Nuri Maliki se aferraba este miércoles a su cargo como primer ministro de Irak, pero su feroz resistencia no parecía surtir efecto luego de que el líder supremo de Irán, un aliado de larga data de su gobierno, apoyó públicamente a su sucesor designado. En un discurso televisado, Maliki dijo que la Corte Suprema debía […]
Nuri Maliki se aferraba este miércoles a su cargo como primer ministro de Irak, pero su feroz resistencia no parecía surtir efecto luego de que el líder supremo de Irán, un aliado de larga data de su gobierno, apoyó públicamente a su sucesor designado.
En un discurso televisado, Maliki dijo que la Corte Suprema debía validar la decisión del presidente de pedir a Haider Abadi -otro miembro del partido chiíta- que forme un nuevo gobierno, un cambio que Irán, Estados Unidos y muchos iraquíes ven como vital para detener el avance de la insurgencia sunita.
Pero aunque la lealtad de algunos miembros de la milicia chiíta y de las fuerzas del gobierno sigue siendo incierta, existen nuevas señales de que Maliki, responsabilizado por alienar a la minoría sunita durante sus ocho años en el poder, ha quedado aislado, incluso por parte de su propia comunidad chiíta.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, -cuyos aliados europeos se le sumaron el miércoles en la decisión de armar a las fuerzas kurdas que luchan contra la insurgencia del Estado Islámico- ya ha ofrecido su apoyo a Abadi.
Washington ya ha perdido la paciencia con Maliki, quien ascendió al poder desde la clandestinidad durante la ocupación estadunidense.
El líder supremo de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei, que tiene un interés común con su adversario Estados Unidos para evitar el avance de los yihadistas suníes en Irak y Siria, ofreció su apoyo personal a Abadi y se distanció públicamente de Maliki.
«Espero que la designación del nuevo primer ministro de Irak una fuerzas y lleve al establecimiento de un nuevo gobierno para dar una buena lección a aquellos que buscan la sedición en Irak», dijo Khamenei en un comunicado publicado en su sitio web.
Medios iraníes reportaron que Khamenei envió un delegado el mes pasado para que participara en discusiones con lideres religiosos y políticos chiíes a fin de encontrar a un sucesor para Maliki, quien llevó a cabo una elección parlamentaria en abril pese a una crisis en la que se le culpó de avivar las divisiones sectarias.
Entre aquellos líderes estaba el reclusivo clérigo iraquí Ali Sistani, el gran ayatolá y máxima figura religiosa del país que también ha ofrecido su respaldo a Abadi.
Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/08/13/nuri-maliki-se-rehusa-a-dejar-el-poder-en-irak-6999.html