Recomiendo:
0

Rumsfeld ignoró en abril las advertencias del mando militar sobre los riesgos de atacar Faluya, según ‘Los Angeles Times’

Fuentes: Rebelión

El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, ignoró el pasado mes de abril una serie de advertencias hechas por el mando militar norteamericano sobre los riesgos que se podrían correr, en vidas humanas y en la relación entre el Ejército y los civiles iraquíes, si se atacaba la ciudad suní de Faluya, al oeste de […]

El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, ignoró el pasado mes de abril una serie de advertencias hechas por el mando militar norteamericano sobre los riesgos que se podrían correr, en vidas humanas y en la relación entre el Ejército y los civiles iraquíes, si se atacaba la ciudad suní de Faluya, al oeste de Bagdad, según informa hoy el diario estadounidense ‘Los Angeles Times’.

El pasado mes de abril, después de que fueran linchados cuatro guardias de seguridad estadounidenses en Faluya, la Casa Blanca y el entonces administrador estadounidense en Irak, Paul Bremer, decidieron castigar a los autores del linchamiento, para lo cual contaron con el apoyo de Rumsfeld y del jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Próximo, el general John P. Abizaid.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró entonces: «Nuestros mandos militares harán todo lo necesario para proteger a Faluya». Por su parte, Bremer prometió que los «chacales humanos» que lincharon a los cuatro norteamericanos no quedarían «sin castigo».

No obstante, el hombre encargado de la misión, el teniente general James T. Conway, de los Marines, pidió inmediatamente que no se optara por la respuesta militar. «Creemos que deberíamos mantener la situación tranquila antes de parecer que atacamos por venganza», afirmó el militar, quien señaló que una acción precipitada podría arruinar las relaciones entre él y sus hombres que intentaban participar con la población de Faluya en proyectos de reconstrucción.

No obstante, según ‘Los Angeles Times’, Rumsfeld desoyó estas recomendaciones y decidió no trasladarlas siquiera a Bush. Cuando se intensificaron los combates en Faluya, ante la gravedad de la situación, tanto el entonces Consejo de Gobierno iraquí como el enviado de la ONU, Lakdar Brahimi, e incluso el primer ministro británico, Tony Blair, pidieron el fin de la ofensiva americana.

Tras varias semanas de combate, que causaron la muerte de al menos 600 iraquíes, el asalto estadounidense no sólo no consiguió recuperar Faluya, sino que ésta cayó aún más que antes en manos de los rebeldes, hasta convertirse en el posible feudo del terrorista jordano Abu Musab Zarqaui, e incluso se convirtió en un símbolo para la resistencia antinorteamericana del conjunto de Irak.