Una red neutral es aquella que deja fluir todos los bytes por igual, sin discriminar ninguno en razón de su procedencia. Una red neutral es aquella que deja fluir todos los bytes por igual. Una red neutral es aquella que deja fluir. Red neutral. Deja fluir. Cuando Pablo Romero me pidió una «definición de diccionario» […]
Una red neutral es aquella que deja fluir todos los bytes por igual, sin discriminar ninguno en razón de su procedencia.
Una red neutral es aquella que deja fluir todos los bytes por igual.
Una red neutral es aquella que deja fluir.
Red neutral. Deja fluir.
Cuando Pablo Romero me pidió una «definición de diccionario» de la neutralidad de la Red, las primeras palabras que me vinieron a la cabeza fueron una canción. Concretamente, los versos de Libre te quiero, de Agustín García Calvo, en la voz de Amancio Prada.
Luego vinieron otras canciones, y otras poesías, como ocurre siempre que se intenta definir lo indefinible: Let it be, o No le toques ya más, que así es la rosa.
Tras los poetas, los filósofos de los signos, Borges y Eco: «Si la biblioteca es, como lo quiere Borges, un modelo del universo, procuremos transformarla en un universo a medida del hombre».
Pero luego me vino a la cabeza la voz del científico. Carl Sagan dijo una vez que el universo no fue hecho a la medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente. Tan indiferente como el principio fundacional del liberalismo económico en que algunos pretendes sustentar la Red: «Laissez faire, laissez passer.»
La Red se puede reducir a una ecuación, y a las matemáticas -como al universo- les son indiferentes nuestros derechos. Lo que piensan -y lo que no piensan- las multinacionales ya lo sabemos: Pablo Romero las ha retratado a todas en su artículo.
Los ejecutivos sólo tienen un libro: El arte de la guerra, de Sun Tzu. Pero para los verdaderos filósofos, como Lao Tsé, los ejecutivos sólo son perros de paja. Por eso dejó escrita, hace veinticinco siglos, la mejor definición de la neutralidad del universo. La neutralidad de la Red:
El Tao no tiene favoritos.
El Tao infinito fluye por todas partes, creando y destruyendo, Realizando el Mundo, atendiendo al más pequeño detalle, Sin pedir nada a cambio.
Nutre todas las cosas, sin controlarlas; Carece de intención, Por lo que parece inconsecuente.
Es la sustancia de todas las cosas, Pero no somete a control a ninguna; No hace excepciones, Por lo que es importante para todas.
A causa de que no favorece a ninguna cosa finita, Es infinito.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/jaqueperpertuo/2010/11/22/red-neutral.html