Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Cuadro de la artista iraquí Najlah Al-Ramhee
A. está durmiendo en paz. A. me dijo que puedo utilizar el ordenador con tal de que no me cargue los «programas». Quería haberle replicado que ya me he cargado «programas» antes, pero me mordí la lengua. Escribir es más importante para mí que ganar una discusión. No sea que A. vaya hacer un problema de mi respuesta, y necesito seguir escribiendo…
Echo de menos mi blog. Mi blog es un poco como mi bebé, mi niño… No tanto por una cuestión de instinto maternal desplazado sino más bien por el mensaje que cada nacimiento representa…
Esto me lleva automáticamente a la cuestión de los padres y los hijos.
Estaba discutiendo antes sobre el tema con un amigo y le dije con la mayor naturalidad que para ser padre sólo se necesita un máximo de cinco minutos pero que es necesaria toda una vida para CONVERTIRSE en tal.
Es decir, que cualquiera puede ser padre o madre. Haces el amor, impregnas, concibes, das a luz… tan sencillo como eso. Pero, ¿cuántos hay que sean verdaderamente padres? Mi opinión es que muy pocos.
Por eso es por lo que cuando veo a futuros padres y madres levantar la cabeza orgullosamente, me sonrío en secreto. Llevan sus cabezas con orgullo después del suceso, no antes…
Me explicaré.
He oído como muchos me decían: Ya sabes, me dijeron que fui un error, o Que no era el momento adecuado, o Que no lo planearon, o Que fui una sorpresa que finalmente aceptaron, o se me dice: Vine demasiado pronto, o demasiado tarde, o no era deseado/a, o aparecí en circunstancias difíciles y mis padres querían que yo naciera más tarde… o deseaban que yo fuera un chico en vez de una chica, y multitud de variantes…
Pero siguieron adelante con «ello»…
Imaginen venir a la vida llevando en tu interior alguno de los mensajes anteriores. Imaginen vivir la vida cuando se te ha dicho que no eras querido, deseado, esperado, planeado… etc.
¿Qué te están diciendo exactamente? Te están diciendo, OK, ya estás aquí, tenemos que lidiar con ese hecho. No eres exactamente lo que esperábamos ni lo que queríamos ni lo que habíamos planeado o deseado… pero estás aquí. Pero estás aquí, ahora, añaden.
Y vas y creces y te haces un hueco, intentando encontrar un lugar aquí para ti.
Algunas veces puedes sentirte como un marginado, como alguien ajeno, como un excedente, como un error con el que hay que vivir.
Así que vas creciendo, llevando ese menaje y algunas veces el mensaje se convierte en una carga, en una cruz… pero, no obstante, sigues cargando con él.
Y llegas a la madurez, sea lo que sea lo que eso signifique. Dos terceras partes de la gente con la que me cruzo no han alcanzado aún los 12 años, algunos siguen siendo bebés… pero eso es tema para otro escrito.
Alcanzas la madurez y puedes formar una familia. Y repites la misma mierda una y otra vez… y te quejas con los mismos lamentos. Y suenas igual que tus padres… y te preguntas en qué te equivocaste.
Dicen que llevas la carga de tu equipaje. Y tu dices que así es la vida y continúas cargándolo… Tus niños llevan tu equipaje y en esa época ellos ya tienen el suyo propio… Una mula llevando dos cargas. Y entonces un día, cuando desapareces, dejas un huérfano tras de ti.
Un huérfano con un doble mensaje, el tuyo y el de él/ella.
Por eso es probable que él/ella esté dando vueltas por alguna calle o en algún frío orfanato o con alguna familia extranjera, recordándote… Si él/ella es afortunado, él/ella puede que no tenga que aguantar abusos físicos y sexuales, acoso y todo lo demás. Y si él/ella es afortunado encontrará lo suficiente para comer y el suficiente calor y quizá escuela y juguetes con los que jugar…. Y él/ella intentará recordar en los momentos de silencio, tu rostro, presencia y amor, y junto a todo eso surgirá tu mensaje inicial, tu primer mensaje…
Así que te vas dejándole con una doble carga que ni siquiera es apropiada para una mula…. ¿Qué le estás diciendo exactamente?
Le estás diciendo con tu desaparición que puede que no sea tu falta después de todo, quizá necesitas preguntarle a los ocupantes aquí, que no sólo él/ella no fue planeado, querido, deseado, etc. sino que además no vas a estar ahí para ellos. No porque hayas decidido abandonarles, y sí, eso sucede, sino porque una «fuerza aún mayor» decidió cumplir esa profecía por ti…
El huérfano se enfrenta a un doble abandono aquí. Tu mensaje -como padre- y el suyo,
-el de los Ocupantes-, a los que el huérfano percibe como una «fuerza mayor».
Detente un minuto e imagina qué tipo de adulto va a ser ese huérfano…. Si es que él/ella llegan a tal.
Sólo inténtalo. Y una vez que lo hagas, la próxima vez que pienses en convertirte en padre, piénsalo dos veces y piénsalo profundamente antes de los cinco minutos de marras.
Yo, por mi parte, volveré a asegurarle a A. que no me he cargado ningún «programa» y confío en no haberme cargado tampoco los suyos…
Buenas noches.
Enlace con texto original:
http://uncensoredarabwomanblues.blogspot.com/2008/11/on-becoming-orphan.html