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Irán espera obtener beneficios estratégicos del colapso de la ocupación estadounidense de Iraq

¿Puede Irán ayudar a estabilizar Iraq?

Fuentes: IraqSolidaridad

Irán ya fue invitado por su archienemigo EEUU para ayudar en un problema de seguridad regional: tras [los atentados de] el 11 de septiembre, Irán ayudó exhaustivamente a EEUU en Afganistán para derrocar a los talibanes y establecer un nuevo gobierno. Esto anticipaba mejores relaciones a cambio de su ayuda. Pero pronto el presidente Bush […]

Irán ya fue invitado por su archienemigo EEUU para ayudar en un problema de seguridad regional: tras [los atentados de] el 11 de septiembre, Irán ayudó exhaustivamente a EEUU en Afganistán para derrocar a los talibanes y establecer un nuevo gobierno. Esto anticipaba mejores relaciones a cambio de su ayuda. Pero pronto el presidente Bush calificó a Irán de miembro del «Eje del Mal» en su discurso sobre el Estado de la Nación de 2002. El resultado de esta fluctuante cooperación puede aumentar los recelos de Irán si, pese a todo, vuelve a recibir una petición de ayuda por parte de EEUU, esta vez en Iraq.»[…] Esto llevó a los iraníes a pensar que EEUU intentó derrocar su régimen y que una actitud de cooperación no le influiría», afirma Barnett Rubin, de la Universidad de Nueva York.

La implicación de Irán -y de Siria [1]– en un proceso regional para estabilizar Iraq está siendo auspicianda por el primer ministro británico Tony Blair y por el Grupo de Estudio de Iraq [2], la comisión estadounidense que busca soluciones que tanto republicanos como demócratas esperan que proporcionen un marco para un cambio que ayude a salvar las apariencias en Iraq.

Pero los cálculos han cambiado desde la invasión de Iraq en 2003. Como EEUU se ha ido implicando más en la guerra, Irán ha ido confiándose en que era poco probable enfrentarse a un «cambio de régimen» maquinado por EEUU [contar Teherán]. Irán todavía tiene muchas razones para implicarse, pero el precio a pagar por los estadounidenses puede ser aún mucho más alto. «[…] [EEUU] vamos a implicarse [en un negociación con Irán] con la desventaja de habernos debilitado en estos tres últimos años y de tratar de negociar sobre Iraq en un momento en el que el propio Iraq está en la peor de las situaciones posibles», afirma Vali Nasr, un profesor de seguridad nacional en la Escuela Naval de Postgrado de Monterey, California. «[…] Estamos tratando con un Irán que es mucho más desafiante y mucho más seguro de sí mismo», añade, «Por consiguiente, puede que los iraníes no estén queriendo establecer relaciones con EEUU […] sino que lo consideran una oportunidad para llevar a un segundo plano las relaciones EEUU-Irán».

Cambiar de ‘actitud’

El presidente reformista y de discurso moderado que tenía Irán en 2001 también ha sido reemplazado por el archi-conservador Mahmud Ahmadinejad, que habla a gritos, cada vez que puede, para revigorizar los ideales de la revolución islámica de 1979, uno de cuyos pilares era la consigna «Muerte al gran Satán.» «[…] Obviamente, un Iraq estable es de interés nacional para Irán», afirma Rubin, que en 2001 asesoró a los equipos de negociación de Naciones Unidas en Afganistán: «[…] La cuestión es si la Administración Bush desea superar su consideración ideológica de Irán como parte del ‘Eje del Mal’ […] [y si] Ahmadinejad desea ser pragmático […] a pesar de sus compromisos ideológicos».

Ahmadinejad afirmó el martes [14 de noviembre] que la postura de Irán sigue siendo la de hablar con EEUU, pero sólo si los responsables estadounidenses cambiaban su actitud respecto a la República Islámica y «[…] corrigen su comportamiento». Ahmadinejad indicó que estaba preparando un mensaje para los estadounidenses.

El ministro de Asuntos Exteriores [iraní], Manucher Mottaki, ofreció además pocas pistas respecto a la respuesta de Irán del martes [dad por Ahmadinejad sobre un diálogo con EEUU sobre Iraq], y dijo que considerarían cualquier oferta. El día anterior, altos cargos [iraníes] se regodearon con la derrota de los republicanos [en las elecciones estadounidenses] y afirmaron que esperaban que esto produjera un cambio político de «180 grados».

Pero por debajo de la acalorada retórica, tanto Irán como EEUU han enviado durante meses señales de que están preparados para relacionarse de alguna manera [3]. Incluso el dirigente religioso supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, estuvo de acuerdo, a principios de este año, con las conversaciones sobre Iraq que Washington había autorizado a mantener al embajador estadounidense en Bagdad.

Todos los temas sobre la mesa

Irán quiere poner todos los temas encima de la mesa, desde su controvertido programa nuclear y la reanudación de las relaciones EEUU-Irán, hasta el apoyo iraní a Hezbolá en Líbano y a los militantes palestinos. Por el momento, EEUU ha exigido límites estrictos sobre los temas [a tratar]. EEUU también ha insistido en que Irán suspenda las actividades de enriquecimiento nuclear antes de que se pueda iniciar conversación alguna.

Pero esta línea dura se adoptó antes de la victoria demócrata en el Congreso y de la sustitución del responsable de Defensa, Donald Rumsfeld, por Robert Gates, quien en el pasado dejo claro su deseo de ver un compromiso entre EEUU-Irán, y antes de que Hezbolá, con la ayuda y las bendiciones iraníes, obtuviera lo que Teherán y Beirut calificaron de victoria contra Israel en los combates de julio y agosto.

«[…] Se puede decir que existe un cauto optimismo [en Teherán] de que algo está a punto de ocurrir», afirma Nasser Hadian-Jazy, un especialista político de la Universidad de Teherán. Que prevalezca la esperanza a pesar del ejemplo de Afganistán en 2001 hace a Irán «[…] mucho más cuidadoso respecto a lo que ofrece y a lo que quiere». «[…] No debería ser una relación de imagen que trate los asuntos de manera superficial, con EEUU diciendo a Irán: ‘Haz esto; haz lo otro’; eso no funcionará», afirma el profesor Hadian-Jazy: «[…] Esto supone una verdadera reflexión estratégica en ambas partes».

Ello significa hacer frente a inevitables conflictos: Israel está preocupado porque Washington está dando a Irán demasiada parte de la tarta regional y es probable que las naciones sunníes locales se quejen de que aumente [aún] más la influencia del Irán shií.

Pero Irán también tiene mucho que ofrecer si desempeña un papel similar al que jugó en Afganistán. Los mandatarios estadounidenses se quejan sistemáticamente de que Irán está desestabilizando a Iraq [4]. Los iraníes afirman que Irán ha decidido no hacerlo por ahora. «[…] [Irán] ya ha creado una infraestructura muy importante en Iraq -militar, de seguridad-, pero todavía no ha utilizado estos recursos», afirma Hadian-Jazy. «[…] Es más bien una garantía frente a una posible acción militar estadounidense. Quieren que los responsables estadounidenses se lo piensen dos veces antes de pasar a la acción.»

Blair, a favor

Esos peligros ya los han comprendido en Washington y en Londres desde hace tiempo. El primer ministro Blair habló el martes [14 de noviembre] con el Grupo de Estudio de Iraq mediante videoconferencia. En un discurso pronunciado el lunes anterior por la noche (en el que reprendió a Irán por poner «[…] obstáculos en el camino a la paz describiéndonos a nosotros [Occidente] como los agresores») afirmó que Irán debe ser «parte de la solución». «[…] Gran parte de la respuesta respecto a Iraq no está en el propio Iraq, sino fuera, en el conjunto de la región, donde esas mismas fuerzas están trabajando, donde se encuentran las raíces del terrorismo global, donde florece el extremismo», afirmó Blair. Irán tiene que desempeñar un papel positivo y suspender su programa de enriquecimiento nuclear, afirmó, o «[…] asumir las consecuencias de no hacerlo: su aislamiento». Pero este aislamiento quizá podría tener mayores consecuencias para Bush y Blair debido al papel influyente que Irán puede, potencialmente, desempeñar con la población de Iraq de mayoría shií.

«[…] Irán tiene suficiente influencia, dinero, armas, influencia política y cultural», afirma Nasr Hadian-Jazy, «[…] y si hay una fórmula política sobre la mesa […] hay cierto grado de confianza, para conseguir que [los shiíes iraquíes] acepten compromisos políticos con los sunníes que antes no aceptarían». Una dinámica similar se puso en juego durante décadas en las conversaciones árabo-israelíes, afirma Hadian-Jazy, cuando «[…] siempre se necesitaba una potencia regional para contener al interlocutor». Ése puede ser el paso más importante de Irán, afirma, aunque también puede dejar de financiar a partidos radicales y el tráfico de armas.

Pero estas decisiones pueden depender de EEUU y de qué garantías de seguridad -relativas a alguna demanda iraní estratégica-está dispuesto a ofrecer a Irán si le llama en su ayuda. «[…] Irán tendrá más deseos de cooperar si existe un mínimo entendimiento [sobre seguridad]», afirma Hadian-Jazy, algo que no se aplica solo a Irán: «[…] Todos los países en torno a Iraq están cubriendo sus apuestas. No están seguros de lo que pasará, de qué tipo de gobierno se instaurará, de si EEUU se quedará o se irá, [así que] todos tienen una postura maximalista. […] Limitando la incertidumbre, EEUU puede traer cierta estabilidad».

Notas de IraqSolidaridad:

1. Siria e Iraq han reestablecido este mes de noviembre relacionas diplomáticas, rotas desde 1982, y el embajador de Exteriores sirio Moallen visitaba inmediatamente Bagdad para sancionar el hecho, el primer mandatario de este país que visita Iraq desde el inicio de la ocupación. Siria acepta de hecho así la ocupación de Iraq, al reconocer las instituciones impuestas por EEUU. Según algunos medios, el régimen de al-Asad habría indicado a EEUU su intención de colaborar con los ocupantes y las autoridades iraquíes (con medidas represivas contra la presencia y redes de la resistencia iraquí en Siria, cabe imaginar) a cambio de que la Administración Bush presione a Israel para que se retire de los Altos del Golán (Associated Press, 19 de noviembre, 2006). 2. Véase en IraqSolidaridad: Joe Kay: Demócratas y republicanos: Mantener la ocupación de Iraq. Antes que una retirada o reducción de tropas, se prevé un incremento de hasta 30.000 efectivos y Peter Grier: Grupo de Estudio de Iraq: Ni irse ni quedarse. El Partido Demócrata y la Administración Bush buscan un consenso sobre la continuidad en Iraq 3. En relación al debate desde 2005 sobre un posible diálogo entre EEUU e Irán sobre el futuro de Iraq, reiterado por ambas partes tras las elecciones estadounidenses de noviembre, véase en IraqSolidaridad, entre otros textos: EEUU e Irán negociarán sobre Iraq una vez formado el nuevo gobierno de al-Maliki Carlos Varea: EEUU e Irán, dispuestos a negociar sobre Iraq Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está jugando Irán a la ‘resistencia’ en Basora? Gareth Porter: Los ocupantes, as-Sáder e Irán. EEUU depende de Irán y de sus aliados shiíes iraquíes para mantener la ocupación de Iraq, así como sus enlaces relacionados. 4. Según The New York Times de 28 de noviembre de 2006, Hezbolá habría entrenado a miembros del Ejército del Mahdi de Moqtada as-Sáder, una de las formaciones confesionales shiíes acusadas de nutrir los escuadrones de la muerte. La intervención de Irán en Iraq para debilitar la presencia estadounidense en este país y forzar a Washington a un diálogo global bilateral, se estaría realizando a través de la espiral de violencia sectaria desencadenada a lo largo de 2006 por los paramilitares de los partidos confesionales shiíes iraquíes, miembros éstos del gobierno de al-Maliki y estrechamente vinculados a Irán, hegemónicos en los nuevos aparatos de seguridad. Véase en IraqSolidaridad: Andrew Buncombe y Patrick Cockburn: Miles de personas han sido asesinadas en los últimos meses por los ‘Escuadrones de la muerte’ – Carlos Varea: El pueblo iraquí considera mayoritariamente que la ocupación empeora la situación interna Mahan Abedin: Badr, Irán y los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes Tom Lasseter: Irán gana influencia y poder en Iraq a través de las milicias – Paul Martin y Maria Cedrell: Militares iraníes al frente de los centros de tortura en Iraq

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Beatriz Morales

IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org)