. En cuarto lugar, sois parte integral del edificio-prisión que la ocupación ha traído y al que llamáis gobierno. ¿Y os atrevéis a hablar del Islam?
¿Por qué tenéis miedo de desafiar el artículo 41 (3)? Sabéis que implica devolvernos a la Edad Media. Pero teméis que, si habláis contra el artículo 41, os puedan acusar de estar indirectamente elogiando al régimen anterior.
Sí, el viejo régimen, el que tenía las leyes más progresistas para las mujeres de todo Oriente Medio. Bien, no tengo miedo de alabar al régimen anterior. Os digo que recuperéis las leyes de familia de Saddam Hussein. Desearía poder recuperar al mismo Saddam Hussein en lugar de vosotros y vuestras podridas leyes elaboradas bajo la supervisión de vuestros amos, los estadounidenses y los iraníes. ¡Al infierno, al abismo ardiente del infierno!
¿Y qué hay sobre vuestras prisiones donde miles de mujeres iraquíes llevan años desaparecidas sin acusaciones? ¡Algunas de ellas sólo tienen trece años de edad…!
¿Y qué pasa con todas esas malditas prisiones? «Temerosas de Dios, piadosas», decidme…
¿Qué pasa con sus cuerpos cubiertos de costras, en condiciones inmundas, sin atención médica, dando a luz sobre suelos cubiertos de orina y excrementos, con infecciones y enfermedades matándolas antes de que podáis asesinarlas en la horca.
Y no mencionaré siquiera todas las mujeres desplazadas, exiliadas, depauperadas, abandonadas, mendigando, durmiendo en las aceras, obligadas a prostituirse, y ¡algunas de ellas tienen tan solo trece años!, para alimentar a sus familias. Todo en nombre de la «Democracia».
¿Y preguntáis por qué me enfado? Si mi rabia pudiera convertirse en fuego abrasador que pudiera consumiros a todos, no dudaría ni un momento en escupiros ese fuego a la cara.
¿Y qué pasa con vosotros yihadistas salafístas? Otro puñado de hipócritas takfiri (4). ¿Quiénes sois vosotros para juzgar, y con qué autoridad, quién es musulmán y quién no lo es?
¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?
¿Quiénes sois vosotros para acosar a las mujeres, para obligarlas a cubrirse de arriba abajo, para golpearlas, para humillarlas, para insultarlas? ¿Quiénes sois vosotros?
Os diré quiénes sois. No sois otra cosa que otro puñado de misóginos pervertidos, capaces sólo de ejercitar vuestros músculos contra nosotras en lugar de contra el ocupante. Tapáis vuestra impotencia política con la fuerza bruta. No sois más que unos cobardes, unos idólatras de vuestro pequeño yo, de vuestro ego de machos…
Y vosotros, asesinos, ¿desde cuándo en Iraq un musulmán asesina a un no musulmán?
¿Desde cuándo un musulmán desarraiga a un cristiano o a cualquier otro por motivo de su secta o su religión?
No sois de los nuestros. Sois un ente extraño, un tumor que necesitar ser eliminado quirúrgicamente. Todos vosotros y vuestros partidarios. ¡Al infierno, al abismo ardiente del infierno!
Y en el Norte están apareciendo más casos de lapidaciones, tanto en las comunidades yasidíes como en los clanes kurdos. Entre estos últimos, también se está informando de casos de ablación femenina.
¿Desde cuándo lapidamos a nuestras mujeres? ¿Desde cuándo las apedreamos hasta matarlas? ¿Desde cuándo llevamos a cabo asesinatos por el honor? ¿Desde cuándo practicamos la ablación en nuestras niñas? ¿Desde cuándo? ¿Es que no tenéis conciencia? ¿Es que no tenéis moral? Otra panda de criminales… ¡Al infierno, al abismo ardiente del infierno!
¿No es suficiente con que estemos ocupados y saqueados por la más bárbara nación sobre la tierra?
¿No es suficiente con que hayamos perdido nuestros niños, nuestras familias, nuestros seres queridos, nuestros hogares, nuestras pertenencias, nuestras vidas, con esta ocupación…?
¿No es suficiente que las mujeres iraquíes hayan sido encarceladas, violadas, torturadas, quemadas y masacradas por los estadounidenses?
Sólo en el día de hoy se han celebrado dos funerales por dos mujeres armenias cristianas. Una de ellas iba conduciendo su coche, utilizándolo como taxi para poder conseguir algún ingreso para alimentar a su familia, arriesgando su vida como taxista a través de puestos de control, milicias, barricadas, sólo para alimentar a su familia…
Fue tiroteada indiscriminadamente. Así de fácil.
Una Madre que ya no está, tan sólo eso. Y tantas otras madres, hermanas, hijas, abuelas…
¿Y todo eso no os basta? ¿Y todo eso no es suficiente?
Eso no es religión. Eso no es Islam. Esa es la Yahiliya (5). La época de la Ignorancia. La época de la Oscuridad…
El período en que las niñas eran enterradas vivas como sacrificio, como una oferta a los dioses tribales de los paganos.
Vosotros sois los paganos de hoy en día. Vosotros sois los kafir (6), vosotros sois los infieles de hoy en día. Sois los Hipócritas de los que el Corán nos advertía. Sois aquellos en cuyos corazones no hay sino enfermedad… ¡Sí, estáis enfermos! Los que siempre errarán y nunca verán la Luz. ¡Al infierno, al abismo ardiente del infierno!
Y todos esos cuerpos femeninos masacrados os enfrentarán el Día del Juicio Final.
Todos y cada uno de ellos, y os preguntarán por qué causa fueron asesinados y vuestras caras enrojecerán de vergüenza.
Rojo como la neblina de las densas nubes por las que vais a tientas, rojo como las abrasadoras llamas que encontraréis en el infierno, ¡en el abismo ardiente del infierno!
N. de la T.:
(1) Muta’a: modalidad de matrimonio temporal que se está dando en estos momentos en Iraq y al que muchas mujeres se ven forzadas para poder sobrevivir. En realidad es una forma de prostitución encubierta. Pueden ser abandonadas y repudiadas en cualquier momento. Para más información, se puede consultar en inglés el enlace:
http://www.iol.ie/~afifi/BICNews/Personal/personal22.htm
(2) Enlace con artículo ofreciendo información sobre el hecho referido por la Sra. Anwar:
(3) Enlace con artículo ampliando información referida:
http://www.uruknet.de/?p=m37083&hd=&size=1&l=e
(4) Takfiri: secta islámica cuyos integrantes defienden ser los seguidores auténticos del Profeta.
(5) Yahiliya: concepto islámico, «estado de ignorancia de la guía divina» en las sociedades pre-islámicas, antes de la revelación del Corán.
(6) Kaffir: palabra árabe que significa literalmente»ingrato». En la doctrina islámica, el término se refiere a la persona que no reconoce a Allah ni el carácter de profeta de Muhammad. En términos culturales, describe al no creyente.
Enlace con texto original en inglés:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/10/pink-and-red-clouds.html