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Sáder City: La ciudad de la muerte

Fuentes: Al-Ahram Weekly

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El vecindario de la barriada más pobre de Bagdad – Sáder City – está vestido de negro. Una infinidad de pendones de luto con los nombres de los muertos en las recientes semanas de combates en Nayaf cuelga de las rejas, de los balcones y de los edificios a lo largo de las polvorientas calles de Sáder City, ante la basura desparramada por todas partes. Una pancarta llora a un hijo muerto «defendiendo a su patria». Algunas llevan las fotografías de los muertos. Algunas tienen dos, tres, hasta cuatro nombres apretujados en una sola pancarta negra con una bandera iraquí y la destacada referencia a que murieron en la confrontación contra «las fuerzas de ocupación de EE.UU.». La mayoría de los muertos iraquíes son hombres jóvenes, desempleados, que se unieron a la milicia de al Sáder. Otros son transeúntes atrapados en el fuego cruzado, como un muchacho de 14 años muerto el domingo por una bomba a la orilla de la calle que estalló al paso de un convoy estadounidense.

El efecto de los combates en Nayaf ha tenido su impacto en otros sitios en Irak, particularmente en Sáder City de donde proviene la mayoría de los partidarios de al Sáder. La ciudad, ubicada en los suburbios de Bagdad recibió el nombre del padre de al Sáder que fue asesinado en 1999. En ella viven más de 2 millones de personas – sobre todo chiíes iraquíes. Por temor a una reacción violenta por las batallas de Nayaf, el gobierno iraquí impuso un toque de queda de las 4 de la tarde a las 8 de la mañana. Esto, sin embargo, no impidió que los milicianos sáderistas atacaran más objetivos. A pesar de una iniciativa de Husein al Sáder de la Conferencia Nacional Iraquí de enviar una misión de mediación a negociar con al Sáder, los combates continuaron en la ciudad sagrada y se extendieron a otras ciudades del sur.

Aquí no hay mezquitas con cúpulas doradas y no hay lugares históricos que atraigan la atención del mundo. Como ha sucedido durante decenios, los residentes se quejan rutinariamente de que los sufrimientos en Sáder City, severamente oprimida durante el régimen de Sadam Husein, pasan en gran parte sin que nadie se dé cuenta.

La nueva denominación acuñada para Sáder City por sus residentes es «el valle de la muerte» ya que la ciudad fue declarada un área cerrada durante días. Entrar y salir no fue algo fácil.

Los miembros del ejército al Mahdi ansiaban una batalla y ya se sentían como vencedores. Grupos bien organizados de milicianos montaban guardia, con sus fusiles preparados en caso de que aparecieran soldados de EE.UU. A la vuelta de la esquina del mercado Al-Oura, un emporio al aire libre abandonado en su mayor parte por causa de los recientes enfrentamientos, los combatientes se paseaban agitando sus AK-47 y voceando desafíos, diciendo a los estadounidenses que vinieran a vérselas con ellos.

Habían colocado trampas. Vi como combatientes de al Mahdi colocaban con la mayor frescura más de una docena de bombas ocultas, o artefactos explosivos improvisados (IEDs por sus siglas en inglés). Primero incendiaron neumáticos. Luego enterraron los IEDs en el asfalto fundido y lo dejaron enfriar. Dentro de horas, no quedaba señal alguna de los artefactos, que podían ser detonados usando el control remoto de la alarma de un coche en cuanto pasaran vehículos de EE.UU.

«EE.UU. no puede ir más lejos», dijo un comandante de al-Mahdi, Sheikh Amar, de 28 años. «Incluso los helicópteros ya no vuelan por encima».

La seguridad sigue siendo una preocupación importante para los residentes de Sáder City. «La víctima es siempre el pobre que busca seguridad en un país sin seguridad», dijo Abbass Jasim, residente en la ciudad. Abbass explica que llevó su familia a otra casa de sus parientes en el barrio Ur, pero que el tiroteo incluso llega allí. «No sé dónde llevar a mi familia, y cuándo terminarán mis sufrimientos».

Khayriya Abboud, una ama de casa, apeló al gobierno al gobierno iraquí para que interviniera para sacar los IEDs que pueden estallar en todo momento.

Otro residente, Hussein al Zuwaini, acusó a las dos partes en guerra: «Sabemos que la riqueza y la posición son el objetivo de todos, pero ¿dónde vamos a ir nosotros para escapar a la violencia?». Numerosos residentes echan la mayor parte de la culpa al gobierno interino iraquí, que consideran que se ha mostrado reacio a tomar medidas para volver a establecer la seguridad en la ciudad.

Pero Abu Thaer al Kinani, portavoz del ejército al Mahdi, tiene otra opinión. Cuando le preguntamos por los motivos que llevan a su insurrección, respondió directamente: «Los actos criminales, terroristas y provocadores de los estadounidenses y del gobierno iraquí, que actúa como agente de los estadounidenses». Al Kinani también se quejó de que los problemas resultan de la falta de seguridad y estabilidad en el país y que de que «no reaccionan y satisfacen las exigencias del pueblo iraquí». «Si se cumple con esas exigencias, los estados vecinos, así como el resto del mundo, lograrán la estabilidad».

Al-Kinani critica claramente los bombardeos de Nayaf por los helicópteros militares de EE.UU., diciendo: «El pueblo iraquí está siendo aniquilado mientras profanan los lugares sagrados».

Parece básicamente que la continuación de la ocupación de Irak por EE.UU. es el motor de la resistencia del ejército al Mahdi, en combinación con un apoyo personal al propio al Sáder. El que al Sáder haya aparecido en el último ciclo de los combates en Nayaf como el único líder iraquí que se alza contra la ocupación le ha conquistado cada vez más popularidad. «No puede haber un estado independiente bajo las garras de la ocupación y el yugo del colonialismo. Dijimos desde el comienzo que queremos una transferencia del poder y plena soberanía», continuó al Kinani, «pero todavía, son las fuerzas de EE.UU. las que controlan todo».

«Además, exigimos un gobierno elegido y legítimo que una a todas las sectas y a los partidos políticos.» Los estadounidenses, sin embargo, son vistos como los que nombraron al gobierno interino. «¿Cómo podemos construir nuestro Irak con los estadounidenses que cometen masacres? ¿Cuál es la diferencia entre el pasado y el presente? Todos los iraquíes, continuó al Kinani, desean un gobierno elegido, capaz de restablecer la estabilidad.

Abdul-Hadi Darraji, uno de los ayudantes de al Sáder, niega toda pretensión de independencia por parte del gobierno interino de Irak. Lo que ve, al contrario, es que recibe órdenes del gobierno de EE.UU. «Usted debería aclarar ese aspecto. Si las tropas de ocupación dicen que el gobierno iraquí toma la decisión, ¿entonces es al Jaafari – quiere decir Ibrahim al Jaafari, vicepresidente de Irak, que es chií – quien ordenó que se abriera fuego contra el santuario del líder de los fieles? No me puedo imaginar que eso sea verdad».

Al preguntarle por las exigencias de al Sáder sobre una solución pacífica, Darraji dice que deben ser cumplidas antes de que puedan comenzar las negociaciones. «Queremos que las tropas de ocupación abandonen la ciudad sagrada. También queremos un cese el fuego y que se termine con los ataques contra inocentes iraquíes y contra los partidarios de al Sáder, dijo Darraji.



http://weekly.ahram.org.eg/2004/704/re4.htm