Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Sun Tzu dijo: evita la guerra prolongada y ataca ciudades como tu último recurso.
El presidente Bush ha logrado hacer todo lo contrario en Iraq. Ahora está a punto de escalar su estrategia de guerra alargada con un ataque casa por casa contra Bagdad. El objetivo será limpiar los vecindarios de Bagdad de insurgentes y de milicias locales. Pero como ha mostrado Patrick Cockburn, la mayor parte de esas milicias están aliadas con las diferentes facciones del gobierno iraquí impuesto por USA.
Una vez que comience la Batalla de Bagdad, y aumenten las víctimas y las frustraciones, los militares de USA harán lo que siempre han hecho: recurrirán a una estrategia tecnológica de poder de fuego intensivo.
Pero las milicias y los insurgentes no les harán el favor de combatir y resistir. Nuestros adversarios no suministrarán el tipo de objetivos tan convenientemente supuestos por el Pentágono en los modelos computerizados que utiliza para vender sus armas de alta tecnología de alto costo al Congreso y al pueblo Usamericano. Los combatientes locales responderán con ataques por sorpresa contra las fuerzas de USA.
La creciente destrucción de Bagdad creará más oportunidades para dispersarse, realizar emboscadas, y colocar minas. Como aprendieron los alemanes en Stalingrado, y deberíamos haber aprendido en Monte Cassino, la irregularidad de los escombros hace más fácil que los defensores se oculten o desaparezcan en el entorno, o lo que el Pentágono llama antisépticamente el «espacio de batalla urbano.»
Si se combina este espacio de batalla con el mar creciente de apoyo de inteligencia suministrado por residentes locales cada vez más hostiles, es probable que las fuerzas de USA se vean hundidas en el lodo de una interminable batalla altamente destructora.
En vista de la naturaleza dudosa de los motivos reales de Mr. Bush para invadir Irak y la predilección de nuestros militares por reemplazar las ideas con poder de fuego, la estrategia de proveer mayor seguridad a la población local de Bagdad destruyendo su ciudad es una fantasía oximorónica que aumentará la división dentro del país, alentará a los adversarios, enajenará a los aliados y a las naciones no comprometidas, e imposibilitará que se termine este conflicto en condiciones favorables que no siembren las semillas de un futuro conflicto.
Es una estrategia grandiosa en su peor versión.
Pero entonces, hemos visto que las fantasías llegan fácilmente a las mentes de los estrategas de poltrona que navegan por la sala de espejos que es Versailles sobre el Potomac.
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Franklin C. Spinney es un ex analista y denunciante del Pentágono. Sus escritos sobre temas de la defensa se encuentran en el invaluable sitio en la Red de Defense in the National Interest.
http://www.counterpunch.org/spinney01062007.html