La matanza de 24 civiles perpetrada por marines el pasado 19 de noviembre en la localidad iraquí de Haditha tiene testigos, dos niñas que sobrevivieron y a las que medios estadounidenses y británicos han dado voz por esta vez. Safa Younis, de 12 años, que se salvó al hacerse la muerta, contó que un grupo […]
La matanza de 24 civiles perpetrada por marines el pasado 19 de noviembre en la localidad iraquí de Haditha tiene testigos, dos niñas que sobrevivieron y a las que medios estadounidenses y británicos han dado voz por esta vez.
Safa Younis, de 12 años, que se salvó al hacerse la muerta, contó que un grupo de soldados estadounidenses entraron en su casa y dispararon contra su padre, que estaba desarmado y después mataron a otros siete miembros de su familia, según relató a la asociación de derechos humanos iraquí Hammurabi, testimonio recogido por la CNN.
«Cuando fuimos a la cocina vimos a mi padre que ya estaba muerto; entonces nos sentamos y empezaron a disparar contra nosotros», recuerda.
Iman Hassan, de diez años, narró al diario británico «The Times» cuenta cómo los soldados entraron en su casa sobre las siete de la mañana, unos 15 minutos después de que estallara una bomba que mató a un marine en la carretera.
La niña estaba en pijama, preparándose para ir al colegio, su padre rezaba y sus abuelos estaban en cama. Los soldados increparon a su padre y lanzaron una granada dentro de la habitación de sus abuelos. Luego, los soldados abrieron fuego en el salón, donde se congregó la mayoría de la familia. Sólo la niña y su hermano sobrevivieron con heridas de metralla detrás de un almohadón, donde permanecieron escondidos viendo cómo agonizaba su familia.
El Pentágono identificó entonces a las víctimas como «insurgentes».
Muhammed Abed, primo de la niña, declaró que hace un par de meses los estadounidenses pagaron 2.500 dólares por cada víctima.