Recomiendo:
3

Reseña de Sobre Marx i la tradició marxista (Enoanda, 2024), de Salvador López Arnal, edición a cargo de Ramón Alcoberro

Por la senda de Marx

Fuentes: Rebelión [Imagen: Monumento a Karl Marx en Chemnitz (Alemania), en la placa situada detrás del busto se puede leer “¡Proletarios del mundo, uníos!” en cuatro idiomas: alemán, inglés, francés y ruso. Créditos: Terciopelo (2028), tomado de Wikipedia]

En un tiempo en el que una parte de la izquierda perdió la brújula en el ámbito de la acción y la teoría, absorbida como está por la cuestión de las identidades y por la fragmentación de las luchas y la asunción de intereses, discursos y relatos ajenos…, siempre son bien recibidas las producciones teóricas que ayudan a las gentes que se reconocen de izquierda a recuperar la brújula.

Este es el objetivo del libro Sobre Marx i la tradició marxista (Enoanda, 2024), un conjunto de textos recogidos por Ramón Alcoberro de la autoría de Salvador López Arnal. El editor nos ofrece cinco razones para publicar este libro ahora, de la que destaco la última: el autor “no filosofa sobre el sexo de los ángeles marxistas-leninistas y estructuralistas, sino sobre ideas que en la actualidad tienen fundamento y significación inmediata”.

El libro contiene una presentación del autor y un posfacio del editor titulado ‘La culpa (no) és del manxaire. A propòsit de Salvador López Arnal’ en el que nos define al autor como trabajador incansable e infatigable, muchas veces invisible, pero fundamental para que las cosas funcionen; es decir, un ‘manxaire’ (en catalán esta palabra designa a la persona que permanecía oculta detrás del órgano pero que hacía que funcionase… y, en consecuencia, produjese música), cuyo significado en palabras del autor remite a aquellas personas que “organizan la conferencia en un ateneo de barrio, [que] no hacen ningún gran discurso, ni les ha aplaudido nadie, pero ahí están y gracias a ellos pasan las cosas”.

El núcleo fundamental del libro lo constituyen los seis textos de la antología.

El primero texto, ‘La primera ediciò del Capital de Karl Marx (1818-1883), l’obra d’una vida’ (2017), nos presenta a Marx como un autor necesario y nos invita a leer el Capital (1867), un clásico que, aunque no es un libro de lectura compleja, necesita una cierta preparación para su correcta comprensión y nos advierte, además, de que no existe una edición ‘definitiva’ del Capital, ya que estuvo en permanente revisión, tanto por Marx como por Engels, incluso después de su publicación. Así, a partir de unas pequeñas recomendaciones, el autor nos propone que leamos el Capital porque nos permite comprender los mecanismos de explotación y dominación que operan en las sociedades capitalistas y, en coherencia con la XI tesis sobre Feuerbach enunciada por el propio Marx, nos ofrece las herramientas necesarias para construir un mundo libre de explotación, tanto entre los seres humanos como de la humanidad sobre la naturaleza.

Con el segundo texto, Jenny Marx (1814-1881), una comunista entranyable en qui habità l’oblit (2018), nos aproximamos a un Marx (y, por supuesto, a una Jenny) más humano, que son una pareja de su tiempo que aspiraba a quererse (y querer a su gente) y a transformar el mundo.

Darwin, Marx i la dedicatòria del Capital (2009) es un texto que, a partir de un breve esbozo sobre la relación entre el marxismo y el darwinismo (que aprovecha para deshacer malos entendidos), le sirve para ofrecernos una excelente definición de marxismo:

El marxismo no es una ciencia, no es ese su estatus epistemológico. Es una tradición políticofilosófica materialista con aportaciones teóricas (la teoría del valor-trabajo, por ejemplo) o conjeturas metahistóricas (el papel central de la lucha de clases) y con una aspiración gnoseológica de fondo (que va más allá de la creencia aristotélica sobre la inexistencia de saber científico de particulares): el conocimiento, por medios científicos, artísticos y prácticos de una concreción histórica individual (por ejemplo, el capitalismo inglés de la segunda mitad del siglo XIX)”.

El marxismo nos ofrece las herramientas para el análisis, la comprensión, la lucha y la transformación de la realidad concreta en la que habitamos… y eso nos conduce al siguiente texto: Raons per a seguir llegint Marx (2019). Una de las razones que nos propone Salvador López Arnal es que Marx es un clásico del pensamiento y, como es bien sabido, a los clásicos siempre hay que leerlos ya que son una permanente fuente de inspiración para entender el presente y para transformar el mundo.

En un momento como el presente, en el que estamos destruyendo la naturaleza y al hacerlo nos destruimos a nosotros mismos, es oportuno releer a Marx con una perspectiva como la que nos propone Kohei Saito, quien sostiene que las posiciones de Marx en el “ámbito de la ecología mantienen una clara continuidad con respecto a su crítica de la economía política”. Esto es lo que nos propone hacer Salvador López Arnal en el texto Sobre la centralitat de la perspectiva ecològica a l’obra de Karl Marx (2023), así como en otros breves textos en los que introduce al público general hispanohablante la obra del pensador japones Saito.

El quinto texto está referido a L’últim Marx (2022). En ese artículo el autor, tomando como punto de partida el libro de Carlos Taibo titulado Marx y Rusia (Catarata, 2022), nos muestra a un Marx en permanente renovación intelectual, cuyo pensamiento nos ofrece muchas claves para pensar el mundo actual desde las periferias.

El último ensayo, que ocupa una buena parte del libro, se titula Sobre la dialéctica (2009); solo por este texto el libro ya mereció la pena. Hubo un tiempo en el que para un marxista la dialéctica lo era todo -incluso en las relaciones de pareja había que superar las contradicciones que surgían mediante una síntesis-; más tarde la dialéctica fue erradicada del pensamiento marxista, ahí está la obra de Louis Althusser y la definición de la historia como proceso sin sujeto. En este ensayo Salvador López Arnal, recuperando dos ideas ya expresadas por Manuel Sacristán (primera, toda cosa concreta es cambiable y, segunda, a lo largo de todos los procesos emergen nuevas propiedades) y revisando toda la tradición ‘dialecticológica’ posterior a Heráclito, así como la tradición marxista, concluye afirmando que

para la construcción de estos productos históricos, globalizadores, endógenos, para la aprensión dialéctica y revisable de estas singularidades, es necesario un estilo intelectual atento a los conflictos o contraposiciones ocultas, que no olvide las propiedades emergentes de los sistemas, que una con rigor los diversos saberes positivos, artísticos y prácticos y que no renuncie a cosmovisiones documentadas”.

Ese es el programa dialéctico que propone Salvador López Arnal y que atraviesa la obra de Marx y de la mejor tradición marxista.

Otra selección sería posible, ya que Salvador López Arnal es, posiblemente, el marxista más fecundo de las letras castellanas en la actualidad, pero la presente es una muy buena selección que, como señala Ramón Alcoberro, es «testimonio de un trabajo de revisión intelectual profundamente honesto y fiel a la mejor tradición del humanismo socialista«.

En definitiva, estamos ante una obra imprescindible de un autor imprescindible.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.