Hechos La guerra y ocupación ilegal de Iraq, perpetrada por la coalición internacional liderada por Estados Unidos y Reino Unido, ha acabado con la vida de casi dos millones de iraquíes; ha provocado cinco millones de desplazados internos y externos; más de un millón de viudas, y cinco millones de huérfanos [1]. En muchos casos […]
Hechos
La guerra y ocupación ilegal de Iraq, perpetrada por la coalición internacional liderada por Estados Unidos y Reino Unido, ha acabado con la vida de casi dos millones de iraquíes; ha provocado cinco millones de desplazados internos y externos; más de un millón de viudas, y cinco millones de huérfanos [1]. En muchos casos las fuerzas ocupantes han utilizado armamento prohibido por las convenciones internacionales, como munición revestida de uranio empobrecido, fósforo blanco o agente naranja [2]. Los responsables y los actores materiales de lo que la legislación internacional define como crimen contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad siguen impunes.
Después de que la resistencia nacional iraquí obligara a Estados Unidos a retirar sus tropas de combate, decenas de miles de asesores, empleados de compañías extranjeras, especialmente estadounidenses, y personal de seguridad continúan en el país para velar por los intereses de Estados Unidos. Las fuerzas extranjeras no han abandonado su objetivo de controlar los recursos económicos del país, gracias a que se encuentran ante un gobierno que es incapaz de garantizar a la población los servicios más básicos.
Además, diversos poderes extranjeros y regionales, como las fuerzas pro-iraníes, siguen rivalizando para influir y dominar Iraq haciendo uso de sus milicias contra el pueblo.
El proceso político y el régimen impuesto en Iraq son parte integral de la ocupación extranjera. La política del actual régimen, encabezado por Nuri al-Maliki, se basa en la venganza, el totalitarismo y la división sectaria; un régimen que impulsa y alienta actos de terrorismo contra la población civil para evitar así que Iraq recobre su soberanía tras décadas de sanciones, guerra y ocupación. La cifra de muertos por violencia durante el pasado año es de de ocho mil personas, según estimaciones a la baja [3], cifra a la que hay que sumar las más de 169 ejecuciones llevadas a cabo sin garantías procesales. Iraq es el tercer país que más uso hace de la pena de muerte después de China e Irán [4].
A principios de 2011, las diversas luchas civiles pacíficas que venían sucediéndose desde el inicio de la ocupación ―sindicales, estudiantiles, pro derechos humanos, etc.―, se unificaron con el Movimiento 25 de Febrero [5] y tomaron una dimensión nacional.
Esta resistencia pacífica fue reprimida y deliberadamente ignorada por los grandes medios de comunicación, lo que en gran medida provocó su dispersión. Sin embargo, éste largo recorrido de lucha y descontento ha constituido el germen de la revolución popular a la que asistimos hoy en Iraq.
Desde finales de 2012, éstas manifestaciones y concentraciones populares y pacíficas se reanudaron en algunas provincias del oeste, se extendieron hacia el sur y llegaron hasta la capital, Bagdad [6]. A pesar de los continuos intentos del gobierno por acabar con ellas, las protestas han persistido hasta el día hoy, especialmente en las provincias del centro y del oeste donde sus habitantes han sufrido la persecución y las políticas sectarias del régimen en mayor medida. Son numerosos los motivos que empujaron a la población a salir a las calles: la corrupción, el sectarismo, el desempleo, la falta de servicios básicos, las detenciones ilegales, etc., y todos ellos tienen su origen en la ocupación extranjera y en la imposición de una clase política que instiga el odio, la división, las luchas de poder y el expolio de los recursos nacionales. Los motivos de la revolución popular quedaron patentes en 2011 con las consignas que exigían la retirada de las tropas estadounidenses y la destitución del régimen.
Desde hace más de dos meses el gobierno de al-Maliki libra en varias provincias una guerra contra el pueblo con el propósito de terminar con la revolución popular. A pesar de ser estrictamente pacífica, Maliki ha acusado a la población de estas zonas, de mayoría sunní, de formar parte o de apoyar a la organización terrorista del Estado Islámico de Iraq y Levante [7]. Sin ningún tipo de escrúpulo, el gobierno continúa bombardeando a la población civil con la ayuda militar de EEUU, Rusia e Irán, lo que está provocando numerosas muertes y originando nuevas olas de desplazamientos internos y externos [8]. En respuesta a los ataques del gobierno, la población se ha organizado en consejos militares para proteger sus territorios y luchar por todo lo que los iraquíes, de norte a sur del país, llevan exigiendo desde el inicio de la ocupación: prosperidad, unidad y soberanía nacional [9].
En estos momentos tan cruciales para Iraq, la CEOSI manifiesta su total y absoluto apoyo a la revolución popular iraquí pacífica y la defensa armada, y hacemos constar que los consejos militares se han creado en legítima defensa en un contexto de desprotección jurídica absoluta y de ausencia de ley; en una situación en la que proliferan las milicias sectarias y partidistas y en la que el gobierno, lejos de garantizar la seguridad de los ciudadanos, ejerce terrorismo de Estado. Por todo lo anterior,
Exigimos
1. Que se reconozcan las aspiraciones de revolución popular iraquí, al igual que el derecho legítimo de los iraquíes a decidir sobre su propio destino libremente y sin injerencias tras los más de 25 largos años de guerras, sanciones y una nueva guerra y ocupación ilegal.
2. Que la Corte Penal Internacional cumpla con su obligación legal de investigar, juzgar a todos y cada uno de los responsables ―individuales o colectivos― de la comisión de crímenes de guerra, crimen contra la paz y crímenes contra la humanidad que desde 2003 se han perpetrado y se siguen perpetrando en Iraq. La justicia internacional debe obligar a que los máximos responsables militares, civiles y políticos de todos los países que lideraron, apoyaron o llevaron a cabo la invasión y ocupación de Iraq asuman la responsabilidad de sus mentiras y de las políticas que condujeron a estos crímenes contra Iraq y su pueblo. En este sentido se va a celebrar durante los días 16 y 17 de abril la Comisión Iraq en Bruselas, dentro del 18º Congreso de la Asociación Internacional de Abogados Demócratas, y cuyo objetivo será analizar y poner en práctica las medidas legales que hagan posible que los criminales no queden impunes. La Corte Penal Internacional deber hacer cumplir la legalidad internacional así como establecer y hacer que se abonen las compensaciones de guerra tanto a las víctimas civiles como al propio Estado iraquí, cuya soberanía e independencia fueron violadas en un acto contra la legalidad internacional vigente a día de hoy. Naciones Unidas debe tomar un papel activo y de apoyo sin fisuras a todos aquellos tribunales nacionales susceptibles de llevar a cabo acciones de justicia contra los responsables del crimen cometido contra una nación soberana. En estos momentos en los que nuestro gobierno resulta especialmente importante esta defensa activa de la justicia
3. Que la Unión Europea suspenda indefinidamente el Acuerdo de Colaboración y Cooperación entre la Unión Europea y la República de Iraq hasta que Iraq recupere su plena soberanía y existan unas garantías políticas reales de democracia, transparencia y respeto de los derechos humanos. Además, se habrían de revisar los términos económicos del Acuerdo adoptado criterios de equilibrio y sostenibilidad en las relaciones comerciales.
4. Que la Unión Europea tome en seria consideración y no desoiga los diversos informes de las organizaciones de derechos humanos y las voces que surgen del propio seno del Parlamento Europeo sobre la violación de derechos humanos y la guerra política que Maliki está llevando a cabo, y que se posicionen claramente frente a las atrocidades cometidas por el régimen iraquí.
5. Que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos nombre un relator especial para Iraq, paso fundamental para investigar los crímenes cometidos por el régimen y acabar con su actual impunidad. Igualmente, que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas asuma su responsabilidad y detenga urgentemente la violencia del gobierno contra la población civil.
La Campaña Estatal contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI) apela a la solidaridad de los movimientos altermundistas y antiimperialistas así como a todos los amantes de la paz a que apoyen al pueblo iraquí en su revolución popular en defensa de sus derechos más elementales.
Notas de IraqSolidaridad
1. Véanse los documentos A/HRC/19/NGO/143 y 145 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, publicados en febrero de 2012.
2. Paloma Valverde, «Nuevos informes sobre la contaminación radioactiva en Iraq«, IraqSolidaridad, 6 de mayo de 2013.
3. «UN casualty figures for December, 2013 deadliest since 2008 in Iraq«, United Nation Iraq, 2 de enero de 2014.
4. Haifa Zangana, «¿Quién está realmente detrás de la violencia en Iraq?«, IraqSolidaridad, 27 de enero de 2014.
5. «Revoluciones árabes: próxima cita, Iraq«, IraqSolidaridad, 22 de febrero de 2011.
6. «Comunicado de la CEOSI en apoyo a la revolución iraquí«, IraqSolidaridad, 9 de enero de 2013.
7. «Enfrentamientos armados para defender la Plaza de la Dignidad y del Honor de Ramadi«, IraqSolidaridad, 30 de diciembre de 2013.
8. Erin Evers, «Estados Unidos pierde la baza de detener la venta de armas a Iraq«, IraqSolidaridad, 5 de marzo de 2014; «Denuncia de las violaciones de los Derechos Humanos en Iraq en el Parlamento Europeo«, IraqSolidaridad, 21 de febrero de 2014; «Iraq: investigate violence at protest camp«, Human Rights Watch, 4 de enero de 2014.
9. «Consejo General Militar de los Revolucionarios de Iraq comunicado nº 1 declaración de la creación del Consejo General Militar de los Revolucionarios de Iraq«, IraqSolidaridad, 22 de enero de 2014.
Fuente original: http://www.iraqsolidaridad.org/2014/03/declaracion-de-la-ceosi-con-motivo-del-11o-aniversario-de-la-ocupacion-de-iraq/