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Tornillos, pegamento, hipopótamos y por qué nunca compraría un iPad

Fuentes: Boing Boing/ Derecho a Leer

He pasado diez años en Boing Boing, encontrando cosas interesantes que la gente ha hecho y hace, y escribiendo sobre ello. Y la mayoría de las cosas realmente asombrosas no han salido de las grandes compañías con presupuestos enormes, sino que provienen de experimentaciones de aficionados. Estas personas fueron capaces de lograr la atencion del […]

He pasado diez años en Boing Boing, encontrando cosas interesantes que la gente ha hecho y hace, y escribiendo sobre ello. Y la mayoría de las cosas realmente asombrosas no han salido de las grandes compañías con presupuestos enormes, sino que provienen de experimentaciones de aficionados. Estas personas fueron capaces de lograr la atencion del público con sus hallazgos, e incluso venderlos, sin tener que someterse a los caprichos de una única compañía, que se ha declarado a sí misma guardián de tu teléfono y otras tecnologías personales.

Danny O’Brien ha hecho un muy buen trabajo explicando por qué estoy completamente desinteresado en la compra de un iPad -realmente se siente como la segunda venida de la «revolución» del CD-ROM, en la cual la gente que hacia el «contenido» proclamó que iban a revolucionar los medios mediante la presentación de costosos (de hacer y comprar) productos. Yo era programador de CD-ROM en el comienzo de mi carrera informática, y sentí esa emoción también, y viví para darme cuenta lo equivocado que estaba y ver cómo las plataformas abiertas y los aficionados eventualmente podían vencer a los supuestamente vanguardistas productos de alta gama.

La mayoría de las cosas realmente asombrosas no han salido de las grandes compa­ñías con pre­su­pues­tos enormes, sino que provienen de experi­men­ta­ciones de aficionados

Recuerdo los primeros días de la red -y los últimos días del CD-ROM- cuando había un consenso general que la web y los PCs eran condenadamente geekys y difíciles, e inmanejables para «mi mamá» (es increíble la cantidad de personas aficionadas a la tecnología que tenían una muy baja opinión de sus madres). Si yo tuviera una acción de AOL por cada vez que alguien me dijo que la web iba a morir porque AOL era tan fácil y que la web se llenaría de basura, tendría toneladas de acciones de AOL.

Y no tendrían mucho valor.

Los burócratas son malos revolucionarios

Basarse en los gerentes tradicionales para producir sus revoluciones, no es una buena estrategia. Son propensos a tomar todas las cosas que hacen especiales a sus productos y tratar de usar tecnología para cobrarte más por el, o prohibirlo por completo.

Quiero decir, mira esa aplicación de Marvel para iPad (sólo fíjense). Yo era un niño fanático del cómic, y ahora soy un adulto fanático de cómic, y la cosa que hacía aquellos comics para mí, los compartía. Si hubo alguna vez un medio que se basó en chicos intercambiando productos que habian comprado, para construir una audiencia, esos son los cómics. ¡Y el mercado usado de cómics! Éste era -y es- muy importante y vital. Ni siquiera puedo contar las veces que me he aventurado como un explorador a las interminables estanterías de comics usados de alguna húmeda tienda, para buscar los viejos números que me había perdido, o una muestra de los nuevos títulos en oferta. (Es parte de una tradición multigeneracional en mi familia -el padre de mi mamá solía llevarla a ella y a sus hermanos hasta Dragon Lady Comics en Queen Street, en Toronto, cada fin de semana para intercambiar sus cómics antiguos por créditos y obtener otros nuevos).

Entonces, ¿qué hizo Marvel para «mejorar» sus cómics? Nos quitan el derecho a dar, vender o prestar nuestros cómics. Qué gran mejora. Tomar la alegre, maravillosa, vinculante y compartida experiencia de leer historietas y transformarla en una actividad solitaria y pasiva, que aísla, en vez de unir. Muy bueno, Misney. Con el iPad parece que el modelo de consumidor de Apple es ese mismo estúpido estereotipo del tecnofóbico, tímido, «atolondrada madre», que parece la versión un billón de «eso es demasiado complicado para mi mamá»

«Infantilizar» el hardware

Entonces sigamos con el dispositivo en sí: claramente hay mucho de elaboración e ingenio que entró por el diseño. Pero también hay un menosprecio palpable por el usuario. Yo creo -realmente creo- en las conmovedoras palabras del Manifiesto Maker: si usted no lo puede abrir, no es su propietario. Tornillos, no pegamento. El original de Apple ][+ vino con esquemas para las tarjetas de circuitos, y dio a luz una generación de hackers de hardware y software que dio vuelta el mundo para mejor. O sea, si buscabas que tu hijo llegue a ser un adulto seguro, empredendor y firmemente ubicado del lado de los que creen que el mundo debe ser transformado todo el tiempo para hacerlo mejor, entonces le comprabas un Apple ][+.

Pero con el iPad, parece que el modelo de consumidor de Apple es ese mismo estúpido estereotipo del tecnofóbico, tímido, «atolondrada madre», que parece la versión un billón de «eso es demasiado complicado para mi mamá» (escuchen a los expertos alabando las virtudes del iPad y midan el tiempo que les toma explicar que aquí, finalmente, hay algo que no es demasiado complicado ni para sus pobres madres).

El modelo de interacción con el iPad es ser un «consumidor», lo que William Gibson describió memorablemente como un hipopótamo joven, del color de una patata hervida, que vive solo, en la oscuridad, en las afueras de Topeka. Tiene ojos y suda constantemente. El sudor le entra en los ojos que le escuecen. No tiene boca… ni genitales, y sólo puede expresar sus mudos impulsos de violencia asesina y deseo infantil cambiando de canal con un control remoto universal.

Comprar un iPad para tus hijos no parece un medio de poner en marcha la idea de que el mundo es tuyo para desarmarlo y volverlo a armar, es una manera de decirle a tus hijos que, incluso cambiar las pilas es algo que tienes que dejarlo a profesionales

El camino a mejorar su iPad no es averiguar cómo funciona y hacerlo mejor. La forma de mejorar el iPad es comprar «iApps». Comprar un iPad para tus hijos no parece un medio de poner en marcha la idea de que el mundo es tuyo para desarmarlo y volverlo a armar, es una manera de decirle a tus hijos que, incluso cambiar las pilas es algo que tienes que dejarlo a profesionales.

En este sentido, un artículo que-debe-leerse es el de Dale Dougherty sobre Hypercard y su influencia en una generación de jóvenes hackers informáticos. Yo comencé a trabajar como programador Hypercard, y fue la introducción suave e intuitiva de Hypercard a la idea de rehacer el mundo que me hizo considerar una carrera en informática.

Wal-Martization de la distribucion del software

Vamos a darle una mirada a la iStore. Para una compañía cuyo CEO profesa odio al DRM, lo cierto es que Apple ha hecho del DRM su alfa y omega. Habiendo conseguido hacer negocio con las dos industrias que más creen en que tu no deberías ser capaz de modificar el hardware, cargar tu propio software en él, escribir software para él, sobreescribir las instrucciones que le llegan desde la «nave nodriza» (la industria del entretenimiento y las telefónicas), Apple ha definido su modelo de negocio en torno a esos principios. Utiliza DRM para controlar lo que se puede ejecutar en sus dispositivos, lo que significa que los usuarios de Apple no pueden tomar su «iContenido» para abrir la competencia a otros dispositivos y los desarrolladores de Apple no pueden vender sus productos en sus propios términos.

Para una compañía cuyo CEO pro­fe­sa odio al DRM, lo cierto es que Apple ha hecho del DRM su alfa y omega

El restrictivo iStore no le hace la vida mejor a los consumidores de Apple ni a los desarrolladores de Apple. Como adulto, quiero poder elegir que cosas compro y a quien le confío evaluar esas cosas. No quiero que mi universo de aplicaciones se limiten a las que el «Politburó» de Cupertino decida autorizar para su plataforma. Y como titular de derechos de autor y creador, no quiero un solo canal, estilo Wal-Mart, que controle el acceso a mi audiencia y dicte que material es aceptable y que no, para mis creaciones. La última vez que he publicado algo sobre esto, tuvimos toda una serie de disculpas para las abusivas cláusulas contractuales de Apple para con los desarrolladores, pero la mejor fue, ¿Pensaste que el acceso a una plataforma donde puedes hacer una fortuna, vendría sin cadenas agregadas? Lo leí imitando la voz de Don Corleone y sonaba a la perfección… ¡Por supuesto que creo en un mercado donde la competencia pueda tener lugar sin que haga falta arrodillarse ante una empresa que decidió levantar un puente levadizo entre mis clientes y yo!

El periodismo en busca de una figura paternal

Creo que la prensa hizo que el iPad estuviera por todas partes porque Apple montó un buen espectáculo, y porque todo el mundo en periodismo-landia está buscando un papá que pueda prometerles que su audiencia volverá a pagar por sus publicaciones. La razón por la cual la gente ha dejado de pagar por mucho de su «contenido», no es solamente que pueden conseguirlo gratis, sino que también pueden conseguir un montón de cosas de la competencia, gratis. Las plataformas abiertas han permitido que hubiera una explosión de nuevo material, en parte rudimentario, en parte igual de bueno que el profesional, y en gran parte con una segmentacion muy precisa y definida, que los viejos medios nunca pudieron lograr. Rupert Murdoch puede amenazar todo lo que quiera acerca de poner su contenido fuera de Google, pero yo digo hazlo, Rupert. Echaremos de menos tu fracción de una fracción de una fracción de un porcentaje de la Web tan pequeña que apenas lo notaremos, y no vamos a tener ningún problema para encontrar material para llenar ese vacío.

Todo el mundo en periodismo-landia está buscando un papá que pueda prometerles que su audiencia volverá a pagar por sus publicaciones

Al igual que la prensa-gadget está llena de dispositivos que los blogueros-gadget necesitan (y que a nadie más le importa), la gran prensa está llena de historias que sólo afirman el consenso interno de los medios. Los imperios del pasado hacen mucho para sostenerse, pero lo más importante, crecen, y esos imperios ahora llegan para apartarnos de nuestro playroom, que es la salvaje web, con sus contenidos no profesionales y sin canales propietarios donde hacer negocios en exclusiva. Y retroceder volviendo a los jardines amurallados donde se generan los mejores retornos para los accionistas, que no han actualizado sus carteras desde antes que eTrade entrara en línea.

Pero la economía real de la publicación en iPad cuenta una historia diferente: incluso una performance de ventas espectacular del iPad no hará mucho para detener la hemorragia de la edición tradicional. El optimismo a ultranza y la nostalgia por los buenos viejos tiempos cerrados no traerá de vuelta los consumidores a través de la puerta.

Gadgets llegan y gadgets se van

Los gadgets van y vienen. El iPad que compras hoy será iBasura dentro de un año o dos (menos, si decides no pagar para que alguien cambie la batería por ti). El verdadero problema no son las bondades del artículo plástico que hoy sacas del envoltorio, pero si la infraestructura técnica y social que lo acompaña.

Si usted quiere vivir en un universo creativo en el que cualquiera con una idea genial pueda realizarla y dártela para que la corras en tu hardware, el iPad no es para ti.

Si quieres vivir en el mundo justo donde puedes guardar (o regalar) las cosas que compras, el iPad no es para ti.

Si deseas escribir código para una plataforma donde lo único que determine si vas a tener éxito es si al público le interesa o no, el iPad no es para ti.

[El texto es una traducción de la entrada de Cory Doctorow en Boing Boing Why I won’t buy an iPad (and think you shouldn’t, either) [Por qué no quiero comprar un iPad (y pienso que tu tampoco deberías)]. Ya tratamos aquí el tema del iPad cuando fue su lanzamiento.

Fuente: http://www.derechoaleer.org/2010/04/cory-doctorow-por-que-no-compraria-un-ipad.html