El 19 de este mes se iniciará en Bagdad el proceso de Sadam Hussein, presidente depuesto y legal de Iraq. Ya han sido convocados los miembros del tribunal encargado de condenar (¡juzgar!) a Sadam, según anunciaron los portavoces del presidente provisional Ibrahim al-Jaafari. El primer gran impulsor del juicio es Ahmed Chalabi el «delincuente financiero», gran amigo de Donald Rumsfeld y viceprimier ministre hoy, además de empresario feliz a quien se le otorgó un contrato de 400 millones de dólares para reconstruir parte de Iraq. Ahmed Chalabi fue quien (para que se den ustedes un idea de su catadura) inventó las «pruebas» de la existencia de armas destructivas en Irak, lo que provocó la invasión de este país por tropas norteamericanas, inglesas y españolas, siempre conviene recordarlo.
No es de extrañar que los agradecidos americanos lo chantaran a él de viceprimer ministro, y éste, por espíritu familiar o dicho de otro modo nepotismo, pusiera hace un año a su sobrino al frente del tribunal que iba a condenar (¡juzgar, que he de ser parcial!) a su enemigo Sadam.
De modo que este tribunal, cuyos jueces y procuradores se presentarán muy orondos por haber asistido a un cursillo de formación acelerada en la Facultad de derecho de Guantanamo, iba a estar presidido con toda imparcialidad por Salem Chalabi, sobrino del susodicho Ahmed Chalabi -no está de más repetirlo.
Al tal sobrino Salem, abogado americano-iraquí, hombre de negocios turbio y especialista en derecho… comercial, los yanquis lo confirmaron como administrador-jefe del tribunal y ejerció este cargo durante un año. Su trabajo consistía nada menos que en seleccionar a los jueces y en supervisar el trabajo del tribunal.
Pero resulta que la justicia de verdad descubrió que el sobrinito, entre otras menudencias, estaba acusado de asesinato y a su vez trató de llevarlo ante los auténticos tribunales, pero el pájaro voló sin que se sepa por qué áreas se encuentra planeando ahora.
Según un responsable iraquí, escudado en el anonimato, la fecha del 19 ha sido elegida para que el proceso se celebre inmediatamente después del referéndum previsto en Iraq el día 15. No es que la suerte de Sadam dependa de una cuestión de días, sino que puede variar el contexto nacional e internacional.
Y es que todas las instancias democráticas denuncian el carácter fraudulento del » Tribunal especial iraquí «, establecido el año pasado por el gobierno por los Estados Unidos y rechazado por la ONU, que prefiere un tribunal a la imagen del que juzga desde hace años a Slobodan Milosevic en La Haya sin que haya sido capaz de condenarlo. Para evitarse otro contratiempo semejante, Washington ha creado un organismo desprovisto de toda independencia, » aconsejado» par un equipo de unos cincuenta funcionarios americanos bajo la dirección de la FBI y la Oficina del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, además de que los procuradores del departamento de Justicia participen en la preparación de las acusaciones.
Los crímenes de Sadam no tienen número ni cuento, desde la utilización de gases letales hasta la invasión de un país independiente y no hay pero que valga. Sin embargo, muchos países lo han hecho sin que nadie se atreva a juzgar a sus dirigentes, quienes, por otra parte, se mofan olímpicamente de las leyes internacionales.
Según los juristas independientes, existe un peligro de desprestigio del derecho internacional, y no de debe confundir venganza y justicia.