Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Aprovechando la confusión de la guerra, se colman tumbas secretas, se traslada armamento y siguen sin salir a la luz una serie de operativos que desconocemos.
En las últimas semanas, las noticias provenientes de ese país se han visto plagadas de secuestros de personas con perfil importante.
Uno de esos secuestros, que se produjo el pasado noviembre, fue el de cuatro integrantes de los Grupos Cristianos por la Paz (CPT, en sus siglas en inglés) -un grupo pacifista con sede en Virginia-, llevado a cabo por un grupo armado antes desconocido: Espadas de la Verdad/Rectitud.
El segundo secuestro de perfil importante fue el de la periodista independiente Jill Carroll, el 7 de enero pasado, a manos de otro grupo por entonces desconocido: Brigadas por la Venganza.
Desde entonces, también han sido secuestrados en Iraq dos ciudadanos alemanes en Iraq, pero recibieron menos cobertura por parte de los medios internacionales.
Los secuestros de dos periodistas iraquíes, incluido el de una mujer de 23 años que trabajaba para el canal independiente Sumariya, durante la primera semana de febrero, no recibieron atención alguna de los medios internacionales. Ningún grupo armado conocido reclamó la autoría.
Centrémonos en los dos secuestros de perfil más alto.
Dirigentes iraquíes manifestaron no haber oído nunca hablar de ninguno de los grupos armados que pretendían estar detrás de los secuestros: el Portavoz de la Asociación de Sabios Musulmanes (AMS, en sus siglas en inglés), Muthanna Harith Al-Dhari, manifestó que había pocas posibilidades de que su asociación pudiera conseguir la liberación de Carroll «porque los secuestradores son un grupo desconocido».
Además de lo que parece ser el surgimiento de dos nuevos grupos, hasta ahora desconocidos, hay otras coincidencias que resultan también extrañas.
En primer lugar, los secuestros tuvieron lugar en Bagdad.
Los miembros de CPT se desplazaban desarmados y sin guardaespaldas.
Carrol se desplazaba desarmada y sin guardaespaldas.
Los miembros de CPT habían sido elogiados por muchas organizaciones iraquíes -en su mayoría sunníes-, ya que el grupo cristiano había centrado su trabajo en la difícil situación de los detenidos, mayoritariamente sunníes.
Algunos de los medios occidentales han hecho hincapié en el dato de que el CPT estaba ayudando fundamentalmente a refugiados sunníes. «La grotesca ironía es que poca gente ha trabajado de forma tan asidua en nombre de los detenidos iraquíes como los Grupos Cristianos por la Paz, la única de las organizaciones occidentales de derechos humanos que queda en Iraq trabajando fuera de la Zona Verde. Los voluntarios de CPT se contaron entre los primeros en documentar los informes de los abusos en Abu Ghraib.» (Salon.com)
La Asociación de Sabios Musulmanes había manifestado en una declaración que los «CPT y sus activistas en Iraq tenían reputación de ayudar a los pobres y a quienes sufren situaciones de indefensión.»
Carroll había sido alabada por muchos iraquíes por su documentado trabajo en aras de llamar la atención sobre la grave situación de los detenidos -mayoritariamente sunníes- en los centros de detención dirigidos por Badr [1]. Había conseguido muchos elogios de muchos dirigentes importantes sunníes:
«Esta periodista, Jill Carroll… es una de las periodistas de mayor prestigio que están contra la ocupación. Es considerada una de las mejores periodistas que se manifiestan en contra de la ocupación estadounidense de Iraq y que centraba sus artículos en… contarle al mundo los sufrimientos del pueblo iraquí,» afirmó, mediante un comunicado, la Asociación de Sabios Musulmanes.
En resumen, tanto los cuatro miembros de CPT como Carroll habían sido reconocidos por los iraquíes -y especialmente por los sunníes- por el desarrollo de un trabajo que consideraban beneficioso para el pueblo iraquí en un intento de aliviar la trágica situación humanitaria en el oeste de Iraq (CPT) y en los centros de detención (Carroll).
Merece la pena mencionar que CPT había estando operando en Iraq al menos seis meses antes de que, el 20 de marzo de 2003, se produjera la invasión estadounidense.
Según los rasgos publicados que los distinguían, los miembros de CPT actuaban como «una voz alternativa a los periodistas ‘empotrados’ con las fuerzas de la Coalición».
También habían trabajado para «denunciar las injusticias y las muertes provocadas por las sanciones económicas impuestas por EEUU». Además, se esforzaban en «el lanzamiento de la Campaña Adopte a un Detenido que pedía a las iglesias que intercedieran en nombre de los detenidos iraquíes».
Todo esto era conocido a nivel general por todos los iraquíes desde 2002. Por eso, ¿Quién puede haberlos secuestrado? ¿Quién sale ganando de esa acción? ¿Quién pierde?
¿Quién secuestraría a Carroll? ¿Quién gana en esa acción? ¿Quién pierde?
Quizá la respuesta pueda encontrarse en un acercamiento más profundo a un grupo armado que actúa en Iraq y que pocos conocen.
¿Han oído alguna vez hablar de los Escorpiones? [2]
Según un informe de 2005 del Washington Post, la comunidad de inteligencia estadounidense intentó ocultar la existencia de un grupo conocido como los Escorpiones que estaba actuando secretamente en Iraq.
El informe decía que los Escorpiones eran equipos reducidos de milicias (paramilitares) patrocinadas por la CIA y apodados también los Caimanes y los Cobra, que se organizaron antes de la invasión para cometer actos de subterfugio e incitar a la violencia contra el régimen baazista.
El núcleo principal de los Escorpiones recibió financiación por millones de dólares -no se conocen las cifras exactas- para entrenamiento, apoyo, material y hardware militar.
Durante las semanas posteriores a la guerra, y particularmente una vez que el movimiento de la resistencia empezó a afianzarse por todo Iraq, el papel de los Escorpiones cambió asumiendo tareas de infiltración y apoyo en los interrogatorios de sospechosos. También desempeñaban tareas como intérpretes y traductores.
Aunque el uso de escuadrones paramilitares puede parecer normal en un país ocupado (se han utilizado muchos de esos escuadrones en Sudamérica, Vietnam y en muchos otros lugares), la existencia de este grupo es aún más siniestra si consideramos los objetivos que se persiguen al financiar y armar ese grupo.
Infiltrar la resistencia: ¿Tuvieron éxito? ¿Cuántos grupos armados iraquíes están compuestos en la actualidad de Escorpiones? ¿Está fuera de lugar preguntarse si los grupos que lanzan ataques y llevan acabo ejecuciones forman parte en la actualidad de maquinarías de inteligencia como los Escorpiones?
¿Y sabía alguien que los intérpretes iraquíes podrían estar integrados por elementos de esa clase?
Según el informe Taguba, que investigó los vergonzosos episodios de abusos y torturas en las tristemente célebres instalaciones de detención de Abu Ghraib, los interpretes «civiles» eran considerados sospechosos.
Según el antiguo general de brigada Janis Karpinski, el oficial de más alto rango reprendido por las torturas en Abu Ghraib, un intérprete borracho fue ayudado por tres interrogadores en una ocasión para obligar a que se desnudara una muchacha iraquí, tras lo cual se pusieron a besarla.
Hemos escuchado numerosos informes acerca de intérpretes asesinados en Iraq. ¿Eran alguno de los elegidos y/o asesinados miembros originarios de los Escorpiones? ¿Estaban afiliados a grupos que secuestran extranjeros con fines políticos o para conseguir fondos?
Es importante cuestionar lo que parece ser una de las realidades en Iraq. Hasta hace unos cuantos meses, el mundo permanecía a oscuras sobre las cárceles secretas dirigidas por elementos del Ministerio del Interior iraquí, donde sunníes iraquíes habían sido torturados y ejecutados. Y sólo ahora los medios están empezando a recoger los conflictos armados en Iraq entre los grupos de la resistencia iraquí y Al Qaeda -conflictos sobre los que ya hubo rumores en el año 2004-.
En los años venideros, las arenas iraquíes seguirán revelando todo lo que el esperpento de la guerra ha ocultado.
El autor es un periodista independiente especializado en temas de Oriente Próximo.
Texto original en inglés:
www.weekly.ahram.org/eg/2006/781/re201.htm
N. de T.:
[1] Sobre la organización Badr, véase en la web de Iraq Solidaridad:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/ocup_20-12-05_2.html
[2] Para más información sobre los modus operandi de esta clase de grupos paramilitares, véase en la web de Iraq Solidaridad:
http://www.nodo50.org/iraq/2004-2005/docs/guerra-sucia_10-05-05.html