Estados Unidos se encamina a disminuir sus fuerzas militares en Iraq a unos 50.000 efectivos para el 31 de agosto, pero existen dudas con respecto a si el presidente Barack Obama podrá cumplir su promesa de retirar todas las tropas para finales de 2011. Como candidato presidencial, Obama prometió en su campaña poner fin a […]
Estados Unidos se encamina a disminuir sus fuerzas militares en Iraq a unos 50.000 efectivos para el 31 de agosto, pero existen dudas con respecto a si el presidente Barack Obama podrá cumplir su promesa de retirar todas las tropas para finales de 2011.
Como candidato presidencial, Obama prometió en su campaña poner fin a la guerra que suma siete años y como presidente ha sido explícito en sus palabras a los estadounidenses señalando que para el 1 de enero de 2012 no habrá tropas de su país en Iraq.
Sin embargo, resulta más fácil decirlo que hacerlo.
Aunque la violencia ha caído ampliamente desde la cúspide de la violencia sectaria de 2006 y 2007, Iraq sigue frágil y sus líderes no han resuelto una serie de temas políticamente explosivos que podrían volver a desatar los enfrentamientos.
Estados Unidos quiere un Iraq estable y amigable, por lo que los analistas se muestran escépticos de que Obama haga algo que ponga esa meta en peligro.
Entre quienes dicen que se necesitará presencia militar estadounidense más allá de 2011 están el jefe militar de Iraq, el general retirado estadounidense que supervisó el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes, además de funcionarios estadounidenses que negociaron el actual pacto militar entre ambos países.
El secretario de Defensa de Obama, Robert Gates, dejó la puerta abierta a esa posibilidad en comentarios realizados la semana pasada, aunque enfatizó que el nuevo Gobierno iraquí, que aún debe ser formado luego de una elección sin ganadores en marzo, tendría que solicitarlo primero.
«Si se forma un nuevo Gobierno y quieren conversar respecto a ir más allá de 2011, obviamente estamos abiertos a esa discusión», indicó Gates.
POLITICAMENTE RIESGOSO
Sus declaraciones no fueron bien acogidas en la Casa Blanca, que se apega cuidadosamente a sus palabras entregadas a los votantes antes de las elecciones parlamentarias de noviembre, reiterando que el presidente mantendrá su promesa de retirar todas las tropas para finales de 2011.
Se han registrado más de 4.400 muertes de militares estadounidenses en Iraq desde la invasión de 2003, liderada por Estados Unidos, que derrocó al dictador Saddam Hussein.
El pacto militar entre Estados Unidos e Iraq que entró en vigencia en 2009 proporciona la base legal para la estadía de tropas en Iraq. Bajo ese acuerdo, todos los soldados estadounidenses deben salir del país para 2012.
Sin embargo, negociadores estadounidenses dicen que incluso durante los diálogos que llevaron al pacto fue considerado que ésto sería revisado con calma posteriormente, a fin de permitir la estadía de una fuerza mucho menor a largo plazo.
Actualmente hay 56.000 soldados estadounidenses en Iraq, una cifra menor a los 140.000 que había cuando Obama asumió el cargo en enero de 2009.
Con las encuestas de opinión mostrando que los estadounidenses están cansados de una guerra de casi una década en Afganistán e Iraq, cualquier decisión de extender la participación militar estadounidense en Iraq sería tremendamente riesgosa para Obama, quien está previsto que busque la reelección en 2012.
(Editado en español por Silene Ramírez)
Fuente: http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE67I0UH20100819?sp=true
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