Hace ya ocho años que el Gobierno de los Estados Unidos y parte de sus aliados, entre ellos el gobierno de España presidido por Aznar, decidieron ilegalmente, contra todo derecho, invadir y ocupar Iraq, causando centenares de miles de muertos civiles y destrozando todas las estructuras económicas, sociales y culturales, de manera que se cumpliera […]
Hace ya ocho años que el Gobierno de los Estados Unidos y parte de sus aliados, entre ellos el gobierno de España presidido por Aznar, decidieron ilegalmente, contra todo derecho, invadir y ocupar Iraq, causando centenares de miles de muertos civiles y destrozando todas las estructuras económicas, sociales y culturales, de manera que se cumpliera las premoniciones del gobierno americano de volver a Iraq a una situación anterior a la revolución industrial . Ha quedado claro que los poderes gobernantes de Estados Unidos y Gran Bretaña, particularmente, pretendían y consiguieron que el territorio con una de las reservas de petróleo mayores del mundo no se convirtiera en un Estado democrático independiente con una sociedad integrada. Evitar que Iraq, el país árabe que conjuga reservas de petróleo, población, y desarrollo económico y cultural, fuera dueño de su destino.
Los Estados Unidos quieren dar por zanjada la situación política de Iraq promoviendo un gobierno por medio de unas elecciones realizadas en plena ocupación militar, y sin permitir tan siquiera expresarse, menos aún participar, a los grupos que querían representar políticamente al 90% de la población iraquí, que según todas las encuestas realizadas eran contrarios a la ocupación militar. Aquí en Gijón fuimos directamente testigos de la oposición y amenazas terroristas del gobierno iraquí a que se pudiera celebrar fuera de Iraq, en esta ciudad abierta a la cooperación internacional, una conferencia de los grupos políticos y sociales iraquíes, de tendencias e ideologías variadas, opuestos a la violencia y terrorismo sectarios, que querían manifestar sus propuestas a nivel internacional.
Cabe preguntarse, sin embargo, qué está pasando en Iraq, en un momento histórico en que los pueblos árabes reaccionan contra las tiranías, la corrupción y la pobreza. Las movilizaciones populares que han supuesto un terremoto político en varios países árabes , y que continúan exigiendo cambios sociales, ¿no están llegando a Iraq?. ¿Tiene Iraq un sistema político y social acorde con las reivindicaciones de democracia y justicia que movilizan a los pueblos árabes?
Los que, por los contactos con asociaciones iraquíes, podemos recibir información directa sobre las movilizaciones y reacciones populares que se están dando estas semanas en Iraq, tenemos tanta sorpresa como indignación por la brutal represión de estas movilizaciones por parte del gobierno iraquí, apoyados por los 50.000 soldados americanos y varios miles más de mercenarios. Y sorpresa e indignación nos produce también el boicot de las agencias de información occidentales ante lo que está pasando en Iraq.
Permítaseme copiar literalmente algunas de las noticias que solo se pueden tener por medios alternativos:
« Las fuerzas de seguridad iraquíes han cargado y disparado con munición real contra los manifestantes en distintas ciudades de Iraq. El caso más grave confirmado es la muerte de la joven Aisha Haizam A. al Darayi en el barrio Al Imam (Samara) por heridas de bala, según han confirmado fuentes hospitalarias a la televisión iraquí Al Rafidain. El otro caso de muerte confirmada en el día de hoy ha ocurrido esta mañana en el pueblo de Al Hamdaniya, en la zona de Abu Graib, donde Ahmed Inizie al Hamdani (uno de los organizadores de las manifestaciones) ha sido sacado de su casa a la fuerza esta madrugada y ajusticiado a 50 metros de su casa ante su mujer e hijos por la Brigada 24 a las órdenes del coronel Risen al Baizani, según datos aportados por la cadena televisiva iraquí Al Rafiadain TV».
A pesar del toque de queda impuesto en todas las ciudades, los iraquíes están saliendo a la calle para manifestarse. En Bagdad, por ejemplo, pese a la fuerte presencia de fuerzas de seguridad [1], según la cadena televisiva iraquí Al Rafidain miles de personas se dirigen en estos momentos desde el barrio de Addamiya hacia la plaza Tahrir, pero las fuerzas de seguridad mantienen dividida la ciudad para impedir que la gente acceda al lugar de encuentro, como parece ser que ya está pasando con los habitantes del barrio de Rusafa. Todos los puentes que dan a la Zona Verde están bloqueados por muros de hormigón.»
Un día más, los medios de comunicación han sido agredidos por los servicios de seguridad iraquíes. Recordemos que el Iraq ocupado es el país en el que más periodistas han muerto en la historia, más que en la guerra de Vietnam. Ni los llamamientos de los colectivos internacionales de periodistas, ni el de Tareq al Hashemi, vicepresidente iraquí, para que los medios de comunicación pudieran cubrir la información sobre las manifestaciones, han impedido que en Basora un grupo de periodistas haya sido golpeado por las fuerzas de seguridad mientras cubrían la manifestación de dicha ciudad. Tres de ellos han tenido que ser trasladados al hospital, según han declarado ellos mismos en entrevista a la televisión Al Sharquiya.
La organización iraquí Al Rasd wal Maalumat al Wataniya (Observación e Información Nacional) asegura que el general Kadem Abu al Hil, director de la policía de la provincia de Muzanna, ha emitido una orden para que se inutilicen las cámaras de los canales por satélite y los periodistas que estén entre los manifestantes. También llegan noticias de que las fuerzas de seguridad han cerrado las oficinas de la Televisión Salah al-Din y les han prohibido cubrir los acontecimientos.
Es esta protesta popular la que se intenta silenciar, porque pone de manifiesto, una vez más, que lo que llevó a Estados Unidos y sus aliados a la guerra y ocupación de Iraq no era acabar con una dictadura (hoy se ha hecho evidente que tenían muchas entre sus gobiernos árabes amigos), sino arrasar una sociedad que fuera sujeto político y por tanto dueña de su petróleo. Más de un millón de muertos, cuatro millones de desplazados, pero el petróleo ya es de «nuestras» multinacionales.