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One-two a Bush en Cannes

Fuentes: Granma

En boxeo, el one-two (un-dos) es tirar la izquierda y de inmediato cruzar con la derecha al contrincante, y eso precisamente acaba de suceder en el Festival de Cannes con los filmes documentales presentados por Leonardo Di Caprio y el ya reconocido fajador anti Bush, Michael Moore, quien hace dos años ganara allí la Palma […]

En boxeo, el one-two (un-dos) es tirar la izquierda y de inmediato cruzar con la derecha al contrincante, y eso precisamente acaba de suceder en el Festival de Cannes con los filmes documentales presentados por Leonardo Di Caprio y el ya reconocido fajador anti Bush, Michael Moore, quien hace dos años ganara allí la Palma de Oro con Fahrenheit 9/11.

Sabedor de que los momentos que se viven no son como para dejar que otros hagan despiadadamente «su pelea», el actor Leonardo Di Caprio presentó la cinta La hora 11. Consume menos, vive más, un alegato acerca de la conciencia que debe cobrar la humanidad en favor del medio ambiente y en contra del calentamiento global.

Di Caprio fue el productor del filme y además lo narra. En él, según las agencias de prensa, numerosos especialistas reiteran el convencimiento de que la generación actual deberá invertir la tendencia destructora iniciada hace doscientos años con la explotación de energías fósiles, como el petróleo o el carbón, y pasar a alternativas eólicas, solares y biodegradables.

Muy activo como actor en películas colocadas en los primeros lugares de la taquilla internacional, Di Caprio no tiene duda de la convicción que debe arraigar la humanidad en cuanto a que «hay que cuidar el medio ambiente» y para ello resulta imperioso «hacer algo».

«Está claro que este es el tema de nuestra generación», recalcó el actor de Titanic y criticó al presidente actual de los Estados Unidos, «por no hacer nada». Tanto Di Caprio, como demás integrantes del equipo de realización, coincidieron en que se debe «cambiar absolutamente el modo de funcionamiento en los próximos cincuenta años», aunque «tampoco se trata de vivir en grutas», precisaron.

A juzgar por comentarios emanados de aquellos que vieron la cinta en Cannes, y la aplaudieron, La hora 11. Consume menos, vive más, con todo lo que aporta mediante entrevistas y evidencias científicas, pone sobre el tapete una certidumbre sin discusión: «el planeta está inmerso en una suerte de suicidio».

Con el encerado del Festival caliente, subió al escenario el peso pesado Michael Moore (aunque declaró haber bajado diez kilos por «estar consumiendo menos») y presentó Sicko, una feroz crítica contra el sistema sanitario de los Estados Unidos en comparación -según dan cuenta las agencias de prensa- con otros países como Francia, Reino Unido y Cuba, «donde la cobertura médica es universal».

Esos mismos despachos destacan que el filme de Moore fue ovacionado y varias veces interrumpido con aplausos durante su proyección. Sicko, que también arremete con pelos y señales contra la industria farmacéutica norteamericana, saca a flote historias provenientes de los Estados Unidos que parecen formar parte de una fantasía del horror. Esta es una de ellas: un hombre se corta dos dedos con una sierra y debe escoger cuál de los dos le será reintegrado a la mano, porque su seguro médico solo le puede costear una operación.

En posterior conferencia de prensa, Michael Moore se refirió a la acusación que pesa sobre él por parte del gobierno de los Estados Unidos por desobedecer las leyes del bloqueo y viajar a Cuba, mencionó que el presidente Bush solo cuenta con un veinte por ciento de respaldo en la población y que no se trasladó a nuestro país para hacer propaganda política en favor de la Isla.

Según los despachos, dijo que viajó «a la base estadounidense de Guantánamo con el grupo de ‘héroes’ enfermos por haber limpiado los escombros de las Torres Gemelas y el objetivo era hacerles beneficiarse de los excelentes cuidados sanitarios que, según las autoridades de Estados Unidos, reciben los presos allí, frente a las enormes carencias del sistema en el resto del país, donde 50 millones de personas no pueden pagarse un seguro privado». Pero al ser expulsado de Guantánamo -continuó Michael Moore- hicimos lo que habríamos hecho en cualquier otra base situada en España, Filipinas u otro país, ir a los hospitales locales, «y no creo que esto hubiese planteado problema alguno».

Ante la acusación de haber violado «el embargo» y otras presiones recibidas, el director dijo que enviaron secretamente varias copias de Sicko fuera del país para, pasara lo que pasara, pudiera estrenarse en Cannes.

Los días por venir -no sería desatinado pensarlo- harán que otras cosas pasen con este filme.