Un aspecto interesante de las salas comunitarias, es que las películas que se exhiben no son las mismas que se encuentran en los grandes cines comerciales, sino que están orientadas a la formación cultural del venezolano. La Cinameteca Nacional de Venezuela (CNV) lleva adelante desde el año 2006 un proyecto para construir en 2008, doscientas […]
Un aspecto interesante de las salas comunitarias, es que las películas que se exhiben no son las mismas que se encuentran en los grandes cines comerciales, sino que están orientadas a la formación cultural del venezolano.
La Cinameteca Nacional de Venezuela (CNV) lleva adelante desde el año 2006 un proyecto para construir en 2008, doscientas salas de cine comunitarias donde se proyectarán películas en todo el país.
Según la directora de docencia de la CNV, Olga Ruimwyk, el próximo año será el propicio para «consolidar este proyecto y evaluar los resultados», al tiempo que agregó que ya se han aperturado 80 de estos espacios y aseguró que para finales de 2007, estarán operativas 97 salas en toda Venezuela.
Para Ruimwyk, la importancia de este proyecto radica en que le otorga al pueblo venezolano el acceso a un tipo de cine que no se encuentra en las salas de cine comerciales «un cine cultural, de calidad, que le permita al espectador verse reflejado», aseveró.
Además de proyectar filmes, en estos espacios se llevan a cabo foros y talleres de temas relacionados con el séptimo arte, dictados por invitados nacionales e internacionales, que comparten con los asistentes en un espacio no convencional.
«Es un espacio para la reflexión, para que la comunidad pueda encontrarse, para que pueda reflexionar a través del cine sobre sus problemas y esperamos que en un futuro pueda accionar, pueda generar cambios en su entorno», sostuvo Ruimwyk.
«El encuentro trasciende la película, te permite hacer el enlace entre otras manifestaciones culturales y el cine se convierte así en un vehículo», agregó.
Explicó que las salas comunitarias son instaladas en comunidades organizadas que hacen la solicitud formal a la Cinemateca Nacional y actualmente hay más de cien peticiones que esperan respuesta.
«En comunidades muy organizadas la respuesta ha sido muy favorable, en otras todavía hay un proceso de formación donde la gente se está acostumbrando al tipo de cine que le llevamos, y eso de alguna forma nos permite conocer lo que quiere el espectador venezolano», indicó.
Por último, Ruimwyk dijo que la programación de estas salas se alimenta con las muestras y festivales de la Cinemateca, así como la colaboración de cineastas, de la Distribuidora Nacional de Cine Amazonia Films y la Villa del Cine.