Tres antiguos miembros de la 82ª División Aerotransportada del Ejército de EEUU han confirmado que en este batallón se golpeaba y practicaba torturas a los prisioneros en Irak de forma rutinaria entre 2003 y 2004, como método para ayudar a obtener información sobre la insurgencia y también para divertirse o «apaciguar el estrés» de los […]
Tres antiguos miembros de la 82ª División Aerotransportada del Ejército de EEUU han confirmado que en este batallón se golpeaba y practicaba torturas a los prisioneros en Irak de forma rutinaria entre 2003 y 2004, como método para ayudar a obtener información sobre la insurgencia y también para divertirse o «apaciguar el estrés» de los soldados.
Las nuevas acusaciones, las primeras que implican a miembros de este cuerpo de elite, están contenidas en un informe de la organización internacional Human Rights Watch. El documento, de 30 páginas, recoge informaciones facilitadas por un capitán y dos sargentos. Denuncia palizas con bates de béisbol, exposiciones a extremas temperaturas de calor o frío, privaciones del sueño y de alimentos, pirámides humanas y otras torturas. «Esto ocurría todos los días», afirma un sargento en el informe.
Los militares estadounidenses obligaban a los prisioneros iraquíes a sostener garrafas de 20 litros de agua con los brazos extendidos durante horas, hasta que los reos llegaban al desvanecimiento.También se aplicaban productos químicos sobre la piel y los ojos de algunos detenidos. Incluso un soldado rompió la pierna a un iraquí a base de golpearla con un bate.
Las torturas se cometieron bajo las órdenes o con el consentimiento de los oficiales superiores en Camp Mercury, una base del Ejército de EEUU cerca de Faluya, según revelaba ayer el diario estadounidense The New York Times.