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«Si no hay cambios en tres meses, habrá guerra otra vez en Iraq»

Fuentes: The Independent

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos



«Si no hay cambios en tres meses habrá guerra otra vez [en Iraq]», afirmó Abu Marouf, comandante de los 13.000 combatientes que antes habían luchado contra los estadounidenses. Él y sus hombres cambiaron de bando el año pasado para luchar contra al Qaeda y derrotar a esta organización y a sus hombres en su principal plaza fuerte en Faluya y sus alrededores.

«Si los estadounidenses creen que nos pueden utilizar para acabar con al Qaeda y luego dejarnos de lado, están equivocados», declaró Abu Marouf a The Independent durante una entrevista realizada en una villa vacía de muebles al lado de un cementerio cerca del pueblo de Khandari a las afueras de Faluya. Afirmó que todo lo que él y los seguidores de su tribu tenían que hacer era mantenerse al margen y los combatientes de al Qaeda volverían automáticamente. Y si estos volvían, él tendría que aliarse con una renaciente al-Qaeda «para protegerme a mí mismo y proteger a mis hombres».

Abu Marouf afirmó que confiaba en que sus fuerzas iba a controlar una franja de territorio que se extiende al este desde Faluya hacia Bagdad y que incluye lo que los estadounidenses denominan «el triángulo de la muerte» al sudeste de la capital. Aun así, sus guardaespaldas, armados con rifles de asalto AK-47, miran nerviosamente los canales abandonados y juncos que hay en torno a su cuartel general provisional. Otros vigilan con armas ligeras desde torres vigía recién construidas. En las últimas semanas varios dirigentes tribales anti al-Qaeda han sido asesinados en atentados suicidas.

La amenaza de Abu Marouf es extremadamente peligrosa para Estados Unidos y el gobierno iraquí, ninguno de los cuales había hecho progreso alguno durante cuatro años en acabar con la insurgencia sunní contra la ocupación estadounidense hasta que las tribus de Anbar, la provincia a la que pertenece Faluya, se volvieron contra al-Qaeda. Formaron el movimiento Despertar, en árabe al-Sahwah, del que es miembro destacado Abu Marouf, cuyo nombre completo es Karim Ismail Hassan al-Zubai.

El ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, advirtió la semana pasada que sería «muy peligroso» si los 80.000 combatientes del movimiento Despertar no eran absorbidos en el ejército y la policía. «No están bien organizados y al-Qaeda podría manipularlos fácilmente», afirmó.

El gobierno iraquí teme ceder poder al movimiento Despertar al que considera una milicia sunní fundada por los estadounidenses y cuyos dirigentes con frecuencia son ex-oficiales del ejército o de las fuerzas de seguridad del régimen de Sadam Husein, con lo que es poco probable que a largo plazo demuestren lealtad a la administración dominada por chiíes y kurdos.

Abu Marouf – un hombre delgado de unos 40 años, que tiene una corta barba y lleva un traje marrón y una corbata lila – afirma que él era «un oficial de seguridad» antes de la invasión estadounidense de 2003. Después de ésta se convirtió en un resistente y aunque afirmó no iba a revelar a qué grupo de la guerrilla pertenecía, fuentes locales afirman que era comandante de las Brigadas de la Revolución de 1920. Pertenece también a la poderosa tribu Zubai que era el centro de la resistencia anti-estadounidense en una zona en la que se llevaron a cabo los combates más encarnizados durante la rebelión sunní contra la ocupación.

Tiene una memoria muy precisa para fechas y cifras. Afirma que empezó a trabajar secretamente contra al Qaeda en una reunión celebrada el 14 de abril de 2005. Él y sus hombre recogieron informaciones. Ocho meses después empezaron a atacar a al Qaeda, que estaba tratando de monopolizar el poder en las zonas sunníes.

«Cortaban la cabeza a las personas y las ponían sobre palos, como si fueran corderos. Cortaron la cabeza de mi hermano con una navaja. Mataron a 13 familiares míos y a 450 miembros de mi tribu», afirmó.

Los estadounidenses pagan a una parte de las fuerzas de Marouf. Se cree que los combatientes reciben 350 dólares al mes y los oficiales 1.200 dólares, pero algunos no reciben un sueldo. Deja claro que quiere trabajos estables para sí mismo y para sus hombres y que «tienen que se trabajos estables». Se trata de algo más que una cuestión de dinero. Los dirigentes sunníes quieren un parte del poder en Bagdad que perdieron cuando Sadam Husein fue derrocado.

Estados Unidos denomina a quienes pertenecen a los grupos que forman el movimiento Despertar «ciudadanos preocupados», como si fueran pacíficos propietarios de casas que heroicamente restauran la ley y el orden. De hecho, los estadounidenses han entregado las zonas sunníes a grupos de guerrilla como las Brigadas de 1920 y el ejército islámico que han estado atacando a los soldados estadounidenses desde 2003.

Esto crea un grave problema al gobierno iraquí y a los propios estadounidenses. Aunque Abu Marouf quiere incorporarse a las fuerzas de seguridad del gobierno, afirma abiertamente que considera al actual gobierno iraquí de Nouri al-Maliki «el peor gobierno del mundo; su ejército tiene 13 divisiones, la mayoría de las cuales han sido reclutadas entre las milicias chiíes controladas por Irán».

Está claro que Abu Marouf considera la toma del gobierno por parte del partido religioso chií como algo contra lo que hay que resistir.

La ciudad de Faluya – la mayoría de cuyos edificios todavía continúan en ruinas desde que en noviembre de 2004 los marines estadounidenses arrasaron la ciudad – es una ciudad pacífica en comparación con seis meses atrás. Los combatientes de al Qaeda, que en un momento dado la dominaron, o bien se han marchado o mantienen un perfil muy bajo. Los estadounidenses tiene un gran campo militar en los alrededores de la ciudad. Pero la derrota de al Qaeda no es exactamente una victoria para el gobierno iraquí.

En el centro de la ciudad está la muchas veces atacada comisaría de policía dirigida por el coronel Feisal Ismail Hassan al-Zubai, un hombre de aspecto autoritario que es hermano mayor de Abu Marouf. Oficial de carrera de las fuerzas especiales de Sadam Husein desde 1983 y que combatió en once batallas contra Irán, fue nombrado jefe de policía en diciembre de 2006. Cuando le pregunté a qué se había dedicado antes, me respondió: «Estuve luchando contra los estadounidenses». Al preguntarle por qué había cambiado de bando: «Cuando comparé a los estadounidenses con al Qaeda y la milicia [chií], elegí a los estadounidenses».

Al lado del coronel Feisal hay una foto en un marco de oro de sí mismo como joven oficial: «Es de cuando yo era teniente del ejército real iraquí», afirma. Detrás de él está la antigua bandera iraquí que el gobierno está tratando de cambiar.

Afirma: «El peor día de mi vida fue cuando Sadam Husein cayó en 2003». Se impide a sí mismo hacer un relato de la primera batalla de Faluya contra los estadounidenses en abril de 2004 en la que, al parecer, participó. «Ahora los estadounidenses me dan todo lo que quiero», afirma.

No hay duda de que Abu Marouf y el coronel son mejores personas que los salvajes fanáticos sectarios de al-Qaeda a los que han echado.

Pero, aun cuando se está lejos de que los estadounidenses hayan logrado una victoria en Iraq, la violencia ha disminuido mucho porque Estados Unidos ha dado poder a las guerrillas contra las que estuvo luchando durante mucho tiempo.

Si el gobierno iraquí pretende que ha vencido a sus enemigos y se niega a dar a hombres como Abu Marouf parte en poder, entonces Iraq se enfrentará pronto a otra guerra.


Enlace con el original: www.independent.co.uk/news/world/middle-east/if-there-is-no-change-in-three-months-there-will-be-war-again-774847.html?service=Print