El ex presidente iraquí Sadam Husein, derrocado por la intervención armada estadounidense, ha sido ejecutado en la horca a los 69 años, con lo que se ha cumplido la condena a muerte que pesaba sobre él desde el pasado mes de noviembre después de que un proceso plagado de irregularidades le condenara por la muerte […]
El ex presidente iraquí Sadam Husein, derrocado por la intervención armada estadounidense, ha sido ejecutado en la horca a los 69 años, con lo que se ha cumplido la condena a muerte que pesaba sobre él desde el pasado mes de noviembre después de que un proceso plagado de irregularidades le condenara por la muerte y tortura de 148 iraquíes chiíes en la localidad de Duyail, en 1982.
El vicepresidente del Tribunal Supremo de Apelación, el juez Munir Hadad, ha confirmado la ejecución de Sadam Husein en un lugar «fuera de la ‘Zona Verde'», donde están las instalaciones del Gobierno iraquí y las sedes de las embajadas de Estados Unidos y del Reino Unido.
El juez, que estuvo presente durante el ajusticiamiento, afirmó que Sadam Husein «rechazó que le cubrieran su cabeza antes de que le pusieran en la horca y así fue ejecutado. Tenía en la mano un Corán y leyó las frases de la profesión de fe musulmana (no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta) y no se dirigió en ningún momento al pueblo al contrario de su postura durante el proceso».
La ejecución se llevó a cabo en torno a las 6.00 hora local de Bagdad (4.00 hora peninsular española), sólo cuatro días después de que el Tribunal de Casación de Irak ratificara su sentencia a muerte.
El consejero de la Seguridad Nacional de Irak, Muafaq al Rubai, que estaba presente durante la ejecución, afirmó que el ex presidente «pareció sólido y no se resistió a la muerte«.
«No, no temía la muerte. Cuando se acercó al lugar donde está la horca me miró y me pidió a mí que no tuviera miedo«, dijo Rubai en declaraciones a la televisión estatal iraquí ‘Al Iraquiya’. Señaló que la única petición del ex dictador fue que su copia del Corán «fuera entregada a un hombre que se llama Bandar».
Según Rubai, durante la ejecución estuvieron presentes un juez del Tribunal de Casación iraquí, un representante de la Fiscalía, otro del Gobierno y «un grupo de testigos», pero «no estuvo ningún estadounidense«.
Al Rais ha asegurado que el Gobierno difundirá más adelante fotografías de Sadam Husein tomadas en la ejecución. La televisión estatal iraquí informó de que la ejecución fue grabada en vídeo y fotografiada e indicó que tras el ahorcamiento de Sadam, personas allí presentes comenzaron a danzar en torno a su cadáver.
«Lo más importante es que se ha acabado un capítulo oscuro en la historia de Irak«, dijo el consejero de la Seguridad Nacional, y pidió a los iraquíes, «sean suníes, chiíes o kurdos» que «se unan y se olviden de sus divergencias».
«Hoy es un día nuevo en un nuevo Irak. Es un gran día en la historia de nuestro país. Sadam se ha ido y todos los iraquíes deben mirar hacia el futuro», añadió.
El cadáver de Sadam Husein será entregado a su familia, según afirmó al Rubai, que sin embargo no detalló cuándo. La hija mayor del ex dictador, Raghad Sadam, pidió que su padre sea enterrado en la capital yemení, Saná, para que el cadáver sea trasladado a Irak «tras la salida de la tropas de ocupación».
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha llamado a los seguidores de Sadam Husein a cambiar su estrategia política. «Insto a los simpatizantes del antiguo régimen a revisar su postura, ya que la puerta sigue abierta para todos aquellos cuyas manos no estén manchadas con sangre inocente, para que ayuden a reconstruir un Irak para todos los iraquíes», anunció en un comunicado.
Momentos después de la ejecución, las autoridades iraquíes impusieron el toque de queda de cuatro días en Tikrit, la ciudad natal de Sadam, así como en varias localidades cercanas, en previsión de posibles disturbios por la ejecución de Sadam Husein.
Grupos chíies lanzaron disparos al aire en señal de alegría por la ejecución en las ciudades y distritos donde es mayoritaria su comunidad chií, oprimida durante el régimen del presidente derrocado.
En lo que respecta a los barrios y ciudades suníes, no se ha registrado esta mañana ninguna reacción popular, y sólo se escuchaban los gritos de ‘Alahu Akbar’ (Dios es el más grande) desde las mezquitas, con ocasión del inicio de la fiesta musulmana de Eid al Adha (sacrificio).
También se registraron escenas de alegría en las regiones kurdas, que responsabilizan por su parte al ex presidente de la muerte de decenas de miles de kurdos durante la campaña de ‘Al Anfal’ (botín de guerra), lanzada por el ejército de Sadam contra el Kurdistán en la década de los 80.
Pese a que inicialmente las televisiones árabes informaron de que Ibrahim al Tikriti y Awad al Bandar, dos colaboradores del presidente derrocado acusados por el mismo caso, también habían sido ejecutados, al Rubai, lo negó más tarde. Sin embargo, Mariyem Al Rais, asesora del primer ministro iraquí, asegura que sí han sido ejecutados después de Sadam Husein.