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Otros crímenes morales de Murdoch

Fuentes: Media Lens

Traducido para IraqSolidaridad y Rebelión por Consuelo Delgado. Revisado por Paloma Valverde

Cuando el pasado 19 de julio Rupert y James Murdoch comparecieron ante la selecta comisión de medios de comunicación de la Cámara de los Comunes, ni uno solo de los parlamentarios le exigió responsabilidades por el mayor crimen moral del grupo News International [1]: su vergonzoso papel como coadyuvante de la guerra. Robin Beste, miembro de Stop the War Coalition [Coalición No a la Guerra], lo expresó sucintamente:

«[…] Los periódicos y canales de televisión de Rupert Murdoch han apoyado todas las guerras de Estados Unidos y Reino Unido durante los últimos treinta años, desde Margaret Thatcher y la guerra de las Malvinas en 1982, pasando por George Bush padre y la Primera Guerra del Golfo en 1990-1991, la guerra de Bill Clinton en Yugoslavia en 1999 y su guerra no declarada en Iraq en 1998, las guerras de George Bush hijo en Afganistán e Iraq, con Tony Blair pegado a sus talones, hasta la actualidad, con Barack Obama, que continúa con las guerras en Afganistán e Iraq y ahora añade Libia a su cuenta de siete guerras» [2].

Las consecuencias en Iraq incluyen un millón de muertos, cuatro millones de refugiados [3], un país devastado y la apropiación de enormes recursos petroleros por parte de empresas occidentales.

David Swanson [4] hace una correcta observación cuando afirma que «[…] Murdoch tiene las manos manchadas de sangre» y recuerda a los lectores el artículo 20 de la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas: «[…] Cualquier propaganda de la guerra estará prohibida por ley».

Murdoch admitió su complicidad [5] durante un debate televisivo en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, cuando dijo que su imperio de medios de comunicación había intentado moldear la opinión pública a favor de la guerra de Iraq. El hecho de que fracasara en su objetivo, gracias al escepticismo de la gente ante tanta insistencia en querer vender la guerra, no le exime de la magnitud de su crimen.

Aquí empieza la vergüenza: las pruebas obtenidas de los archivos

Consideremos algunas pruebas de los intentos del imperio Murdoch de manipular al público. Nada más conocerse el ‘dudoso informe’ de Tony Blair en septiembre de 2002, el periódico The Sun lanzó en su portada el titular «Los británicos, a 45 minutos del juicio final». Cuando los inspectores de armamento de Naciones Unidas, dirigidos por Hans Blix, no encontraron pruebas de armas iraquíes de destrucción masiva, el histérico titular de The Sun fue «Él las tiene [las armas]. Atrapémosle». Una vez iniciada la guerra, The Sun y News of the World [6] se llenaron de propaganda sobre la necesidad de apoyar a ‘nuestros chicos’ (y chicas) [los soldados británicos]. En Estados Unidos, Fox News [7] quizás fue peor: lanzó esa antigua mezcla de mordacidad y ‘patriotismo’ incluso contra los que disentían levemente.

Al periódico The Times se le confió la tarea de dar un lustre más refinado a la propaganda. Michael Gove, uno de sus periodistas en aquel entonces y actualmente ministro de Educación, escribió: «[…] No tenemos otra alternativa que emprender una guerra preventiva contra Iraq para evitar que Sadam culmine su propósito de adquirir armas de destrucción masiva. Hay que desplegar fuerzas militares gigantescas para eliminar el régimen de Sadam» [8].

Gove mantiene estrechas relaciones con sus anteriores colegas. George Eaton informa en el New Statesman [9] de esta semana: «[…] El ministro de Educación enumeró 11 reuniones en las que estuvieron presentes varios ejecutivos de la compañía [News Corp], entre ellas siete con Rubert Murdoch. Gove se reunió con el presidente de News Corp más veces que cualquier otro ministro y cenó con él dos veces el mes pasado» [10]; además, Sarah Vine, la mujer de Gove, trabaja para News International.

En 2004, después de que Faluya hubiera sido objeto de un brutal ataque por parte de Estados Unidos que dejó al menos 800 civiles muertos, un editorial de The Times declaró: «[…] El ejército de Estados Unidos tenía que actuar con decisión si no quería fallar a los que están bajo su protección» [11].

En 2006, la prestigiosa revista médica Lancet publicó un artículo en el que se calculaba el número de muertos por la guerra en Iraq en unos 650.000 [12]. El estudio fue dirigido por investigadores de la mundialmente famosa Universidad Johns Hopkins y siguió el protocolo epidemiológico habitual para calcular la mortalidad en una guerra. En un reciente artículo, John Tirman, quien encargó el estudio de Lancet, indica que » […] La máquina mediática de Murdoch hizo su parte al intentar desacreditar nuestros estudios» que sirvieron de base para el artículo [13]: «[…] La reacción al cálculo de la [Universidad] Johns Hopkins de 650.000 ‘exceso de muertes’ no se hizo esperar, en el periódico de Murdoch Wall Street Journal el trato fue tan salvaje que lo hizo trizas como ‘éxito político’ [14]. Esta campaña contra los científicos tuvo un efecto escalofriante». El ‘efecto escalofriante’ significó que los grandes medios no quisieron dar al estudio la relevancia que merecía; pero los silencios incómodos y la embarazosa mirada al suelo son los comportamientos normales cuando nosotros, los chicos buenos, somos los autores de las muertes.

Como la mayoría de los periódicos, The Times y The Sunday Times han publicado buenos artículos: el excelente reportaje de investigación de Michael Smith sobre los memorandos de Downing Street [15] nos viene enseguida a la memoria, al igual que el trabajo de Jerome Starkey [16] dando a conocer la terrible matanza de niños afganos en edad escolar durante las incursiones nocturnas capitaneadas por fuerzas militares estadounidenses [17]. Sin embargo, los editores de The Times no tardaban en presentar la atrocidad en el debido contexto de una ‘guerra justa’: «La legitimidad de la campaña de Afganistán se pone en entredicho por las muertes de civiles. Es necesario dirigir el conflicto teniendo en consideración a la población nativa» [18].

No contenta con justificar la guerra en Iraq y Afganistán, la prensa de Murdoch ha puesto a Irán en su punto de mira. En 2006, Gerard Baker, columnista de The Times, se quedó tan ancho declarando: «Aunque resulte inimaginable, ya no se puede eludir la verdad: vamos a tener que prepararnos para la guerra con Irán» [19].

En 2008, The Times volvió a ser una vez más objeto de la crítica de Media Lens [20] por su parcialidad al informar sobre Irán [21]. Nuestro análisis de los artículos del entonces principal comentarista de asuntos internacionales en ese periódico, Bronwen Maddox, no sentó nada bien. De hecho, recibimos amenazas de acciones judiciales y policiales por parte de Alastair Brett, el entonces director de temas jurídicos de Times Newspapers Limited. Era la primera vez que nos veíamos sometidos a unas amenazas tan escandalosas. Peter Wilby, el antiguo editor de New Statesman, comentó que fue ‘una reacción desmesurada’ del gigante grupo editorial de prensa [22], mientras que Noam Chomsky dijo sucintamente que la reacción de la empresa Times fue ‘bastante nauseabunda’ [23].

En 2010, la propaganda de The Times sobre la amenaza nuclear iraní se desató nuevamente cuando el periódico publicó documentos que, según afirmó de modo confidencial, mostraban la intención de Irán de desarrollar un disparador para un arma nuclear [24]. En realidad, la autenticidad de los documentos era sumamente dudosa y algunos expertos en inteligencia denunciaron que eran falsificaciones, seguramente hechas como parte de una campaña para fomentar aún más el apoyo a la guerra contra Irán.

Mientras tanto, The Times continuó apuntalando la política exterior de Occidente con su ataque a WikiLeaks en un editorial del pasado octubre:

«En ningún sitio de la propia publicidad que se genera WikiLeaks hay ni un solo juicio de lo que la organización está logrando a favor de la nación iraní y de lo que espera lograr… La gente que trabaja para WikiLeaks es gente partidista que interviene en los asuntos de seguridad de las democracias occidentales y de sus aliados, y demuestran una culpable despreocupación por la vida humana» [25].

The Times erró totalmente el tiro. Son los grandes medios de comunicación, no WikiLeaks, los que demuestran ‘una culpable despreocupación por la vida humana’ al aprobar la política exterior inamovible de Occidente: atacar, bombardear, invadir, torturar y robar, bajo cualquier pretexto con el que se pueda alimentar al público.

Todo lo anterior no es sino una pequeña muestra del enorme historial de News International. El periodista Neil Clark comentó de los periódicos de Murdoch que «[…] Ningún otro grupo editorial de prensa tiene las manos tan manchadas de sangre cuando se pone a hacer propaganda de conflictos militares ilegales y fraudulentos» [26].

La voz de su amo: las indicaciones del jefe

En 2001, el reportero Sam Kiley abandonó The Times a consecuencia de la «censura a favor de Israel» [27] que se ejerció sobre sus reportajes. ¿Por qué esta censura? Kiley creyó encontrar la explicación en las fuertes inversiones de Murdoch en Israel y en su íntima amistad con Ariel Sharon, el entonces primer ministro israelí. Efectivamente, Murdoch ha viajado a Israel en numerosas ocasiones y se ha reunido con muchos de sus dirigentes. Kiley afirmó que: «[…] En la guerra de las palabras, ningún periódico ha tenido la fortuna de manejar las llaves del arsenal en pro de uno de los bandos como The Times. El editor de asuntos internacionales de The Times y otros ejecutivos intermedios caen en el mayor de los pánicos cada vez que un lobby pro israelí escribe con alguna objeción o queja, y entonces normalmente se ponen de su lado y en contra de su propio corresponsal». Y añadió: «[…] Ningún lobby pro israelí soñó jamás con tener tal poder sobre un gran periódico de tirada nacional».

Robert Fisk, ahora en el diario The Independent, explicó que él también abandonó The Times a raíz de la intromisión en su reportaje sobre Oriente Próximo [28]:

«El final llegó para mí cuando en 1988 volé a Dubai después de que el USS Vincennes [un crucero de la Marina de Estados Unidos] hubiera derribado con un misil un avión de pasajeros iraní que sobrevolaba el golfo Pérsico. En veinticuatro horas, yo había hablado con los controladores de tráfico aéreo británicos de Dubai, había averiguado que los buques estadounidenses estuvieron amenazando de forma sistemática a los aviones de British Airways y que, al parecer, la tripulación del Vincennes sufrió un ataque de pánico. Desde la redacción de asuntos internacionales me dijeron que el reportaje iba a causar sensación en la portada. Les advertí que las ‘filtraciones’ de Estados Unidos acerca de que el piloto de IranAir intentaba cometer un acto suicida estrellando su avión contra el Vincennes era completa basura, y ellos coincidieron conmigo. Al día siguiente apareció mi reportaje, pero le habían suprimido todas las críticas a los estadounidenses y quitado todas mis fuentes de información. The Times, incluso, redactó un editorial en el que opinaba que el piloto era realmente un suicida. Un posterior informe oficial de Estados Unidos y las declaraciones de los oficiales de marina de ese país probaron a posteriori que mi artículo era correcto, con la salvedad de que a los lectores de The Times no les permitieron verlo».

Fisk dijo que creía que Murdoch no había intervenido personalmente: «[…] No necesitaba hacerlo. Él había convertido The Times en un periódico domesticado, pro Tory [Partido Conservador británico] y pro israelí, al que habían arrebatado toda independencia editorial».

En marzo de 2009, el American Jewish Committee (AJC, Comité Judío Estadounidense) honró a Murdoch con el Premio Nacional a las Relaciones Humanas. En su discurso, Murdoch dio su propia versión de la realidad de Oriente Próximo, incluida esta perla: «En Irán vemos un régimen que apoya a Hezbolá y Hamás, ahora en vías de adquirir un arma nuclear» [29].

Por lo tanto, los editores y columnistas de Murdoch no pueden tener dudas de en qué lado está el jefe sobre la ‘amenaza’ de Irán. Los empleados de News Corp harían bien igualmente en tener en cuenta el punto de vista de su ‘amo’ sobre Israel, puesto de manifiesto en ese mismo discurso: a saber, que el Estado de Israel es una parte intrínseca de Occidente, tal como queda ‘definido por las sociedades comprometidas con la libertad y la democracia’. Sólo unas semanas después del brutal ataque de las fuerzas israelíes a Gaza, que supuso unos 1.400 palestinos muertos, entre ellos más de 400 mujeres y niños, Murdoch tenía esto que decir a su audiencia:

«Queridos amigos, no pretendo tener todas las respuestas al problema de Gaza esta noche, pero sí sé esto: el mundo libre comete un terrible error si nos engañamos creyendo que ésta no es nuestra lucha […] Al final, el pueblo israelí está luchando contra el mismo enemigo que nosotros: asesinos de sangre fría que rechazan la paz […] que rechazan la libertad […] y que gobiernan valiéndose del chaleco suicida, del coche-bomba y del escudo humano. […] Contra semejante enemigo, no voy a cuestionar las decisiones de un Israel libre que defiende a sus ciudadanos, y me gustaría pedir a todos aquellos que apoyan la paz y la libertad que hagan lo mismo» [30].

La postura pro israelí de Murdoch se refleja en sus periódicos. Según Isi Liebler, el dirigente de una comunidad judía australiana, que ahora vive en Israel, la ‘inclinación’ de Murdoch hacia dicho Estado «[…] No proviene tanto de su pensamiento conservador como de su simpatía, como nativo australiano, por las élites que, presas de unas ideas convencionales, se apartan y defienden de los débiles». Liebler añadía: «[…] Él ha conocido a israelíes, ha estado en Israel, ha visto a Israel como el débil valeroso cuando el resto del mundo ve a Israel como un ocupante» [31].

Pero el lobby pro israelí está ahora «[…] observando con cautela el escándalo de escuchas de teléfono que se está armando y que amenaza con engullir» a su imperio mediático. «[…] El repentino gran revés de fortuna de Murdoch» tiene «[…] preocupados a los valedores de Israel por el hecho de que un Murdoch disminuido pueda enmudecer la fuerte voz pro israelí en muchas de las publicaciones que él posee». Un artículo reciente del Jewish Chronicle [32] llevaba incluso este titular: «¿Es el fin del pro israelí Murdoch?» [33].

La farsa del pacto con el diablo

Andrew Neil, un antiguo editor de Murdoch, dijo en una ocasión que aunque el magnate de los medios de comunicación no interviniese directamente en The Times o en The Sunday Times, «[…] Él se considera a sí mismo como alguien que debe tener más influencia que nadie en estos periódicos» [34].

Durante su época de editor de The Sunday Times, Neil «[…] Nunca tuvo ninguna duda de lo que opinaba el jefe de News Corp sobre los diversos temas». Es evidente que el que Neil y Murdoch «compartiesen una misma visión del mundo», ayudaba algo; realmente éste es un requisito para todos los editores y propietarios: «[…] Un editor tiene que estar en el mismo planeta [que el dueño del periódico]. No tienes por qué estar todo el tiempo en el mismo continente o el mismo país, pero sí es necesario que estés en el mismo planeta«.

Cuando se refirió a la prensa sensacionalista de Murdoch, sí habló de intervención directa del propietario: «[…] Si quieres saber lo que piensa realmente Rupert Murdoch, lee los editoriales de The Sun y The New York Post [35] porque él es el editor jefe de estos periódicos». Y Neil continuaba diciendo: «[…] No hay ninguna postura geopolítica importante que tome The Sun, ya sea su actitud hacia el euro o hacia el actual Tratado europeo o a quién apoyará el periódico en las próximas elecciones generales, que no se decida sin la importante aportación de Murdoch».

En 1999, el periódico dominical News of the World presentó a Jeffrey Archer, ex parlamentario del Partido Conservador, como mentiroso y perjuro, lo cual lo llevó a prisión. Pero Murdoch no había querido que se publicara la exclusiva sobre Archer y despidió a Phil Hall, el editor, por desafiarle [36]. Fue un claro ejemplo de lo que les sucede a los editores que se salen de la línea trazada.

Por lo tanto, la amenaza de la intervención del propietario está siempre presente, ya sea directamente (prensa sensacionalista de Murdoch) o bien conociendo exactamente cuál es el punto de vista del dueño y plegándose a él (prensa ‘de calidad’ de Murdoch). El negar o minimizar todo esto, incluso desafiando las pruebas evidentes, «[…] Va en interés de todos», afirma Neil, que añade: «[…] A los editores y propietarios les viene bien continuar con esta farsa» [37].

Esto no se limita sólo a la prensa de Murdoch. Los grandes medios, los editores y los propietarios han hecho un ‘pacto con el diablo’ al querer hacer ver que no existen interferencias, los editores no quieren que se les vea como ‘juguetes’ en manos de los propietarios; pero, en realidad, eso es lo que son. Por consiguiente, es importante ver más allá del imperio mediático de Murdoch y fijar la vista en el contexto más amplio del escándalo que está engullendo a News International, en una policía corrupta y en una clase política nefanda. Recientemente, Seumas Milne hizo algunas buenas observaciones a propósito de esto en The Guardian: «[…] Estas revelaciones [de las escuchas telefónicas] deberían forzar a los británicos a aceptar la realidad de que Reino Unido se ha convertido en un país mucho más corrupto de lo que muchos creen. En gran parte esto proviene de la cultura de ‘puerta giratoria’ alimentada con la privatización, que proporciona a los antiguos ministros y funcionarios, golosos puestos en las empresas que antes ellos regulaban» [38].

Milne comenta que «[…] han surgido y pasado» diversas «oportunidades» para acabar con esta corrupción: «[…] Primero fue el engaño oficial de la guerra de Iraq; después, el desmoronamiento del sistema bancario desregulado; luego, el desenmascaramiento de la sistemática sordidez del Parlamento reveló una creciente crisis por la forma en que está siendo gobernado este país; ahora, se ha visto que esa crisis se ha extendido a los medios de comunicación y la policía. El Reino Unido oficial no funciona. Antes o después, la presión por un cambio se hará imparable».

Es difícil rebatir el artículo de Milne, pero el periodista, por razones obvias, guarda silencio sobre el importante papel de The Guardian como guardián liberal que ayuda a preservar el orden establecido. Como repetidamente hemos señalado en nuestras alertas en la web y en nuestros libros sobre los medios de comunicación, este papel es un ingrediente crucial que falta en cualquier debate serio sobre el nexo entre el poder, la política y los medios de comunicación. Como siempre, tenemos que fijarnos en alguien que comente desde bien lejos de los confines del interesado The Guardian para encontrar la verdad pura y dura. John Pilger es una de esas voces:

«La verdad es que el sistema británico de control monopolístico de los medios de comunicación por parte de una élite descansa no sólo en News International sino también en The [Daily]Mail [39] y The Guardian y en la BBC, quizá el más influyente de todos. Todos ellos comparten una monocultura empresarial que establece la planificación de las ‘noticias’, define las políticas que son aceptables manteniendo la ficción de que existen partidos distintos, normaliza las guerras impopulares y vigila los límites del ‘discurso libre’. Luego esto se refuerza con la ilusión de que se ha ‘arrancado de raíz’ una ‘manzana podrida’.» [40]

Aun cuando el imperio de Murdoch se viniera abajo, seguiría sin haber prensa libre, ni planificación de noticias de empresas responsables ni un mundo feliz de democracia de los medios de comunicación. Para que esto eche raíces, es necesario romper el completo dominio que ejercen la clase mediática y la clase política. Y esto sólo sucederá cuando haya bastante gente que exija el cambio.

Notas del autor y de IraqSolidaridad:

1. News International es la división editorial de prensa en el Reino Unido del oligopolio estadounidense News Corporation, cuyo presidente es el multimillonario australiano Rupert Murdoch. News Corporation es el segundo mayor grupo empresarial de medios de comunicación del mundo, detrás de Walt Disney. News International publica los periódicos The Times y The Sun.

2. Robin Beste, «Ruper Murdoch: Gotcha!», Mainstream Media, disponible en inglés en: http://www.stopwar.org.uk/index.php/iraq/621-rupert-murdoch-gotcha

3. En 2009 y según datos de Naciones Unidas, 2,6 millones de iraquíes eran desplazados dentro de su país y 2,3 millones más están refugiados en el exterior, lo que supone el 16% de la población de Iraq, el porcentaje más alto de refugiados en el mundo. Véase en IraqSolidaridad: Empeora la situación de los refugiados iraquíes , véase también Iraqi Ressetlement Update, Briefing News, 16, October, 2009, United Nations High Commissioner for Refugees, disponible en inglés en: http://www.unhcr.org/4ad84e7c9.html .

4. Véase artículo completo en inglés en: http://warisacrime.org/content/murdoch-has-blood-his-hands .

5. Véase http://www.youtube.com/watch?v=PphNEfglzzc&feature=player_embedded

6. Periódico dominical sensacionalista, en la línea de The Sun, que se centraba en las celebridades y los escándalos sexuales. Gozaba de gran divulgación, pero a raíz de las acusaciones de haber pinchado los teléfonos de familiares de soldados muertos en acción, perdió ventas e ingresos por publicidad y ha cerrado en julio de 2011.

7. Fox News es un canal de noticias por televisión, que emite por canal y satélite las 24 horas. Fue creado en 1996 por Rupert Murdoch y se ha convertido en el principal canal informativo de televisión en Estados Unidos. Se le critica su claro posicionamiento conservador.

8.  Gove: «Necesitamos que quien mande sea Bush, no Sadam», The Times, 28 de agosto de 2002.

9. Revista semanal londinense de tema sociopolítico, afín al Partido Laborista.

10. George Eaton: «What Gove’s meetings with Murdoch tell us», New Statesman, 27 de julio de 2011. 11. Editorial, «La toma de Faluya», The Times, 10 de noviembre de 2004. 12. John Tirman, «1 Million dead in Iraq? 6 Reasons the Media Hide the true Human Toll of War – And Whay we Let Them», AlterNet, disponible en ingles en: http://www.alternet.org/world/151703/1_million_dead_in_iraq_6_reasons_the_media_hide_the_true_human_toll_of_war_–_and_why_we_let_them/?page=2

13. Ya en febrero de 2008 el número de víctimas mortales en Iraq a consecuencia de la guerra y la ocupación alcanzaba la espeluznante cifra de un millón de muertos. Véase David Walsh, «Un millón de víctimas civiles: un genocidio encubierto», disponible en español en IraqSolidaridad: http://www.iraqsolidaridad.org/2008/docs/05_02_Informe_mortalidad_2.html

14. Periódico financiero de tendencia conservadora neoliberal.

15. Media Lens «Conspiracy – The Downing Street memo. Part one», 27 de junio de 2005, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=399:conspiracy-the-downing-street-memo-part-1&catid=19:alerts-2005&Itemid=40 y «Conspiracy -The Downing Street memo. Part two», 30 de junio de 2005, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=400:conspiracy-the-downing-street-memo-part-2&catid=19:alerts-2005&Itemid=40

16. Media Lens, «Were Afghan Children Executed by US-led Forces? And Why Aren’t The Media Interested?», enero de 2011, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=40:were-afghan-children-executed-by-us-led-forces-and-why-arent-the-media-interested&catid=1:alerts&Itemid=9

17. Media Lens, «Nato’s Fire Sale – One Dead Afghan Child, $2,000», 17 de marzo de 2010, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=34:natos-fire-sale-one-dead-afghan-child-2000&catid=1:alerts&Itemid=9

18. The Times, «Just War», 25 de febrero de 2010, disponible en inglés en: http://www.timesonline.co.uk/tol/comment/leading_article/article7040089.ece

19. The Times, «Prepare yourself for the unthinkable: war against Iran may be a necessity», 27 de enero de 2006, disponible en inglés en: http://www.timesonline.co.uk/tol/comment/columnists/article720640.ece

20. Media Lens es un sitio web británico que analiza los grandes medios de comunicación del Reino Unido y alerta de los casos donde detectan información sesgada, incompleta o fraudulenta. Es el sitio web donde ha aparecido publicado este artículo sobre Murdoch.

21. Media Lens, «Selling the Fireball – George Bush and Iran», 25 de junio de 2008, artículo completo disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=544:selling-the-fireball-george-bush-and-iran&catid=22&Itemid=37

22. Peter Wilby, «Publish and be Dammned», The Guardian, 7 de julio de 2008, disponible en inglés en: http://www.guardian.co.uk/media/2008/jul/07/pressandpublishing.advertising1

23. Media Lens, «News International Threatens Media Lens with Legal and Police Action», 10 de julio de 2008, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=546:news-international-threatens-media-lens-with-legal-and-police-action&catid=22&Itemid=37

24. Media Lens, «Nuclear Deceit, The Time and Iran», 14 de diciembre de 2010, disponible en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=39:nuclear-deceit-the-times-and-iran&catid=1:alerts&Itemid=34

25. Entradilla del artículo «Ejercicio de santurronería. La publicación de archivos militares por WikiLeaks es partidista e irresponsable», The Times, 25 de octubre de 2010.

26. Neil Clark, «Oh What A Lovely War! Murdoch’s Other Legacy», The First Post, 15 de julio de 2011, disponible en inglés en: http://www.thefirstpost.co.uk/81718,news-comment,news-politics,oh-what-a-lovely-war-rupert-murdochs-other-legacy-sun-times-news-international«

27. Jason Deans, «Kiley attacks Murdoch’s friendship with Israel», The Guardian, 5 de septiembre de 2001, disponible en inglés en: http://www.guardian.co.uk/media/2001/sep/05/pressandpublishing

28. Robert Fisk, «Why I had to leave The Times», The Independent, 11 de julio de 2011, disponible en inglés en: http://www.independent.co.uk/news/media/press/robert-fisk-why-i-had-to-leave-the-times-2311569.html

29. AJC Global Jewish Advocay, «AJC Honors Rupert Murdoch», Nueva York, 4 de marzo de 2009, disponible en inglés en: http://www.ajc.org/site/c.ijITI2PHKoG/b.5018279/k.7184/AJC_Honors_Rupert_Murdoch.htm

30. Ibídem.

31. Ron Kampeas, «Amid Mordoch scandal, Israel backers worry about muting of pro-Israel media voice», JTA, The Global News Service of the Jews People, disponible en inglés en: http://www.jta.org/news/article/2011/07/19/3088599/pro-israel-leaders-watch-warily-as-murdoch-defends-empire

32. Es el periódico judío más antiguo y de mayor tirada del Reino Unido.

33. The Jewish Cronicle Online, artículo completo disponible en inglés en: http://www.thejc.com/comment-and-debate/analysis/51651/is-curtains-pro-israel-murdoch

34. Stephen Brook, «Neil: Murdoch does interfere at Sun», The Guardian, 23 de enero de 2008, disponible en inglés en:

http://www.guardian.co.uk/media/2008/jan/23/sun.rupertmurdoch

35. Periódico fundado en 1801 en Estados Unidos y comprado en 1976 por Murdoch.

36. Roy Greenslade, «News of the World’s last breath: put the handkerchiefs aside», The Guardian, 10 de julio de 2011.

37. Ibid nota 32

38. Seumas Milne, «Murdoch: This scandal has exposed the scale of elite corruption», The Guardian, 20 de Julio de 2011, disponible en ingles en: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/jul/20/scandal-exposed-scale-elite-corruption

39. The Daily Mail es un periódico sensacionalista británico, el segundo más leído después de The Sun.

40. John Pilger, «Amid the Murdoch scandal, there is an acrid smell of business as usual», NewStatement, 21 de julio de 2011, disponible en inglés en: http://www.newstatesman.com/newspapers/2011/07/pilger-murdoch-media-press

Texto original en inglés en: http://medialens.org/index.php?option=com_content&view=article&id=642%3Amurdochs-other-crimes&catid=24%3Aalerts-2011&Itemid=68