Recomiendo:
0

Continúa el debate entre Gilbert Achcar y Alex Callinicos

Respuesta a Gilbert Achcar

Fuentes: Znet/Rebelion

Traducido para Rebelión por Felisa Sastre

Querido Gilbert;

Gracias por la contestación a mi carta Respuesta a Alex Callinicos , que clarifica algunos puntos de tu artículo original, Sobre las próximas elecciones en Irak , pero que oscurece muchos otros. Al menos, queda claro que la consternación que me causó tu artículo, en cierto sentido, ha sido bien acogida por tu parte, ya que ha supuesto un impacto terapéutico para ayudarte a aleccionar a «ciertos sectores del movimiento anti-imperialista en occidente» y en particular «al movimiento contra la guerra de EE.UU. y Gran Bretaña». Temo, no obstante, que para mí, como destinatario de la audiencia a la que te dirigías, ni tu primer artículo ni tu réplica han tenido éxito en su intención pedagógica.

Me acusas ( de forma poco ortodoxa, tengo que decirlo) de incoherencia y de haber cambiado de postura debido a la influencia de tu análisis. Ambas acusaciones están relacionadas entre sí. Afirmas que la incoherencia estriba en que sostengo que era correcto apoyar las elecciones en Irak hace un año, cuando las masas iraquíes exigían que se celebraran, y no ahora cuando Bush, Blair y compañía las apoyan. Perdona, pero ¿puedes indicarme dónde afirmo eso en la carta dirigida a ti o en cualquier otro sitio? La vehemencia por la que te dejas llevar retóricamente para demostrar lo absurdo de mi postura no es sino un desperdicio de palabras.

Lo que yo hacía en mi carta era criticar tu afirmación de que Estados Unidos está en la actualidad intentando socavar las elecciones con el argumento de que Bush y Blair se han convertido en paladines de la celebración de las elecciones, para así otorgar legimitidad al régimen clientelar que están intentando poner en pie. Implícitamente me das la razón al decir que «Bush y Blair …están intentando sacar el mayor partido de las elecciones (con escaso éxito…)». Volveré después sobre las razones de ese «bastante limitado éxito».

Tienes bastante razón al decir que sería políticamente inmaduro e incluso completamente estúpido oponerse a las elecciones sólo por el cambio de actitud de los imperialistas líderes políticos. Pero, insisto, en ningún sitio he afirmado eso. Todo lo contrario decía «tenemos que aceptar simplemente que la resistencia iraquí se encuentra dividida sobre si participar o no en las elecciones», lo que implica que nadie debería aceptar, por principio, que la participación (sobre el supuesto de oponerse a la ocupación) sea, como la resistencia armada, una respuesta política legítima a la situación presente.

Tomas esa postura como prueba de que tus «argumentos, aparentemente, han tenido impacto en ( mis)…opiniones.» A pesar del enorme respeto que me mereces, lamento que en este caso no hayan tenido influencia alguna en mí. Las elecciones iraquíes han sido una cuestión candente durante meses, mucho antes de que escribieras tu artículo. Más adelante me acusas de «declarar ilegítimas las elecciones», lo que quiere decir que no has leído con atención mi carta. Lo que me niego a aceptar es que «las elecciones (vayan) a producir un régimen democrático legítimo en Irak». ¿Piensas que Bush y su procónsul John Negroponte van a entregar el control del país a una Asamblea popular tras las elecciones? ¡Venga ya!

En cuanto a que las elecciones por sí mismas vayan a ser la expresión de la voluntad del pueblo iraquí, es una cuestión que está por ver. Robert Fisk entre otros muchos ha puesto de manifiesto que la mitad de la población de Irak vive en las cuatro provincias donde EE.UU. afirma que será difícil que se celebren. El Financial Times informa de la «preocupación de Naciones Unidas en lo que se refiere a la adecuada supervisión de las elecciones – lo que no resulta sorprendente dada la situación de carnicerías continuas en el país (1).

Eres muy perspicaz en descubrir incoherencias (en mi caso imaginarias) en otros, aunque tu propia postura es poco clara cuando afirmas: «Yo no digo que el movimiento contra la guerra o la izquierda antiimperialista debieran apoyar las elecciones…y menos aún que debiéramos aceptar sus resultados sin tener en cuenta las circunstancias. Lo que digo es que es un error tremendo para el movimiento y para la izquierda el condenar de antemano las elecciones». No voy a entrar en la lógica de dar cortes ni a reírme de semejantes alambicadas formulaciones porque reconozco que la situación en Irak es compleja y dinámica, y que las exigencias que planteamos deberían reflejar lo que ocurre, pero creo que deberías utilizar esa misma cortesía con los demás.

Sí me he sentido algo irritado cuando, a propósito de Zarqawi, afirmas que nos hemos: «abstenido de una condena explícita (de las atrocidades cometidas por el grupo de Zarqawi) hasta que algunos derechistas de los sindicatos han lanzado una lamentable campaña contra vuestro partido y la coalición contra la guerra que con tanta eficacia habéis puesto en pie en Gran Bretaña, tomando como pretexto las atroces torturas y asesinato del miembro del Partido Comunista y sindicalista Hadi Salih».

Esa afirmación es falsa y malintencionada. La coalición Paremos la Guerra es mucho más amplia- a todos sus niveles, desde sus responsables a escala nacional a los miembros de base- que el Partido Socialista de los Trabajadores (al que pertenezco). Ciertamente, tal como he puesto de manifiesto en mi primera carta, la Coalición no ha tomado postura a favor o en contra de la resistencia armada pero hace campaña a favor de la retirada de Irak de todas las tropas extranjeras. Por tanto, no constituye su primera responsabilidad tomar postura sobre unos u otros grupos armados en Irak sino que tiene bastante con denunciar y ayudar a conseguir que acabe la violencia mucho mayor perpetrada por EE.UU., Gran Bretaña y sus aliados.

No obstante, la Coalición Paremos la Guerra, por ejemplo, publicó con la Asociación Musulmana de Gran Bretaña, en septiembre de 2004, una declaración conjunta exigiendo la inmediata liberación del rehén Kenneth Bigley, más tarde asesinado por el grupo de Zarqawi. En la declaración se decía exactamente: «No se puede tolerar el secuestro, y mucho menos la ejecución de rehenes»(2). En junio de 2004, Michael Berg, padre de la primera víctima occidental de Zarqawi, viajó especialmente a Londres para hablar en un acto de protesta de la Coalición. En cuanto a mí, hablé en nombre del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) en una de las reuniones más multitudinarias del Foro Social Europeo de Londres el pasado octubre, donde dediqué un apartado específico a atacar a Zarqawi. Así que, una vez más, mi «cambio…de actitud» es pura invención.

Conoces perfectamente el contexto político en el cual se ha desarrollado en Gran Bretaña el escándalo sobre el asesinato de Salih. El Partido Comunista de Irak, que controla a la Federación Iraquí de Sindicatos (IFTU), ha apoyado la ocupación desde el principio (tal como reconoces en una nota a pie de página) y ha participado en el colaboracionista Consejo de Gobierno de Paul Bremer. En el congreso del Partido Laborista del pasado octubre, un dirigente de la IFTU habló con éxito desde la tribuna para ayudar a persuadir a los delegados para que rechazaran una resolución en la que se exigía el establecimiento de una fecha para la retirada de las tropas británicas de Irak. Al hacerlo, daba cobertura a los líderes de los principales sindicatos y les permitía sacar a Blair del atolladero, e iba en contra de la política de los sindicatos de retirar las tropas de Irak y de la de sus propios sindicatos y del Congreso Sindical.

Cuando la Coalición Paremos la Guerra criticó a la IFTU por su actuación en el Congreso del Partido Laborista y por su colaboración con la ocupación, fue cuando los elementos derechistas de algunos sindicatos (especialmente el mayor de ellos, UNISON, que ha facilitado oficinas a la IFTU en su propia sede central) lanzaron los ataques a la Coalición. La campaña se vio reforzada por la interrupción de una las reuniones plenarias del Foro Social Europeo cuando se invitó (equivocadamente) a hablar a un representante de la IFTU, y en la actualidad por el asesinato de Salih.

Por supuesto que el colaboracionismo de la IFTU en ningún caso justifica la tortura y asesinato de Salih. Pero es importante distinguir claramente entre condenar atrocidades como esa y apoyar un «sindicato» cuyos líderes «comunistas» se benefician a la vez de las leyes sindicales autoritarias de Saddam y de la aceptación del ilegal intento de los ocupantes de establecer una sociedad iraquí de acuerdo con las políticas neoliberales. ¿Dónde estaban los hipócritas columnistas favorables a la guerra, como Nick Cohen y Johann Hari- que se muestran tan indignados con el asesinato de Salih- cuando los marines estadounidenses destruían Faluya?

Desde luego que conoces todo esto, y se trata de un asunto de capital importancia: el asesinato de Salih se está utilizando para dividir a uno de los movimientos más importantes contra la guerra de Estados Unidos, el de Trabajadores contra la Guerra. Por ello, en este contexto, tergiversar la posición de los que apoyan la Coalición Paremos la Guerra valiéndose de bestias como Zarqawi- lo repito-, no ayuda. Si no te gustan mis críticas, que a veces consideras muy cercanas a la retórica oficial anglo-estadounidense, deberías elegir con más cuidado tus palabras.

En cierta manera, sin embargo, por importante que sean estos asuntos, son secundarios en relación con el tema crucial, que es tu ambigua postura hacia la resistencia armada a la oposición. Insistes en que consideras ciertos ataques «legítimos» pero en una nota a pie de página dices: «Creo que la primera Intifada. palestina con sus manifestaciones de masas y lanzamiento de piedras resultó mucho más efectiva que la segunda, con el recurso a las armas y los atentados suicidas… Lo que no quiere decir que las acciones armadas en Irak sean ineficaces; son mucho más efectivas que en Palestina».

Parece, por ello, que preferirías que los iraquíes participaran en grandes manifestaciones pacíficas pero reconoces que la lucha armada, aunque menos deseable, es «efectiva». Yo creo que es importante distinguir entre las preferencias de uno y las realidades. Yo preferiría que se produjeran en Irak el tipo de movimientos de masas que tuvieron lugar durante la revolución de 1958, cuya historia ha sido tan magníficamente reconstruida por tu amigo Hanna Batatu (3). De verdad que preferiría que se produjeran huelgas generales y que existieran consejos de obreros y campesinos (algo utópico quizás, habida cuenta de que el paro supera el 70%)…pero la realidad es que se trata de una clásica lucha de guerrillas que llevan a cabo una variedad de fuerzas políticas- la mayoría de las cuales están muy lejos ideológicamente de nosotros dos- quienes han llevado a los ocupantes a la grave situación actual. Las elecciones- arrancadas de Estados Unidos por las manifestaciones de hace un año- han contribuido a la crisis actual, pero no constituyen su núcleo. La razón de que la lucha armada sea más efectiva en Irak que en Palestina es muy sencilla: los palestinos se enfrentan a un Estado colonial con una enorme base social y un ejército ciudadano armado hasta los dientes que los mantiene en situación de inferioridad numérica en Israel y en los territorios ocupados. En Irak, dos centenares de miles de tropas de ocupación se enfrentan a una población de 26 millones de personas, en las áreas no kurdas, que rechazan su presencia de forma abrumadora. Esa es la receta para derrotar a Estados Unidos- naturalmente que no en el terreno militar, sino mediante el despiadado desgaste político que desanime a las potencias ocupantes a quedarse.

Por eso es tan importante para ellos jugar la carta de la Chia. El peor momento, con mucho, para Bush se produjo el pasado mes de abril, cuando Bremer alocadamente lanzó una ofensiva en dos frentes- contra Faluya en el triángulo sunní y contra los partidarios de Sadr en Bagdad y el sur. Tras la obligada retirada, los estadounidenses (quizás tomando como ejemplo a sus predecesores británicos, que eran maestros en este tipo de tácticas imperiales) adoptaron las estrategia del salami: atacar a Sadr en agosto y después en noviembre Faluya, en un esfuerzo para eliminar poco a poco los principales focos de resistencia a los ocupantes.

Sistani, figura clave de la dirección chi’í, facilitó esa estrategia al servirse de la crisis de Nayaf para apartar a Sadr, su más importante rival político entre los chiíes. Y no se movió mientras se arrasaba Faluya. Me pregunto por qué no respondes a lo que decía sobre esto en mi carta anterior. También me pregunto lo que piensas sobre la evidente marcha atrás en la lista electoral que respalda Sistani sobre la exigencia de la retirada de los estadounidenses tras las elecciones. El Financial Times informa:

«La Alianza Unificada Iraquí, que reúne a los principales partidos islamistas chiíes del país, incluye la exigencia de negociaciones sobre el calendario de retirada.

«Aunque era una prioridad esencial del programa, la propuesta ha quedado «difuminada» al proclamar, en su lugar, la necesidad de poner en marcha las capacidades iraquíes de conseguir «una seguridad independiente», ha dicho Muwaffak al-Rubbaie, consejero nacional de seguridad del Gobierno y candidato de la Alianza (4).

En cierto sentido, tu afirmación de que Estados Unidos está buscando que Irak quede sumido en el caos puede reivindicarse totalmente. El caos- baños de sangre bárbaros, ruptura de la vida cotidiana, conflictos confesionales en la que, en otra época, se encontraba entre las sociedades más avanzadas de Oriente Próximo- puede que sea el legado real de la misión imperialista para llevar «la revolución democrática» a Irak. Ese es el sucio secreto que se escondía tras el sermón de toma de posesión de Bush sobre «el fuego inextinguible de la libertad». Pocas veces el juicio de Tácito tan tenido en cuenta en el Imperio Romano – ‘Soliditudinem faciunt, pacem appellant ‘. ( han creado un páramo y lo llaman paz), ha tenido más vigencia. Cualesquiera que sean nuestras diferencias, estamos juntos contra este monstruoso Imperio estadounidense.

Con los mejores deseos,

Alex Callinicos.

Notas.

1. «UN Worried over Monitoring of Iraqi Elections» (Naciones Unidas están preocupadas por la supervisión de las elecciones), Financial Times, 21 de enero de 2005.

2. «MAB and STW urge for inmediate release of Kenneth Bigley» (MAB y STW exigen la inmediata liberación de Kenneth Bigley), 23 de septiembre de 2004 , www.stopwar.org.uk

3. H. Batatu,The Old Social Classes and the Revolutionar Movementes of Iraq(Las viejas clases sociales y los movimientos sociales en Irak (Princeton, 1978).

4. «Election Hopefuls Pay Lip Service to Idea of US Troop Withdrawal», Financial Times, 19 de enero de 2005.

El debate íntegro se puede seguir desde:

Los intelectuales Gilbert Achcar, de Le Monde Diplomatique, y Alex Callinicos, The New Left Review, expresan su diferencia de opiniones
Debate ante las próximas elecciones iraquíes y el papel del movimiento contra la guerra y la ocupación
24-01-2005