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Dividir por la fuerza a la población de Iraq es un Crimen de Guerra

Parar los muros, poner fin a la ocupación

Fuentes: BRussells Tribunal (http://brusselstribunal.org),

Los planes de construcción de un muro en torno a [el distrito bagdadí de] Adamiya [1] confirman que la ocupación estadounidense y sus títeres en Iraq sólo saben construir prisiones al aire libre. Fracasarán. Ninguna estrategia militar puede imponer al pueblo iraquí una ocupación que rechaza contundentemente. Su resistencia es nacional y sigue viva. ¿Qué […]

Los planes de construcción de un muro en torno a [el distrito bagdadí de] Adamiya [1] confirman que la ocupación estadounidense y sus títeres en Iraq sólo saben construir prisiones al aire libre. Fracasarán. Ninguna estrategia militar puede imponer al pueblo iraquí una ocupación que rechaza contundentemente. Su resistencia es nacional y sigue viva. ¿Qué tipo de gobierno encierra a su pueblo entre muros?: solamente uno desesperado e ilegítimo, atado al destino de una ocupación derrotada.

La última estratagema para subyugar Bagdad -ejemplificada en los planes de cercar con muros el barrio de Adamiya- revela con claridad la gran mentira de la ocupación de Iraq dirigida por EEUU. Esto no es más que la puesta en marcha del apartheid y del sectarismo por un Estado-policía militar extranjero, empeñado en quebrar la voluntad de los iraquíes, quienes se niegan a ceder su país, sus recursos y su futuro a poderes extranjeros y a sus lacayos locales.

Ni esta táctica ni otras derrotarán la heroica resistencia del pueblo iraquí, que nace tanto de la situación como de la historia, la cultura y el progreso. El sectarismo y el apartheid no pueden romper la unidad geopolítica de Iraq, que es una realidad histórica, social, económica y cultural. La advertencia es ya muy clara: la ocupación dirigida por EEUU está en quiebra, moral, política, económica y militarmente; el gobierno títere de al-Maliki ha demostrado ser la camarilla desesperada, mercenaria, sectaria, sediciosa, incompetente, corrupta y temerosa que es.

‘Apartheid’, no protección

Mientras las tropas estadounidenses y los contratistas trabajan a marchas forzadas por la noche, y bajo protección militar, para cercar con muros barrios «seleccionados» de Bagdad, al-Maliki afirma una cosa y sus consejeros otra. Al echársele en cara la ignominia de la similitud entre las barricadas tras las que su gobierno coloca al pueblo iraquí y la amplia fortificación ofensiva sionista que divide la Palestina ocupada, al-Maliki dio macha atrás diciendo que había «otras formas de proteger» Bagdad.

Pero estos muros -enormes bloques de hormigón que la ocupación estadounidense está fabricando a un ritmo de 2.000 a la semana- se siguen construyendo y no tienen nada que ver con la protección y sí mucho con establecer una división sectaria de Bagdad anticipándose a los planes de dividir todo Iraq mediante líneas divisorias sectarias.

Por pura lógica, cuando la ocupación construye barreras en Iraq, lo que hace es imponer la existencia de diferencias sectarias o étnicas. Este sectarismo fue traído con la ocupación de EEUU y es una piedra angular de su estrategia. El que Bagdad e Iraq sigan estando unidas en el corazón de la gente es una derrota para la ocupación. Los muros se han impuesto para romper esta unidad, mientras que al mismo tiempo son prueba del fracaso y la desesperación de la ocupación y sus títeres.

No sólo inmoral: ilegal bajo el Derecho Internacional

La opción de una prisión general no es una nueva estrategia, ni se limita a Adamiya. Se ha anunciado que [los distritos] de Bagdad de Dora, Gazaliya, al-Amiriya, Amel y al-Adl, entre otros de 10 a 30 barrios de la capital, van a ser precintados al mundo exterior, uniéndose así a [las ciudades de] Tal Afar, Faluya, al-Qaim, Samarra, Yathreb, Rutba, Hadiza, Hit y al-Jalidiya como «comunidades entre verjas» sitiadas y dejando a cientos de miles de personas bajo un arresto domiciliario de facto y a ciudades y barrios enteros también incomunicados igualmente de facto.

El «orden público» y las exigencias de «seguridad» no pueden ser utilizados como justificación para hacer guetos con barrios y ciudades enteros cuando la invasión de Iraq dirigida por EEUU fue ilegal, la posterior ocupación fue ilegal, el gobierno títere no hace sino fomentar estas ilegalidades, y las actuales tácticas militares de EEUU no son sino un intento de reprimir la resistencia legal de los iraquíes al colonialismo, la ocupación y la agresión que violan su derecho de autodeterminación [2].

La legislación internacional sobre derechos humanos y humanitarios prohíbe el castigo colectivo, la prisión masiva de civiles y las graves violaciones de los derechos de libertad de movimiento [3]. A las fuerzas ocupantes también se les prohíbe fraguar cambios demográficos en los países ocupados, según la legislación en temas de guerra. Dividir por la fuerza a la población de Iraq -ya sea nacional o localmente- es un Crimen de Guerra [4].

Los planes para Adamiya revelan otros propósitos más perversos que coinciden con los planes de amurallar otras comunidades de Bagdad: Adamiya es un bastión histórico de cultura, ciencia, progreso y resistencia al colonialismo y al imperialismo. Es un centro del sentimiento nacional del cual ha surgido una permanente resistencia popular a la ocupación. Encerrar entre muros Adamiya es el preludio de una ola de asesinatos, violaciones en masa de los derechos humanos y limpieza étnica con fines políticos.

Parar los muros, parar la ocupación

A pesar de estos cuatro años de brutal agresión militar, EEUU se niega a comprender que, por definición, la resistencia iraquí es la resistencia de toda la población iraquí a la ocupación. Esta desesperada tentativa de crear guetos para poder limpiar en ellos esa resistencia legal es seguro que fracasará, a falta de la completa aniquilación de toda la población nacional resistente.

Con encuestas que señalan que más del 80 por ciento de los iraquíes rechazan la ocupación, EEUU y sus títeres sectarios tendrán que pacificar, encarcelar o matar a más de 18 millones de iraquíes para salir victoriosos. El destino de EEUU en Iraq es, por tanto, el destino de ser rechazado. La ocupación estadounidense debería aceptar su derrota y marcharse.

Todo intento pasado de meter en guetos a la población, de encerrarla entre muros o de encarcelarla colectivamente -desde Varsovia hasta Vietnam y Argelia, pasando por Sudáfrica y la Palestina ocupada- ha fracasado moral y militarmente. Los planes de EEUU para Adamiya, y en realidad para todo Iraq, terminarán igualmente en el cubo de la basura de la historia.

Hacemos un llamamiento a las personas íntegras y conscientes -trabajadores, abogados, parlamentarios, sindicalistas, activistas y militantes, personal sanitario, etc.- para que alce su voz como protesta, rechazo y acción.

Notas de los autores y de IraqSolidaridad:

1. Véase en IraqSolidaridad: Nota Informativa de la CEOSI: Al menos cinco ciudades iraquíes están ya rodeadas por muros erigidos por los ocupantes, EEUU cercará con muros 10 distritos de Bagdad . 2. El principio de autodeterminación de los pueblos está recogido en la Carta de Naciones Unidas y reafirmado por la Resolución 2.625 (XXV) de la Asamblea General de NNUU, de 24 de octubre de 1970, según la cual: «Todo Estado tiene el deber de abstenerse de cualquier acción a la fuerza que prive a los pueblos referidos [en esa resolución] (…) de su derecho de autodeterminación». El Artículo primero, común al Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y al Convenio Internacional de Derechos Políticos y Civiles reafirma el derecho de todos los pueblos a la autodeterminación y pone en manos de los partidos del Estado la obligación de promover la realización de ese derecho y de respetarlo, de conformidad con las disposiciones de la Carta de NNUU. La Comisión de Derechos Humanos ha reafirmado repetidamente la legitimidad de luchar contra la ocupación con todos los medios disponibles, incluida la lucha armada (Resolución número 3 XXXV de la Comisión de Derechos Humanos, de 21 de febrero de 1979 y Resolución número 1989/19 de la Comisión de Derechos Humanos, de 6 de marzo de 1989). De forma explícita, la Resolución 37/43 de la Asamblea General de NNUU, adoptada el 3 de diciembre de 1982: «Reafirma la legitimidad de la lucha de los pueblos por la independencia, la integridad territorial, la unidad nacional y la liberación de la dominación colonial y extranjera y de la ocupación extranjera por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada». (Véase también las Resoluciones 1.514, 3.070, 3.103, 3.246, 3.328, 3.382, 3.421, 3.481, 31/91, 32/42 y 32/154 de la Asamblea General de NNUU.) El Artículo primero, párrafo 4 del Primer Protocolo Adicional a las Convenciones de Ginebra, de 1977, considera las luchas por la autodeterminación como situaciones internacionales de conflicto armado. La Declaración de Ginebra sobre Terrorismo establece: «Como ha reconocido repetidamente la Asamblea General de Naciones Unidas, los pueblos que luchan contra la dominación colonial y la ocupación extranjera y contra los regímenes racistas en el ejercicio de su derecho de autodeterminación tienen el derecho de usar la fuerza para conseguir sus objetivos dentro del marco del derecho humanitario internacional. Tal uso legítimo de la fuerza no debe ser confundido con actos de terrorismo internacional». En el ejercicio de su derecho de autodeterminación, los pueblos bajo dominación colonial y extranjera tienen el derecho a «luchar (…), buscar y recibir apoyo, de acuerdo con los principios de la Carta» y de conformidad con la Declaración de Principios del Derecho Internacional sobre Relaciones Amistosas y de Cooperación entre los Estados. Es en estos términos como el Artículo 7 de la Definición de Agresión (Resolución 3.314 (XXIX) de la Asamblea General de NNUU, de 14 de diciembre de 1974) reconoce la legitimidad de la lucha de los pueblos bajo dominación colonial o extranjera. Véase también Solo la resistencia es legal, de Hana al-Bayati, Abdul Ilah al-Bayati y Ian Douglas (5 de octubre de 2006). Traducción en IraqSolidaridad: Red Internacional Anti-ocupación: Sólo la resistencia iraquí es legal. ‘La resistencia nacional y popular es el único actor que tiene autoridad para decidir la vía hacia la paz en Iraq’ . 3. Sobre la prohibición del castigo colectivo, véase el Artículo 50 de las IV Regulaciones de La Haya, de 1907: «Ningún castigo general, pecuniario o de otro tipo, será infligido a la población por causa de los actos de individuos de los que no pueda ser considerada responsable en su conjunto o por separado»; el Artículo 33 de la Cuarta Convención de Ginebra, de 1949: «Los castigos colectivos y asimismo todas las medidas de intimidación o de terrorismo están prohibidos», y el Artículo 51 del Primer Protocolo Adicional a las Convenciones de Ginebra, de 1977. Sobre la libertad de movimiento, el Artículo 12, párrafo primero del Convenio Internacional de Derechos Políticos y Civiles establece que: «Toda persona que esté legítimamente dentro del territorio de un Estado tendrá, dentro de ese territorio, el derecho a la libertad de movimiento y la libertad de elegir su residencia». Los planes de EEUU de construir «comunidades entre verjas» impediría también a los iraquíes el ejercicio del derecho al trabajo, a la salud, a la educación y a un nivel de vida adecuado, como queda proclamado en el Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en la Convención de NNUU sobre los Derechos del Niño.

4. La construcción de barrios amurallados y sus regímenes asociados, por contribuir a cambios demográficos en Iraq y por entrampar potencialmente a personas protegidas en lugares peligrosos, contravienen el Artículo 49, párrafos primero y quinto de la Cuarta Convención de Ginebra relativa a la protección de personas civiles en tiempos de guerra, de 1949, y como tales -como violaciones de la legislación de guerra- constituyen crímenes de guerra.

BRussells Tribunal (http://brusselstribunal.org)

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Consuelo Delgado (www.iraqsolidaridad.org)