Traducido por Sinfo Fernández
Sí, ¿por qué?
¿Para qué?
¿Qué se dice de Vds.? ¿Qué se dice de sus países? ¿Qué se dice de sus instituciones? ¿Qué se dice de sus gobiernos, su «cultura», su «civilización», su historia, su «progreso», sus «valores», sus conceptos…?
¿Se han parado alguna vez a ponderar estas preguntas? ¿Se han parado alguna vez a preguntarse a sí mismos, ¿cómo he podido llegar…?
¿Cómo es que somos tan avanzados, cómo es que somos tan democráticos, cómo es que somos tan estupendos, cómo es que somos tan libres…? ¿Y cómo es que permitimos tanto asesinato, opresión, abuso? ¿Cómo vamos a poder justificarlo?
¿Se han hecho alguna vez esta pregunta?
Justo estaba oyendo la emisora de la BBC World. Citaban un informe de Oxfam -eso ya lo hace creíble ante sus ojos- que explicaba que el 70% de nosotros, iraquíes, no tenemos acceso ya al agua potable.
Y digo no tenemos ya porque recuerdo que, no hace mucho, una podía abrir el grifo y beber. Así de sencillamente.
El informe prosigue diciendo que alrededor del 50% de los iraquíes están desnutridos y que uno de cada 3 está literalmente muriéndose de hambre. Y que el 50% viven en la más abyecta pobreza. ¡¡¡El 50%!!!
De nuevo, recuerdo una época, incluso durante las «civilizadas» sanciones que sus países nos impusieron, que todo el mundo tenía para comer. No mucho, pero había comida.
El gobierno iraquí había desarrollado un sistema de racionamiento que, hasta este mismo día, aún deja asombrados a sus altos representantes de Naciones Unidas.
Cuando menciono esas cosas en mis escritos, enseguida se me acusa de lanzar una guerra de desinformación, manipulación psicológica y de ser una agente pagada.
Ahora escúchenme, muévanse y lean. Edúquense, oh, gran pueblo de Occidente.
Hace pocos años, ni siquiera podían localizar Iraq en un mapa. Y ahora, de repente, todos se han convertidos en expertos sobre el país.
Antes de que nos llegara su liberación, no había hambre en Iraq. Antes de su liberación, no existía la abyecta pobreza que contemplamos actualmente. Antes de su liberación, los niños no tartamudeaban aterrados. Antes de su liberación, iban a colegios libres, aprendían, crecían y se convertían en adultos responsables, preparados, con sus grados, sus diplomas y experiencias. No, no teníamos impedimentos para aprender antes de su liberación. Actualmente, el 92% de los niños iraquíes sufren por ello. Actualmente, el 99% de los niños iraquíes están traumatizados de por vida.
Por eso, les pregunto de nuevo, ¿por qué?
¿Qué les han hecho los iraquíes? ¿Les invadieron? ¿Robaron en sus hogares? ¿Les encarcelaron? ¿Les torturaron? ¿Les violaron? ¿Ocuparon sus tierras?
Desde luego, algunos de Vds. vendrán y se presentarán con sus habituales, condescendientes y paternalistas listas de teorías políticas, tratando de explicar lo inexplicable.
Ahórrense tiempo y energía. Lo sé todo sobre sus teorías. Lo sé todo sobre sus teorías imperialistas, sionistas, neocon… Y lo sé todo también sobre sus astutas explicaciones sobre el petróleo, los cartel, los monopolios, la globalización…
Nada de eso me satisface. Todavía necesito saber por qué.
¿Por qué nosotros? ¿Por qué Iraq? ¿Por qué esto? ¿Por qué ahora?
Si no logran contestar esas preguntas, entonces no han aprendido ni una sola cosa de Vds. mismos.
Y yo les digo que sus gobiernos no son más que un reflejo de lo que son Vds., de sus aspiraciones, de sus mentalidades, de sus pensamientos, de sus ilusiones… Son parte de ellos y ellos son parte de Vds.
Y todo lo que alcanzo a ver ahora no son sino sus pensamientos asesinos.
Hace pocos días estaba leyendo un artículo sobre un productor francés de cine, de nombre Alain Tasma, que acaba de terminar una película sobre el Genocidio Ruandés.
Durante la «Operación Turquesa», perecieron entre 700.000 y 900.000 ruandeses.
Ninguno de Vds., ni uno solo, puso objeción alguna a llamarlo genocidio. Se aceptó porque era un hecho. Y era justo llamarlo así porque, en efecto, fue un genocidio.
Pero cuando se trata de Iraq, todo tipo de cifras contradictorias aparecen. Se ponen en marcha todo tipo de estadísticas para probar «bien, sí, pero»…
De nuevo, mi pregunta es ¿por qué?
¿Por qué lo aceptaron sin cuestionarlo en el caso de Ruanda, por qué lo aceptaron sin cuestionarlo en el caso del Holocausto, por qué cuando se trata de árabes, y de árabes musulmanes en particular, se convierte en un tópico de debate y se ponen tan quisquillosos?
¿Pueden responder a esta pregunta?
¿Por qué lo que ocurrió hace 60 años en sus tierras les hace aún sentirse mortificados y suplicar perdón y cuando se nos aplica a nosotros tienen tantas banderas rojas a mano para levantar?
Sus frases van casi siempre acompañadas de un «sí, pero…»
¿Qué me dice eso sobre Vds.? Me dice exactamente lo que dije antes, Vds. y sus gobiernos son la misma cosa.
Y vendrán y me dirán «sí, pero… yo no les voté», «sí, pero envié un e-mail», «sí, pero… sí, pero… sí, pero…»
No me preocupan sus «sí, pero». De verdad.
Y eso se aplica a todos Vds. Todos Vds. cuyos gobiernos meten las manos en la tarta iraquí.
Y si hubieran realmente querido, habrían salido fácilmente en masa, frente a las oficinas de su gobierno…
Si sólo cinco millones de entre Vds., no más, sólo cinco millones, hubieran hecho eso y hubieran arrojado sus pasaportes a una inmensa hoguera enfrente de su Casa Blanca, 10 de Downing Street o donde quiera el demonio que habiten, entonces, estoy segura, no estaríamos experimentando lo que estamos viviendo actualmente.
También existen los piquetes masivos, las manifestaciones inmensas, las sentadas, las huelgas…
Hay medios, muchos medios. Sólo necesitaban poner en marcha su «creatividad». ¿O es que sólo se sienten creativos asesinándonos?
Ya no me preocupan mucho ni sus opiniones ni sus comentarios. Realmente me importan un bledo.
Todo lo que sé es que han participado directa o indirectamente en el crimen. Eso es todo lo que sé.
Pero todavía hay una brizna de esperanza.
Vayan y siéntense con Vds. mismos durante unos instantes y pregúntense por qué y entonces plantéense, ¿qué se supone que tengo que hacer ahora?
Les puedo asegurar que les lloverán las respuestas.
Para aquellos de Vds. que prefieran sentarse y engancharse en historias de «sí, pero», puedo ya decirles por anticipado que son un caso perdido. Y ni siquiera me molestaré en preguntar por qué.
Enlace con texto original:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/07/why.html
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate.