Recomiendo:
0

Un atentado rebelde mata a 116 iraquíes que buscaban empleo como colaboradores de EEUU

Fuentes: Agencias

Al menos 116 personas murieron y 132 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche bomba ante una multitud que hacía cola en un centro de reclutamiento de la Policía y la Guardia Nacional en la localidad de Hilla (provincia de Babilonia, a 95 kilómetros al sur de Bagdad). Se trata del atentado que […]

Al menos 116 personas murieron y 132 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche bomba ante una multitud que hacía cola en un centro de reclutamiento de la Policía y la Guardia Nacional en la localidad de Hilla (provincia de Babilonia, a 95 kilómetros al sur de Bagdad). Se trata del atentado que más muertos ha causado, en una sola explosión, desde el inicio de la invasión, en abril de 2003.

«Un atentado suicida con coche bomba impactó contra una multitud de personas que solicitaban trabajo en las fuerzas de seguridad», indicó la Policía provincial en un comunicado. La explosión fue tan potente que el automóvil con que se perpetró el atentado -que se produjo hacia las 9:30 horas (7:30 en España)- quedó absolutamente destrozado y sólo se pudieron apreciar restos del motor.

Cerca de la oficina de reclutamiento había un mercado popular, lo que contribuyó al alto número de fallecidos. La Policía de la provincia de Babilonia anunció que «varias personas» habían sido detenidas en relación con el atentado, pero no aportó más detalles al respecto.

Según el comandante de la Guardia Nacional de Hilla, el general Osman Ali, el resultado del atentado ha sido de 116 muertos y 132 heridos. No obstante, el director del hospital general de Hilla, Mohamed Dia -citado por la BBC-, precisó que el número de víctimas podría ascender en las próximas horas, ya que varios de los heridos se encuentran en condición crítica y muchos cadáveres no se han podido recuperar porque saltaron en pedazos. «Todas las habitaciones del hospital, incluso las usadas para cardiología, están llenas de heridos», declaró Dia.

Tras la explosión, el suelo se llenó de decenas de cadáveres, muchos de ellos fragmentados en piernas, manos y restos humanos que quedaron esparcidos por la calle. La detonación destrozó los negocios cercanos y los vehículos estacionados en la zona y causó escenas de pánico. Las multitudes acudieron furiosas a las puertas de la clínica gritando «Dios es grande» y exigiendo que se le informara de la suerte corrida por sus familiares.

El atentado más mortífero

El de ayer es el atentado más mortífero registrado en Iraq desde la caída del presidente Sadam Husein. El segundo ataque más sangriento se produjo el 29 de agosto de 2003, cuando un coche bomba causó la muerte de 85 personas -incluido el líder chií ayatolá Mohamed Baqir al Hakim- junto a una mezquita chií en Nayaf. Hilla ya había sufrido un atentado con coche bomba el pasado 20 de enero, que costó la vida a más de 20 aspirantes a entrar en la Policía.

El atentado de Hilla, población de mayoría chií, coincidió además con las conversaciones de los dirigentes políticos del país para la formación de un nuevo Gobierno, después de que la Alianza Unida Iraquí -apoyada por el clero chií- se garantizara el apoyo de otras formaciones para formar el primer Ejecutivo surgido de las elecciones del pasado 30 de enero.

En las últimas semanas, la resistencia ha centrado sus ataques en los objetivos chiíes. Durante los dos días de celebración de la festividad sagrada del Ashura, que comenzó el pasado 18 de febrero, murieron cerca de cien personas en varios atentados suicidas. Hilla se encuentra cerca del ‘triángulo de la muerte’, una región en la que conviven suníes y chiíes situada al sur de Bagdad y que ha sido escenario frecuente de atentados de la resistencia.

Otros atentados

La región fue escenario ayer de otro atentado, cuando un segundo coche bomba explosionó en un control de la Policía en Musayyib, a unos 30 kilómetros al norte de Hilla, y causó la muerte de al menos un agente y heridas a varios otros, según informó la Policía.

Asimismo, el Ejército estadounidense está investigando la muerte de un soldado norteamericano que fue abatido anoche en un puesto de control del tráfico en Bagdad. El militar, de la Task Force Bagdad, fue trasladado inmediatamente a un centro médico de la coalición, pero murió 40 minutos después, según informó el Ejército en un comunicado, sin dar más detalles.

Al menos 1.495 miembros del Ejército estadounidense han muerto desde que comenzó la guerra en marzo de 2003, según el recuento realizado por Associated Press.

Fin de semana sangriento

En 24 horas de ataques y atentados en diversos puntos de Irak, este fin de semana, la resistencia iraquí mató a 8 soldados norteamericanos y terminó con la vida de 30 colaboradores de EEUU (soldados y policías iraquíes).

Dos soldados estadounidenses murieron el domingo y otros dos resultaron heridos después de una aparente emboscada con una bomba en el sureste de Bagdad, informó el Ejército. Sus nombres no serán dados a conocer hasta que no se informe a sus parientes.

Veintiún policías y soldados iraquíes y una adolescente murieron en ataques contra las fuerzas de seguridad, el más grave sucedido en Tikrit (norte), donde un coche bomba mató a diez personas e hirió a al menos 35.

Además, dos soldados estadounidenses murieron y otros dos resultaron heridos en dos ataques distintos al norte de Bagdad, según el ejército norteamericano.

Tres soldados estadounidenses murieron y ocho resultaron heridos el viernes por la explosión de un artefacto lanzado por insurgentes al norte de Bagdad, según informaron fuentes militares norteamericanas. Los atacantes efectuaron una emboscada contra una patrulla de soldados estadounidenses. El lugarteniente Clifford Kent, portavoz de la Tercera División de Infantería, señaló que «una patrulla estadounidense fue alcanzada por un artefacto explosivo improvisado», el término utilizado por los militares para definir una bomba de fabricación casera.

Otro soldado estadounidense fue muerto en operaciones al oeste de Bagdad, en la provincia de Anbar, informaron fuentes militares a varias agencias.

El soldado, perteneciente a la primera fuerza expedicionaria de los Marines murió durante acciones militares en la provincia de Anbar, informó un comandante de las fuerzas invasoras en un comunicado.

Con este nuevo balance, la cifra total de bajas en lo que va del año 2005 asciende a 155 soldados de EEUU y más de 560 colaboracionistas iraquíes muertos (militares, policías y civiles) por atentados y ataques de los rebeldes iraquíes, según el resumen de información oficial registrado a diario por la prensa.

Solamente en el mes de enero -según el relevamiento de información oficial diaria publicada en la prensa- murieron 106 soldados norteamericanos y más de 300 colaboracionistas iraquíes (policías, soldados y civiles)

Alrededor de 1.484 militares estadounidenses han perdido la vida en Irak desde el comienzo de la ofensiva militar norteamericana en marzo de 2003, según un balance de Associated Press.

Al menos 1.126 murieron en ataques de la resistencia, según el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

La guerrilla continuará sus ataques

La guerrilla iraquí anunció que proseguirá los ataques contra las fuerzas ocupantes dado que no existe un calendario claro para su retirada.

Asimismo, y según la cadena árabe Al Jazeera, fuentes de la resistencia desmintieron contactos directos entre la guerrilla y el ejército de EEUU como lo publicó la revista estadounidense Time.

Los rebeldes reconocen dos encuentros que se habrían realizado en Bagdad aunque no habrían tenido la consideración de «contactos oficiales».De los mismos habrían participado un diplomático y un miembro de la inteligencia y por parte guerrillera «un representante del Estado Mayor de la rebelión nacionalista» identificado como Abu Marwan.

Por otra parte, medios y periodistas árabes sostienen que Ramadi se puede convertir en otra Faluya.

La ciudad de Ramadi está sufriendo un asedio similar al que sufrió Faluya antes del asalto del mes de noviembre pasado. Junto a Ramadi, en una operación que los ocupantes estadounidenses han bautizado como «Río Relámpago», se están realizando ataques contra Hit, Baghdadi y Hadita.

El mando militar estadounidense reconoció que la cuarta parte de los muertos de EEUU son por ataques a los vehículos de combate Humvees, informó la cadena Al Jazeera.

Casi 500 muertos del total de 1.484 que lleva EEUU desde que se inició la invasión en Irak son consecuencia de los ataques de la guerrilla a los Humvees con bombas que estallan a su paso y disparos de cohetes y lanzagranadas contra estos vehículos.

El Pentágono había anunciado que blindaría a los Humvees, no concebidos para una situación de guerra sino para transporte en la retaguardia. Hasta el momento sólo 2.000 de los 19.000 vehículos Humvee que EEUU ha desplegado en Irak han sido blindados, lo que causa mayor cantidad de muertos entre los soldados de EEUU.

Según The Washington Post, los ataques rebeldes contra las fuerzas ocupantes y los colaboracionistas alcanzan un promedio de 60 ataques diarios desde los comicios, el 30 de enero.

Analistas de inteligencia de EEUU citados por el Post señalan que la guerrilla actúa en células pequeñas, y que sus combatientes han huido de las grandes concentraciones de combatientes como en Faluya, lo que facilita su accionar y rápido repliegue.

Por otra parte, el diario británico The Independent informó que Sólo 5.000 soldados colaboracionistas están lentrenados para el combate contra la guerrilla. El Pentágono estudiando cómo concretar el plan de formación de 270.000 soldados y policías colaboracionistas se retrasa.

El fracaso está motivado principalmente por el incremento de los ataques y atentados que provoca deserciones constantes entre los reclutas y los efectivos.

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había dicho que Washington apostaba a una «estrategia del éxito» basada en la preparación para el combate de los colaboradores de EEUU, en oposición a la «estrategia de salida» que plantean los demócratas y los medios de comunicación vinculados a lso sectores anti-Bush.