Traducido del inglés por Sinfo Fernández
(Sobre los sentimientos de un pueblo devastado…)
Obra de la pintora iraquí Suheir Salman
No me aburro fácilmente. Tengo un universo propio en mi cabeza, que va conmigo y me acompaña.
Se me ocurren mil y una cosas en las que pensar, hacer, o, a veces, simplemente, me siento durante horas sin hacer nada y considero esos momentos como la plenitud de la actividad… que he denominado, con todo orgullo, el arte de ser.
Pero hoy, por alguna razón, me siento aburrida, con una especie de embotamiento, de pesadez… Un estado raro en mí.
Como soy inquisitiva por naturaleza, me gusta ir al meollo del asunto. Y eso es exactamente lo que he hecho.
Cogí mi aburrimiento y lo puse frente a mí, justo ahí, en mi mesa de trabajo. Y mantuvimos esta larga conversación, pongo a su disposición algunos fragmentos:
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Hola, ¿cómo te llamas? Soy Layla.
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Yeah, sí, tengo un nombre: Aburrido.
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Encantada de conocerte Aburrido, ¿cómo estás?
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Nada tiene sentido, nada parece que vaya a tenerlo nunca.
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¿Qué es exactamente lo que no tiene sentido?
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Todo es absurdo. Todo implica un reto. No puedo comprender ya nada.
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¿Qué no comprendes?
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No te hagas la lista conmigo. Sabes exactamente a lo que me refiero…
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No, dime qué cosas.
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Todo: La vida, la gente, las teorías, la política, el universo, Dios… nada tiene ya sentido.
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¿En comparación con qué?
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En comparación con lo que antes creía.
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¿Antes de qué?
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Antes de la Ocupación.
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¿Y que ha ocurrido desde entonces?
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He perdido todos mis puntos de referencia, todas mis señas de identidad. Me siento perdido y estoy cansado de sentirme así.
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Perdido, ¿dónde?
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No seas tonta, Layla. Lo sabes muy bien. Perdido en la nada… perdido en la ilusión de que todo pasará, perdido en la creencia de que la vida pueda volver a ser «normal».
Sintiendo que Aburrido estaba desahogándose, le dejé hablar…
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Sigue contándome, por favor.
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Estoy cansado de no pensar más que en el sufrimiento, dolor y miseria. Estoy cansado de ver pobreza, enfermedad, violencia, locura, brutalidad. Estoy harto de vivir al margen de la vida cuando otros la disfrutan completamente… Estoy harto de estar marginado en un rincón del globo mientras otros viven su vida con toda normalidad… Estoy harto de esperar días mejores. Estoy harto de ver cuerpos destrozados desangrándose, de ver cadáveres en los vertederos… Me siento enfermo al ver a los niños mendigando. Estoy enfermo de saber de mujeres violadas. Mis oídos no soportan ya el sonido de las explosiones. Mis ojos no pueden ver ya más soldados, hombres armados y pistolas. Estoy cansado de preocuparme de que el uranio empobrecido esté penetrando por mi cuerpo. Estoy harto de escuchar a la gente contándome lo horribles que son sus vidas. Estoy saturado de las historias de los desempleados, los enfermos, los heridos, los abandonados, los desasistidos, los torturados, los exiliados, los muertos…
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¿Qué más?
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Estoy anhelando vivir como los demás. Quiero que mi familia, mis seres queridos, mis amigos, tengan de nuevo una vida. Quiero poder ir a bailar, a cenar en un restaurante, encontrar un trabajo, ir de compras, caminar por las calles, no tener que preocuparme por la carencia de agua o de electricidad o de que una bomba me destroce a mí o a los demás. Quiero poder llevar a mi madre de paseo, quiero ir a un concierto, quiero ver una película, quiero visitar a mis parientes, quiero ir de boda, o a la iglesia, o a la mezquita. Quiero felicitar a alguien por el nacimiento de sus hijos. ¿Sabes que la gente no se casa ni se reproduce por el miedo que sienten? ¿Sabes lo que eso significa, verdad? Eso significa que han dejado de hacer el Amor por miedo a la Muerte.
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Sí, también lo he oído. Recuerdas al pequeño Hasan y la cara que puse cuando escuché que Maysalun estaba encinta)
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Sí, lo recuerdo… Estamos pensando como zombis, como nazis, como algunos puritanos prohibiendo la vida. Ellos me ponen enfermo, Layla. Me ponen enfermo de verdad.
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¿Quiénes son ellos?
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Todos ellos, especialmente la gente en Occidente.
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¿Qué te hace decir eso?
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Escriben y escriben pero realmente les importamos un comino. He intentado hablar con unos cuantos, cambian de tema… no se interesan. O cuando manifiestan interés, son condescendientes, me miran por encima del hombro como si yo fuera un ser marginado al que necesitan salvar. Ellos son la causa y ellos quieren salvarme. Que se salven ellos primero.
Incluso cuando intentan hacernos un favor, no buscan más que un trofeo para ellos mismos. Compiten para ver quién grita más fuerte cuando en realidad no les importamos una mierda.
Te daré un ejemplo. Hace pocas semanas vi un artículo con el siguiente título «Los iraquíes también son personas». Ni siquiera deseo recordar el nombre del autor. Ya puedes imaginar qué clase de persona escribiría un título como ese. Qué clase de mentalidad ha de tener esa persona para excederse hasta el punto de establecer que también somos personas.
Ni que decir tiene que no me molesté en leer en artículo. Con un título como ese, qué puede esperarse sino más gilipolleces a lo largo de sus líneas
¿Sabes lo que más me molesta?
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¿Qué es?
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Que son o colonizadores o misioneros. Están aquí para robar, violar, causar dolor, destruir y matar o para jugar el papel de santos y salvarnos de sus hermanos.
Aunque, por supuesto, jamás miran hacia sus hermanos para ver que están hechos de la misma sangre y carne.
Y cuando digo misioneros, no quiero decir curas y todas esas tonterías… Tenemos de esos también. Llegan y roban y masacran y entonces nos sermonean con la liberación y el amor a tu vecino… ¡Cuánto les odio a todos!
Llegan y nos dicen lo que es bueno y lo que es malo para nosotros. Creen que conocen bien cómo eran nuestras vidas y entonces se sientan y pontifican sobre cómo deberíamos ser y cuál es el mejor desenlace para nosotros… a la mierda todos ellos… ¿Cómo pueden saber? Nunca se han puesto en nuestra piel.
¿Has notado lo importantes que son todos? Cada uno de ellos, de la derecha o de la izquierda. Utilizan nuestra causa para promocionarse ellos mismos, ¿verdad?
Asiento con la cabeza…
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Nos han marginado de este mundo, nos han convertido en supervivientes que dependen de sus instintos al igual que los primates en una jaula y vienen y esperan que seamos «civiles»… que nos traguemos nuestro dolor y pongamos cara de valientes. ¿Has notado eso también?
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Sí.
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¿Y sabes algo más? Nos han arrinconado, nos han quitado todas las posibilidades y entonces nos señalan con el dedo y dicen: «Vean al salvaje, vean al terrorista»… Y van y escriben con su forma típica sobre la «psicología» del suicida bomba rechazando deliberadamente ver cómo ellos le han convertido en eso… Probablemente mataron a toda su familia, le torturaron, le humillaron y le hicieron que explotara por dentro. Entonces van y se sientan y se preguntan por qué no hay paz y se ponen a teorizar sobre si somos capaces o no de alcanzarla… Layla, son unos criminales de la peor especie.
¿Recuerdas cuando viajábamos? Recuerdas cómo nos fijábamos en cómo protegerían sus propias vidas. En lo importante que era para ellos su ocio, descanso y tiempo de diversión. En cómo sus jodidos asuntos amorosos eran el centro de todas sus conversaciones. En cómo les fastidiaba y se quejaban de las colas y de tener que esperar los autobuses. En cómo confiaban en que todas las necesidades de los suyos fueran atendidas. En cómo se preocupaban de que su perro no cogiera frío si lo sacaban a pasear bajo la lluvia. Recuerda que algunos incluso compraban comida orgánica para ellos…
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Sí, Aburrido, lo recuerdo.
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¿Recuerdas lo importante que eran para ellos su salud y su bienestar? Se preocupaban de ser fumadores pasivos, de su peso, de su nivel de colesterol, de la radiación de los postes eléctricos…
Pero ellos llegan y nos contaminan con toda su basura. Su comida basura, su radioactividad, sus drogas prohibidas caducadas, su comida enlatada, sus bombas… Vuelcan sobre nosotros todos los materiales que no quieren tocar… Nuestras vidas valen tan poco ante sus ojos. Nuestra sangre no tiene valor, puede derramarse tan fácilmente… El abismo es tan grande, Layla, y se va haciendo cada vez mayor.
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Sí, soy consciente de eso.
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¿Sabes algo más? Incluso esos que se llaman «simpatizantes», son sólo otra forma de colonizadores de mente orientalista. Quieren robarnos la lengua, la historia, la belleza, el arte, la cultura, y se lo apropian en nombre del Amor por Oriente. Apenas hay algo altruista en alguno de sus motivos.
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Pero, seguramente, no todos son iguales.
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Bien, posiblemente, Layla, no estoy dentro del corazón de cada mujer u hombre. Hablo de pautas, de tendencias generales.
Mira, incluso entre quienes se convierten al Islam, tu te has reunido con algunos. Recuerda cómo adoptaban la misma actitud del colonizador. Enseñándonos el modo adecuado incluso aunque se hubieran convertido a la religión hace unas pocas semanas… Es la mentalidad, Layla, es algo profundo, es una patología.
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Bien, Aburrido, ¿qué sugieres que hagamos?
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No hay mucho que podamos hacer… ¿ves por qué me siento así?
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Sí, con toda claridad.
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Y luego están los otros, los árabes, que dicen «Ese es tu destino, tienes que aceptarlo»… «Alá lo ha querido así». ¿Cómo pueden decir una estupidez como esa cuando es su traición y su pereza la que ha llevado ahí?
Para sus mentes limitadas, Alá es un jefe tribal… Aunque Alá era partidario incluso de utilizar la misericordia para matar a los animales…
Layla, todo esto me desespera, no pudo continuar… Necesito parar y hacer que todo desaparezca.
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Aburrido, siento lo mismo.
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Entonces, ¿qué hacemos, me voy adentro de nuevo para que te sientas vacía una vez más?
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Gran idea, hagamos eso…
Y así, Aburrido se reincorporó dentro de mi mente… Mi entumecimiento se convirtió en dicha después de esa conversación.
Fumé el último cigarrillo del día, inhalé, exhalé, lo apagué y me llevé a Aburrido a la cama. Ambos necesitábamos descansar para poder enfrentar mañana otro día de Zona Cero, quizá, inshallah, si Dios lo quiere.
P.S.: Sobre el artículo del temor de los iraquíes a casarse y tener niños, véase:
http://www.guardian.co.uk/Iraq/Story/0,,2025756,00.html
Enlace texto original en inglés:
http://arabwomanblues.blogspot.com/2007/03/point-zero.html
Sinfo Fernández forma parte de los colectivos de Rebelión y Cubadebate