El cámara José Couso, hermano de Javier Couso, falleció el 8 de abril de 2003 en el ataque deliberado que EEUU lanzó contra el hotel Palestine de Bagdad, en el que también murió el ucraniano Taras Protsyuk. Desde entonces, su familia, haciendo frente al dolor y a la impunidad, no ha parado de luchar para […]
El cámara José Couso, hermano de Javier Couso, falleció el 8 de abril de 2003 en el ataque deliberado que EEUU lanzó contra el hotel Palestine de Bagdad, en el que también murió el ucraniano Taras Protsyuk. Desde entonces, su familia, haciendo frente al dolor y a la impunidad, no ha parado de luchar para que no se olvide lo ocurrido. El día 8, volverá a manifestarse ante la embajada estadounidense.
«Mi hermano es una de las ya más de 600.000 personas asesinadas en esta criminal invasión. Somos parte de la tragedia de este pueblo y de sus ansias de resistir», subraya Javier Couso en esta entrevista a GARA.
A punto de cumplirse el cuarto aniversario de la muerte de su hermano, ¿qué significa Irak para ustedes?
Tenemos una vinculación total con Irak porque, para nuestra desgracia, en la biografía de nuestro hermano pone que nació en Ferrol y fue asesinado en Bagdad. Además, después de ver cómo le trataron los médicos y cómo nos ha recibido la población las veces que hemos estado allí, sentimos una simpatía total. Mi hermano es una víctima más de las ya más de 600.000 personas asesinadas en esta criminal invasión. Somos parte de la tragedia de este pueblo y, como tal, nos sentimos cercanos a él tanto en sus ansias de resistir a la ocupación como de derrotar y juzgar a los criminales que han asolado su país.
La realidad no puede ser más desoladora: aumento de las enfermedades, infraestructuras destrozadas, atentados a diario… ¿Cómo valora la acción, ya no sólo de EEUU, sino de la comunidad internacional?
Lo que está ocurriendo es un crimen con todas las palabras, prácticamente un genocidio. En esta reordenación de Oriente Medio que se ha sacado de la manga el imperio angloamericano con la anuencia o, por lo menos, la complicidad pasiva de los gobiernos occidentales, la comunidad internacional tenía que haberse opuesto más.
Lo peor es que existe una cosa que todos los políticos europeos repiten sin cesar y es el «vínculo atlántico»; esa fina línea que une Estados Unidos con Europa y que nos convierte en aliados estratégicos. No entendemos cómo, en el imaginario europeo, se habla de respeto a los derechos humanos, de la lucha contra la tortura y, precisamente, EEUU es un país que está cometiendo esos crímenes, no sólo en Oriente Medio sino en nuestro propio suelo europeo. Se ha permitido secuestrar y asesinar a ciudadanos y no pasa nada.
Casi siempre, las noticias diarias que se difunden de Irak se limitan al número de muertos y atentados sin ir más allá. ¿Cómo califica el tratamiento informativo de los conflictos?
Es absolutamente nefasto. En esta invasión, la coalición ha tenido un interés claro en que no halla una información veraz de lo que está ocurriendo en Irak. Es el conflicto en el que más periodistas o trabajadores asociados a ellos han sido asesinados, van cerca de 180. La mayoría de la información nos llega a través de grandes agencias que se nutren de los partes militares o de colaboradores iraquíes, que no se alejan más que unos pocos kilómetros de sus sedes. También tenemos a los periodistas empotrados que van con las tropas y resultan ser un amplificador de éstas. En muy poca medida, tenemos a unos muy aguerridos y valerosos periodistas independientes que intentan informar. Según el Pentágono, hay más de cien acciones al día y sólo una de cada cien corresponde a coches bomba, lo único que sale en la prensa occidental. Está claro que hay una voluntad de hurtarnos la realidad y que quitemos la vista de los colaboradores de EEUU y desdibujemos a la resistencia tildándola de «terrorista». Es cierto que hay grupos terroristas, agentes secretos de todo el mundo y paramilitares pero también hay una resistencia legítima que combate a la ocupación. Más que a una guerra civil estamos ante una limpieza confesional por parte de los partidos que están con EEUU.
Recientemente, Jaime Ignacio del Burgo ha calificado de «error» que Aznar estuviera en las Azores. Angel Acebes y Esperanza Aguirre se le echaron encima y Aznar sigue defendiendo la guerra contra Irak.
Me resulta muy difícil borrar la imagen de toda esa gente celebrando por todo lo alto lo que iba a ser una matanza, como luego hemos visto. El PP, que no se ha apeado del burro, debería pedir disculpas y algo más; debe repararse moral, económica y penalmente a un pueblo que ha sido destrozado y arrasado a todos los niveles. Nunca tenemos que dejar de recordarle al PP que con aplausos y jaleando aprobó la invasión de un país.
La Justicia británica acaba de determinar que la muerte de un soldado por «fuego amigo» fue un acto «criminal e ilegal». La Audiencia Nacional ordenó la detención de tres militares estadounidenses involucrados en la muerte de su hermano.
Es el principio de una esperanza y una larga batalla. Sabemos que es un camino muy difícil y nunca pensamos que pudiéramos conseguir tanto; que haya tres presuntos criminales de guerra que no puedan salir de Estados Unidos ya es un avance. Poco a poco, iremos poniendo piedra tras piedra para acabar con el muro de impunidad de esos asesinos.
«Está claro que hay una voluntad de hurtarnos la realidad y que quitemos la vista de los colaboradores de Estados Unidos y desdibujemos a la resistencia»
«Se debe reparar moral, económica y penalmente a un pueblo que ha sido destrozado a todos los niveles. El PP debería pedir disculpas y algo más»