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Por un mundo más respetuoso

Fuentes: Community

Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez


Hay algo que me lleva incomodando un poco últimamente y he tratado de pensar cuál es el mejor modo de resolverlo. No es un problema específico de Ubuntu ni de mi mundo, pero que creo que afecta a muchos, muchísimos proyectos. No estoy seguro de que haya una solución contundente para este problema, y algunos ni siquiera lo considerarán un problema , pero permitidme que me explique…

Me estoy cansando un poco de las disputas del código abierto. No me entendáis mal. Me encanta la discusión y el debate a fondo, franco y matizado, y creo que la innovación avanza con el intercambio de ideas y perspectivas diferentes. Por desgracia, parece que el debate y la discusión respetuosos han sido sustituidos cada vez más por la mala educación, los puntos de vista toscos y mal documentados y ese tipo de conducta de la que mucha gente hace gala en la red, pero jamás exhibiría si esa misma conversación se desarrollara en la vida real. Digámoslo sin rodeos: no se trata de la gente que discrepa conmigo o con los proyectos con los que estoy vinculado; hay mucha gente que muestra desacuerdos y puntos de vista alternativos con educación, de forma constructiva y con buena disposición para entablar una discusión. Tiene que ver más bien con quienes están más interesados en la retórica iracunda que en el debate constructivo e informado.

Lo que me preocupa es que creo que esa retórica iracunda es nociva para nuestra comunidad. Permitidme que ponga un ejemplo para mostrar dónde se debate bien. Scott Kitterman, de la comunidad Kubuntu, ha manifestado a menudo su preocupación por aspectos de la comunidad Ubunto, pero Scott siempre ha expresado sus opiniones con a) educación y b) respeto, y el debate siempre ha estado fundamentado e informado y él siempre ha estado dispuesto a escuchar puntos de vista contrarios. Otro magnífico ejemplo es el de Emmett Hickory, un colaborador que ha hecho gala de idénticas cualidades que Scott. Aunque no siempre nos veamos cara a cara, creo que Scott y Emmett son personas cuya participación es enormemente valiosa en nuestra comunidad; aportan puntos de vista valiosos y no temen rectificar, pero siempre sitúan el respeto y la precisión en el corazón de su discurso, y siempre velan de corazón por los intereses del proyecto. Como es natural, en otros lugares hay muchos otros ejemplos similares de debate fabuloso.

Lo que me preocupa más bien son aquellos que se enzarzan en un discurso airado que suele estar basado en información errónea o, peor aún, en la suposición automática de que quien discrepa con ellos lo hace por malicia o mala voluntad. ¿Desde cuándo nos hemos vuelto tan discutidores y desconfiados? Una de las cosas que me atraía del código abierto cuando me familiaricé con él era el sentimiento adictivo de verme rodeado por una comunidad de personas que tenían las mejores intenciones del mundo. Iba a conocer a gente dispuesta a abrir la puerta de su hogar a extraños para celebrar reuniones de grupos de usuarios de Linux, esos que colaboran con los proyectos porque les gusta la idea de que su trabajo sea de utilidad para otros; y en este entorno se suponía que las organizaciones que crecían a su amparo también tenían buenas intenciones. Nadie puso en duda jamás las ambiciones de Red Hat, o de Caldera, o de Mandrake; nadie se inmutaba ante Va, el humilde emporio Linux o los juegos de Loki.

Hoy parece que nuestra comunidad es más desconfiada que antes, y aunque siempre ha habido gente en la periferia que primero presupone mala intención y luego se enzarza en discusiones bulliciosas, me preocupa que cada vez veamos a más gente así. Lo que me preocupa es que este comportamiento (a) hace que la comunidad del código abierto parezca un grupo de adolescentes petulantes y, lo que resulta más preocupante, (b) desanime a otros a la hora de sumarse a nuestra comunidad para ayudarnos a llevar un poco de libertad a los demás porque, sinceramente, no quieren meterse en una pelea diaria en la red.

Creo que debe de haber una solución para este asunto. El problema no es que la gente tenga puntos de vista distintos, y estoy seguro de que algunos verterán en sus comentarios alguna ironía suave y me acusarán de tratar de acallar a quienes discrepan conmigo, pero los que me conocéis sabéis que me encanta entablar un buen debate, y nunca me da miedo estrechar la mano y decir «acordemos sencillamente discrepar» o no intervenir sin pensar nada más.

En las dos o tres últimas semanas he estado dándole vueltas a la idea de redactar una especie de declaración, inspirada en el Código de Conducta de Ubuntu, que pudiéramos firmar muchos de nosotros. De hecho registré el dominio openrespect.org y empecé a redactar un borrador. Compartí la idea con Stefano Zacchiroli, el actual director del Proyecto Debian, y con Jared K. Smith, actual director del Proyecto Fedora, dos tipos por cuyos puntos de vista siento un grado de respeto infinito. Les pareció que era una idea bastante buena tener una declaración y se alegraron de participar.

Hace algunas noches empecé a escribir algo y me hizo reflexionar mucho sobre las múltiples facetas de esta tarea. No se trata sólo de animar a nuestra comunidad a entablar debates informados, educados y respetuosos, sino que creo también que tiene que ver con aceptar las diferencias y seguir avanzando. Por poner un ejemplo, Scott Kitterman ha comunicado su desacuerdo parcial conmigo al respecto de determinadas propuestas, pero cuando sabe que estoy al tanto de su punto de vista y le he transmitido suficientemente el mío, aceptamos discrepar y avanzar sin lanzarnos pullas una y otra vez sobre la cuestión. Creo que es un atributo central del respeto: mi amigo Dave tiene algunas opiniones políticas bastante fuera de lugar, pero no le atizo todos los días con el asunto; sabemos dónde estamos cada uno y seguimos avanzando.

Mientras estuve trabajando en el texto surgieron muchas de estas consideraciones, y cada vez me siento menos cómodo con la idea de escribirlo. Así que pensé tal vez fuera mejor compartir lo que tengo hasta el momento y, si a otros les parece que vale la pena trabajar por una declaración de esta naturaleza, tal vez siga trabajando en ella y, quizá, openrespect.org pueda sernos útil.

Esto es lo que tengo por el momento:

En todo el mundo hay mucha gente unida en la creación de software , contenidos y cultura que estén a la libre disposición de los demás para compartirlos, disfrutarlos y enriquecer su vida. Juntos creemos que la libertad es buena. Creemos que ayuda a la gente a hacer cosas buenas, elegir mejor y llevar una vida más segura y más firme. Juntos formamos una comunidad unida por esta opinión.

Nuestra comunidad es enorme. Se extiende más allá de las calles y ciudades donde vivimos, atraviesa países y fronteras y es más amplia que nuestros grupos y proyectos. Muchos hablamos idiomas distintos, tenemos gustos diferentes y nos implicamos de distinto modo con este software , este contenido y esta cultura; pero lo que nos une es la misma opinión central de que la libertad, la apertura y la libre elección es buena para las personas. Quizá nuestros métodos y opiniones difieran, y tal vez no sean idénticas nuestras definiciones de lo que significa la libertad y la apertura, pero esta fe compartida en la libertad y la apertura sigue siendo la misma.

Con independencia de estos métodos, opiniones, definiciones y diferencias, el respeto debería ser siempre el fundamento de nuestro compromiso. Cuando situamos el respeto en el centro de nuestras interacciones, enriquecemos nuestras vidas, descubrimos nuevas formas de pensar y ampliamos nuestros horizontes con ideas y experiencias nuevas. Cuando suprimimos el respeto, nuestras conversaciones sufren, por lo que, a su vez, sufre nuestra comunidad y, en última instancia, corre peligro nuestra capacidad de transmitir a los demás nuestro mensaje de libertad y apertura.

El respeto no consiste sólo en civismo a la hora de comunicarse, sino también en respetar que los demás escojan su propia opción, aun cuando discrepemos de ella.

Respeto es compartir opiniones de forma que se alcance la comprensión mutua de los diferentes principios, pero luego conceder a los demás la libertad de seguir su propio rumbo sin miedo a ser acosado por quienes han tomado una decisión distinta o postulan una definición diferente de la libertad y la apertura.

Respeto es implicarse en un debate abierto y educado con el objetivo de enriquecer las perspectivas de los demás, no con el fin de demostrar que todas las demás son erróneas.

Todos estamos en el mismo bando, sólo que a veces trazamos las líneas de forma distinta. Respeto es comprender estas diferencias pero avanzar como comunidad, unidos por el objetivo central de la libertad y la apertura.

Vaya por delante que escribir esto llevó unos quince minutos de trabajo, de modo que entiendo que no es perfecto.

Creo que la comunidad del código abierto y el software libre es la mejor comunidad del mundo, en la que vive la mejor gente del mundo. Con los años, he visto compartir en nuestra comunidad unos grados de generosidad increíbles, y un auténtico espíritu de familia con el que cada uno de los miembros cuida de todos los demás. Considero que algunos de mis mejores amigos son parte de la gente con la que discreparía con la máxima vehemencia, y a muchos otros les pasa lo mismo. Creo que esta apertura a las ideas y a compartir puntos de vista es valiosa, pero no creo que tengamos por qué encararnos con parte del discurso irrespetuoso que está produciéndose.

¿Alguna idea sobre cómo podemos hacerlo?

Fuente: http://www.jonobacon.org/2010/11/05/making-our-world-more-respectful/#comment-163279