La Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM) de Iraq es la máxima instancia religiosa sunní del país. La AUM fue organización fundadora del Congreso Fundacional Nacional Iraquí (CFNI), plataforma de partidos políticos, organizaciones comunitarias, asociaciones civiles y personalidades anti-ocupación, cuyo secretario general es el ayatolá shií Jawad al-Jalesi. Los representantes de estas fuerzas han sufrido una fuerte represión y la actuación de los ‘escuadrones de la muerte’, que ha forzado al exilio a la mayoría de sus principales figuras, entre ellas al propio ad-Dhari. En abril de 2007, ad-Dhari perdió a uno de sus sobrinos -alto responsable de la organización armada anti-ocupación Brigadas de la Revolución de 1920- asesinado por Al-Qaeda.
‘As-Safir’ * (P.): Han pasado cuatro años desde el inicio de la ocupación de Iraq. ¿Qué han significado [estos años] para usted?
Hareth ad-Dhari (R.): Han sido los peores cuatro años de mi vida y de la vida de cualquier ciudadano iraquí honrado y leal a su patria y a su país.
P.: A su juicio, ¿cuáles son las consecuencias más peligrosas de la guerra en Iraq?
R.: Si la guerra continúa y la ocupación no acaba pronto, las consecuencias más graves serían la desintegración del tejido social iraquí, la división de Iraq (ojalá Alá, el Único [1], lo impida) y la transformación de su estructura demográfica. Otra consecuencia grave sería la profundización de las brechas sociales entre los iraquíes. En relación con los países vecinos y de la región pueden surgir muchos problemas y acontecimientos [adversos]; sólo Alá conoce su magnitud. Ya se están avecinando muchos indicios de estos problemas y acontecimientos.
P.: A la vista de la postura de la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM) en relación con lo que sucede en Iraq en los años de ocupación, ¿cree que se han equivocado en algo? ¿Han demostrado los acontecimientos que sus posturas ante los temas fundamentales han sido las acertadas? ¿Podría darnos algunos ejemplos?
R.: No creo que en la AUM nos hayamos equivocado en ninguna de las decisiones tomadas hasta ahora, tanto en el plano político como en el plano de la jurisprudencia islámica [la sharia] [2]. Los hechos han demostrado lo acertado de nuestras posturas. Por ejemplo, revisemos nuestra posición respecto al frente al denominado «proceso político» [3]. Desde el primer momento afirmamos que se trataba de un proceso fracasado, que no conduciría a la liberación de Iraq ni a sacar al país de la situación en la que la ocupación lo había colocado. Más aún, este proceso no nos proporciona las condiciones ni de seguridad ni sociales necesarias para la supervivencia. Los acontecimientos han demostrado lo acertado de nuestras predicciones: el proceso se diseñó para encubrir el proyecto estadounidense y se estableció sobre presupuestos sectarios y étnicos.
Ocurre lo mismo respecto a nuestra posición sobre la Constitución [de 2005] impuesta por la ocupación y las fuerzas que dominan hegemónicamente en Iraq, que introdujeron artículos y párrafos en el texto que pueden llevar a la división de Iraq y de su pueblo, y que pueden destruir la identidad árabe e islámica del país [4].
Pero lo más importante es nuestra postura [global] ante la ocupación. Desde el primer momento pedimos la salida de los ocupantes -o al menos el establecimiento de un calendario para su retirada- y afirmamos que la ocupación es la raíz de todo el problema. Al pasar el tiempo, hemos sufrido la violencia, las carnicerías y las peores intenciones de la ocupación que condujeron al fortalecimiento de la resistencia contra ella. Aquellos que se opusieron a muestra postura en el pasado ahora reclaman un calendario [de retirada].
Finalmente está nuestra postura sobre el [proyecto de] federación con el que se pretende dividir Iraq, que muchas personalidades [iraquíes] conocidas del interior y del exterior apoya. Nosotros nos posicionamos en contra de esa federación y la rechazamos porque sirve a los deseos de los enemigos de Iraq, en especial a los de Israel. Hemos mantenido desde los primeros días de la ocupación una postura unionista, moderada, islámica y patriótica, y la hemos mantenido a pesar de las presiones psicológicas y de seguridad utilizadas contra la AUM para arrastrarnos a adoptar discursos sectarios y fraccionalista [5].
Supresión del proceso político, fin de la ocupación
P.: A su juicio, ¿Cuál es la solución ideal para lo que ocurre en Iraq?
R.: La solución ideal es la supresión del proceso político que ha ocasionado todos estos males y calamidades en Iraq y que lo ha llevado al borde del abismo que era de esperar. [El gobierno surgido de] este proceso político debería sustituirse por un gobierno fuerte, reforzado con el núcleo de un ejército nacional leal a Iraq y a toda su población, en lugar de unos partidos y unas milicias sectarios y fraccionalistas. Y todo ello debería ir acompañado de un calendario definitivo para la total retirada [y] sin demora de las fuerzas de ocupación de Iraq.
Como hemos señalado y advertido en repetidas ocasiones, los hechos y las situaciones han demostrado que es la ocupación la que dirige todos los hilos de este juego sucio.
P.: ¿Considera que, en general, el gobierno de al-Maliki es mejor que sus predecesores, y por qué?
R.: El gobierno de al-Maliki es peor que los gobiernos que le precedieron. Es incluso peor que el gobierno de su colega al-Yafari, del que es continuación en cuanto a sus objetivos, tendencias y comportamiento. Es claramente tendencioso en el plano sectario. El gobierno de al-Maliki protege las bandas criminales y asesinas, y defiende las acciones de las milicias [sectarias].
P.: Su postura de oponerse a la ocupación ha sido manifiesta desde el principio. ¿Han intentado los estadounidenses establecer contacto con ustedes en los últimos años para ganárselos respecto a su política en Iraq? ¿Cuándo y cómo?
R.: Los estadounidenses no contactaron directamente con nosotros excepto en una ocasión a principios de 2005, antes de las primeras elecciones. Pidieron al embajador francés que actuara como intermediario porque le conocíamos debido a sus frecuentes visitas a la Asociación -en especial a partir del secuestro de los periodistas franceses-, simpatizaba con nosotros y estaba descontento con las actuaciones de la ocupación en Iraq. Aceptamos su mediación y una delegación, compuesta por el encargado de negocios estadounidense, en representación del [entonces] embajador [John] Negroponte, y unos generales y oficiales del ejército de Estados Unidos, nos visitó. Miembros de la AUM nos reunimos con ellos en Egipto y Bagdad.
La finalidad de la visita era asegurar el apoyo de la Asociación a las elecciones. Dijeron que las elecciones contribuirían a aportar seguridad y estabilidad en Iraq. Les contestamos que lo que contribuiría a aportar seguridad y estabilidad en Iraq sería ofrecer al pueblo iraquí la esperanza de que abandonarían Iraq, y no las elecciones que darían lugar a un gobierno débil que les pediría que permanecieran en el país. Dijo: «[…] No estamos de acuerdo» y yo contesté: «Sí, no estamos de acuerdo, y la reunión ha terminado». Desde aquel encuentro hasta el día de la fecha no nos hemos reunido con ninguno de ellos, gracias a Dios.
P.: Muchos apostaron que la resistencia contra los ocupantes terminaría, pero el tiempo ha demostrado que no ha sido así. ¿Qué tiene que decir sobre ello?
R.: Sí, muchos apostaron y muchos conspiraron para que la resistencia se acabase o fuera aplastada, pero la resistencia continúa. Esto los ha decepcionado y defraudado en sus expectativas. De hecho, [la resistencia] se ha fortalecido y se ha hecho más eficaz contra el enemigo y sus agentes [internos].
La resistencia ha desbaratado y sigue frustrando los planes de los ocupantes en Iraq porque no se mueve exclusivamente por emociones o cálculos equivocados sobre la fuerza material del enemigo como algunos erróneamente pensaban. Por lo tanto, la resistencia continuará mientras los ocupantes sigan en territorio iraquí. Cualquiera que piense lo contrario se equivoca [6].
Resistencia y terrorismo
P.: Hay quien se opone a las operaciones de la resistencia. ¿Cómo distingue usted entre la resistencia contra las fuerzas de ocupación y los atentados contra civiles llevados a cabo por cualquier facción o grupo sectario?
R.: La diferencia entre la resistencia y otras fuerzas está muy clara excepto para quienes odian la resistencia contra las fuerzas ocupantes o piensan mal de ella, bien porque son colaboracionistas o la envidian. Nosotros -y otros como nosotros que reconocen la legitimidad de la resistencia y el derecho de las naciones a resistir contra sus enemigos y ocupantes- creemos que la resistencia debería enfrentarse exclusivamente a los ocupantes enemigos y a los más descarados colaboracionistas [iraquíes] que cooperan, apoyan y luchan junto a los ocupantes [7].
Quienes toman como objetivo [militar] a iraquíes pacíficos e inocentes, de cualquier comunidad, identidad o creencia, son criminales que infringen la jurisprudencia islámica y se colocan al margen de la ley y de los valores nacionales. Son igual que los enemigos y los ocupantes de la patria, con independencia de a qué comunidad o facción pertenezcan.
P.: ¿Qué hay de verdad en las informaciones que circulan de vez en cuando sobre que la resistencia es una resistencia exclusivamente sunní, que los ‘escuadrones de la muerte’ son shiíes y que los atentados suicidas son [obra de grupos] sunníes? En su opinión, ¿qué se pretende con la utilización de semejantes caracterización?
R.: La resistencia en Iraq es una resistencia nacional e islámica en la que participa todos los componentes del pueblo iraquí, si bien son mayoría los sunníes. En cuanto a los escuadrones de a muerte, la mayoría pertenecen a las milicias de los partidos shiíes y de los partidos políticos kurdos que forman parte del gobierno. Pero no representan a la mayoría de nuestros hermanos shiíes y kurdos: representan exclusivamente los intereses de los partidos a los que pertenecen. La mayoría de los shiíes y de los kurdos se oponen a ellos y se distancian de sus actividades criminales.
Respecto a los [atentados] suicidas, son, en su mayoría, iraquíes sunníes y otros [iraquíes] que representan la política de una conocida facción de la resistencia [Al-Qaeda]. Al principio, sus actuaciones iban dirigidas sólo contra las fuerzas de ocupación y únicamente con posterioridad ampliaron sus actuaciones para incluir las fuerzas gubernamentales, esas fuerzas que ayudaban a los ocupantes en combatir la resistencia y en atacar algunas ciudades que se enfrentaran a la ocupación, como Faluya, Samarra, Nayaf y otras. Se ha apuntado que esta clase de atentados casi se están reduciendo, si bien los medios de comunicación [internacionales] se refieren a ellos remitiéndose a noticias oficiales [iraquíes y de EEUU] inexactas o muy precipitadas.
Desde un principio, la AUM se opuso a esta manera de actuar porque no era necesaria y por los peligros inherentes derivados de sus trágicas consecuencias.
Moqtada as-Sáder y el conflicto sectario
P.: Durante algún tiempo su relación con la corriente de [Moqtada] as-Sáder fue buena pero en los últimos meses parece que esa relación se ha deteriorado. ¿Por qué?
R.: Sí, nuestra relación con los grupos [vinculados] en la actualidad a as-Sáder y con el propio Sayid Moqtada as-Sáder fue buena por su inicial posicionamiento patriótico, que rechazaba la ocupación, el proceso político y la federación. Pero ha abandonado, ha entregado las armas de su grupo al gobierno y ha participado en las operaciones militares
Las milicias del Ejército del Mahdi se han involucrado en las operaciones de limpieza étnica. Se han convertido en un instrumento manipulado por la ocupación, por los servicios de espionaje de Irán y por la Organización Badr [brazo armado del Congreso Supremos de la Revolución Islámica en Iraq], que ha abierto brechas en sus filas y lo ha conducido hacia los despreciables objetivos de una limpieza étnica y sectaria que ha determinado la desaparición y el desplazamiento de centenares de miles de iraquíes. No obstante, Sayid Muqtada no condenó ni denunció con claridad estas acciones criminales, ni ha exigido [que cesen]. Por ello, era lógico que nuestras relaciones perdieran confianza y se deterioraran.
P.: Una de las consecuencias de la invasión y de la ocupación ha sido el intento de fomentar un conflicto sectario en Iraq. ¿Cómo se enfrentan ustedes a esto?
R.: Uno de los objetivos -no de las consecuencias- de la invasión y la ocupación fue fomentar los enfrentamientos sectarios y étnicos en Iraq. Esto era evidente por varias cuestiones. Por ejemplo, las fuerzas de ocupación dejaron armas para que cualquiera las robara sin ningún tipo de cortapisa. El Consejo de Gobierno [establecido en 2003 por los ocupantes] se constituyó sobre bases sectarias. La redacción de la Constitución, documento que consagraba la soberanía [en cualquier país], se dejó en manos de los líderes políticos shiíes y kurdos que apoyaban los planes estadounidenses al tiempo que se marginaba a otros grupos, incluidos la mayoría de los shiíes y de los kurdos que se oponían a la ocupación. Las elecciones [de 2005], que estuvieron controladas por la ocupación, se amañaron en favor de los intereses de sus conocidos aliados.
A pesar de todos aquellos decididos a instigar la sedición, la ocupación no tuvo éxito gracias, en primer lugar, a Dios Todopoderoso y a la firme, fraternal y patriótica cohesión de los iraquíes a lo largo de su historia. Cuando fracasaron en provocar la guerra civil, recurrieron a actos diabólicos como la voladura de los mausoleos de los dos imames Ali-al-Hadi y Hasan al-Askari -la paz sea con ellos- [en Samarra en febrero de 2006]. Este atentado lo llevaron a cabo los servicios de seguridad del ministerio del Interior con la supervisión de los servicios de espionaje de un país vecino y con el conocimiento de EEUU. Ello dio lugar a las actuaciones de las bandas criminales, que estaban dirigidas por las fuerzas de seguridad del gobierno iraquí presidido [entonces] por Ibrahim al-Yafari.
Aquellos hechos criminales se vieron reforzados con las fatuas [edictos religiosos islámicos] emitidas por diversas autoridades religiosas que, basadas en declaraciones de la máxima autoridad religiosa shií, acusó a una determinada facción [apenas] minutos después de que se diera la noticia, sin haber verificado quiénes habían llevado a cabo realmente aquel atroz atentado criminal. Así, la autoridad religiosa [shií] acusó a los partidarios de Sadam [Husein], a los takfiristas [anatemizadores, musulmanes que consideran a otros musulmanes como infieles] y a los al-nawasib [término peyorativo que utilizan los shiíes para calificar a los sunníes], sabiendo muy bien lo que ello quiere decir: fueron genéricamente acusados de cometer un atroz acto criminal que en realidad habían perpetrado bandas y milicias que formaban parte de ciertos grupos políticos shiíes bien conocidos, en concreto [la Organización] Badr, el Ejército del Mahdi y otros.
A pesar de todo esto, la situación no se deterioró hasta provocar una guerra civil gracias al autocontrol y a la disciplina que demostraron los sunníes. La AUM exigió entonces ese autocontrol con el fin de contener la sedición planificada por quienes acabo de mencionar. En nuestro trabajo recibimos la ayuda de nuestros hermanos [como] el jeque Jawad al-Jalesi, el ayatolá al-Sayid Ali al-Baghdadi, el ayatolá al-Sayid Mahmud al-Husni al-Sarkhi, y de otras personalidades y autoridades patrióticas reconocidas [8].
P.: En su opinión, ¿quién es el primer beneficiario de la división sectaria y de las matanzas basadas a la identidad? ¿Por qué algunas organizaciones de la resistencia se responsabilizan en ocasiones de atentados contra civiles? ¿No es un error?
R.: Los beneficiarios inmediatos de esta división sectaria y de las matanzas identitarias son los enemigos de Iraq y de su unidad, y el poder dirigido por la ocupación. Ha quedado demostrado con pruebas irrefutables que la ocupación estaba detrás de muchos de los grupos nefastos y criminales que tomaron como objetivo a las gentes de nuestro pueblo. Tras [el inicio de] la ocupación, quienes los apoyaron fueron sus aliados -los defensores del sectarismo y del proyecto fraccionalista- y los agentes de países que odian Iraq y que no desean el bienestar del país.
Tomar como objetivo [militar] a los civiles se debe a muchos factores. Algunos de ellos son de carácter puramente sectario, otros factores son ideológicos, y otros son destructivos y dirigidos a fomentar la división y a controlar la situación para alcanzar un determinado objetivo o finalidad, que puede incluir la simple venganza y la revancha. Esto sirve a los intereses de aquellos que promueven el enfrentamiento sectario y las matanzas fundamentadas en la identidad de cada uno. A veces, algunas organizaciones de la resistencia han respaldado tales acciones por sus propios motivos, pero es un respaldo equivocado y está prohibido por la jurisprudencia islámica. No es un acto aceptable de yihad y no ayuda a conseguir sus objetivos legítimos a quienes lo proponen, en el caso de que tengan objetivos legítimos.
Nosotros, en la AUM, hemos denunciado semejantes métodos y actos inhumanos no ajustados al Islam, [y] pedimos a Alá que nos aleje de tales individuos con independencia de a qué facción o secta puedan pertenecer.
Los países árabes, Irán e Iraq
P.: ¿De qué manera considera que los países árabes pueden ayudar a Iraq para que salga de su actual situación? ¿Qué países son los más influyentes en este aspecto?
R.: Los países árabes pueden sacar a Iraq de la situación actual haciendo uso de su potencial y de sus recursos geográficos, materiales y políticos. También pueden ayudar a Iraq aprovechando lo que la resistencia iraquí les ha facilitado al interceptar y frustrar los planes estadounidenses, y obligar a EEUU a consultarles o a buscar su ayuda para resolver sus problemas en Iraq. En cuanto a cómo los países árabes pueden ayudar a Iraq, existen muchas formas de hacerlo y estas formas son obvias para esos países.
Alá el Todopoderoso guiará a aquellos que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de tal honor. Los países que pueden jugar ese papel son, en primer lugar, el Reino de Arabia Saudí dado su peso en muchos aspectos vitales, seguido de Egipto y, a continuación, de los demás países árabes que estén dispuestos a asumir ese papel.
P.: En un futuro inmediato, ¿Es posible prever una mejora de las relaciones entre ustedes e Irán habida cuenta de que ustedes afirman que Irán está decidido a expulsar a los ocupantes de Iraq, lo que también es su objetivo principal? ¿Es posible que se produzca un acercamiento entre ustedes puesto que ello crearía un clima positivo en las calles iraquíes y en la región?
R.: Desde que estamos sufriendo la ocupación nos hemos preocupado por tener una buena relación con todos los vecinos, aunque algunos de ellos, en especial Irán, cooperaron con la ocupación en contra nuestra. A pesar de eso, deseamos tener relaciones más estrechas con Irán que con otros [países] a la vista de su buena vecindad y de los excelentes efectos que ello tiene, por muchas razones, en la situación de Iraq. Desgraciadamente, sin embargo, nuestras esperanzas se vieron defraudadas cuando comprobamos que Irán penetraba en Iraq, se inmiscuía en sus asuntos, favorecía una facción iraquí sobre el resto y despreciaba sus deseos, y actos incluso a costa de la unidad de Iraq y de los intereses de otros ciudadanos iraquíes.
Irán acepta y bendice el proceso político [iraquí] a pesar de que es ilegítimo. Guarda silencio sobre todos las prácticas y acciones llevadas a cabo por sus aliados, partidos y corrientes a los que apoya a pesar de nuestros consejos, que transmitimos a través de algunos de los responsables [iraníes] que han visitado Iraq.
Hemos permanecido en silencio y no hemos hecho comentarios sobre la intromisión y la parcialidad de Irán durante los tres primeros años de ocupación. Cuando hemos perdido la esperanza de que reconsideran su postura, hemos expresado nuestra opinión, y fuimos los últimos en manifestarnos acerca de su ostensible intervención y de sus proyectos para Iraq. No obstante, esperamos que reconsideren su actitud respecto a Iraq por su propio bien en el futuro y por el bien de Iraq y de la región. Confiamos en que cierren las puertas del mal, abiertas contra nosotros y contra ellos mismos. Esperamos que comprendan que una buena vecindad es algo que nos interesa a todos y que conducirá a la seguridad y a la estabilidad que necesitamos y que necesita toda la región.
En cuanto a su pregunta sobre un posible acercamiento entre nosotros, le digo que se puede producir si Irán nos demuestra que trata con todos los iraquíes sin inclinarse a favor de una facción frente a otra y si renuncia a sus planes y ambiciones en Iraq.
P.: ¿Cómo califica sus relaciones con Siria? ¿Cuál es su postura ante las acusaciones vertidas contra Siria de que apoya a los terroristas en Iraq?
R.: Nuestra relación con Siria es buena. Se basa en el respeto y en el aprecio por sus actitudes firmes y fraternales hacia Iraq y hacia los iraquíes representadas por su oposición a la ocupación de Iraq. A pesar de las enormes presiones y amenazas contra ella, Siria no negocia sobre Iraq ni sobre sus intereses.
Siria define la ocupación como tal y a la resistencia cuyo objetivo son los ocupantes como tal, no como terrorismo, como la llaman otros. Siria acoge calurosamente a más de un millón de iraquíes desplazados por la extraordinaria situación en Iraq [9]. Por estos y otros hechos apreciamos a Siria.
Con Siria tenemos una deuda de lealtad por su toma de posición árabe y humanitaria hacia sus hermanos de Iraq que están atravesando momentos muy duros. A la vista de la oposición de Siria a la ocupación y del hecho de no haber abandonado su postura, no nos sorprende que Siria esté sometida a todo tipo de acusaciones, incluida la de apoyar a los terroristas. Si lo que se intenta con el término terroristas es denominar a quienes están resistiendo contra la ocupación, no sé de ningún país árabe -con independencia de que se trate de Siria o de cualquier otro país árabe- que esté apoyando materialmente [a la resistencia]. Si embargo, si a lo que se refieren con la palabra terroristas es a quienes apuntan a los inocentes iraquíes de cualquier facción para llevar a cabo sus proyectos y planes hostiles contra Iraq y su gente, esos están apoyados exclusivamente por los enemigos de Iraq y de la unidad del país. Siria apoya a Iraq, su independencia y su unidad. No apoya a sus enemigos.
P.: ¿Prevé volver pronto a Iraq? El gobierno iraquí ha ordenado su detención. ¿Está preocupado porque pueda pedir a la Interpol que le detenga?
R.: Sí, pienso volver pronto y cuando lo permitan las circunstancias. En cuanto a la Interpol, no me preocupa. La Interpol no es un policía del gobierno iraquí que ejecuta sus órdenes o sus exigencias arbitrarias e ilegales.
Notas de IraqSolidaridad:
1. Tras la palabra Alá, los musulmanes por respeto aluden a que es único y sin descendencia.
2. Recuérdese que la AUM) es la máxima instancia religiosa sunní de Iraq, de ahí la referencia a la jurisprudencia islámica.
3. Documentos de la AUM y del CFNI sobre el proceso político instaurado por Paul Bremen en octubre de 2003 y las subsiguientes elecciones y aprobación de la nueva Constitución pueden leerse en IraqSolidaridad: Un amplio abanico de fuerzas sociales y políticas anuncian el rechazo de las elecciones de enero de 2005, Carlos Varea: Polarización sectaria e interinidad en una nueva fase de ocupación, Comunicado del Congreso Fundacional Nacional Iraquí tras las elecciones: Un proyecto soberano, democrático e integrador para Iraq, Comunicado de la Asociación de Ulemas Musulmanes: «Toda operación política que se desarrolle bajo la dominación y ocupación estadounidenses de Iraq será sospechosa y no servirá a los intereses del país», Declaración del Congreso Fundacional Nacional Iraquí sobre el referéndum constitucional: Rechazo del proceso impuesto por los ocupantes y apoyo a la demanda de repetición de las elecciones en cuatro provincias y Nota Informativa de la CEOSI: Un sector de la resistencia islamista ofrece negociar con EEUU su participación en el proceso. Sobre la última asamblea celebrada por el Congreso Fundacional Nacional Iraquí léase: Nota Informativa de la CEOSI: El Congreso Fundacional Nacional Iraquí, plataforma de fuerzas contra la ocupación, celebra su segunda asamblea en Bagdad y El CFNI hace un llamamiento al pueblo iraquí para que apoye y respalde a la resistencia.
4. Véase en IraqSolidaridad: Nota Informativa de la CEOSI: Una primera valoración de los resultados del referéndum constitucional: ocupación, irregularidades manifiestas y amplia abstención.
5. Véase en IraqSolidaridad: Nota Informativa de la CEOSI: Cinco detenidos en el asalto a la sede en Bagdad de la Asociación de Ulemas Musulmanes
6. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Ofensiva sin precedentes de la resistencia iraquí .
7. Sobre esta cuestión, véase el encuentro de una delegación de la CEOSI a Iraq en 2005 con la AUM en Bagdad en: Carlos Varea y Pedro Rojo: El debate interno sobre los atentados indiscriminados y sectarios.
8. Todos ellos ayatolaes shiíes opuestos a la ocupación y contrarios al proceso político.
9. Siria ha aceptado recientemente acoger a los refugiados iraquíes, según estimaciones oficiales sirias en torno 1,5 millones de personas (recogido por Dahar Jamail, Refugees Bring in some Brittle Sterngth, IPS, 17 de abril de 2007).
Fuentes:
* Halib Harb es redactor del diario libanés ‘as-Safir’, medio en la que esta entrevista fue publicada originalmente el 27 de marzo de 2007.
Uruknet (www.uruknet.org)
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Felisa Sastre http://www.iraqsolidaridad.org/2007/docs/21-04-07Entrevista_UAM.html