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Plan B. A medida que se acerca el 30 de junio, Israel mira a los Kurdos

Fuentes: New Yorker

Traducido para Rebelión por Marina Trillo

En julio de 2003, dos meses después de que el Presidente Bush declarara la victoria en Irak, la guerra, lejos de amainar, alcanzó un punto crítico. Israel, que había estado entre los partidarios más entusiásticos de la guerra, comenzó a advertir a la Administración de que la ocupación llevada a cabo por los americanos afrontaría un aumento de la insurgencia -una campaña de bombardeos y asesinatos- más tarde durante aquel verano. Los activos de la inteligencia israelí en Irak informaban que los insurgentes contaban con el apoyo de operativos de la inteligencia Iraní y otros combatientes extranjeros, que cruzaban la desprotegida frontera entre Irán e Irak a voluntad. Los israelíes urgían a los Estados Unidos a que sellaran la frontera de novecientas millas de largo (1.440 Km), a cualquier precio.

Sin embargo, la frontera permaneció abierta, «La Administración no ignoraba los datos de la inteligencia israelí sobre Irán,» explicó Patrick Clawson, que es director adjunto del Washington Institute for Near East Policy y mantiene estrechos vínculos con la Casa Blanca. «No hay duda de que no adoptamos ninguna medida el verano pasado para cerrar la frontera, sino que nuestra actitud consistió en que resultaba más útil que los iraquíes mantuvieran contacto con los iraníes normales que llegaban cruzando la frontera, y la cruzaban por millares cada día – por ejemplo, peregrinos.» Añadió, «Las cuestiones que nos planteamos fueron ‘¿Merece la pena hacerlo porque haya este intercambio? ¿Queremos aislar a los iraquíes?’ Nuestra respuesta fue que mientras los iraníes no tomaran las armas contra nosotros, merecía la pena.»

Clawson dijo, «Los israelíes discreparon bastante enérgicamente de nosotros el verano pasado. Su planteamiento fue muy directo – que los iraníes crearían organizaciones sociales y de caridad en Irak y las usarían para reclutar gente que se dedicaría a ataques armados contra los americanos.»

Las advertencias sobre la intensificación de la violencia resultaron ciertas. A principios de agosto había estallado la insurgencia contra la ocupación, con atentados con bombas en Bagdad, en la Embajada Jordana y en la oficina central de Naciones Unidas, que mataron a cuarenta y dos personas. Un antiguo oficial de la inteligencia israelí dijo que los líderes israelíes para entonces habían llegado a la conclusión de que EEUU no estaba inclinado a enfrentarse con Irán; en términos de salvar la situación en Irak, dijo, «esto no sale. Está terminado. No militarmente -Estados Unidos no puede ser derrotado militarmente en Irak- sino políticamente.»

Flynt Leverett, un antiguo analista de la CIA que hasta el año pasado sirvió en el Consejo Nacional de Seguridad y ahora es miembro del Saban Center for Middle East Policy, me dijo que a finales del verano pasado «la Administración tuvo una posibilidad de darle la vuelta después de que quedó claro que la ‘Misión Cumplida'»-en referencia al discurso de Bush de Mayo- «fue prematura. La gente de Bush podría haber acudido a sus aliados y conseguir más tropas. Pero los neoconservadores se empecinaron – ‘Lo hacemos por nuestra cuenta’ «

Leverett prosiguió, «El Presidente tardó en darse cuenta de que tenía que hacer o un cambio estratégico o, si iba a insistir en el control unilateral, actuar con más dureza y localizar la presente insurrección.» La Administración decidió entonces, dijo Leverett, «desplegar el modelo de Guantánamo en Irak» – para dejar de lado sus normas para interrogatorios. Aquella decisión no consiguió parar la insurrección y acabó llevando al escándalo de la prisión Abu Ghraib.

A principios de noviembre, el Presidente recibió una tremenda evaluación del jefe de estación de la CIA en Bagdad, quien efectuó una estimación especial sobre el terreno, conocida internamente como un Aardwolf, advirtiendo de que la situación de seguridad en Irak se acercaba al colapso. El documento, según indicó Knight-Ridder, decía que «ninguna de las instituciones políticas y líderes iraquíes de la posguerra ha mostrado tener capacidad para gobernar el país» o para celebrar elecciones y redactar una constitución.

Unos días más tarde, la Administración, sacudida por la violencia y los nuevos datos de inteligencia, intentó finalmente cambiar su política de ir por libre y estableció el 30 de junio como fecha para el traspaso de soberanía a un gobierno interino, lo cual le permitiría meter a las Naciones Unidas en el proceso. «Noviembre era un año antes de la elección Presidencial,» me dijo un asesor de Naciones Unidas que trabajó en asuntos iraquíes. «Les entró pánico y decidieron repartir culpas con las Naciones Unidas y los Iraquíes.»

Un antiguo miembro de la Administración que había apoyado la guerra completó un desalentador viaje por Irak a finales del pasado otoño. Después visitó Tel-Aviv y se topó con que los israelíes con los que se reunió estaban igualmente desalentados. En opinión de ellos, sus advertencias y consejos habían sido ignorados, y la guerra Americana contra la insurrección seguía yendo a pique. «Pasé horas hablando con los altos mandos de la política y de la comunidad de inteligencia israelíes,» recordó el antiguo funcionario. «Su inquietud era ‘No vais a acertar en Irak, y ¿no deberíamos estar planeando cómo tratar con ello en el peor de los casos?’ «

Ehud Barak, el antiguo Primer Ministro Israelí, que apoyó la invasión de la Administración de Bush de Irak, en este punto tomó como cosa personal advertir en privado al Vicepresidente Dick Cheney de que América había perdido en Irak; según un americano próximo a Barak, dijo que Israel «había aprendido que no hay ningún modo de ganar una ocupación.» La única cuestión, le dijo Barak a Cheney, era «elegir el tamaño de vuestra humillación.» Cheney no respondió a la evaluación de Barak. (La oficina de Cheney declinó hacer comentarios.)

En una serie de entrevistas en Europa, Oriente Medio y EEUU, funcionarios me dijeron que hacia finales del año pasado Israel había llegado a la conclusión de que la Administración de Bush no sería capaz de traer estabilidad ni democracia a Irak, y que Israel necesitaba otras opciones. El gobierno del primer ministro Ariel Sharon decidió, me dijeron, para minimizar el daño que la guerra estaba causando a la posición estratégica de Israel, ampliar su relación existente desde hace mucho tiempo con los Kurdos de Irak y establecer una significativa presencia sobre el terreno en la región semi-autónoma del Kurdistán. Varios funcionarios describieron la decisión de Sharon, que implica un fuerte compromiso financiero, como un movimiento potencialmente temerario que podría crear aún más caos y violencia dado que la insurrección en Irak sigue en aumento.

Operativos de la inteligencia y militares israelíes están ahora actuando silenciosamente en el Kurdistán, proporcionando entrenamiento a unidades Kurdas de comandos y, lo que es más importante bajo el punto de vista de Israel, ejecutando operaciones encubiertas dentro de áreas Kurdas de Irán y Siria. Israel se siente particularmente amenazado por Irán, cuya posición en la región ha sido reforzada por la guerra. Los operativos israelíes incluyen a miembros del Mossad, el servicio clandestino de inteligencia extranjera de Israel, quienes trabajan encubiertos en Kurdistán como hombres de negocios y, en algunos casos, no llevan pasaportes israelíes.

Al pedirle sus comentarios a Mark Regev, portavoz de la Embajada israelí en Washington, dijo, «La historia es simplemente falsa y los gobiernos relevantes saben que es falsa.» Oficiales Kurdos rehusaron hacer comentarios, lo mismo que un portavoz del State Department (Ministerio de Asuntos Exteriores).

Sin embargo, un alto oficial de la CIA reconoció en una entrevista la semana pasada que los israelíes estaban, en efecto, operando en el Kurdistán. Me dijo que los israelíes sentían que tenían poca elección: «Piensan que tienen que estar allí.» Al preguntarle si los israelíes habían solicitado la aprobación de Washington, el funcionario se rió y dijo, «¿Conoce usted a alguien que pueda decirle a los israelíes qué hacer? Siempre van a hacer lo que mejor les convenga.» El funcionario de la CIA añadió que la presencia israelí era ampliamente conocida entre la comunidad del espionaje.

La decisión israelí de buscar una mayor base de operaciones en el Kurdistán -caracterizada por el antiguo oficial de la inteligencia israelí como «Plan B» – ha aumentado también las tensiones entre Israel y Turquía. Ha provocado agrias declaraciones de políticos Turcos y, en un importante cambio regional, una nueva alianza entre Irán, Siria, y Turquía, todos los cuales tienen significativas minorías Kurdas. A principios de junio, el Intel Brief, un boletín de noticias de inteligencia que se difunde de modo privado, producido por Vincent Cannistraro, un jefe de contraterrorismo de la CIA jubilado, y Philip Giraldi, que sirvió como el jefe adjunto de la CIA en la base de Estambul a finales de los años 1980, decía:

Fuentes turcas informan confidencialmente que los turcos están cada vez más preocupados con la creciente presencia israelí en el Kurdistán y el presunto estímulo a las ambiciones kurdas de crear un estado independiente… Los Turcos indican que las grandes operaciones de inteligencia israelíes en el Norte de Irak incorporan actividad anti-Siria y anti-Iraní, incluido el apoyo a los Kurdos Iraníes y Sirios que están en oposición a sus respectivos gobiernos.

En los años que van desde la primera Guerra del Golfo, los Kurdos Iraquíes, con la ayuda de una zona sin vuelos con vigilancia internacional y de un mandato de Naciones Unidas que les proporciona parte de los ingresos del petróleo del país, han logrado conseguir un gran nivel de independencia en tres provincias del norte de Irak. Lo que más preocupa a la mayor parte de los Kurdos, sin embargo, el «Kurdistán» histórico, se extiende mucho más allá de las fronteras de Irak, abarcando partes de Irán, Siria, y Turquía. Los tres países temen que Kurdistán, a pesar de las promesas públicas en sentido contrario, declare su independencia del gobierno interino Iraquí si la situación no mejora después del 30 de junio.

La implicación israelí en el Kurdistán no es nueva. A lo largo de los años 1960 y 1970, Israel apoyó activamente la rebelión Kurda contra Irak, como parte de su política estratégica de buscar alianzas con no árabes en Oriente Medio. En 1975, los Kurdos fueron traicionados por Estados Unidos, cuando Washington secundó una decisión del Shah de Irán de dejar de apoyar las aspiraciones Kurdas de autonomía en Irak.

La traición y la violencia se hicieron norma en las dos décadas siguientes. Dentro de Irak, los Kurdos fueron reprimidos de manera brutal por Saddam Hussein, quién usó bombardeos aéreos y armas químicas contra ellos. En 1984, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, inició una campaña de violencia separatista en Turquía que duró quince años; más de treinta mil personas, la mayor parte de ellos Kurdos resultaron muertos. El gobierno Turco aplastó despiadadamente a los separatistas, y finalmente capturó al líder del PKK, Abdullah Ocalan. El mes pasado, el PKK, ahora conocido como Kongra-Gel, anunció que daba por finalizado el alto el fuego unilateral de cinco años y comenzaría a atacar a ciudadanos turcos otra vez.

Los líderes Kurdos Iraquíes se pusieron furiosos cuando, a principios de este mes, EEUU accedió a una resolución de la ONU sobre la restauración de la soberanía iraquí que no afirmaba la constitución interina que concedía poder de veto de minoría a los Kurdos sobre cualquier constitución permanente. Los líderes Kurdos inmediatamente advirtieron al Presidente Bush por carta, de que ellos no participarían en un nuevo gobierno controlado por los Shía a menos que se les asegurara que los derechos que les concedía constitución interina serían respetados. «El pueblo del Kurdistán ya no aceptará por más tiempo ser ciudadanía de segunda en Irak,» decía la carta.

Hay temor de que los Kurdos se dispongan a capturar la ciudad de Kirkuk, junto con las importantísimas reservas de petróleo de la región circundante. Iraquíes árabes dominan Kirkuk, muchos de los cuales fueron trasladados allí, a principios de los años 1970, como parte de la campaña de Saddam Hussein para «Arabizar» la región, pero los Kurdos consideran a Kirkuk y su petróleo parte de su patria histórica. «Si Kirkuk es amenazada por los Kurdos, los Sunníes insurrectos se trasladarán allí, junto con los Turcomanos, y habrá una matanza,» me dijo un experto militar americano que está estudiando Irak. «Y, aunque los Kurdos tomen Kirkuk, no pueden sacar el petróleo del país, ya que todos los oleoductos pasan por el centro Sunní Árabe.»

Un alto funcionario de la seguridad nacional Alemana dijo en una entrevista que «un Kurdistán independiente con suficiente petróleo tendría enormes consecuencias para Siria, Irán, y Turquía» y conduciría a inestabilidad continua en Oriente Medio, sea cual sea el resultado en Irak. Hay también la creencia extendida, dijo otro alto funcionario Alemán, de que algunos elementos de dentro de la Administración de Bush -se refería expresamente a la facción encabezada por el viceministro de defensa Paul Wolfowitz- toleraría un Kurdistán independiente. Esto, sostuvo el alemán, sería un error. «Sería un nuevo Israel, un estado paria en medio de naciones hostiles.»

Una declaración de independencia provocaría la respuesta Turca -y posiblemente una guerra- y también haría descarrilar lo que ha sido una alianza importante para Israel. Turquía e Israel han desarrollado fuertes relaciones diplomáticas y económicas en la década pasada. Miles de israelíes viajan a Turquía todos los años como turistas. La oposición turca a la guerra de Irak ha tensado la relación; sin embargo, Turquía sigue orientada hacia Occidente y, a pesar de la victoria de un partido Islámico en las elecciones nacionales de 2002, es relativamente secular. Está compitiendo ahora para ser aceptada en la Unión Europea. En contraste, Turquía y Siria han estado en desacuerdo durante años, a veces llegando a estar cerca de la confrontación abierta, y Turquía e Irán han sido durante mucho tiempo rivales regionales. Un área de tensión entre ellos es el conflicto entre la postura prooccidental de Turquía y la rígida teocracia de Irán. Pero su cautela mutua respecto a los Kurdos ha superado estas divisiones.

Un Ministro Europeo de Asuntos Exteriores, en una conversación el mes pasado, dijo que el «reventón» de la alianza de Israel con Turquía sería un importante revés para la región. Prosiguió, «Para evitar el caos, se necesitan vecinos para trabajar como una entidad común.»

Los israelíes, sin embargo, ven la vecindad, con excepción del Kurdistán, como hostil. Israel está convencido de que Irán está a punto de desarrollar armamento nuclear, y que, con la ayuda de Siria, está planeando apoyar el terrorismo Palestino cuando Israel se retire de la Franja de Gaza.

Líderes de la milicia Shía iraquí como Moqtada Al-Sadr, dijo el antiguo oficial de la inteligencia americana, son vistos por el mando israelí como «embozos» de Irán – debiendo la mayor parte del éxito de su desafío contra la coalición dirigida por los americanos al apoyo logístico y de comunicaciones y entrenamiento proporcionado por Irán. El antiguo funcionario de inteligencia dijo, «Comenzamos a ver signos reveladores del entrenamiento organizativo el verano pasado. Pero la Casa Blanca no quiso oírlo: ‘No podemos asumir otro problema ahora mismo. No podemos permitirnos empujar a Irán al punto donde tengamos que tener un enfrentamiento.’ «

El verano pasado, según un documento que obtuve, la Administración de Bush ordenó a los Marines que diseñaran un plan detallado, llamado Operación Stuart, para la detención y, si fuera necesario, el asesinato de Sadr. Pero la operación fue anulada, me dijo el antiguo oficial de inteligencia, después de que quedó claro que Sadr había sido «informado» del plan. Siete meses más tarde, después de que Sadr pasó el invierno consolidando el apoyo a su movimiento, la coalición dirigida por los americanos cerró su periódico, provocando una crisis de la que Sadr salió con su posición acrecentada, asegurando así que jugará un importante, e inoportuno, papel en las maquinaciones políticas y militares después del 30 de junio.

«El objetivo inmediato de Israel después del 30 de junio es reforzar las unidades Kurdas de comandos para contrarrestar las milicias Shía, sobre todo a aquéllas que fueran hostiles a la clase de orden que a Israel le gustaría ver en el sur de Irak,» dijo el antiguo alto oficial de inteligencia. «Por supuesto que, si una milicia fanática Sunní Baazista tomara el control -una tan hostil a Israel como lo fue Saddam Hussein- Israel también le echaría a los Kurdos encima.» Las fuerzas armadas Kurdas, conocidas como el peshmerga, ascienden a unos setenta y cinco mil soldados, cifra que excede en bastante a las milicias Sunníes y Chiítas conocidas.

El antiguo oficial de la inteligencia israelí reconoció que desde finales del año pasado Israel ha estado entrenando a unidades Kurdas de comandos para operar de la misma manera y con la misma eficacia que las unidades de comandos más secretas de Israel, los Mistaravim. El objetivo inicial de la ayuda israelí a los Kurdos, dijo el antiguo oficial, era permitirles que hicieran lo que habían sido incapaces de hacer las unidades americanas de comandos -penetrar, recabar inteligencia, y luego matar a los líderes de las insurgencias Shía y Sunní de Irak. (No logré saber si ya se había llevado a cabo dicha misión) «El sentimiento era que este era un modo más eficaz de descubrir la insurgencia,» dijo el antiguo oficial. «Pero la creciente relación Kurdo-Israelí comenzó a contrariar sobremanera a los Turcos. Su conclusión es que los mismos comandos Kurdos entrenados para Irak podrían infiltrarse y atacar en Turquía.»

La colaboración Kurdo-Israelí inevitablemente se amplió, dijo el israelí. Algunos operativos israelíes han cruzado la frontera pasando a Irán, acompañados por comandos Kurdos, para instalar sensores y otros dispositivos sensibles que principalmente apuntan a presuntas instalaciones nucleares iraníes. El antiguo oficial dijo, «Mire, Israel siempre ha apoyado a los Kurdos de modo Maquiavélico – para contrarrestar a Saddam. Esto es Realpolitik.» Añadió, «Al alinearse con los Kurdos, Israel gana ojos y oídos en Irán, Irak, y Siria.» Prosiguió, «Lo que Israel estaba haciendo con los Kurdos no resultaba tan inaceptable para la Administración de Bush.»

Altos funcionarios alemanes me dijeron, alarmados, que su comunidad de inteligencia también tiene pruebas de que Israel está usando su nueva ventaja estratégica dentro del Kurdistán, y dentro de las comunidades Kurdas de Irán y Siria, con fines de espionaje y operacionales. Los funcionarios Sirios y Libaneses creen que el espionaje israelí desempeñó un papel en una serie de revueltas violentas en Siria a mediados de marzo en las cuales se enfrentaron los disidentes Kurdos Sirios y las tropas Sirias, dejando al menos a treinta personas muertas. (Hay casi dos millones de Kurdos que viven en Siria, que tiene una población de diecisiete millones.) La mayor parte de los enfrentamientos ocurrieron en ciudades a lo largo de las fronteras de Siria con Turquía y el Irak controlado por los Kurdos. Michel Samaha, Ministro libanés de Información, me dijo que aunque los altercados parecían un levantamiento de los Kurdos contra el liderazgo de Basher Assad, el Presidente Sirio, su gobierno tenía pruebas de que Israel estaba «preparando a los Kurdos para luchar contra todos en Irak, en Siria, Turquía, e Irán. Están siendo programados para ejecutar operaciones de comandos.»

El alto funcionario de la seguridad nacional alemana me dijo que cree que la Administración de Bush malinterpreta continuamente a Irán. «Los iraníes deseaban mantener a América atada en Irak, y mantenerla ocupada allí, pero no querían el caos,» dijo. Uno de los altos funcionarios Alemanes me dijo, «La pregunta crítica es ‘¿Cuál será el comportamiento de Irán si hay un Kurdistán independiente estrechamente vinculado a Israel? ‘ Irán no quiere un portaaviones terrestre israelí» -es decir, una fortaleza militar- «en su frontera.»

Otro alto funcionario Europeo dijo, «Los Iraníes harían algo positivo en el sur de Irak si consiguieran algo positivo a cambio, pero Washington no lo permitirá. El gobierno de Bush no pedirá ayuda a los Iraníes, y no puede pedírsela a los Sirios. ¿Quién va a salvar a los Estados Unidos?» Añadió que, al principio de la invasión americana de Irak, varios altos funcionarios Europeos habían dicho a sus homólogos de Irán, «Ustedes serán los ganadores en la región.»

Israel no está solo al creer que Irán, a pesar de sus protestas, está en secreto trabajando intensamente para conseguir una bomba atómica. A principios de este mes, la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que es responsable de supervisar la proliferación nuclear, publicó su quinto informe trimestral seguido declarando que Irán seguía disimulando su investigación con materiales que podrían ser usados para la producción de armamento nuclear. Mucha de la preocupación se centra en una instalación de enriquecimiento subterránea en Natanz, a doscientas cincuenta millas de la frontera de Irán-Irak, en la que, durante anteriores inspecciones de la IAEA, se descubrió que había centrifugadoras que presentaban trazas de uranio del tipo usado para armas. El enorme complejo, que está todavía en construcción, se dice que mide casi ochocientos mil pies cuadrados (75.251 m/2), y será cubierto dentro de unos meses por una azotea cuyo diseño permite que se la recubra con arena. Una vez que las obras se hayan completado, el complejo «será ciego para los satélites, y los Iraníes podrían añadir más pisos en el subsuelo,» me dijo un funcionario de la IAEA. «La pregunta es, ¿atacarán los israelíes a Irán?»

Mohammed ElBaradei, director de la IAEA, ha declarado repetidamente que su agencia no ha «visto pruebas concretas de un programa militar, así que es prematuro emitir un juicio sobre esto.» David Albright, antiguo inspector de armamento de las Naciones Unidas que es experto en proliferación nuclear, reforzó la declaración de la IAEA. «Estados Unidos no tiene ninguna prueba concreta de un programa de armamento nuclear,» me dijo Albright. «Es tan solo una inferencia. No hay ninguna pistola humeante.» (El viernes pasado, en una reunión en Viena, la IAEA pasó una resolución que, incluso reconociendo algún progreso, se quejaba de que Irán aún tenía que ser tan abierto como debiera, y le apeló urgentemente a contestar una lista de preguntas pendientes.)

El funcionario de la IAEA me dijo que la dirección de la IAEA ha sido advertida en privado por funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores Iraní que «les está resultando difícil conseguir información» de los rígidos líderes religiosos y militares que controlan el país. «El Ministerio de Asuntos Exteriores Iraní nos dice, ‘Sólo somos diplomáticos, y no sabemos si estamos consiguiendo todos los datos de nuestra propia gente,'» dijo el funcionario. Observó que la Administración de Bush ha informado repetidamente a la IAEA de que hay instalaciones nucleares secretas en Irán que no han sido declaradas. La Administración no dirá más, por lo visto preocupada por que la información pudiera llegar de rebote a Irán.

Patrick Clawson, del Institute for Near East Policy, proporcionó otra explicación de la renuencia de la Administración de Bush a pasar datos concretos de inteligencia. «Si tuviéramos que identificar un sitio,» me dijo, «es concebible que pudiera ser rápidamente desmontado y llegarían los inspectores de la IAEA» -las inspecciones internacionales a menudo tardan semanas en organizarse- «y no encontrarían nada.» La comunidad de la inteligencia americana, ya desacreditada debido a sus erróneos informes sobre las armas de destrucción masiva iraquíes, sería criticada de nuevo. «Es mucho mejor,» dijo Clawson, «hacer que la IAEA entienda por sí misma que hay un sitio y luego encuentre pruebas de que allí había sido enriquecido material.»

Clawson me dijo que la mayor preocupación de seguridad nacional de Israel debe ser Irán. Considerando que la presencia en Kurdistán le daría a Israel un modo de supervisar el esfuerzo nuclear iraní, dijo, «sería negligencia por parte de los israelíes no estar allí.»

En este momento, dijo el antiguo alto oficial de la inteligencia americana, los vínculos de los israelíes con el Kurdistán «serían de mayor valor que su creciente alianza con Turquía. ‘Nos gusta Turquía, pero tenemos que mantener la presión sobre Irán.’ » El antiguo oficial de la inteligencia israelí dijo, «Los Kurdos fueron el último grupo superviviente cercano a los Estados Unidos con algo que decir en Irak. La única cuestión es como cuadrarlo con Turquía.»

Puede no haber ningún modo de cuadrarlo con Turquía. Después del desayuno en Ankara, un alto funcionario Turco explicó, «Antes de la guerra, Israel estaba activo en el Kurdistán, y ahora está activo otra vez. Esto es muy peligroso para nosotros, y también para ellos. No queremos ver a Irak dividido, y no lo ignoraremos.» Luego, citando un proverbio popular turco – «quemaremos una manta para matar a una pulga» – dijo, «Le hemos dicho a los Kurdos, ‘No tenemos miedo de vosotros, pero vosotros sí deberíais tenernos miedo.’ » (Un diplomático Turco con el que hablé más tarde fue más directo: «Les decimos a nuestros amigos Israelíes y Kurdos que la buena voluntad de Turquía reside en mantener a Irak sin dividir. No apoyaremos soluciones alternativas.»)

«Si acabáis con un Irak dividido, esto traerá más sangre, lágrimas, y dolor al Oriente Medio, y vosotros tendréis la culpa,» dijo el alto funcionario turco. «Desde México a Rusia, todo el mundo clamará que Estados Unidos tenía una agenda secreta en Irak: vinísteis aquí para romper Irak. Si Irak es dividido, América no puede explicarle esto al mundo.» El funcionario comparó la situación con la desintegración de Yugoslavia, pero añadió, «En los Balcanes, no teníais petróleo.» Dijo, «La lección de Yugoslavia es que cuando le das la independencia a un país todos la querrán.» Si algo pasa allí, dijo, «Kirkuk será el Sarajevo de Irak. Si algo pasa allí, será imposible contener la crisis.»

En Ankara, otro alto funcionario Turco explicó que su gobierno había «compartido abiertamente sus preocupaciones» sobre las actividades militares israelíes dentro del Kurdistán con el Ministerio de Asuntos Exteriores Israelí. «Ellos niegan el entrenamiento y la compra de propiedades y alegan que no es oficial, sino hecha por personas privadas. Obviamente, nuestra comunidad de inteligencia es consciente de que no es así. Esta política no es buena para América, Irak, o Israel y los Judíos.»

Las quejas cada vez más enfáticas y públicas de Turquía sobre los ataques de mísiles de Israel contra los líderes de Hamas en la Franja de Gaza son otro factor en las crecientes tensiones entre los aliados. El 26 de mayo, el Ministro de Asuntos Exteriores Turco, Abdullah Gul, anunció en una rueda de prensa en Ankara que el gobierno Turco había mandado venir a su Embajador en Israel para consultas sobre como reactivar el proceso de paz en Oriente Medio. También le dijo al Parlamento Turco que el gobierno estaba planeando reforzar sus lazos con la Autoridad Palestina, y, en conversaciones con diplomáticos de Oriente Medio el mes pasado, expresó grave preocupación respecto a Israel. En una de dichas conversaciones, un diplomático me dijo que, Gul describió las actividades israelíes, y la posibilidad de un Kurdistán independiente, como «nos está presentando una opción que no es una verdadera opción – entre la supervivencia y la alianza.»

Un tercer funcionario Turco me dijo que los israelíes se «dirigían a nosotros a fin de calmar nuestra preocupación. Dicen, ‘No estamos haciendo nada en el Kurdistán que mine vuestros intereses. No os preocupéis.’ » El funcionario añadió, «Si sale a la luz pública lo que han estado haciendo, esto pondrá a su gobierno y al nuestro en una difícil posición. Podemos tolerar el ‘Kurdistán’ si Irak permanece intacto, pero nadie conoce el futuro – ni siquiera los americanos.»

Un antiguo funcionario de la Casa Blanca describió a la Administración como impaciente -casi desesperada- a finales de esta primavera por instalar un nuevo gobierno interino aceptable en Irak antes de la fecha límite del 30 de Junio declarada por el Presidente Bush para la transferencia de soberanía. La Administración se volvió hacia Lakhdar Brahimi, enviado especial de Naciones Unidas, para que «reuniera algo para el 30 de junio – justo algo que pudiera tenerse en pie» hasta la elección Presidencial, dijo el antiguo funcionario. A Brahimi le encargaron la tarea de seleccionar, con la aprobación pública de Washington, a los treinta y un miembros del gobierno interino de Irak. Sin embargo, según reportajes de prensa, la selección de Iyad Allawi como Primer Ministro interino fue una frustración para Brahimi.

La Casa Blanca aún tiene que contender con el pasado de Allawi. Sus credenciales como neurólogo, y su participación durante las dos últimas décadas en actividades anti-Saddam, como fundador del Acuerdo Nacional Iraquí con base en el Reino Unido, han sido extensamente relatados. Pero su papel como operativo del Partido Baaz mientras Saddam luchaba por el control en los años 1960 y 1970 -Saddam llegó a Presidente en 1979- es mucho menos conocido. «Allawi ayudó a Saddam a conseguir el poder,» me dijo un oficial de la inteligencia americana. «Fue un operativo muy eficaz y un auténtico convencido.» Reuel Marc Gerecht, un antiguo oficial de sucesos de la CIA que estuvo de servicio en Oriente Medio, añadió, «Destacan dos hechos sobre Allawi. Uno, le gusta pensar que es un hombre de ideas; y, dos, su mayor virtud es que es un criminal.»

A principios de este año, uno de los antiguos compañeros de clase de Allawi en la facultad de medicina, Dr. Haifa al-Azawi, publicó un ensayo en un periódico árabe de Londres planteando cuestiones sobre su carácter y su bona fides médica. Describió a Allawi como «un hombretón bronco… que llevaba una pistola al cinto y con frecuencia la blandía, aterrorizando a los estudiantes de medicina.» La licenciatura de Medicina de Allawi, escribió, «le fue conferida por el partido Baaz.» Allawi se trasladó a Londres en 1971, aparentemente para proseguir su educación médica; allí fue el responsable de las operaciones europeas de la organización del Partido Baaz y las actividades locales de la Mukhabarat, su agencia de inteligencia, hasta 1975.

«Si me preguntan si Allawi tiene sangre en sus manos desde sus tiempos en Londres, la respuesta es sí, la tiene,» dijo Vincent Cannistraro, el antiguo oficial de la CIA. «Era un agente pagado de la Mukhabarat para los iraquíes, y estuvo implicado en asuntos sucios.» Un diplomático de gabinete de nivel medio en Oriente Medio, que se resintió por la indiferencia estadounidense respecto al historial de Allawi, me dijo a principios de este mes que Allawi estuvo implicado en un «equipo de choque» del Mukhabarat que buscaba y asesinaba a disidentes del Partido Baaz por toda Europa. (La oficina de Allawi no respondió a una petición de comentarios.) En algún momento, por motivos que no están claros, Allawi cayó en desgracia, y los Baazistas organizaron una serie de atentados contra su vida. El tercero de ellos, con un asesino que blandiendo un hacha irrumpió en su casa cerca de Londres en 1978, le provocó una estancia de un año entero en el hospital.

Flynt Leverett del Saban Center dijo de la transferencia de soberanía, «Si no funciona, no hay ningún recurso – nada.» El antiguo alto funcionario de la inteligencia americana me dijo, de igual modo, que «los neoconservadores todavía piensan que pueden sacar el conejo del sombrero» en Irak. ¿»Cuál es el plan? Dicen, ‘No lo necesitamos. La democracia es lo bastante fuerte. Lo haremos trabajando.’ «

Diplomáticos de Oriente Medio y antiguos operativos de la CIA que ahora consultan en Bagdad me han dicho que muchos hombres de negocios iraquíes ricos y sus familias han abandonado Bagdad en las recientes semanas en previsión de continuados, y quizás intensificados, ataques suicidas y bombardeos terroristas después del 30 de junio. «Veremos a Cristianos, Shias, y Sunnis marchándose,» declaró Michael Samara, Ministro Libanés de Información. «Lo que hace la resistencia es apuntar a la gente pobre que está a cargo de la burocracia – aquellos que no pueden permitirse pagar guardias privados. Hace un mes, amigos míos que son importantes terratenientes de Irak vinieron a Bagdad a hacer negocios. El coste de la seguridad de un día ascendió a unos doce mil dólares.»

Whitley Bruner, un oficial de inteligencia jubilado que fue alto cargo del destacamento de fuerzas de la CIA en Irak hace una década, dijo que el nuevo gobierno interino de Irak busca con urgencia el modo de proporcionar seguridad económicamente asumible para funcionarios de segunda fila – los hombres y mujeres que hacen que el gobierno funcione. A principios de junio, dos de dichos funcionarios -Kamal Jarrah, funcionario del Ministerio de Educación, y Bassam Salih Kubba, que ostentaba el cargo de adjunto al Ministro de Exteriores – fueron asesinados por pistoleros no identificados en el exterior de sus casas. Ninguno de ellos había contratado guardaespaldas. Bruner, que volvió de Bagdad a principios de este mes, dijo que ahora estaba trabajando para ayudar a organizar compañías iraquíes que pudieran proporcionar seguridad de alta calidad que los iraquíes puedan permitirse. «Este va a ser un verano caliente,» dijo Bruner. «Mucha gente ha decidido marcharse a Líbano, Jordania, o el Golfo y esperar a que pase.»

http://www.newyorker.com/fact/content/?040628fa_fact