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Un año después

Fuentes: Rebelión

Lo recibimos hace un año exactamente, el 8 de abril de 2012. Francisco Fernández Buey, ya entonces enfermo, escribía hacia las 11 de la mañana un sms a sus amigos, discípulos y conocidos: El asunto: «Dimitris Christulas, 77». El cuerpo de su breve mensaje: «Dimitris Christulas, 77, farmacéutico griego empobrecido x (por) el uso capitalista […]

Lo recibimos hace un año exactamente, el 8 de abril de 2012. Francisco Fernández Buey, ya entonces enfermo, escribía hacia las 11 de la mañana un sms a sus amigos, discípulos y conocidos:

El asunto: «Dimitris Christulas, 77». El cuerpo de su breve mensaje: «Dimitris Christulas, 77, farmacéutico griego empobrecido x (por) el uso capitalista de la crisis: él si dio su vida x (por) nosotros, o sea, x (por) vosotros…los agradecidos».

El autor de La gran perturbación y de Marx (sin ismos) siempre tuvo la pulsión poliética en primera línea de sus preocupaciones, hasta en sus últimos momentos, una preocupación en la que nada humano le era ajeno y que transpiraba un sentido y verdadero humanismo (trufado, desde luego, por su cosmovisión socialista revolucionaria) por sus 1917 vértices.

Puede verse todo ello en esta nota de mediados de julio de 2012, la última carta recibida:

«Gracias por el mensaje y por tus amables palabras. Efectivamente, estoy algo mejor […] Te llamaré por teléfono mañana por la tarde y te daré noticias. Mientras tanto, y aunque con cierta dispersión, voy leyendo cosas, tomando notas y (cuando tengo fuerzas) escribiendo algo. Sigo las novedades del mundo como puedo e intentando entender lo que dicen los economistas al respecto. La verdad es que cuesta… entender este mundo y entenderles a ellos. Me llegó ayer el último «topo» y entre otras cosas leí tu bondadosa reseña de los «poemas inválidos» de Jorge [Riechmann]. Por cierto, hoy estaba Jorge aquí, en Barcelona, comí con él y cambiamos impresiones.

Te mando un abrazo grande y muchos recuerdos para Mercedes y Daniel, Paco»

Un amigo de Francisco Fernández Buey, el gran científico internacionalista Manuel Martínez Llaneza, recordaba recientemente -«Ya lo dijo nuestro mejor pensador»- un «chiste» de El Roto: «Mejorar las condiciones de vida de la gente es populismo. Lo ortodoxo es amargarles la existencia». Fernández Buey, que también creía que El Roto era uno de nuestros grandes filósofos desde los tiempos de Triunfo, donde también él escribió por cierto, abonó todas las heterodoxias de las que tuvo conocimiento a lo largo de su vida. Lo suyo fue el «populismo» documentado, crítico y comprometido.

Por eso nos habló de Dimitris Christulas, por eso nos enseñó tanto y durante tanto tiempo, por eso sigue siendo imprescindible para todas y todos nosotros.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.