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¿Pasaporte iraquí? ¡Vamos allá!

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

El impasse del pasaporte iraquí.

Hace algún tiempo ya que les prometí que escribiría sobre el así llamado pasaporte iraquí. Pero una serie de sucesos ocuparon lo mejor de mi tiempo y me apartaron de mi propósito por cuestiones ligeramente más importantes tales como muertes, parientes apaleados, miembros de la familia torturados, amistades encarceladas y otras sencillamente desaparecidas… Por eso, perdonen la tardanza.

Lo primero que deben saber es que el proceso de conseguir un pasaporte, o renovar o cambiar el que se pueda tener, supone una PESADILLA.

El nuevo pasaporte Kosher lleva ahora la letra G. Este pasaporte cumple y ha superado los «estándares internacionales de seguridad».

Ahora bien, si no tienes un pasaporte G, estás jodido. Si lo que ocurre es que tienes un pasaporte de serie N, M, H o S, estás doblemente jodido.

Para conseguir un pasaporte G y sustituir todas las otras series de pasaportes tienes que ir al Ministerio del interior y rellenar una solicitud y esperar al menos tres meses, cuando no más, y pagar sobornos, y el coste del pasaporte son 20 dólares (cantidad que representa mucho dinero para la media iraquí).

Puedes conseguirlo o no. En la actualidad, si resulta que te llamas Omar, Bakr u Ozman, es posible que ni siquiera salgas del ministerio… Por eso, mejor te cambias de nombre antes de ir.

Algunos de Vds. quizá recuerden haber leído algo sobre ese infame edificio dirigido por las milicias iraníes y convertido en centro de tortura. No ha cambiado mucho desde entonces. Sí, ese es el Ministerio del Interior.

Para aquéllos de Vds. que todavía posean un pasaporte de serie M, olvídenlo, ya no vale para nada aunque no haya caducado. Si sucede que tienen la serie N, sepan que caducará en diciembre de 2007.

Si tienen las series H o S, mejor que se besen a sí mismos y se despidan…

La cuestión se pone ahora interesante. Porque si resulta que tienen una M o una N y desean cambiarlo por la aceptable G, eso no significa necesariamente que vayan a conseguir ese pasaporte «G» por la inmensa demanda (o, al menos, eso afirman). Vds. podrían muy terminar con uno de la serie S en su lugar: series temporales de mierda. Por eso, tendrán que volver a empezar con el maldito proceso otra vez más.

La serie S fue emitida por sus señorías estadounidenses, pero posteriormente pasó a ser considerada una amenaza a la seguridad.

Ahora bien, la serie G sólo se concede a individuos. Aquellos que cuentan con familia no puede conseguir un pasaporte G (esposa y niños menores de 16 años). Por eso, naturalmente, las familias necesitan esperar mucho más hasta que les llegue el turno de regresar.

En resumen, la serie G es para quienes trabajan en la Zona Verde y para sus colaboradores, para que puedan viajar para sus contratos de negocios y para descansar y relajarse o perder peso, como Talabani. ¿Recuerdan su viaje a la clínica Mayo? ¿Han observado algún progreso en sus gordas protuberancias?

Desde luego, hablando de Talabani, me vienen a la memoria nuestros hermanos los kurdos. Qué sensación de abatimiento me entra cada vez que les menciono.

Ahora verifiquen los últimos hechos y NO estoy siendo satírica ni exagerando en nada.

Cualquier iraquí que viva fuera de Iraq y tengan la nacionalidad iraquí necesita un visado de la embajada de Iraq para viajar a cualquier «zona kurda», especialmente al «aeropuerto internacional» de Irbil, más el apoyo de dos patrocinadores kurdos. Y no olvido que el aeropuerto internacional de Irbil fue construido por cortesía de los israelíes.

Umm D vive en Jordania y quería visitar a su hijo en Bagdad. Tuvo que solicitar visado para ir a Irbil. Estoy siendo muy seria.

Cualquier iraquí en el interior de Iraq que no sea kurdo y que viva fuera del «Kurdistán» [Jarastan] (la palabra árabe jara significa mierda = shit = merde) no puede entrar en Irbil.

Rauf, tras haber sido sometido a terribles torturas, quería llegar hasta allí y desde ese lugar trasladarse a otro. Le negaron la entrada porque, y aquí cito textualmente lo que le dijeron: «Eres un iraquí ARABE».

Creo que Chomsky y Co. y todos esos cretinos izquierdistas árabes que lloraban por los pobres kurdos deben estar eufóricos al saber esto. Felicidades, una vez más.

Confío en que los Jarastan broten por todo Irán, Turquía y Siria. Pero esos países NUNCA permitirán que se allí se establezca un Jarastan.

Y, por supuesto, los kurdos que ahora surgen como los habitantes reales de Mosul, Kirkuk, Irbil, Dhok… etc., pueden establecer su pequeño imperio israelo-estadounidense y Talabani y Barzani pueden sentar sus grandes y gordos traseros en sillas inmensas y ventosear al ritmo del himno nacional kurdo mientras ondean con la mano su chauvinista bandera en Jarastán.

Sí, eso es en verdad el Turdistán. Por favor, no dejen que siga porque no voy a poder parar y terminaré con otro letal «Manifiesto de la Ira Sin Censuras».

Volvamos a los malditos pasaportes.

Ya que estoy hablando de documentos de viaje «oficiales», también necesito hablar de documentos de viaje «oficiosos», i.e., los falsificados.

Siempre creí que cuando hay voluntad hay un camino. Escuchen ahora la historia del hermano de Muhannad que escapó en Baladiyat de los chicos del taladro del Mahdi tras ser testigo de cómo cuatro de los miembros de su familia eran asesinados frente a sus mismos ojos.

Le llamaré Yaser. Yaser terminó varado en la tierra de nadie que es el desierto entre Iraq y Siria. Allí estuvo durante ocho meses con su mujer y sus dos pequeños. Viviendo en una maldita tienda, sin agua ni electricidad, en medio de la nada. Y ahora me gustaría ver cómo esos cretinos izquierdistas árabes que llevan la causa palestina como una antorcha glamorosa hablan sobre el destino de los palestinos en Iraq.

Volvamos a Yaser. Yaser y algunos de sus «colegas del campo» encontraron a alguien que estaba deseando venderles pasaportes para que pudieran llegar a Francia y desde allí intentar ir a Suecia.

Los pasaportes, portugueses, estaban estupendamente falsificados. El nuevo nombre de Yaser era Da Silva. ¿Se están preguntando ahora por qué portugueses? Piensen un poco más. ¡En efecto! Son «oscuros y llevan bigotes», como los iraquíes, y son europeos y es más fácil decir «obrigado» que «thank you» con un fuerte acento extranjero y no ser pillados.

El coste del pasaporte: 15.000 dólares USA.

Yaser y sus amigos pidieron prestados montones de dinero, consiguiendo finalmente los pasaportes. Llegaron a Francia y ocho de los diez se quedaron en el aeropuerto y fueron «repatriados». Sí, les pillaron. No porque los pasaportes estuvieran mal falsificados sino porque los muchachos no sabían ni una palabra de portugués y se dejaron llevar por el pánico al llegar a la aduana.

Y así fue como les devolvieron de regreso a Baladiyat – Bagdad – Iraq.

Afortunadamente para Yaser, él lo logró. Llegó hasta Suecia, contactó allí con la policía, les entregó su pasaporte falso y le aplicaron el asilo político. Fue uno de los afortunados.

Por eso, querido lector, si tiene previsto solicitar la nacionalidad iraquí -estoy segura de que es una proposición interesante ya que somos el modelo de democracia naciente-, asegúrese y haga mucho hincapié en su solicitud en que quiere la serie G.

Porque si no, ya puede ponerse a cantar al lucero del alba. Adiós.

Enlace con texto original:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/07/iraqi-passport-pass.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.