Nos encontramos frente a un ensayo que quiere hacernos pensar sobre las consecuencias sociales y políticas de este acontecimiento que es la pandemia de COVID-19 y todo lo que ha traído consigo. Un proyecto que estaría en la línea de lo que Michel Foucault llamaba la función filosófica de hacer una ontología de la actualidad. Está escrito de manera conjunta por Andityas Sorares de Moura Costa Matos y Francis García Collado, que justo antes del libro que nos ocupa habían publicado otro de contenido mucho más teórico : “Más allá de la biopolítica. Biopotencia, bioarztquia, bioemergencia” ( Documenta Universitaria). Este último trabajo nos proporciona el marco teórico en que se mueven los autores, en la perspectiva de lo que se ha llamado la biopolítica. Esto no quiere decir que se haya de leerlo previamente para entender el que nos ocupa, pero si que, aunque los autores hagan un esfuerzo de clarificación, quizás hubiera sido mejor entrar algo más a fondo en estas conceptualizaciones que se formulan en neologismos: bioemergencia, bioresistencia, bioarztiquia,..
El libro es, sin duda, interesante. Es arriesgado y radical, en el sentido que quiere llegar al fondo de la cuestión. No hay que estar de acuerdo con sus tesis (yo no lo estoy) para que resulte muy sugerente. No se trata de buscar respuestas, sino líneas para abordar análisis y propuestas fuera de los tópicos que, desde planteamientos diversos, van circulando. Personalmente no estoy de acuerdo con conceptos que utilizan, como el de fascismo tecnológico, o incluso del peso que dan a ideas como la de necropolítica ( la lógica de exterminio de los improductivos) o tanatología ( la presencia de la muerte para generar miedo). Son planteamientos que están en la línea de las aportaciones de Roberto Expósito. Más bien me sitúo en la línea más empírica y moderada de Nikolas Rose (muy citado en su anterior libro, pero que en este no aparece). La noción de bioarztiquia (por favor, que nombre más difícil, hubiera sido mejor ser más pragmático y menos etimológico) da mucho juego, ciertamente. La razón farmacéutica entendida como hegemónica y que tiene como efecto provocar sujetos que se están autodiagnosticando permanentemente buscando síntomas y signos de posibles enfermedades, me parece muy fecunda. Igualmente, la manera como el libro aborda la cuestión de la subjetividad y los cambios subjetivos que comporta lógica de la biopolítica.
Me ha gustado la parte del libro que analiza lo que es un virus y que se atreve a formular propuestas a las vigentes sin caer en el delirio del negacionismo. Menos me ha gustado el recorrido crítico de las diversas lecturas de los filósofos más mediáticos, sobre todo la inconsistente y confusa de Byung-Chul Han, que seguro que no se merece un capítulo. En todo caso a lo largo del análisis aparecen puntos muy sugerentes, que como ya he dicho abren caminos nuevos para abordar la pandemia y las medidas que ha puesto en marcha. Respecto a su conclusión totalmente de acuerdo con su crítica a la ilusoria vuelta a la normalidad y a enmarcarlo en la nefasta lógica del capitalismo. Más escéptico respecto a sus propuestas de democracia radical combinadas por lo que llaman bioemergencia y bioresistencia. En todo caso de acuerdo en la defensa del sujeto singular y de lo común, que es lo que les ha animado a escribir un libro que, ciertamente, vale la pena leer.