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Soñando con la Zona Verde

Fuentes: An Arab Woman Blues

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Cuadro del artista iraquí Salam Yaes

Todo lo que anhelaba era una breve siesta… y, de repente, he ahí que me ví transitando por la Zona Verde.

Todo empezó con que cogía un taxi y me escapaba camino de Bagdad…

No se lo digo a nadie, pienso para mí que sólo será un corto viaje. Y de esa manera voy y me hallo en la Zona Verde, pretendiendo pasar por extranjera, ocultando cuidadosamente mis orígenes.

Me instalo en un hotel de cinco estrellas pero todo es oscuridad alrededor mío. El vestíbulo está lleno de prostitutas, hombres mutilados, contratistas extranjeros de todas las nacionalidades y soldados… También hay por allí unos cuantos barbudos iraquíes, cuestiones de seguridad…

Todos los empleados del hotel son extranjeros. Hablan en francés. Son agresivos y desagradables. Trato de recordarle a uno de ellos que esto no es Francia, que esto es Iraq, pero se encoge de hombros y me dice: «Vuélvase a casa». Me muero de ganas de responderle: «Estoy en mi casa«, pero me paro en seco… Y me trago el más amargo de los insultos.

En el sueño me prometo a mí misma ser objetiva. Recorreré la Zona Verde con la mente abierta, como una turista más…

Me encuentro con un montón de mujeres vestidas con uniforme militar, algunas son de ascendencia libanesa, otras filipinas y otras latinas. Todas dicen que están deseando morir por la libertad. Les pregunto «¿La libertad de quién?» Y me contestan: «Nuestra libertad».

«¡Pero si estáis en Bagdad!», y su respuesta es: «Ese es el riesgo que estamos dispuestas a aceptar por la Libertad.»

Después me voy a inspeccionar la Zona Verde. Y empiezo a ver muros altos, vallas altas, puertas altas… Hay un hombre iraquí con barba en una de las esquinas.

Le pregunto: «¿Puede la gente de la Zona Roja visitar también esta zona?» Y me contesta: «Sólo permitimos que entren viudas a limpiar…»

Trata de intimar conmigo aprovechando que estoy sola y se pone muy agresivo cuando le rechazo… Salgo huyendo de allí…

Sigo paseando por las calles de la Zona Verde. Algunas son muy antiguas y están adoquinados, con bellos mosaicos desgastados… y apenas nada más que pueda destacarse ya.

Las palmeras han sido arrasadas hasta las raíces y en su lugar una hierba rala cubre el suelo, mientras, hacia lo alto, crecen alambradas de espino… dejando tan sólo una pequeña parcela despejada y abierta…

Miro hacia los carteles y veo que pone «Coto estadounidense». Está rodeado de pequeños estanques artificiales y allí, en medio de este verde terreno de hierba rala, hay un burro. Me cuentan que es una atracción turística importante. Hasta venden postales con la imagen del burro.

Entonces veo otro letrero, en el que aparece escrito: «Ocio estadounidense»

Camino a lo largo del alto muro de alambre de espino pero no se me permite entrar a ver lo que parece ser un estadio. Hay allí muchos estadounidenses reunidos con sus familias, comiendo y bebiendo y comportándose de forma tan superficial y repugnante como de costumbre.

El espectáculo esté a punto de comenzar. Consiste en que un gordo y grasiento estadounidense de cara enrojecida se pone a lanzar pelotas hacia la boca de otro burro y las pelotas le salen al burro por el culo y van y caen en la boca de un acróbata estadounidense para salirle después también por el culo.

La audiencia estadounidense está exaltada. Ríen y aplauden muy fuerte y gritan «¡Increíble, impresionante

Empiezo a sentir grandes nauseas, pero trato de mantenerme firme y continúo paseando…

Veo también una serie de horteras bazares orientales, alineados uno tras otro, para solaz de los extranjeros… y observo a una de esas hippys occidentales de «paz y amor» que camina descalza sobre los adoquines haciendo el pánfilo y pensando que había descubierto el Exótico Oriente.

Hubiera querido gritarle: «¡Tu, maldita idiota occidental, hippy por la paz y el amor, ¿no ves que este lugar está totalmente destruido? ¿No ves que está bajo ocupación?!» Pero en el sueño tengo que censurarme a mí misma porque estoy en la Zona Verde.

Soy una extranjera en la Zona Verde de Bagdad… Deseo tanto preguntar por la Zona Roja y por lo que allí le sucede a la gente, pero comprendo que es un tema tabú.

Quiero salir y escaparme hacia la Zona Roja, pero sé que descubrirían mi falsa identidad…

Despierto de mi breve siesta llena de ahogos y sofocos, al igual que un prisionero que sufre un ataque agudo de claustrofobia.

En el sueño acababa convirtiéndome en prisionera de la Zona Verde junto con todos los demás… Y comprendiendo que en la Zona Verde de Bagdad no hay escapatoria posible para nadie.

Enlace con texto original:

http://arabwomanblues.blogspot.com/2008/02/green-zone-dream.html